Capítulo 10: Game Over


Observaba la apacible noche de aquel día de verano, sabiendo que para esa misma hora mañana, todo habría terminado para ellos, para bien o para mal. Shadow se rehusaba a creer que Midnight los había acorralado en un juego sin salida, sin embargo, si Amy había desistido en ganar dicho juego significaba que para detener la muerte de Sonic se debería de hacer algo impensado.

–Es una noche pacifica, ¿no es cierto?

La pregunta lo sobresaltó, para ver al erizo azul llegando a su lado, admirando el cielo tal como él lo hacía, aunque dudaba que sus pensamientos fueran remotamente parecidos.

–Casi olvidas que existe una guerra afuera– expresó Sonic sonriente, deteniéndose a su par.

–Eres demasiado ingenuo– regañó Shadow sin verlo directamente.

–Sí, supongo que tienes razón– consintió Sonic sonriente –Prefiero pensar que todo pasará, no me gusta preocuparme en exceso– explicó sin obtener respuesta de su compañero. Ambos permanecieron en silencio, admirando la quietud de la noche sin pronunciar sonido alguno, simplemente sintiendo la presencia del otro, en un silencio ensordecedor. –Hay algo mal con Amy– soltó al fin, provocando que el erizo negro lo volteara a ver con interés por primera vez –, y no sé cómo ayudarla– suspiró cabizbaja.

Shadow pareció reaccionar ante su preocupación, cambiando aquella expresión impasible por una de sorpresa y preocupación

–¡¿Acaso te dijo algo?!– preguntó Shadow apresurado.

–Algo sobre un sueño– respondió Sonic con su vista en el cielo, consternado –Y sobre querer salvarme y no poder hacerlo.

–¿Algo más?

–No– respondió con un suspiro de frustración, para dirigir su mirada al erizo negro –Es gracioso– dijo Sonic con una amago de sonrisa –Amy tenía esa misma mirada de preocupación que tú tienes ahora– murmuró el erizo azul, a lo que Shadow no emitió comentario alguno, desviándole la mirada. –Es sólo que... no entiendo por qué de pronto parece tan preocupada porque yo muera– retomó el tema –, es decir, aunque fuera cierto y muriese, no me molestaría hacerlo por cualquier de ustedes– habló burlesco –Es decir, es una guerra después de todo.

–¡Tal vez ese es el problema!– explotó el erizo negro de pronto, borrando la sonrisa divertida de Sonic. –¡Nadie jamás te ha pedido que te sacrifiques por uno!– reclamó para verlo iracundo –¡Aprende a cuidarte solo y deja de velar por los demás!–. Sonic lo vio con sorpresa ante su repentino alegato, percatándose que había hablado de más. Shadow le desvió la mirada sonrojándose avergonzando por lo que acaba de decir, sin pensar. –Sólo, olvídalo– dijo para dar media vuelta con la intensión de regresar al recinto.

–¡E-Espera!– detuvo titubeante el erizo azul, provocando que Shadow parara su marcha en seco, sin voltearlo a ver. –Lo lamento– se disculpó sinceramente, aunque no estaba muy seguro del por qué debía de hacerlo –Parece que realmente hay algo que no entiendo aquí, es por eso que ahora más que nunca necesito de tu consejo; respecto a Amy.

–¿De qué hablas?, ¿Por qué yo sabría cómo ayudarte con ella? – inquirió arqueando una ceja desdeñoso.

–Bueno, después de todo de no ser por ti, ella y yo no estaríamos saliendo ahora– respondió con un dejo de diversión –De no ser por tu consejo creo que jamás me habría atrevido a salir con ella– recordó sonrojándose sutilmente ante el recuerdo.

–¿Hablas que yo dije algo para que tú y ella...

–Bueno, podría decirse que fuiste muy persuasivo respecto a eso– interrumpió –Y tuviste razón. Es por eso mismo que realmente no sé a quién más acudir ahora que ella está... no lo sé... es sólo que no parece la misma Amy– dijo entristeciendo la mirada –...Es como si de pronto algo hubiera muerto en ella.

–Amm... ella ha estado bajo mucha presión, es todo– respondió vagamente.

–¿Quieres decir que no hay nada que pueda hacer?– inquirió Sonic resignado.

–Sólo una cosa, no mueras– amenazó el erizo negro para dar media vuelta y salir de ahí.

Como lo había aprendido antes, Shadow no podría explicarle a ese Sonic el porqué era tan importante su vida, tanto para Amy como para él, así como explicarle el motivo de la extraña y aberrante actitud de la eriza. Shadow se encaminó por los pasillos de la cueva hechos con explosivos para llegar a la habitación que Vainilla le había indicado y así dejarse caer sobre lo que se suponía debería de ser una cama hecha con diferentes materiales reciclados.

Shadow suspiró pesadamente, sabiendo que estaba a un paso de volverse un alma más de la colección que Midnight ya manejaba; bufó molesto para golpear la pared de su recámara con fuerza, resignado ante una situación que sabía que no podía contralar y no sabía cómo lograr que Amy cooperara con él en este nuevo y retorcido mundo.

–¡Maldita sea!– exclamó irritado sintiendo el dolor punzante de su puño lastimado por el golpe. Shadow resopló molesto, recordando por qué había decidido aceptar en un principio, suavizando su expresión molesta a una de consternación –Si tan sólo me hubieras dejado recibir el impacto...– musitó recordando lo que lo había llevado a esa pesadilla interminable –Sería yo quien estaría muriendo y nada de esto estaría pasando...

–La culpa es pesada, ¿no es cierto?– escuchó la voz de ella. Shadow dio media vuelta para ver a Midnight aparecer de la oscuridad con una sonrisa irónica –Es una verdadera lastima que no pude jugar ningún papel en este mundo, anhelaba poder pasar contigo una noche más– dijo con una dejo de seducción en su voz.

–¡¿Qué haces aquí?! –espetó molesto.

–Observo– respondió para flotar hacia él –Amy ya tomó una decisión y muero por ver el resultado– le sonrió desdeñosa.

–¿A qué te refieres?, ¿De qué hablas?

–Alguien morirá hoy, y no será por mi intervención.

–¿A qué te refieres?– curioseó, para obtener una amplía sonrisa por respuesta, entendiendo que a ella no le convendría que él supiera más de lo que en ese momento sabía –¿Cuál fue la pista que le mostraste a Amy?– exigió saber el erizo negro.

–El amanecer– indicó para fijar su mirada al horizonte, obviando la pregunta del erizo negro –El juego está a punto de terminar.

–¡¿Qué?!– exclamó alarmado. Amy haría algo, y no tenía idea si lo que haría sería a beneficio de ellos o de Midnight –¡Debo de encontrarla!– se apresuró para dirigirse a la salida.

–No intervengas– habló le espíritu para con un chasquido de dedos cerrar la puerta con fuerza –No será divertido si lo haces.

Shadow se abalanzó contra la puerta en un intento desesperado de poder salir de aquella habitación, pero estaba atascada. Midnight lo había encerrado en aquella aislada recámara. Eso significaba que lo que Amy fuera a hacer le traía algún tipo de beneficio a ella.

–¡Abre está maldita puerta!– ordenó.

–Nos veremos muy pronto, Shadow the Hedgehog– se despidió para desaparecer de su vista.

–Maldita sea...– murmuró resignándose a su inevitable derrota –¡ROSE NO LO HAGAS!– gritó en su confinamiento, sabiendo que nadie podría escucharlo.

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Conseguir el arma había sido más fácil de lo que había imaginado, después de todo era una guerra la que se vivía en ese mundo. Amy caminó por el recinto en su busca, impulsada por aquellas últimas palabras que él le había brindando: "Sé que jamás me defraudarías" ...y no pensaba hacerlo. Ella ganaría el juego y con él la vida de su amado y la libertad de su alma, hiciera lo que tuviera que hacer para conseguirlo.

Amy lo buscó por todos lados sin lograr encontrarlo, hasta que escuchó su voz navegar por el viento para llegar hacia ella. Amy observó como el erizo azul salía del recinto para dirigirse al desierto que rodeaba aquella mal habida cueva; así tomó aire para armarse de valor y salir de tras de él, sabiendo del crimen que cometería.

El amanecer bañó de violeta el cielo, a penas brindándole suficiente luz para poder distinguirlo a la distancia; ahí, sin preocupación yacía el erizo que ella más amaba sobre la tierra. Al que le arrebataría la vida en tan sólo unos instantes con el objetivo de salvar la misma.

Con una mano temblorosa elevó su mano para cerrar un ojo y apuntar hacia el erizo azul que yacía de espalda... sería más rápido si no lograba verla. Tragó pesado y sin poderlo evitar cerró ambos ojos para así halar del gatillo y escuchar la explosión del cañón al dispararse y seguido a éste una exclamación de dolor, obligándola abrir los ojos de golpe para verlo yacer en el suelo. Amy vio a Sonic gimotear mientras sostenía su pierna, ahora sangrante. Mordió su labio inferior con fuerza, sabiendo que debería de terminar el trabajo, para así caminar hacia él con pesadez. Sintió sus pies tan pesados como bloques de concretos, percibiendo la mirada de Midnight sobre ella, imponente, invisible, abrumadora. Dirigió su mirada hacia él, observando aquella expresión de confusión al reconocer quién había sido la autora de reciente herida.

–Ames– susurró con espanto.

–Tengo que hacerlo...– murmuró intentando no quebrantarse frente a él, mientras lágrimas empezaba a acumularse nuevamente en sus ojos.

Amy mantuvo su mirada fija a los ojos color olivo de él, aquellos ojos de suplica y horror que la veían fijamente. Sentía el peso del arma de acero fundido en su mano, casi tan pesada como todo lo que había tenido que soportar. Elevó el arma lentamente nuevamente mientras su mano temblorosa le dificultaba apuntar correctamente.

–¡AMY DENTENTE!– lo escuchó implorar mientras yacía de espaldas sobre el frío suelo.

Soltó el aire retenido, armándose de valor para aquello que jamás pensó que alguna vez haría. Sintió el frío metal en su mano, envolviéndola como el más cruel de los pecados nunca cometidos. Amy observó de reojo la pistola plateada, que apuntaba directo a aquellos ojos que durante tanto tiempo admiró con ensoñación.

–Lo siento, Sonic...– murmuró con un labio tembloroso y voz quebrantada.

–Amy... por favor– suplicó persistente, mientras su mirar se llenaba de incredulidad.

–Lo lamento– musitó casi inaudible, cerrando sus ojos con fuerza.

Los recuerdos de cómo había llegado ahí empezaron a brotar en su mente, recordando el momento exacto en donde su desesperación había iniciado para convertirse en aquella pesadilla interminable:

Inicio del Flash Back

–Estoy muriendo Ames...– confesó al fin, sintiendo como sus palabras estrujaban su alma.

–¿De qué estás hablando?– inquirió Amy confusa.

–El golpe que recibí... el arma de Eggman envenenó mi cuerpo– dijo Sonic cabizbaja.

–Pero... pero Tails puede ayudar ¿no es cierto?– preguntó la eriza con una sonrisa forzada –O Tikal, o...

–No hay nada que se pueda hacer– sentenció con una mirada de desolación –Moriré en menos de un mes...

Fin del Flash Back

Desde ese momento en adelante la muerte la había perseguido como su única aliada, arrebatándole una y otra vez al amor de su vida, observándolo perecer frente a ella sin poderlo remediar, sin poder evitarlo.

–Ames...– escuchó llamar nuevamente para abrir sus ojos, los cuales empezaban a derramar su dolor en forma de lágrimas mientras su sonrisa quebrantada intentaba apaciguar el sonido de aquellos sollozos –¿Esto es lo que quieres hacer realmente?– inquirió Sonic levantándose con esfuerzo para cojear hacia ella, adolorido, deteniéndose frente la pistola que ella apuntaba hacia él con manos temblorosas, ahora a la altura de su pecho –Si vas a disparar, hazlo aquí– indicó con gentileza sonriéndole con calidez –Justo al corazón... será más rápido.

–Sonic...– soltó junto con sus lágrimas que no parecían detenerse –¡Lo lamento!– exclamó para dejarse caer al suelo de rodillas y llorar sin consuelo, ahogándose en sus propios sollozos, recordando todas las veces que vio la vida apagarse de la mirada del erizo azul, todas aquellas veces en donde su corazón se había resquebrajado al verlo perecer. –¡No puedo hacer esto!

Sonic se desplomó junto a ella en el suelo con una mohín de dolor en su rostro debido a la herida de su pierna, para así tocar con suavidad la mano que ahora sujetaba aquella arma con fuerza. –Todo está bien...– tranquilizó con una gentil sonrisa y dolor en sus ojos –Ven, entrégame el arma– pidió suavemente.

Amy vio aquella expresión apacible y amable de él, obviando sorprendentemente la deliberada acción de querer terminar con su vida. Ese era Sonic, el Sonic que la hacia perder el aliento, el Sonic que lograba hacerla despertar en la interminable pesadilla que vivía... el Sonic que estaba destinado a morir nuevamente debido a su egoísmo.

La retorcida sonrisa de Midnight vino a ella sabiendo lo que procedería.

–No... Tengo que terminar con esto– murmuró para sí, sintiendo aquel vacío en su pecho, uno que llenaba todo su ser.

–¿Amy?– murmuró Sonic borrando aquella sonrisa previa –Ven... dame...

–No– espetó para verlo intensamente, y así, con esfuerzo sonreírle –En serio no sabes cuánto lo siento...

–¡ROSE!– escucharon la voz de Shadow a la distancia. Amy vio sobre su hombro para distinguir al erizo negro correr hacia ella. –¡NO LO HAGAS!

–Shadow...– murmuró Amy con asombro al verlo andar con el ocaso en su espalda –Perdón por hacerte venir hasta acá– musitó para ver a Sonic una última vez; quien la veía con incertidumbre y temor –Lo lamento– dijo al viento derramando un par de lágrimas traicioneras –, pero no puedo verte morir una vez más– indicó para tomar su arma nuevamente con seguridad y así dirigirla a su sien.

Amy sintió el frío cañón sobre sus sienes, para así cerrar sus ojos con fuerza –¡Amy, detente!– escuchó decir a Sonic para halar el gatillo con la última gota de valentía que aún recorría en ella y así, terminar de una vez por todas con la pesadilla interminable en donde se había visto en vuelta.

Amy's Nightmare está a punto de terminar!!! Estén atentos al último capítulo la próxima semana!

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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