Capítulo 11: Welcome Back
Sintió una suave luz abrazarla para abrir sus ojos lentamente y verse en la absoluta oscuridad, en la nada. Amy buscó vagamente con la mirada algo que le indicará que no yacía sola, sin embargo, no pasó. Se abrazó a sí misma soltando aquel dolor que había llevado durante tanto tiempo y así llorar en lo que asumió sería su castigo por perder el juego de Midnight; ahora Shadow, Sonic y ella misma yacerían en las tinieblas durante toda la eternidad, sin consuelo, sufriendo cada instante de su estadía en el inframundo por sus malas decisiones.
–Lo lamento tanto– sollozó mientras sus lágrimas libres empapaban sus mejillas.
–Mi querida Amy...– escuchó decir entre la oscuridad deteniendo su inconsolable llanto y así buscar aquella voz que la llamaba entre las tinieblas, sin poder distinguir nada frente a ella. –Haz trabajado tan duro... y sufrido tanto.
Una luz brillante la cegó momentáneamente para dejar ver así a un rostro familiar aparecer desde las alturas –¡Midnight!– exclamó para retroceder aterrada a lo que pensó sería su verdugo, hasta que una expresión generosa y gentil la hizo detenerse. Unas alas blancas se desplegaron para inundar todo con albor y unos ojos azul cielo la observaron con gentileza mientras descendía hacia donde ella estaba. –Tú no eres...
–Mi nombre es Dawn– se presentó la espíritu para tocar tierra firme al fin –Dawn the Spirit, por fin nos conocemos.
–Es decir... ¿que no estoy en el inframundo?– cuestionó Amy confundida intentando vislumbrar algo en la absorta oscuridad.
Dawn se hincó a su nivel para así verla con dulzura y al fin decirle en suave voz: –Lograste ganar el juego– indicó serena. Sus palabras asombraron a la eriza, quien observaba incrédula a la gemela exacta del espíritu de la luna. –Mi hermana ideó el último reto pensando en algo que creyó sería imposible... que tú te arrebataras tu propia vida, pero obviamente se equivocó.
–Es decir... ¿no debía matar a Sonic?– intentó comprender la eriza.
–No– espetó –Debías de eliminar a la causa de su muerte.
–A mí– murmuró sintiendo aquel agónico dolor recorrerla nuevamente. Sus palabras dulces apuñalaron su maltrecho corazón. Midnight se lo había dicho antes, la razón de las desdichas de Sonic y de morir siempre había sido ella... fue tan obvio y a su vez tan imperceptible. Gotas saladas sobresalieron de sus ojos nuevamente, unas que parecían provenir de una fuente infinita de dolor y miseria, uno que se albergaba en lo más adentro de su ser. Sintió como la desesperación la abrazaba y la culpa empezaba hacer de su mente su nuevo hogar. –¡Todo esto pasó por mi culpa!– vociferó soltándose a llorar.
–Mi querida Amy– murmuró la espíritu al verla taparse el rostro con la mano y lamentarse. Dawn se acercó a ella para abrazarla de pronto. Amy detuvo su llanto al sentir el tacto de la diosa de la luz, sorprendiéndose por la calidez que emanaba –Lamento no haberte podido ayudar antes... lamento todo lo que has tenido sufrir– le murmuró mientras la envolvía en el más cálido y reconfortante abrazo jamás recibido –No está en mí cambiar el destino de nadie, pero tú...– pausó para separarse de ella y ver sus ojos que derramaban culpa y dolor –, tú haz hecho algo casi imposible– dijo con orgullo –Ganarle a la muerte; y ahora podrás regresar a tu mundo y presenciar lo que tu sacrificio ha logrado.
Amy observó con intriga al espíritu de la luz, quien la miraba con gentileza, una que ella sabía que no merecía. No podía imaginar regresar a casa y ver a Sonic, a uno que había intentando matar... de nuevo tomando la decisión equivocada. La única razón por la que había ganado el juego de Midnight había sido por cobarde.
–Pronto nos veremos nuevamente...– dijo Dawn de pronto –Y esta vez, te prometo que todo será diferente– consagró el espíritu de la luz para así separase de ella y flotar en el aire y elevarse por el cielo oscuro –Ahora ve... tu Sonic te espera.
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Abrió los ojos de golpe para así sentarse velozmente. Un sudor frío recorría sus sienes mientras un latido rápido e incesante rezumbaba en sus oídos con fuerza, su respiración yacía acelerada y sus mejillas empapadas en lágrimas que parecían jamás acabar.
–¡Amy por fin despiertas!– escuchó para ver como Cream a la par de su cama –Haz estado durmiendo durante todo el día, había empezado a preocuparme... ¿estás bien?
–Yo...– murmuró confundida, para ver hacia los lados, observando una habitación vagamente familiar.
–Shadow te trajo, dijo que te lastimaste la cabeza– indicó la coneja.
Sus palabras le arrebataron el aliento y el miedo de nuevo se hizo presente a su lado.
–Esta pasando nuevamente– murmuró Amy aterrorizada –Sigo en el juego...
–¿Amy?– llamó Cream al observar la expresión de terror que yacía en su rostro.
–¡¿Por qué, por qué sigues haciendo esto?!– exclamó la eriza viendo al cielo frustrada en busca del espíritu de la luna.
–A-Amy– intentó tranquilizar la coneja, acercándose con cuidado hacia ella, sin éxito, pues la eriza se paró en un salto empujándola a un lado para salir de aquella habitación. –¡Espera Amy!– gritó Cream en un vano intento de detener su frenesí.
Amy no escuchó palabra alguna, salió de la recámara para llegar a la sala de aquel hogar y ahí, observar a Shadow hablando con Vainilla deteniendo su marcha de golpe. Su pesadilla estaba destina a nunca acabar, tal vez sí había caído al inframundo y su castigo sería vivir sus pecados una y otra vez, sin tregua, sin descanso... esta vez sin una salida fácil.
–¿Rose?– llamó Shadow asombrado, al verla con una expresión de pánico y confusión.
–Es este es mi castigo ¿verdad?– susurró apretando sus puños con fuerza, quebrándose ante la inevitable situación –Esto es lo que tengo que vivir el resto de la eternidad por lo que hice, ¿no es cierto?
–¿Amy qué es lo que sucede?– preguntó Vainilla consternada al escuchar sus incoherentes palabras.
Shadow se acercó a ella para tomarla de la muñeca, y sin decir nada, sacarla de la pequeña casa donde amablemente la habían recibido en un intento de conseguir privacidad. Amy salió de la casa de Vainilla para ver un escenario familiar; todo se parecía a su hogar en Green Hill. Los árboles, las aves cantoras e incluso las pequeñas casas con bellos jardines eran idénticos a su mundo.
–¿Te encuentras bien?– preguntó Shadow al fin para obligarla a verlo.
–Estamos... es decir, seguimos...
–Ganaste– espetó con una media sonrisa y una obvia satisfacción. –Regresamos, ¿O acaso no reconoces nada de esto?– indicó con una ademán de mano.
–Pero mi golpe en la cabeza...
–Te encontré inconsciente en medio de un claro en el bosque, no sabía qué más decirles para explicarles tu condición– interrumpió prontamente –Lamento si no fue oportuno.
–¿Dawn habló contigo también?– preguntó Amy confundida.
–¿Dawn?, ¿Hablas del espíritu del sol?– corroboró –No, digamos que luego de lo que hiciste Midnight se mostró muy decepcionada; dijo que habías logrado descifrar su acertijo o algo por el estilo.
–Entonces... ¿quiere decir que esto es real? ¿Regresamos a nuestro a mundo?
–Pues...
–¡Shadow, Amy!– escucharon decir para ver a Tails correr hacia ellos con una amplía sonrisa en su rostro, interrumpiendo su conversación.
–Porque no lo averiguas tu misma– dijo Shadow para colocar una mano sobre su hombro suavemente y empujarla con delicadeza un paso más cerca del joven zorro.
–¡Es Sonic!– exclamó Tails llegando con su respiración agitada –No sé qué ocurrió...– dijo intentando recuperar el aliento perdido por la carrera –¡Pero está despertando!
Por primera vez en mucho tiempo una verdadera sonrisa empezaba a formarse en su rostro para sentir la primera bocanada de tranquilidad en mucho tiempo. Amy volteó a ver a Shadow quien le asintió con la cabeza, entendiendo que por fin había despertado de aquella horrible pesadilla en la que se había adentrado.
Amy le sonrió con soltura para así abrazarlo de pronto; Shadow la observó confundido, sonrojándose por la repentina muestra de afecto indeseada. –... Muchas gracias– le susurró la eriza como acto final para soltarlo y así, salir corriendo en la dirección en que el pequeño zorro había llegado.
–¡¿Espera, Am...– la mano de Shadow sobre su hombro lo hizo callar, volteándolo a ver con confundido por las acciones al erizo negro.
–Déjala, ella ha esperado más que nadie– dijo al aire en un vano intento de explicar la situación.
Tails observó de nuevo el andar de la eriza en la distancia, asintiendo con la cabeza; después de todo él sabía lo que Amy sentía por su mejor amigo, sin poder disimular la sonrisa que en ese momento se esboza en su rostro. Tails dirigió su vista al erizo negro, quien tenía su mirada en la eriza rosa que prontamente empezaba a perderse a la distancia –Dime...– habló el zorrito –¿Tú no piensas ir también?– inquirió Tails –Después de todo sé que estuviste muy preocu...
–Yo ya hice mi parte– cortó frío para tomar distancia, retomando aquel semblante impasible y amenazador –Por fin estamos a mano.
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Amy observó aquella casa en donde había pasado noches en vela, a la espera de su pronta recuperación sólo para verlo morir un poco cada día, hasta el momento en que simplemente él ya no abrió los ojos nunca más. "Está en coma Amy... ahora sólo nos queda esperar el final" recordó las palabras de Tails de aquella fatídica tarde; ahí, en ese momento ella se había propuesto evitar que eso sucediera, sin importarle el precio que tuviera que pagar. Amy suspiró pesadamente sintiendo como un escalofrío recorría su cuerpo al recordar toda la miseria y dolor que había tenido que sufrir para poder llegar a ese momento.
–Ya todo acabo... – se dijo a sí misma, sintiendo cómo su cuerpo parecía tensarse, inmóvil, ante el recuerdo del dolor que aquejaba su corazón –Es por él que hiciste todo esto... por este día.
Así, con la última gota de valor que pudo encontrar se adentró a la pequeña casa del erizo azul para caminar en la oscuridad y dirigirse a la última habitación de un estrecho corredor. El cableado de las maquinas que alguna vez lo mantuvieron con vida yacían a simple pista sobre el piso inmaculado, guiándola a él. Amy observó la puerta de su recámara medio abierta, la cual dejaba que un pequeño rayo de luz se colara en la absorta oscuridad. Se detuvo un momento frente a ésta, aún dudando sobre sus actos, hasta que el sonido de vida del otro lado pareció borrar cualquier duda en ella, y así, entrar con cuidado para ver a un erizo que yacía sentado sobre la cama de sabanas blancas, estirando sus músculos torpemente.
–Te encuentras bien– murmuró la eriza rosa sintiendo como lágrimas de felicidad empezaban a cegar aquella milagrosa imagen.
–¿Uh?– dijo al escuchar sus palabras para voltearla a ver –Hola Amy– saludó Sonic con una media sonrisa –Tiempo sin vernos, ¿no es cierto?
–¡Sonic!– exclamó, y así sin pensar, abalanzarse sobre él y abrazarlo con fuerza –¡Pensé que jamás volvería a verte!– dijo sollozando sobre él.
–E-Espera, Amy– balbuceó Sonic con sorpresa soltándose tan bien como pudo de su abrazo –Todo está bien, ves, me encuentro mejor– intentó tranquilizarla –Así que el sofocante abrazo no será necesario– dijo un tanto incómodo por la muestra de afecto de la eriza.
–¿Eh?– soltó perpleja.
Amy lo vio con sorpresa para retroceder un par de pasos, alejándose del erizo que se miraba obviamente incómodo en su presencia; sin lugar a duda ese era su Sonic, el mismo Sonic que haría lo que fuera por mantenerla tan lejos de él como le fuera posible. Había regresado con el mismo Sonic que nunca sentiría nada más que una amistad hacia ella, si es que podía llamar a eso una amistad.
–¡Sonic!– escucharon decir de pronto para ver a Knuckles y Tails entrar con emoción a la habitación, empujándola a un lado, reduciéndola a un simple rincón. Como siempre.
–¡Estaba tan preocupado amigo!– dijo Knuckles con alivio.
–Es bueno verte también– le sonrió el erizo azul a modo de saludo –Tails me dijo que su último tratamiento experimental parece haber sacado toda el veneno que había en mi sangre– explicó Sonic con orgullo –De no ser por él yo no estaría aquí.
–¿Qué?– musitó la eriza para verlos reír y felicitar al joven zorro por su gran hazaña. –Pero él no...– soltó sin pensar para que los tres voltearan a verla al escuchar sus palabras –Es decir... yo...– calló atragantándose con su enunciado.
El cuarto se llenó de un silencio ensordecedor, sintiendo como las miradas inquisitivas y persistentes la abrumaban; la frustración se hizo presente al igual que su vieja amiga la vergüenza para hacerla sentir más inadecuada que nunca.
–Tikal me contó lo que intentabas hacer– habló el zorrito con una expresión de consternación rompiendo el silencio al fin –Aunque fue algo muy noble realmente fue muy peligroso también– regañó para verla con reclamo –, luego de cinco horas y no saber de ti le pedí a Shadow que nos ayudará a buscarte ya que te habías introducido al bosque en busca de esta tonta leyenda.
–¿Cinco horas?– repitió, sabiendo que su aventura había durado más de cinco horas, y así sentir una nueva emoción resurgir dentro de ella... enojo –¿Leyenda?– masculló frunciendo el ceño. Lo que ella había vivido no había sido su imaginación.
–Por suerte Shadow te encontró– puntualizó Tails con una sonrisa –Amy, en el verano no es una buena idea ir al bosque sin agua o sin comida, tienes suerte que el golpe de calor no causara mayores consecuencias.
–¡No, eso no...– sin embargo calló ante la mirada acusadora de los presentes. No podría nunca explicarles lo que había vivido. Amy observó a Sonic, quien la miraba con incredulidad, muy diferente a aquellas hermosas miradas que alguna vez él le había dado; jamás podría contarle a Sonic sobre su historia, sobre las muertes que tuvo que presenciar y sobre todo, sobre las caricias que él le había propiciado, unas que su cuerpo guardaría con recelo –Me alegro que te encuentres mejor Sonic– completó al fin –Con su permiso, me retiro.
–Espera, Amy, no es necesario que te vayas– habló el erizo azul –Es decir, todos podemos...
–No– cortó –Sé perfectamente cuál es mi lugar en este mundo, y eso es lejos de ti.
–Espera Amy, eso no...
–Nadie entiende... nadie jamás entenderá– murmuró para verlo con el ceño fruncido.
Amy dio media vuelta para escuchar de nuevo la voz de Sonic llamarla, pero no regresaría. El pensamiento de si lo que había sacrificado había sido lo correcto empezó a atormentarla; Amy salió de la casa para alejarse tanto como pudiera de aquel lugar en donde sabía que ya no sería bienvenida, esta vez no con su rostro bañado en lágrimas, en esta oportunidad no sintió a la desolación ni a la desesperanza abrazarla con fuerza, esta vez algo nuevo había tomado su lugar... algo diferente. Algo egoísta.
–¡Rose!– la voz de Shadow la hizo detener su rumbo para verlo llegar a ella con aflicción –¿Todo está bien?
–No lo saben, ¿no es cierto?– preguntó ella con seriedad.
–No– respondió Shadow secamente –No creí que fuera yo el indicado de contar esta historia, ¿les has dicho?
–¿Decirles qué?– preguntó en un tono irónico para verlo con seriedad –¿Qué viajamos por diversos mundos en un intento desesperado de salvar su vida? O ¿Qué casi lo mato y triunfo en el intento?
–Decirles la verdad sería un buen punto de partida– sostuvo.
–¡Esa es la verdad!– exclamó solando aquella rabia que había empezado a consumirla –¡Él jamás entenderá, nadie lo hace!– vociferó –¡¿Tienes una idea de lo que es verlo con esos ojos!
–¿Esos ojos?– repitió Shadow confuso.
Amy suspiró pesadamente para suavizar la mirada y recordar la dulce mirada que alguna vez Sonic le regaló, aquella sonrisa tierna que la hizo vibrar y aquel abrazo que algún momento le devolvió la vida en su momento más oscuro.
–Ella lo planeó así, ¿no es cierto?– murmuró con un dejo de tristeza en su voz –Si yo ganaba debería de sufrir por haber probado su amor y saber qué jamás lo volvería a sentir...– calló sintiéndose más vacía que nuca –Sin importar cuál fuera el resultado ella siempre ganaría.
Shadow suspiró pesadamente ante el sufrimiento de la eriza rosa, esta vez no habría nada que él podría hacer para ayudarla. –Suena a algo que ella haría– musitó al fin.
–Quisiera poder olvidar todo...– murmuró cabizbaja –Despertar como si nada hubiese pasado... pero sé que no es posible; este será el precio por mis pecados.
–Rose, yo no creo...
–¡Olvídalo sí!– rabió interrumpiendo sus no requeridas palabras de consuelo. Estaba cansada de que todo el mundo le dijera que debería o no sentir, que debería o no hacer. Ya había sido títere por demasiado tiempo –¡Déjame sola, sólo quiero que todos me dejen sola!– dijo por último para dar media vuelta y salir a prisa del lugar. Dejándolo a solas.
Shadow la vio correr en la dirección opuesta para ver como la Amy Rose que alguna vez le sonrió de manera infantil y lo observó con aquella mirada ingenua y soñadora empezaba a marchitarse debido al dolor y el sufrimiento constante. Había sido un error pensar que podrían regresar a su mundo y continuar como si nada hubiera pasado.
–Debo de hacer algo– se dijo el erizo negro con un pesado suspiro para dirigir su mirada a aquella casa de tonos azules.
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Después de casi haber perdido su vida por la última loca creación de Eggman y haberse visto confinado en una pequeña habitación como rata de laboratorio, por fin yacía probando el aire fresco. Lo que hubiera hecho Eggman en él había desaparecido casi por arte de magia. Tails le había recomendado quedarse a descansar, pero no soportaba la idea de quedarse un momento más en ese lugar confinado, es más, Sonic no tenía planes de acercarse a ninguna cama por un buen tiempo.
Sonic observó el paisaje de aquella noche, tomando un breve descanso de su interminable carrera desde que había podido ponerse en pie. Había seleccionado para tal motivo el peñasco más alto de Green Hill que pudo encontrar, rodeado de tanto bosque como le había sido posible.
–Me pregunto si lo que te pasó te hará más lento de lo que ya eras– escuchó la voz de cierto erizo negro. Sonic buscó con la mirada para ver a Shadow caminar hacia donde él estaba.
–Fui lo suficientemente rápido para salvar tu vida, ¿no es cierto?– sonrió arrogante.
–Veo que sigues tan fastidioso como siempre...– bufó Shadow molesto para detenerse a su par y así, ver al cielo estrellado de aquella noche –Supongo que significa que lo que nos dijo Tails es cierto; estás mejor.
–Eso parece– dijo para imitarlo y ver hacia el firmamento estrellado –Tiempo sin verte Shadow– saludo con una sonrisa como siempre lo hacía.
Ambos permanecieron en silencio, sobre aquel peñasco para admirar la noche y sentir como el tranquilo viento les devolvía la paz que en algún momento se les había arrebatado.
–Dime algo– habló el erizo negro para captar la atención de Sonic –¿Por qué nunca has salido con Amy Rose?– inquirió apacible.
–¡¿Eh?!– exclamó sonrojándose, perdiendo la compostura –¡¿P-Por qué me preguntas eso?!
–Siempre tuve esa duda– murmuró sin verlo –Ella daría la vida por ti si así fuera necesario. Lo sé.
Sonic le desvió la mirada sintiendo como se sonrojaba con fuerza por el giro íntimo que la conversación había tomado. No era algo que hablará con nadie, menos aún con alguien como él.
–Sí... yo lo sé también– susurró Sonic avergonzando.
–¿Entonces qué te detiene?– inquirió para verlo curioso.
–Ella es mi amiga, ¿por qué no puede quedarse así?– respondió con una sonrisa un tanto forzada –¿Por qué hay que complicar las cosas?
–¿Si yo saliera con ella sería problema?– preguntó Shadow sosegado.
–¡¿QUÉ?!– exclamó Sonic ruborizándose con intensidad para verlo con asombro –¡¿TE GUSTA?!
–Me gusta su pasión desbordante y su alegría infantil, ¿a ti no?
–¡Ese no es el punto!– exclamó el erizo azul molesto. –¡¿Por qué te gusta de repente?!
Shadow lo vio de reojo para observar aquella expresión molesta e infantil; esbozando media sonrisa –Creo que tienes razón– habló en un suspiro para regresar su vista al cielo con aquella expresión inmutable –Realmente es una eriza de lo más insoportable, la mayor parte del tiempo no puedo tenerla cerca, sería mejor si pudiera irse a algún otro lado ¿no lo crees?
–¡Claro que no!– defendió ante sus duras palabras –Nadie se preocupará por ti como lo hace ella, si necesitas un lugar para quedarte, un compañero o una simple taza de té ella estará ahí incondicionalmente ¡No podrías tener mejor compañera que...– Sonic calló al entender a dónde Shadow dirigía aquella conversación. Sonrojándose intensamente por permitir que sus emociones lo controlaran por un momento. –¿Por qué me haces todas estás preguntas?– inquirió recobrando la compostura, entendiendo que no era una conversación casual.
–Hoy hiciste algo– respondió serenamente –No estoy seguro que fue, pero Amy salió muy lastimada y créeme cuando te digo que no deseas lastimar más a esa eriza, o matarás lo que queda de su espíritu.
Sonic asintió con la cabeza, sabiendo a qué se refería. –Sé que sonará tonto, pero durante el tiempo que estuve inconsciente yo...– calló pensativo, sin saber exactamente como expresarse–, tuve unos sueños muy extraños.
–¿De qué hablas?– inquirió el erizo negro viéndolo con intriga.
–No lo sé, soñé a Amy y a mí en... digamos diferentes circunstancias– murmuró ruborizándose sutilmente al recordar aquellos sueños indecorosos –, pero antes de despertar, soñé que ella quería...– calló al percatarse de lo ridículo que sonaría lo que diría a continuación– Soñé que quería arrebatarme la vida– completó al fin.
–¿Y lo hizo?
Sonic lo vio de reojo, para observar aquella mirada intensa y curiosa en el erizo negro. Movió su cabeza lentamente a los lados en forma negativa a manera de respuesta –Lo que hizo fue peor– soltó al fin –Ella se quitó la vida– murmuró viendo al cielo estrellado con tristeza –Y creo que me siento molesto por eso... creo...
Shadow rió divertido como nunca antes lo había escuchado provocando que Sonic lo volteara a ver con sorpresa por la reacción inesperada, frunciendo el ceño en señal de molestia.
–Sí, lo sé, lo sé, es lo más estúpido que has escuchado– habló molesto el erizo azul, sin saber por qué le estaba contando todo aquello –Pero no pude evitarlo, cuando la vi realmente no quería que se me acercará... estaba muy molesto– se justificó con un dejo de vergüenza en su voz.
–De hecho es lo más sensato que te he escuchado decir– dijo Shadow riendo por lo bajo –Yo también me moleste en un principio, pero luego entendí el por qué– dijo aún con aquella sonrisa en su rostro –Te aconsejo que hables con ella, ha luchado mucho por verte bien– habló para empezar a caminar y regresar sobre sus pasos, alejándose de él. –¡Y hazlo hoy!– dijo por último.
–¡E-Espera!– balbuceó al verlo marchar –¿A qué te refieres con que tú también...
–¡Sólo haz lo que te digo!– interrumpió a manera de regaño para adentrarse al bosque, perdiéndose en la oscuridad.
Sonic frunció el ceño molesto y ahora confundido. No parecía ser el mismo Shadow de siempre. ¿Acaso había pasado algo en su ausencia?
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Yacía sentada sobre el césped de aquel campo abierto, con aquella sudadera rosa, la cual la cubría del frío de la noche; Amy tenía la capucha de aquella sudadera ocultando su rostro del frío, y así, mantener su mirada fija en la luna. Desde el momento en que vio morir al sol para que la noche tomara su lugar se había quedado con su mirada perdida en la luna, con aquella expresión dura, casi como reclamándole en silencio. Amy no sabía cómo regresar a su vida nuevamente, no sabía cómo borrar todo aquello que había experimentado... aún no sabía si realmente había despertado o si seguía en un sueño retorcido.
–¡Ames!– escuchó decir a sus espaldas para quitar su mirada del cielo y ver al erizo azul, quien llegaba a ella con una expresión de cansancio. Parecía haber estado corriendo por mucho tiempo. –Por fin te encuentro.
Amy frunció el ceño para regresar su mirada al cielo. No deseaba hablar con él –¿Qué quieres?– espetó molesta.
Sonic se sorprendió por la frialdad de sus palabras, realmente lo que Shadow le había dicho era cierto, algo en Amy había cambiado, algo que muy dentro de él sabía que era su culpa. Caminó hasta ella para detenerse a un par de pasos de distancia –¿Puedo acompañarte?
–Lo dudo– respondió tosca –La vaga conversación para saber cómo estoy es innecesaria– dijo Amy con cierta ironía por sus duras palabras de aquella mañana –Dime qué es lo que quieres y nos ahorramos todo el melodrama, ¿estás de acuerdo?
Sonic le restó importancia a sus duras palabras y así sentarse a su lado, a lo cual ella no pareció reaccionar –Realmente no sé qué es lo quiero– murmuró para fijar su mirada a la luna por igual.
Amy lo volteó a ver con una ceja arqueada, intrigada por las extrañas palabras del erizo. Eso había sonado sorpresivamente sincero.
–Nunca quise...– murmuró Sonic con su mirada en la luna –Complicar las cosas, ¿sabes?
La mirada antes dura de la eriza se suavizó ante las palabras sinceras de él, sintiendo como su corazón latía a mil por hora. Amy desvió su mirada de nuevo para ocultar su rostro en el capuchón de su sudadero.
–Hablas de... ¿nosotros?– se atrevió Amy a preguntar.
–Siempre fuiste mi amiga, siempre has estado cuando más te necesito...– murmuró el erizo azul –Siempre he tenido miedo que si algo cambiaba entre nosotros... te irías de mi lado.
–¡Eso jamás pasaría!– respondió Amy velozmente para verlo al fin –¡Iría hasta el mismo infierno si se tratará de ti Sonic!– dijo sintiendo como sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas nuevamente, sintiendo un escalofrío recorrerla por la menciona de aquellas verídicas palabras.
–¿Y qué pasa si de pronto... no lo sé... todo acabara?– inquirió el erizo sonrojándose con fuerza –Si tú te fueras de mi lado... yo no podría vivir con eso– admitió con sus mejillas pintadas de carmín.
–A veces pienso que sería mejor si lo hiciera– murmuró Amy desviando su mirada a su regazo –Creo que tu vida sería mejor sin mí en ésta...– confesó soltando una lágrima traicionera, escuchando nuevamente las crueles palabras de Midnight en su mente.
Amy había escuchado cientos de veces como ella era la causa de las desdichas del erizo azul y el pensamiento de que tal vez irse lejos sería lo mejor para él y también para ella era recurrente.
–Tal vez, debería de irme un tiempo...– murmuró cabizbaja –Tal vez un par de meses y...– calló al sentir el repentino abrazo de Sonic, el cual la hizo disipar cualquier pensamientos y así verlo con sorpresa, ruborizándose ante la inesperada muestra de afecto. Amy había recibido abrazos de los diferentes Sonic que había visitado, pero por alguna razón este se sentía diferente al resto... más cálido, más real. –S-Sonic...– balbuceó sin saber cómo actuar ante eso.
–Tuve un sueño– dijo de pronto el erizo azul –Uno en donde te veía morir frente a mí...– habló sintiendo como su voz se quebrantada al recordar nuevamente la imagen de ella quitarse la vida. –Jamás había experimentado tanto dolor en un período tan corto de tiempo...– confesó mordiendo su labio inferior.
–¿Eh?– exclamó ella sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.
–Preferiría vivir tan sólo un par de días más a tu lado– habló Sonic para así tomar separarse lo suficiente para verla a la cara –, que una vida entera sin mi Amy Rose.
–Sonic– musitó para sonreírle con sus ojos llenos de lágrimas y así corresponderle el abrazo para hundir su cabeza sobre su pecho –Gracias...
Sus palabras parecía haber sanado parcialmente aquellas heridas que su alma ahora llevaba consigo. Amy ahora sabía que todo estaría bien, que la vida le sonreiría de nuevo, sin importar lo pasará más adelante.
–¿Te gustaría salir conmigo?– lo escuchó preguntar para así Amy soltarse de él y verlo al rostro con una expresión de sorpresa –Ya sabes... una cena... o algo así– murmuró Sonic sin poderla ver al rostro, sonrojándose con fuerza.
Amy le sonrió con soltura, para secar las lágrimas que ahogaban sus ojos con las mangas de su sudadera; y así con una sonrisa irradiante responderle: –Me encantaría.
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Colocó el primer pie sobre la superficie para así sentir la gravedad y el peso de su nuevo cuerpo mortal. Midnight observó a la hermosa luna sobre ella para así sonreír ampliamente y cual pequeña niña dar un giró sobre la puntilla de su pie para celebrar su existencia en el plano mortal. Ahora podría ir y venir a voluntad en el plano de los mortales y así hacer de la existencia de aquellos individuos tan miserable como así ella desease.
–Esto tan sólo es el comienzo...– murmuró Midnight para sí.
The End
¡Por fin pude actualizar el último capítulo de esta historia! Lamento la tardanza pero realmente el tiempo cada vez parece ser más escaso T-T pero espero que el otro año eso cambie (seee... esto va para largo). Como siguiente en esta plataforma subiré mi historia "The Darkness Dream" la cual espero subirla en las siguiente semanas :D
Gracias a todos los que han estado al pendiente de la historia, pronto regresaré con nuevos proyectos, más Sonamy y sin lugar a duda más drama y amor!!!
Sin nada más que decir, su autora se despide, Kat fuera.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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