Capítulo 8: La Razón
Midnight escuchó la voz del erizo negro inundar su pequeña oficina, mientras ella lo veía con sorpresa. No esperaba su visita a esas horas de la noche. Con una paleta de dulce en su boca lo vio con asombro, sonriéndole divertida; con un ademán de mano le ofreció asiento frente de ella, a lo cual él no se inmutó, permaneciendo de pie.
–Por favor, son negocios, siéntate– habló ella –Yo insistió– dijo con un dejo de amenaza en su voz. Shadow la vio resignado asintiendo con la cabeza para dirigirse al escritorio en medio de aquella oficina y así, tomar lugar frente a la espíritu que lo observaba con diversión –Bien, ahora dime, ¿qué tipo de trato deseas hacer?
–Haz que Amy recupere sus recuerdos– escupió crudamente.
La espíritu abrió sus ojos con sorpresa por un momento, para luego relajar las facciones de su rostro, y así, aún con aquel dulce de cereza en su boca respondió: –No– se negó sin titubeos. Midnight sacó aquel chupete de su boca para observar con deleite el caramelo rojizo frente a ella. –Sería muy fácil si hiciera eso– explicó divertida.
–¡Por favor!– rogó el erizo negro somatando ambas manos en el escritorio de madera –¡Haré lo que tú me pidas!
Sus palabras parecieron llamar su atención, pues Midnight lo vio con intriga ante su suplica humillante, esbozando una amplia sonrisa –Tu alma ya está en juego– le recordó –¿Qué más podrías darme que yo quisiera?
Las palabras de ella regresaron a su mente en contra de su voluntad:
" ...si deseas hacer un trato conmigo, ven y estoy segura que podré encontrarte algo que hacer que me complazca" recordó la propuesta sugerente.
–Ammm...– farfulló para ruborizarse al pensar que tal vez ella no se refería a eso al momento de ofrecerle la oportunidad de un trato –Yo puedo...– murmuró ahogándose en su vergüenza.
–Sí– insistió Midnight para desaparecer con un chasquido el escritorio en medio de ambos –¿O tu oferta no es algo espiritual si no más bien...– calló para acercarse a él y romper el espacio entre ambos – ...carnal?– completó con una mirada encendida.
Shadow le desvió la mirada sin poder sostenérsela. Posiblemente ofrecerle su alma o mil años de servicio en el inframundo hubiera sido más fácil de decir que lo que ahora rondaba en su mente.
–Te contaré una pequeña historia– habló el espíritu para sentarse en el aire con sus piernas cruzadas frente a él, quien aún no podía sostenerle la mirada –Hace mucho tiempo yo camine en tu mundo, gracias a ti, pues tú me liberaste– explicó captando toda la atención del erizo negro –, pero eso no duró mucho, debido a la intervención de mi hermana y la tuya– explicó Midnight con una expresión de desagrado. –Tú caminaste en el inframundo donde calmaste mi soledad e incluso salvaste mi vida...– recordó con ensoñación –Donde prometiste regresar algún día– inmortalizó con cierta nostalgia.
Shadow la observó con intriga, no podía imaginar que otro alter ego de él mismo, en otro mundo, hubiera hecho algo como eso; aunque eso explicaba el extraño, y no correspondido, afecto que Midnight tenía hacia él. Aunque él no pudiese recordar nada de lo que ella decía, eso le daba una explicación a esa extraña unión que poseía con este espíritu en particular.
–¿Ahora entiendes?– habló Midnight para acercarse a él nuevamente y acariciar su rostro con una mano, provocando que él se tensara con su tacto –Tú estarás conectado a mí para siempre... en cualquier mundo, en cualquier dimensión y en cualquier época– le sonrió con dulzura.
–No has respondido a mi petición– insistió el erizo cambiando el tema, luego pensaría sobre lo que ella acababa de decirle.
–¿No lo hice ya?– respondió divertida, provocando que él la viera con confusión –Ahora que sabes de nuestra conexión, llevarla a otro nivel será mucho más fácil para ti– indicó sonriente.
–¿Eso es un sí?– confirmó dudoso.
–Si eso significa que mi conexión contigo y tu mundo puede fortalecerse, bien haré la excepción, por ti.
–¿A qué te refieres a aumentar la conexión de mi mundo contigo?
–Desde mi última visita a la tierra logre mantener una conexión débil con la misma, al igual que mi hermana– explicó –Por eso pude hacer todo esto– dijo maravillada para ver a su alrededor –Por eso puedo tener un cuerpo mortal por poco tiempo, sin embargo, necesito regresar a mi forma espiritual de tanto en tanto.
–Eso explicaría por que no estás presente todo el tiempo...– murmuró el erizo.
–Pero, si me uniera carnalmente con alguien...– indicó para darle una mirada sugerente –Podría hacerlo sin problemas, el tiempo que yo quisiera.
Shadow desvió su mirada sonrojándose por el contenido implícito en su oración –Eso significa que si te pido esto...– aplacó con una voz ahogada, avergonzado –¿Te ayudaré a poder influir en mi mundo aún más?
–¡Así es!– exclamó con emoción la espíritu –Así que... ¿hacemos un trato?– inquirió estirando su mano para completar el convenio.
Shadow la vio dudoso, entendiendo que las consecuencias podrían ir más allá de lo que él quisiera, sin embargo, la razón por la que luchaba en ese momento era más pesada que ninguna otra consecuencia. Necesitaba que Amy recordará para tener oportunidad de terminar con ese juego.
–Trato...– murmuró para tomar su mano y apretarla febrilmente.
–¡Perfecto!– asintió emocionada –Regresa aquí mañana antes del amanecer.
–¿Eh?– exclamó sin entender –¿Por qué no ahora?
Midnight río divertida ante su urgencia –Veo que realmente estás desesperado por el toque de una dama, ¿no es cierto?
–¡N-No me refería a eso!– corrigió ruborizándose velozmente –Es decir, no entiendo por qué esperar tanto tiempo si...
–Necesito regresar a mi forma espiritual ahora– interrumpió su alegato bostezando desdeñosa.
–¿Y los recuerdos de Amy?
–Una vez concluyamos el trato, ella tendrá aquello que yo le robe; es una promesa.
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No había podido dormir aquella noche, ansioso por lo que debería de hacer en tan sólo un par de horas. Shadow mantenía su mirada fija en la luna en busca de bajar su ansiedad ante una situación que le resultaba desconocida y a su vez familiar, es decir, no es como que fuera el típico virgen inexperto, sin embargo, era muy diferente hacerlo con un espíritu del caos a con cualquiera otra chica que hubiera conocido jamás. Shadow lanzó un grito de frustración al cielo revolviendo el pelaje de su cabeza con sus manos intentando hacer desaparecer la ansiedad que parecía únicamente incrementar.
–Maldita sea Rose, me las vas a pagar...– prometió apretando sus puños con fuerza.
Dirigió su mirada de nuevo a la luna, para de alguna manera verla a ella, pues sabía que Midnight habitaba en la luna, y así, se quedó perdido en la misma, como muchas noches lo había hecho; admiró por un instante la belleza del astro, deleitándose de la hermosura del paisaje –Supongo que ella también lo es...– murmuró al viento recordando al espíritu de la noche, independientemente de su naturaleza cruel, la exquisita belleza de un espíritu sólo podía compararse a la belleza de una estrella. Así, con sus pensamientos divagando en ella y su atípica relación, pronto empezó a ver cómo el cielo empezaba a despertar dejando ver a la distancia como el manto oscuro empezaba a ser bañando por lo colores violetas del sol, sabiendo que era por fin la hora.
Shadow llegó nuevamente a la entrada de puertas ostentosas, aún sintiéndose extrañamente incómodo. No importara que tanto le hablara Midnight sobre la relación que ella y su alter ego pudieron tener, eso no lo hacía sentirse más cómodo a su alrededor, de hecho era todo lo contrario.
Empujó la puerta lentamente par ver divisar aquella habitación de colores rojizos, en donde había tenido su primer encuentro con ella.
–Claro, era de esperarse– murmuró adentrándose lentamente.
–Me alegra ver que pudiste venir, pensaba que te habías arrepentido– escuchó decir. Shadow la buscó con la mirada para verla yacer sobre aquel mismo diván.
Se sonrojó al verla vestida con un conjunto de lencería provocativa. Un sostén negro que escasamente cubrían sus senos y en donde sus pezones resaltaban a través de la delicada seda, el cual, era acompañado por una diminuta tanga del mismo color. Su larga cabellera se deslizaba por los surcos de su cuerpo, sintiendo como aquella imagen de repente provocaba que un calor empezará a brotar de su entrepierna. Shadow carraspeó su garganta en un intento de desviar su atención y sus pensamientos lujuriosos del cuerpo seductor que ella poseía.
–No creo que tuviera opción– murmuró el erizo negro sonrojado.
–Claro que la tienes, siempre la has tenido– respondió Midnight con un tono seductor –Sí tú no das tu consentimiento no podré obtener lo que necesito; así es como se maneja el mundo espiritual.
Midnight se levantó de aquel diván para dejar ver su curvas ante la luz tenue de la recámara. Recogió su cabello en una coleta alta, exhibiendo así sus pequeñas alas de murciélago cual vampiresa de la noche, al darle la espalda. Le sonrió divertida mostrando aquellos colmillos afilados y una mirada seductora se hizo presente en los ojos carmín de ella.
–¿Te gusta esta forma?– murmuró ella contoneando sus caderas de un lado a otro, causando al fin que él dirigiera sus ojos hacia ella –Por ser un espíritu puedo tomar el cuerpo que así yo desee– sedujo mientras movía su cuerpo de un lado a otro en un tipo de baile sensual, resaltando cada curva de su cuerpo ante la luz que bañaba su fino pelaje.
Shadow caminó decidido hacia ella para hábilmente sujetarla por detrás. Una mano tomó su rostro mientras la otra rodeó su abdomen desnudo pegando su cuerpo completo al de ella. Midnight lo vio de reojo asombrada por el repentino cambio tímido del erizo negro. –Este cuerpo es perfecto...– le indicó en susurró. Ella se estremeció ante sus palabras mientras su cálido aliento acariciaban su oreja haciéndola ruborizar. El erizo negro volteó su rostro con cierta brusquedad para así robarle un beso apasionado. Midnight abrió los ojos de par en par sintiendo como la lengua de él empezaba a inspeccionar su boca sin poder evitar que un hilo de saliva recorriera la comisura de su boca, hasta que por fin él la soltó al necesitar aire para continuar. Shadow le dio una mirada intensa y aquella timidez inicial se desvaneció por completo, contemplando así a un erizo diferente al que había llegado esa mañana.
–Si voy a hacer esto, será a mi manera– amenazó Shadow cual susurro, haciéndola estremecer –Y te prometo que no seré gentil...
Sus labios buscaron implacablemente los de ella, impidiéndole responder. Aún de pie detrás de ella, Shadow deslizó la mano que sujetaba su abdomen hasta sus senos, para así, sobre la fina seda apretarlos con fuerza haciéndola chillar en medio de aquel beso que prometía con no dejarla ir. Midnight se soltó de los inquisitivos labios de él, jadeante.
–¿Te gustó eso?– preguntó el erizo para incrementar la fuerza haciendo que ella gimiera sin posibilidad de responderle, él sonrió complacido ante la sumisión del espíritu del caos –Si es el caso, te encantará esto.
La mano del erizo se deslizó hacia su entrepierna en busca de su sexo, y así con un habido movimiento deshacerse de aquella pequeña prenda que pretendía darle algo de censura. Tocó la entrada de su feminidad en busca del punto exacto del placer, uno que yacía hinchado por sus caricias. Presionó con fuerza provocando que ella gimiera con fuerza mientras él movía su mano de arriba a bajo, y a su vez, su otra mano jugaba libremente con los voluminosos senos de ella haciéndola gemir de manera libidinosa con cada rocé de su tacto.
Midnight sintió como un dedo se aventuraba a entrar a su ser, cerrando sus ojos con fuerza al sentir dicha sensación estremecedora invadirla, el placer de los mortales era generalmente vetado para seres como ella, y hoy, al igual que él, sucumbiría a los deseos carnales más bajos. El movimiento de su mano empezó a acelerarse sintiendo como empezaba perder el control de ella misma, mientras con otra mano él jugaba con sus pezones, los cuales se les veía erectos por primera vez. Sin poder permanecer recta más tiempo arqueó su cuerpo para sostenerse del respaldo de aquel diván sintiendo cómo él la enloquecía de placer mientras aceleraba más el movimiento de su mano dentro de ella para así sentir un líquido escurría de su entre pierna a la vez que una corriente eléctrica recorría su útero y se dispersaba por todo su cuerpo provocando sus piernas flaquear, haciéndola caer de rodillas sobre el diván mojado gracias a ella.
–¿Un orgasmo? ¿tan rápido?– preguntó Shadow divertido. Midnight lo vio de reojo sobre su hombro con su respiración acelerada para ver aquellos ojos carmín brillar ante la luz de luna que aún se mantenía. –Si apenas estamos empezando...
Lo vio despojarse de sus ropas con un rápido movimiento y sin darle tiempo a respirar la tomó del cabello para jalar su cabeza hacia atrás obligándola a verlo. –Espero estés lista...– le susurró al oído y acto a continuación lamer su oreja haciéndola estremecer. Midnight sintió como la embestía con fuerza por detrás para arquear su espalda al sentir su virilidad llenarla por completo sin reparo, abriendo su flor de un solo golpe, quitándole el aliento.
–Estás más apretada de lo que imagine– murmuró el erizo ahogando su éxtasis lo mejor que pudo.
Midnight lo volteó a ver con impaciencia y un dejo de dolor en su mirada, posiblemente por ser la primera vez que se relacionaba de esa manera con un mortal. Ella esbozó una media sonrisa para así mover sus caderas contra él haciéndolo gemir ante el movimiento contra sus caderas por parte de ella –¿Crees que seré la única que gima aquí?– inquirió lamiendo sus labios divertida. Midnight volvió a mover sus caderas para que él cediera ante su pasión carnal y así se moviera con velocidad dentro de ella.
El ritmo violento de los empujones hacían chirriar el diván donde yacían liberando su pasión y lujuria. Shadow la escuchó gritar y retorcerse de placer mientras él empujaba sin descanso dentro de ella, sintiendo como terminaría pronto. Jaló de nuevo su cabellera pegando el cuerpo de ella contra el de él para así morder su cuello al tiempo en que sentía que terminaba dentro de ella haciéndola exclamar un grito de placer y dolor a su vez.
Shadow la soltó suavemente para verla caer sobre el diván mientras él recuperaba el aliento de lo que acaba de acontecer saliéndose completamente de ella. Midnight colocó una mano sobre su cuello sintiendo la profundidad de su mordida, volteándolo a ver con picardía.
–Cualquier mortal hubiera servido para la tarea– mencionó para ponerse en pie sintiendo un líquido caliente recorrer su entrepierna –Pero me alegro que haya sido tú quien la ejecutara– felicitó complacida para voltearlo a ver –Hiciste un buen trabajo.
–¿Hice?– repitió para halarla hacia él y besarla fuertemente, tocando nuevamente su intimidad –Esto aún no ha terminado.
–¿Eh?– exclamó ella con asombro sin lograr entender. Shadow la tomó de las caderas para cargarla a la cama de sabanas bermellón y recostarla en la misma –Pero... ¿Por qué?– preguntó sonrojada por el impetuoso beso del erizo.
–Te dije que si haría esto lo haría a mi manera... y aún no estoy listo para terminar contigo– explicó esbozando una sonrisa maliciosa.
Ella le sonrió por igual para enroscar sus piernas en sus caderas –Que así sea entonces...
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Sintió el sol acariciar su rostro para abrir sus ojos con pesadez y ver cómo el amanecer se colaba a través de la ventana. Amy observó dormir a Sonic plácidamente, esbozando una sonrisa. Su mirada se quedó perdida en el erizo azul, recorriendo con su vista cada facción de su rostro; habían perdido la noción del tiempo hablando hasta altas horas de la noche. Entre recuerdos, risas e historias imposibles él había logrado que volviera a enamorarse de él una vez más. Tal como ella había imaginado, una vez que Sonic había bebido el té varios de los recuerdos de vida juntos brotaron sin problemas.
Amy acarició con suavidad su mejilla, provocando que frunciera el ceño dulcemente para continuar con su sueño; sin perder más el tiempo se puso en pie para buscar así sus antiguas ropas y deshacerse de aquel provocativo vestido negro. Se vistió con aquel uniforme rosa que consistía en unos pantalones cortos hasta la rodilla, un cinturón rojo que rodeaba la cintura y una blusa de manga largas que llegaban hasta sus codos; calzando así unas sandalias cafés, sintiéndose como ella misma otra vez. Ató su cabello en una coleta alta sintiéndose más fresca que nunca.
Amy se acercó a Sonic para besar sus labios fugazmente a forma de despedida y así salir de su habitación. Aunque deseaba quedarse a su lado, tenía un prepotente y necio erizo negro que debía encontrar.
Salió de la habitación a hurtadillas cerrando la puerta suavemente detrás de ella y así caminar por el pasillo en silencio. Camino pensativa, recordando lo que había vivido la noche anterior con el erizo azul, y sobre los nuevos recuerdos que él había logrado rememorar.
–Ahora que él lo ha recordado podremos...–. Un fuerte dolor de cabeza la hizo callar para sujetarse de la pared vecina en un intento de no caer. De nuevo un recuerdo llegaba a ella de golpe –"Mi nombre es Midnight, espíritu de la luna... Si un deseo es lo que quieres, un deseo te daré."– recordó de pronto, trayendo a su vez una imagen clara de cómo se había adentrado a esa aventura. –Yo fui a buscarla... fui a buscarla al templo prohibido– musitó Amy recordando cómo había llegado ahí y entonces lo que antes pareció una escena aislada vino acompañada de cientos de fragmentos, fragmentos que habían sido liberados de su mente.
Amy exclamó un grito de dolor mientras su cabeza era bombardeada por las imágenes y recuerdos que durante mucho tiempo habían estado guardados para así recordar lo que había sucedido antes de despertar.
Inicio del Flash Back
–Si un deseo quieres, un deseo te daré– repitió –, y para eso un reto te pondré– completó –Haz lo que te pido, y el deseo de tu corazón yo concederé...– dijo cual maleficio –Equivócate y el precio más alto deberás de pagar– sonrió con malicia.
–Dime, ¿qué deseas que haga?
Midnight le sonrió divertida para así con sus manos crear tres pequeñas esferas de neblina grisácea.
–Escúchame bien– habló imponente –Tres oportunidades yo te daré, logra la meta y tu deseo cumpliré.
–¿Qué meta?
–Te enviaré a tres diferentes mundos, uno peor que el anterior– explicó Midnight –En cada mundo el erizo que tú amas correrá un peligro mortal, como lo hace él que vive en éste– indicó para dejar ver en aquellas esferas a tres Sonics vestidos con ropas diferentes y extrañas. –Tú meta es lograr evitar la muerte del erizo azul, si lo consigues, lo que tú me pidas yo cumpliré.
–¿Dices que sólo debo de salvarlo de morir?– parafraseó para acercarse a las esferas y visualizar imágenes aleatorias del Sonic de cada mundo –Es como mi deseo.
–Así es– asintió la espíritu –¡Pero!– enfatizó –Si tú no lo logras, no sólo Sonic morirá, sino su alma mía será– completó esbozando una amplia sonrisa.
–¿A qué te refieres con su alma?– preguntó con temor.
–En el mundo espiritual el único trofeo precioso para nosotras, el espíritu del sol y la luna, son las almas de los mortales– explicó –Sonic, por ser el héroe que él es, le pertenece a mi hermana– reveló –Arrebatarle dicho trofeo es algo que anhelo hace muchas lunas atrás.
–¡Pero eso...
–Si deseas rescatar a tu verdadero amor de las garras de la muerte... de mis garras, deberás aceptar– interrumpió ella esbozando una sonrisa retorcida.
–Pero...– musitó dudosa –Si pierdo... Sonic...– enmudeció pensativa.
–Es tu decisión Amy Rose, sin embargo, espero que sepas que sin mí, Sonic está destinado a morir en este mundo, y eso tú lo sabes– le recordó –Si deseas intervenir esta es tu única oportunidad– tentó para que Amy fijara su vista en ella. –¿Tenemos un trato?
–Con una condición– se impuso valiente, para que la espíritu la viera con el ceño fruncido –Necesito una pista o algo para tener un oportunidad de poder ganar este juego tuyo.
–¿Me dices que quieres una ayuda para hacértelo más fácil?– resumió pensativa para pintar una sonrisa victoriosa en su rostro –De acuerdo, lo haré– consintió para verla intensamente –Te daré una pista en cada mundo que visites sobre qué le pasará al erizo azul para que puedas evitar su muerte– dijo provocando que la eriza esbozara una sonrisa en su rostro –A cambio de subir la apuesta.
–¿Subir la apuesta?– repitió la eriza. –¿Cómo?
–Tú alma será mía también si pierdes– sentenció enseñando sus pequeños colmillos, triunfante –Me llevaré tu alma a mi paramo de desolación y muerte, en donde tu esencia sufrirá por siempre, revivirá el dolor de la muerte de Sonic una y otra vez, sin la posibilidad de salvarlo, sin la posibilidad de juntarse... jamás; así por toda la eternidad– dijo con ensoñación ante la maravilla que aquella escena causaba en ella.
Amy sintió un vació en la boca de su estómago para que un trago pesado recorriera su garganta. Colocó su mano sobre su pecho estrujando su playera blanca con fuerza, sintiendo como su corazón latía a prisa. Lo que Midnight le decía era algo horrible sin dudar. Cerró sus ojos con fuerza, mientras el pánico se apoderaba de ella, no quería sufrir ese destino cruel, pero si no se arriesgaba perdería lo más valioso para ella... No podía permitirlo.
–Es un trato– asintió la eriza con una máscara de valor –¿Cómo conseguiré la pista en cada mundo?
–Una manaza– respondió Midnight para crear el fruto rojo en su mano, provocando que la eriza hiciera un mohín de confusión –Muérdela y ésta te dará la información suficiente para ayudar tu héroe– explicó para lanzar el fruto a su mano.
–¿Pero cómo sabré dónde encontrarla?
–Jamás la perderás de vista, es una promesa– dijo ella sonriente. La eriza vio la manzana en sus manos dudosa de cómo proceder
Amy suspiró resignada, sabiendo que si fallaba las consecuencias no sólo la afectarían a ella, sino también a Sonic –De acuerdo, hagamos esto.
–¡Perfecto!– exclamó Midnight con alegría. –Entonces...
–¡Pero debes de prometerme que él no morirá mientras yo no esté!– interrumpió anticipando su enunciado. –¡Promételo!
Midnight rodó sus ojos exasperada para asentir con la cabeza, exhalando un pesado suspiro –Tu Sonic se quedará aquí tal cual como está ahora– indicó para crear una esfera que mostraba al erizo convaleciente sobre una cama con una expresión de dolor en su rostro –Mientras tú no estés él vivirá, es una promesa.
–Bien– asintió aliviada –Tenemos un trato entonces.
Fin del Flash Back
Tapó su boca con su mano mientras lágrimas traicioneras empezaban a recorrer sus mejillas y sollozos silencioso brotaban de sus labios; por fin podía recordar aquel trato con Midnight, por fin podía recordar aquello que estaba en juego si no lograba ganar el juego sádico que Midnight la obligaba a jugar con tal de ganar su alma y la de su Sonic.
–Pero...– murmuró intentando recobrar la compostura –Si mi Sonic siempre se quedará en mi mundo mientras yo no esté...– musitó para ver sobre su hombro observando el pasillo detrás de ella donde la habitación del emperador yacía –¿Cómo es posible que éste recordará algo sobre mí... o nosotros?– se preguntó sin entender. Shadow se lo había advertido, pero ¿cómo había sido posible, cómo él podría haber sabido algo de eso? –¡Debo de encontrar a Shadow!– exclamó para ponerse en pie y correr sin un rumbo fijo por el burdel. Necesitaba respuestas.
Vagó por el burdel abriendo cada habitación, recorriendo cada pasillo e incluso infiltrándose entre los mozos de Eggman, donde imaginó que estaría, pero sin éxito. –Sólo hay un lugar donde aún no he buscado– se dijo a sí misma pensando en la ostentosa oficina de Midnight, y aunque no creyese que estuviera con ella, tampoco sería poco probable, ya que después de todo, él estaba ahí gracias al espíritu de la noche.
Amy se dirigió a la oficina del espíritu de la noche, sintiendo como su corazón se aceleraba y la ansiedad empezaba a recorrerla, pues ver a Midnight luego de recuperar sus recuerdos la ponía más ansiosa de lo normal. Llegó a la oficina donde la había visto por primera vez en aquel mundo, deteniéndose enfrente de las puertas de madera talladas, sin poder evitar recordar las palabras de aquella maldición:
"Me llevaré tu alma a mi páramo de desolación y muerte, en donde tu esencia sufrirá por siempre, revivirá el dolor de la muerte de Sonic una y otra vez, sin la posibilidad de salvarlo, sin la posibilidad de juntarse... jamás"
Éstas provocaron que un escalofrío recorriera su cuerpo. Tomó aire a manera de tranquilizarse para así reunir valor y tocar la puerta, sin embargo, no fue necesario ya que ésta se abrió de pronto.
–¿Shadow?– llamó con sorpresa al ver al erizo negro salir de lugar mientras acomodaba aquella chaqueta negra sobre su cuerpo –¿Por qué...
–Rose– interrumpió él sorprendido por igual –¿Qué haces aquí?
–Buscándote– respondió frunciendo el ceño –, pero no pensé que estuvieras con ella, ¿Qué hacías ahí?
Shadow se sonrojó con fuerza para desviarle la mirada en un intento de ocultar lo que para él era obvio –Arreglando tus errores– reclamó para verla al fin –¿Lograste recordar?– intentó desviar el tema.
–¡Esa es la razón por la cual vine a verte!– dijo –Yo...
–Aquí no– calló –¿Recuerdas lo que te dije?
Amy asintió con la cabeza recordando aquel pequeño sol que él poseía. Deberían de salir de ahí si deseaban hablar libremente.
–Bien, entonces vamos a...
–¡Madame!– escucharon el grito de Wave para que ambos voltearan a ver en dirección al pasillo para ver a la golondrina correr hacia ellos.
–¿Wave?– llamó Amy al verla con aquella expresión de aflicción –¿Qué sucede?
–¡Es Emperador Sonic!– dijo para llegar a ella –¡Algo le pasa al Emperador Sonic!
Un sentimiento de desolación la invadió para así correr a toda prisa a la habitación que había compartido con él hace tan poco tiempo. Amy se dirigió a la habitación para ver a Tails dentro, hincado en donde Sonic yacía tumbado en el piso jadeando con dificultad, mientras una expresión de dolor yacía en su rostro. Una escena vagamente familiar.
–¡Sonic!– exclamó Amy para tirarse de rodillas a su lado –¡¿Qué sucede?!– inquirió con manos temblorosas, sin saber cómo ayudarlo, viéndolo agonizar.
–Parece cómo si... como si...– balbuceó Tails confuso para fijar su vista en la tetera a la par de su cama, en busca de respuestas. –El té...– musitó con espanto –Eggman dijo que lo necesitabas...– murmuró pensativo.
Amy volteó lentamente para fijar su vista en la tetera que ella misma había llevado el día anterior, y así recordar los pocos indicios que aquella manzana le había dado al llegar –Veneno– soltó cual epifanía sintiendo como la culpa la invadía, ella lo había intoxicado con el té; desesperada en busca de encontrar a su Sonic en ese mundo, obvió que en el tercer día él moriría... tal cual Shadow se lo había advertido. Lo había olvidado por completo.
–Maldita sea– masculló Tails para ponerse en pie –¡Iré por Eggman!– dijo saliendo a prisa del lugar.
Sonic colocó una mano sobre su pecho mientras la respiración se le escuchaba forzosa. Su tórax se contraía dolorosamente y poco a poco su respiración, antes forzada, empezaba a desaparecer.
–¡Sonic!– llamó ella mientras sus ojos se nublaban por las lágrimas contenidas. Impotente. –Esto... esto es culpa mía– sollozó para ver la vida empezar a irse. –Sonic... por favor...
–Strike 2– escuchó decir para alarmarse y buscar a la dueña de aquella voz, para así distinguir a Midnight en el lado opuesto de la habitación cubierta apenas con un camisón de seda negro –No sólo no lo salvaste... sino que también lo mataste– sonrió satisfecha.
–¡Rose!– llegó Shadow poco después para ver al erizo azul desvanecerse frente a sus ojos –¡Maldición, ¿Qué le sucedió?!– inquirió arrodillándose a la par de él, sin entender.
–Amy lo envenenó– soltó Midnight sin interés con una sonrisa maliciosa –En su intento de hacer recuperar a Sonic sus "recuerdos" aceleró su muerte velozmente.
–¡Lo lamento!– voceó la eriza culpable, sin apartar su mirada de Sonic, en quien podía ver como la luz de sus ojos se apagaba lentamente, mientras su vida le era arrebatada frente a ella. El tiempo pareció ir más despacio, mientras ella agonizaba junto a él, sintiendo como un dolor inquebrantable acrecentaba en su pecho, y así, escuchar su último suspiro. –No... No, no, no– repitió frenética para tocar con sus manos el cuerpo de él, el cual, empezaba a perder su calidez. Amy sabía que él no era su Sonic, que todo había sido una fantasía... pero para ella, había sido real, tan real como el dolor que sentía en ese momento.
–Oh vaya– habló Midnight mientras los pasos estruendoso de un ejército acercándose se podía escuchar –Parece que Eggman tomará represalias con quien "asesinó" a Sonic the Hedgehog– dijo divertida.
Shadow fijó su vista en la eriza quien yacía con su mirada, ahora sin luz, observando fijamente el cadáver del erizo que yacía frente a ella. Dirigió su mirada a aquella tetera de porcelana, recordando el momento en que se había topado con Amy y una charola de plata; una con esa misma tetera. Se puso de pie al acto para dirigirse al espíritu intentando contener su ira.
–¿Me citaste en la madrugada porque sabías que ella le daría ese té mientras creyera que él era Sonic, no es cierto?– masculló entre dientes.
–Si recordaba antes no sería divertido, ¿verdad?– sonrió victoriosa –Nos veremos, pronto– despidió con un beso rápido en los labios para desaparecer de la habitación entre las sombras.
–Pero qué...– murmuró sonrojado viéndola desaparecer, para así escuchar la puerta abrirse de golpe y ver cientos de los empleados del Dr. Eggman entrar junto a él.
–¡Asesínenlos!– ordenó Eggman con una amplia sonrisa en su rostro –Mataron al Emperador.
Amy subió su mirada perdida para ver como un arma era apuntada frente su rostro para escuchar el disparo que daría fin a esa pesadilla.
Bien!!! Ahora saben cuáles fueron las reglas del juego de Midnight, eso significa que Amy sólo tiene una oportunidad más o todo estará perdido!! Espero les haya gustado este lemon tanto como el otro el cual es el último de esta historia, pues no falta mucho para la conclusión de Amy's Nightmare!!!
Pronto está todo por concluir y Midnight no se lo pondrá nada fácil a Shadow o Amy. Capítulo 9: Una última oportunidad.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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