Paso 13.
De niña su abuelo le explicó que un AlGhul solo se conformaba con lo mejor, nada más ni nada menos, y una pequeña Athanasia que estaba recién incursionando en las artes oscuras tomó una decisión que cambiaría su vida y la de muchos más.
Pero en aquel entonces, ella sólo sabía que como un AlGhul, solo podía obtener lo mejor, y nada más.
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No pasó desapercibido para Sia que últimamente el número de cuerpos que alimentaban sus rosas había ido en aumento, no se quejaba mucho ya que era bueno nutrir la tierra con vida y energía de forma regular, pero tampoco le gustaba que Boris comiera mucha chatarra y al acumularse los cuerpos significaba que su amada mascota estaba comiendo de más, eso no serviría.
Estaba tomando una taza de su ración de Earl gray favorita cuando pudo sentir algo extraño... Se detuvo un segundo, antes de seguir tomando su té y cuando Zahra volvió con una expresión ligeramente molesta y culpable, tan sólo le indico que le diera los detalles.
— Slade Wilson, Se llevó a Red. — Dijo sin poner ninguna excusa sólo apretando sus puños, y Sia extendio su mano.
— Esta bien, era una cuestión de tiempo. — Contestó tomando el papel con una dirección y una hora.
Wilson siempre había tenido una fijación con su familia, primero con su abuelo durante su tiempo como su alumno, luego con su Madre, y Padre, e incluso varios encuentros con sus hermanos, era cuestión de tiempo para que ella entrara en su radar, los AlGhul sólo podían pasar desapercibido por cierta cantidad de tiempo antes de atraer problemas— o en la mayoría de los casos, crearlos para ser más exactos —.
— Ire sola. — Anunció levantándose de su lugar para caminar hasta uno de sus rosales, sacó una navaja de su bolsillo, y corto tres rosas blancas antes de seguir con su camino a la mansión, tenía una reunión para la que prepararse.
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Por su propio interés Slade siempre mantenía un ojo en los AlGhul, ellos la mayoría de las veces estaban tramando algo y era sabio vigilar los, para estar preparado para cualquier plan o artimaña que pudiera salir de su bolsillo.
Imaginen su sorpresa cuando de Nanda Parbat salió una chica que nadie había visto antes, con el apellido AlGhul y con ojos de un Wayne, enseguida su interés despertó, y se mantuvo atento a sus movimientos, los que en un principio no parecían tener mucho sentido
Por meses no hizo nada, sólo quedándose en su mansión en Gótica, saliendo de vez en cuando para encontrarse con los murciélagos, pero nunca metiéndose en sus negocios. Cuando los villanos comenzaron a frecuentar su residencia intentó averiguar pero además de una buena conversación la joven no parecía ofrecer nada más, no algún trato para dominar Gótica, o para extender sus fuerzas, sólo una amigable conversación y nada más... Algo estaba pasando, y Slade quería saber que.
Entrar a su residencia probó ser imposible gracias al monstruo que custodiaba el patio, los rosales encantados y los asesinos dentro.
Así que Slade se aseguró de encontrarse con la AlGhul en un lugar donde el tuviera la ventaja, y si para eso tenía que tomar una rehén... Bueno, el mercenario no tenía miedo de ensuciarse las manos un poco.
Uno de sus hombres hizo una señal y las puertas del almacén en los muelles se abrió dejando ver la figura solitaria de la más joven AlGhul, vestía un abrigo rojo con un vestido negro debajo, y largas botas de color rojo que llegaban más allá de sus rodillas y combinaban con su elección de labial carmín.
Al entrar uno de sus hombres la reviso mientras ella solo se quedaba quieta en su lugar esperando que le dejaran pasar.
Wilson pudo notar que en su cabello tres rosas adornaban su cabello, que caia por su hombro derecho en cascadas, al parecer la joven sacó la belleza de sus dos padres.
— Es un placer finalmente poder conocer al tesoro escondido de Ras. — Saludo una vez se le dio luz verde y se probó que no traía nada con ella.
— Señor Wilson, diría que es un placer pero dadas las... Infortunadas circunstancias de nuestra reunión espero que pueda entender mi falta de animo. — Dijo con una sonrisa claramente fingida en su rostro.
— Oh cierto, las circunstancias, lamento que las cosas llegarán a esto, pero te aseguro que tu amiga esta intacta. — Sonrió extendiendo su mano para que tomará asiento en una silla que dejó disponible para ella.
— Si quería reunirse tan solo debía pedirlo, tengo un horario apretado pero siempre tengo tiempo para nuevos amigos. — Respondió sentándose en la silla acomodando su abrigo.
— Quería encontrarme en un lugar más privado, y neutral. — Dijo sentándose en su propia silla, dejando sus manos en su rodilla.
— Entiendo. — Asintió sin quitarle la mirada de encima.
— Te he estado observando, no te pareces a ningún AlGhul que haya conocido. — Comenzó a hablar. — Así que no puedo evitar preguntarme, ¿que estas tramando?
— ¿Que estoy tramando? — Parpadeo llevando un dedo a su labio parecíendo pensar su pregunta. — Lo siento, pero dudo sinceramente que eso sea su asunto.
— Soy curioso, concédeme esto. — Sonrió haciendo un gesto y varios de los mercenarios que estaban trabajando para el dieron un paso adelante.
— Oh la violencia. — Murmuró negando. — Tu tienes razón, no soy como mi familia — Acepto pasando una mano por su cabello — me gusta pensar en mi misma como una pacifista, la política es lo mío, en lugar de la violencia.
— La protección que tienes en tu hogar no lo demuestra mucho. — Dijo elevando una ceja.
— Si, la cosa es. — sacó una de las rosas de su cabello y la apretó con fuerza, y Slade noto que su mano comenzó a sangrar. — A veces derramar sangre es necesario, en especial cuando amenazan lo que es mio. — Sonrió de forma dulce abriendo su mano y soplo los pétalos.
En un principio Slade no entendió que estaba pasando, hasta que en lugar de unos cuantos pétalos, habían docenas y todos brillaron, y luego lo recordó, las rosas de la chica no eran normales... Tan solo alcanzó a saltar antes de que los pétalos empezarán a explotar creando un caos y descontrol en el lugar.
Sia sacó otra de las rosas de su cabello y apretó nuevamente la rosa, esta vez sujetando su tallo dejando que las espinas rompieran su piel, y consumieran su sangre.
— Te doy mi sangre como muestra de mi fe, te doy mi energía como muestra de mi devoción. — Recitó mientras la rosa brillaba y se convertía en una lanza. — Te doy mis deseos, para cumplir mis ambiciones. — Levanto la lanza y varias rosas comenzaron a aparecer detrás de ella.
Se tomó un segundo para ver al mercenario que amenazó a su familia y se atrevió a tocar lo que era suyo, realmente espero usarlo en un futuro, pero su abuelo tenía razón, la insubordinacion no podía ser soportada.
— Concédeme tu fuerza, mi señora, mi reina, Diosa de la muerte, Ereshkigal. —Bajo la lanza y las rosas atacaron a sus blancos sin piedad.
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El silencio reinaba en el almacén mientras Sia se levantaba de su asiento limpiando el polvo de su ropa.
— ¿Que eres...? — Pregunto un agonizante Slade Wilso y Sia se agachó a su lado viendo la increíble cantidad de rosas que atrevesaban su cuerpo como flechas, y que parecían drenar su sangre y vida.
— Oh pense que ya lo sabias. — Contestó con una sonrisa tocando una de las rosa cuyos pétalos pasaban de ser de un color blanco a un rojo carmín. — Soy una AlGhul. — Dijo con una voz dulce levantándose de su lugar para salir del almacén con la luna de luz iluminando su silueta.
Cuando estaba en la entrada chasqueo las dedos y todas las rosas fueron consumidas por un fuego azul, quizás ahora Slade podía ser un peon que podría usar en el futuro, uno que entendiera su lugar.
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Al llegar a su casa una de sus sombras atendió su mano, y le aseguró que Red estaba descansando en su habitación, Sia tan solo Asintió diciendo que le gustaría verla cuando despertará en unos días, usar el poder de una divinidad siempre agotaba su cuerpo.
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Una pequeña Sia en busca de poder, decidió hacer un contrato con un demonio, pero al escuchar las palabras de su abuelo... Supo que un demonio era demasiado genérico para un AlGhul.
Una decidida Sia en su lugar hizo un contrato con una deidad, una antigua y poderosa, después de todo, los AlGhul sólo podían tener lo mejor de lo mejor, y nada más.
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Preview:
Esto definitivamente no estaba en sus planes, así que ¿pueden culpar la por entrar en pánico?
— ¿Sia, estas b—Sia rápidamente lo callo con un beso antes de susurrar sobre sus labios.
— Belladona. — Murmuró una maldición y el héroe cayó como peso muerto sobre ella.
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Nota: Boss Bitch! Sia manda y me encanta usar a Slade para demostrar como las mujeres mandan y el come tierra! No se metan con Sia, es una fuerza de la naturaleza que debe ser temida.
Por cierto no recuerdo si les prometí un interlude para el domingo, de todas formas si quieren uno me dicen y me dejan ideas!
Arriba el vestuario de Sia.
Recuerden mínimo dos comentarios para actualizar!
#NotemetasconSia
#Sladeesmasoquista
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