Capítulo 5: No Estás Sola
La noche cayó de repente y la lluvia cesó con un último estruendo. Adentro, horrorizada, Amy se encontraba presenciando el acto de esa noche; lo que en una instancia pensó era un hotel lujoso, pronto entendió que no era más que un extravagante cabaret.
Wave le había ordenado ir al salón principal como asistente de su más grande estrella para ayudar en todo lo que ella necesitará, sin embargo, al llegar al lugar del acto se quedó sorprendida. Amy observaba a Rouge cantar desde una esquina en el salón más lujoso de todo el lugar, en donde, desde el palco más alto, podía ver a Sonic disfrutar el sensual show de la murciélaga. Su vista se mantuvo en la pícara del erizo, quien con aquella media sonrisa, le hacía saber que yacía complacido del espectáculo de la murciélago. Amy aún no se acostumbraba a ver a Sonic de esa manera y más vistiendo esas ropas extrañas; una chaqueta roja con bordados negros y rojos decoraban aquella fina pieza de terciopelo; un pantalón negro y zapatillas negras completaban el atuendo.
Una copa de vino tinto yacía en su mano bailando al ritmo de la sensual canción de Rouge, hipnotizándola por el movimiento circular del líquido carmín. Los ojos color jade del erizo relucían en la tenue luz del salón, volviendo la atmósfera intima y seductora. Su corazón latió a prisa y su boca prontamente empezó a secarse mientras sus ojos se deleitaban de una faceta diferente de su adorado héroe... una que expelía seguridad y picardía. Amy no pudo evitar ver lo que él observaba con tanto deleite para asombrarse y deleitarse por igual; observaba a Rouge, a quien la luz en el escenario abrazaba cada curva de su cuerpo mientras con un baile sensual le cantaba sobre pasión y sumisión al erizo que había viajado desde tan lejos para verla, haciéndola sonrojar por el contenido implícito en la canción de ella.
Regresó su mirada al dictador de aquel mundo, observando con embriaguez cada facción del erizo, esbozando una imperceptible sonrisa sin poderlo evitar hasta que los ojos de él se desviaron hacia ella cual rayo. Amy se sobresaltó al sentir su mirada acechadora sobre ella, haciéndola estremecer y sonrojar con fuerza. Sonic amplió su sonrisa divertido por su reacción obligándola a desviar la propia a sus pies en un intento de ocultarse de los ojos que la escudriñaban sin reparo. Su corazón latía en sus oídos opacando la música a su alrededor; Amy mordió su labio inferior sintiendo como un calor abrumador abrazaba su cuerpo haciéndola sentir extraña y a su vez más viva que nunca.
La música cesó y el público aplaudió de repente, brindándole una bocanada de aire fresco al terminar el seductor acto de la murciélago, quien recibía rosas en el escenario de cientos de fans, mientras que, con su vestido provocador, deslumbraba a quien posara sus ojos en su blanco pelaje. Amy vio con disimulo en la dirección del erizo azul, percatándose que sus ojos color jade intenso seguían sobre ella, regresando su mirada a sus pies, por alguna razón no podía sostenerle la mirada.
Rouge caminó hacia ella para dirigirla tras bambalinas ocultándose al fin de la mirada persistente de él, logrando soltar el aire retenido, aliviada.
–¿No estuve increíble?– dijo Rouge para caminar a un tocador iluminado con varias bombillas brillantes y verse en el espejo vanidosamente –El Emperador Sonic no quitó su mirada de mí en todo el espectáculo.
–Sí...– murmuró recordando la penetrante mirada de él, ruborizándose con intensidad –¿Hay algo más que hacer?– preguntó Amy intentando despejar su mente y la oleada de sentimientos que la abatía.
–Yo veré si el Emperador quiere alguna cita privada, ya sabes...– dijo Rouge guiñando su ojo provocando en ella un intenso sonroje, y su vez un extraño sentimiento de enojo que se localizaba en el boca de su estómago al pensar que ellos podrían estar juntos de alguna manera –Tú puedes irte, estoy segura que Wave encontrará algo que hacer para ti– dijo en forma de despedida.Rouge atravesó la puerta trasera del salón, dejándola a solas en aquel pequeño camerino improvisado para la murciélago.
Amy soltó el aire pesadamente, apretando sus puños con fuerza en un intento de controlar sus celos sin sentido. La imagen de Rouge y Sonic en una ardida noche de pasión empezó a acecharla, sin poder evitar morder su labio inferior, sintiendo como aquella oleada de celos empezaba a apoderarse de cualquier rastro de raciocinio.
–Debería de ir con Rouge...– murmuró con su mirada fija por la puerta que había cruzado la murciélago, mientras la ansiedad se acrecentaba. La sola idea de que podrían tener una cita "privada" no le daba descanso. –¡Basta Amy, él no es tu Sonic!– exclamó al sentir como una oleada de celos empezaba a controlarla –Él es...– calló recordando nuevamente aquella mirada pícara que él le había brindado hace tan sólo un momento. Su Sonic jamás la había visto, jamás la había hecho sentir así... Amy sacudió su cabeza con fuerza, notando el egoísmo implícito en sus pensamientos. –Detente, hay cosas más importantes ahora– dijo con sensatez.
La pregunta de cómo se acercaría a este nuevo Sonic era lo que debería de importarle, ya que parecía algo casi imposible, después de todo, él era el emperador de este nuevo y extraño mundo y ella era sólo una simple empleada de aquel burdel. No tenía idea de qué podría hacer para hablarle o cómo ayudarlo a prevenir lo que fuese a pasarle. Amy cerró sus ojos en un intento de crear un plan en su cabeza con los poco pedazos de información que había logrado reunir de ese mundo.
–"¿Qué puedo hacer?"– pensó en un intento de ahogar aquel pequeño pensamiento infiltrado de Rouge y Sonic juntos.
–No deberías de estar sola tan tarde...– escuchó susurrar para abrir los ojos de golpe al reconocer la voz grave que acababa de acariciar su oreja con su cálido aliento. Amy dio media vuelta para ver a Sonic con una sonrisa divertida en su rostro.
–S-Sonic...- balbuceó con sorpresa al verlo ahí con ella y a su vez alivio. No estaba con Rouge. El erizo azul borró aquella sonrisa previa arqueando una ceja, casi extrañado al escuchar su nombre –¡Es decir!, Emperador– corrigió con una reverencia, pensando que tal vez sería lo apropiado. Amy elevó la mirada aún con su cabeza inclinada, observando una actitud más complacida por parte del erizo azul, suspirando imperceptiblemente. –Amm...– murmuró confundida por verlo ahí, recobrando la compostura, hasta que la imagen de Rouge se atravesó haciéndola fruncir el ceño al acto deduciendo que esa sería la razón de su visita –Si vienes por Rouge, ella...
–No vine por la murciélaga– interrumpió Sonic divertido, haciéndola cambiar su expresión de enojo a una de felicidad oculta. Sonic caminó hacia la eriza con sus ojos fijos sobre ella, haciéndola retroceder al sentirse acorralándola para chocar contra la pared de madera –De hecho, vine por ti– completó ampliando su sonrisa.
–¿Eh?– soltó sintiendo como la temperatura de su cuerpo aumentaba desproporcionadamente. –Amm... y-yo soy... es decir, sólo.. sólo limpio y eso...– tartamudeó ruborizándose intensamente y alegrándose internamente.
Sonic esbozó una sonrisa divertida ante el obvio nerviosismo de ella y con su dedo índice rozó su mejilla, provocando que los ojos esmeralda de la eriza se posaran en los de él; con delicadeza contorneó con un suave movimiento el rostro de la eriza, para así, recorrer su labio inferior con la yema de su dedo, quitándole el aliento ante la suavidad de su caricia.
Sonic retrocedió un par de pasos para verla de pies a cabeza con aquella cabellera despeinada, uniforme desprolijo y guantes manchados de mugre y polvo; un aspecto que encubría la suave y tersa piel blanca de la eriza, así como el color de su pelaje de las flores de cerezos que él tanto admiraba.
–Bien– habló al fin el nuevo emperador –Por alguna razón te me haces vagamente conocida...– dijo suavizando aquella expresión y por un fugaz momento sus ojos pudieron ver a su Sonic frente a ella.
Los ojos de Amy se abrieron con sorpresa iluminándose al ver aquel rostro familiar sintiendo como su corazón latía con fuerza y recordándole fervientemente qué era lo que hacía ahí.
–Sonic yo...
–¡¿Sonic?!– escuchó una voz familiar interrumpir su encuentro, para ver al zorro de dos colas entrar a los vestidores –¡Sonic estás...– calló por un momento al verlo con ella –¡Por fin te encuentro!– dijo con alivio y molestia.
–Tails– sonrió Sonic con soltura al ver a su amigo adentrarse.
–¿Tienes una idea de la hora?– reprochó molesto.
–Lo sé, lo sé, ya voy, no tienes que recordármelo– ignoró su reclamo, para verla una vez más de reojo y una expresión pícara se dibujara en el rostro del erizo azul, tragando cualquier recuerdo de su Sonic –Nos veremos pronto, chica de la limpieza– murmuró cual promesa para salir de ahí junto al zorro, dejándola a solas.
Amy se deslizó sobre la pared que yacía a sus espaldas para caer sentada en el sucio suelo, sintiéndose confundida y emocionalmente intranquila. Elevó un vista al techo, pensativa, el Sonic de la realidad anterior no parecía interesarse en su presencia al igual que el que tenía en casa... pero este era diferente e igual al mismo tiempo. De nuevo un sonroje bañó sus mejillas al recordar las atrevidas acciones del Emperador Sonic haciéndola sentir extraña y a su vez deseosa por más. Con sus dedos trazó el camino que la yema de los dedos de él había acariciado hace tan sólo un momento, sintiendo una explosión de emociones en su vientre como nunca antes...
–Enfócate Amy, tienes una misión que cumplir– se regañó en un intento de acallar los sentimientos que brotaban de ella ante las sutiles caricias que habían marcado su piel.
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Aún yacía en un sueño profundo cuando Wave entró de golpe a su habitación exclamando su nombre, obligándola a abrir sus ojos con pesadez, percatándose que aún seguía en aquel juego del espíritu de la noche.
–¡Tienes mucho que hacer, arriba!– ordenó molesta quitando las sabanas que la abrigaban para obligarla a ponerse en pie. Amy buscó con la mirada la ventana de aquella habitación para ver el cielo dormir todavía. –Andando, no hay tiempo que perder– dictaminó Wave.
–¿Por qué la prisa?– murmuró Amy somnolienta con un bostezo.
–¡Él te pidió a ti!– exclamó casi con orgullo.
–¿De qué hablas?
–El Emperador Sonic te pidió para que lo atendieras en su estadía, ¿No es un gran honor?
–¡¿Qué?!– exclamó Amy con sorpresa sin poderlo evitar.
–Lo sé, yo también pensé que sería extraño, pero parece que le causaste una buena impresión– dijo Wave casi con presunción –Ahora arréglate, que deberás de estar pendiente de todos los requerimientos del emperador.
Amy asintió decidida para ponerse en pie y seguir las órdenes de Wave al pie de la letra, con eso podría estar cerca de Sonic y prever su muerte en este mundo, era justamente la oportunidad que había estado esperando.
Caminaron casi a hurtadillas por el complejo cabaret viendo como poco a poco colores violetas y azulados empezaban a bañar el cielo. No tardaría mucho en amanecer.
–¿Ya sabes que hacer?– inquirió Wave mientras caminaban a la habitación del erizo azul.
–Sí– asintió decidida. Esta vez ella no perdería contra Midnight.
–Bien, por sobre todo no olvides el té del emperador, una taza en la mañana y otra en la tarde, así lo requirió su asistente personal.
–No lo haré.
–Y recuerda, haz todo lo que él te diga– amenazó Wave, haciéndola sentir insegura por un instante, después de todo, este Sonic no se parecía en lo más mínimo al que ella conocía –Mucha suerte.
La dejo ahí, frente a las grandes puertas de madera talladas que según Wave era donde yacían las habitaciones más ostentosas de todo el complejo. Amy tragó pesado asintiendo con la cabeza y armándose de valor para con cierta duda, tocar la puerta.
–¿Quién toca?– escuchó decir del otro lado de la puerta, sintiendo su corazón acelerarse sin poderlo evitar.
–Amm... es... emm... el servicio que solicitó– respondió Amy dudosa.
–Mmm... Adelante.
Amy empujó las puertas lentamente para que éstas rechinaran sonoramente por el eco. Al entrar pudo ver al erizo azul con su vista fija en la ventana de su alcoba para ver como empezaba a despertar el cielo de ese día. Se le veía pensativo y distante, no muy parecido al erizo que había conocido el día anterior.
Sonic vio de reojo quién era la causante de su disturbio de ese día, distinguiendo a la eriza rosa, quien llevaba una charola de té en sus manos, inmóvil a la par de la puerta, casi con miedo de adentrarse más.
–¡Oh, eres tú!– exclamó Sonic con alegría, borrando aquella expresión pensativa.
–Tal como ordenaste– asintió con la cabeza, intentando ser tan formal como le era posible.
–Bien, entonces, ¿qué esperas?– inquirió divertido al verla inmóvil a la par del marco de la puerta. La eriza asintió febril adentrándose a la habitación de lujos y ostentosidades. –Veo que has traído mi té– dijo con una media sonrisa para caminar hacia ella y tomar la taza de porcelana fina en sus manos.
–Así como lo ordenó Tails– asintió Amy con la cabeza, recorriendo con sus ojos cada facción del erizo azul, quien sorbía su bebida con deleite. –Tan parecido...– murmuró Amy al recordar al risueño erizo azul que esperaba por ella en su mundo.
–¿Disculpa?– inquirió por sus extrañas palabras.
–¡Oh, nada!– rió con nerviosismo –Es un honor estar con el gran Emperador– jugó con su ego –Me sorprendió mucho que me eligiera a mí... su alteza– completó con un extraño sabor de boca por aquellas palabras inadecuadas.
Sonic le sonrió complacido por sus palabras, regresando la taza vacía a la charola de plata que la eriza sostenía en sus manos. Sus ojos inspeccionaron minuciosamente a la sirvienta que con empeño le había indicado a Tails que le trajera para su estadía en aquella isla de mala muerte. Una extraña atracción brotaba de él cada vez que la miraba, aunque no estaba del seguro del por qué.
–¿Cuál es tu nombre?– preguntó el erizo azul.
–Amm... Amy, Amy Rose– se presentó un poco incómoda por la mirada inquisitiva de él sobre ella.
–Bien Amy Rose, de ahora en adelante estarás conmigo en todo momento para cumplir cualquier capricho que yo tenga, ¿has entendido?– indicó gallardo.
Su corazón se alborotó de nuevo, sintiendo cómo su aliento era robado ante las seductoras palabras del erizo. Sonic se acercó a ella para quitar de entre ellos aquella charola a la que ella se había aferrado casi como para protegerse de él; lanzándola al suelo quebrando la pequeña taza de porcelana china, tomando su muñeca con fuerza para halarla hacia él con un rápido movimiento, pegando su cuerpo completamente contra el suyo. –¿Tienes una idea de lo que eso significa?– le murmuró con picardía, sintiendo su cálido aliento sobre su rostro. Quiso retroceder y alejarse de él, pero simplemente no pudo, se vio embriagada por el momento, por él, por su brazo que repentinamente la tomaban por la cintura aferrándola contra él, y por su mano que soltaba el brusco agarre de su muñeca para acariciar con delicadeza su rostro y así contornear sus labios nuevamente con la yema de su dedo. Su respiración se aceleró de repente, fijando su mirada a los ojos hambrientos de él. Sonic colocó su dedo índice debajo de su mentón para atraer su rostro con lentitud a él y sin ella pensarlo dejarse guiar para cerrar sus ojos lentamente al sentir como se acercaba a él...
–¡Emperador!– el estruendoso golpe de la puerta de madera los hizo parar. Sonic frunció su ceño molesto y sin soltarla en ningún momento vio con ira a las puertas cerradas.
–¡¿Qué?!– vociferó molesto.
–¡El Emperador Eggman lo solicita inmediatamente!
–Maldita sea...– masculló entre dientes para lanzarle una mirada intensa a Amy, quien no se había movido, obligándolo a sonreír –Terminaremos esto más tarde– dijo cual promesa para soltarla al fin y caminar en dirección a las puertas de madera.
Amy colocó una mano sobre su pecho sintiendo como su respiración, antes ausente, ahora yacía agitada por aquel corto, pero intenso momento que había suscitado de pronto entre ellos, y la promesa de continuar la embelesó más de lo que admitiría alguna vez a ella misma. Amy siguió con la mirada a Sonic para verlo abrir ambas puertas de golpe, con una obvia molestia por la interrupción, lo cual la hizo sonrojar fuertemente y sonreír sin poderlo evitar. Lo que alguna vez deseo se hacía realidad en aquel desbaratado mundo.
–Lamento la interrupción, pero el Doctor Eggman lo necesita de inmediato– escuchó decir. Amy cambio aquella expresión de felicidad por una de intriga. Sólo existía alguien que se refería a Eggman de esa manera. Amy caminó con sigilo para vislumbrar a la inoportuna visita, reconociendo a un erizo familiar, a uno que no había visto desde que había empezado ese juego.
–Bien– masculló Sonic con molestia –Mientras atiendo eso encárgate de ella– le ordenó para voltear a ver a la eriza –Lo que lleva no es adecuado para estar con alguien como yo, dile a Midnight que le encuentre algo más...– enmudeció por un momento para esbozar una sonrisa maliciosa –Más de mi estilo.
–Así lo haré– asintió Shadow, dándole paso al erizo azul, quien salió de la habitación dejándolo a solas con ella.
Amy se quedó en medio de la habitación, viendo a un nuevo jugador de Midnight, el cuál no se había presentando antes; intentaba descifrar qué papel podría jugar en este mundo. Shadow caminó hacia ella para verla con intensidad.
–Iré con Midnight para solicitar lo requerido por el Emperador– indicó seriamente, a lo que Amy sólo asintió con la cabeza. Había algo extraño en él –Mientras tanto, por favor...– calló para acercarse a ella y con rapidez entregarle algo en sus manos –No caigas es sus trucos...– le murmuró a penas audible, haciéndola abrir sus ojos por completo debido a la inusual advertencia –Busca a Wave y ella te dirá qué hacer ahora– ordenó para dar media vuelta y caminar a la salida.
–¡E-Espera!– exclamó en un intento de hacerlo parar, sin éxito.
Amy lo vio salir de la recámara, extrañada. Revisó aquello que le había entregado para ver un pedazo de papel rasgado y doblando torpemente. Abrió aquella nota para leer su contenido y abrir sus ojos por completo por sus palabras:
Yo lo sé todo... No estás sola.
Amy vio al derecho y al revés de aquel pedazo de papel para no encontrar nada más y así correr fuera de la habitación para encontrarse con un pasillo vacío. Eso significaba que ese Shadow era el Shadow de su mundo y si era así... ¿cómo había llegado ahí?
Para aquellos que leyeron Underworld sabrán que Shadow era una de las piezas más importante del juego que Midnight había hecho en esa fic, y por las mismas razones no podía faltar en esta fic!!!! Las cosas están a punto de cambiar para Amy y una ayuda extra será lo que necesita para lograr vencer, ¿o será todo lo contrario? La presencia de Shadow ha cambiado las cosas y Midnight no piensa hacérselos más sencillo.
Bien, hoy quiero agradecer a quienes se han tomado la molestia de comentar ya que esta historia realmente ha sido todo un desafío para mi de escribirla y por eso @sonamyfanlover4ever, @lunajanet4 y @kenzybennet muchas gracias por su apoyo, realmente ha significado mucho para mí!!! En fin, el siguiente capítulo se estará subiendo el otro viernes, así que atentos que esta historia aún tiene más por contar :D
Todos tenemos una debilidad fatal... ¿cuál es la tuya? Capítulo 6: My Weakness
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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