♦ Capítulo 27


Un mes había pasado ya, desde que había sido la misión. El tiempo pasaba tan veloz y sin descuido en cuánto se trataba de la inmortalidad, aunque este no diese un resultado o numero resaltante en la vida de un vampiro.

Aunque para Jasper si que había sido pasado demasiado rápido la semana, con ayuda de algunos integrantes del Clan Vulturi y con la bendiciones de los propios líderes, junto con la bendición del ex esposo se su compañera había estado preparándose para pedirle matrimonio, pero ocultar una sorpresa de dicha información era todo un lío.

Jane disfrutaba del nerviosismo del sureño, al igual que Alec tras jugar con falsas alarmas de llegadas de la gótica vampiro hacia los preparativos. Sin duda, la vida en el castillo se había puesto mas llevadera desde que la sádica y pionera vampira había echado raíces al encontrar a su compañero.

—No entiendo como es que aún eres capaz de sentir nerviosismos. Ya es tu compañera, el hecho que le pidas su mano solo lo formaliza al público pero ya no hay peligro de que alguien más te la robe. —opina con una mueca la pequeña rubia de ojos rubíes.

—Y no lo entenderás hasta que logres coincidir con un compañero, al desear hacer lo correcto ante sus principios al igual que profesar el amor como corresponde. —comunica Jasper mientras se vuelve a arreglar su manga del traje.

—Seguiré pensándolo así aunque me lo expliques como si fuera una idiota. —replicó Jane mientras sus intenciones eran claras, salir del lugar.

—¿Hermana, adónde vas?—pregunta Alec confundido.

—Iré a seguir distrayendo a Amparo. Me gustaría librarme de Jasper y ella antes de que el cielo se parta por un rayo —expresó Jane con molestia.

Tras ello, Jasper suspiró sin necesitarlo. Por un momento pensó que había metido la pata al explicarle lo dicho e involucrarse con la reflexión de un pensamiento ante el matrimonio, más no la culpaba, la conversión en la que estaba petrificada era la razón.

—Bien, prosigamos. La conozco lo suficiente para saber que la deuda no me saldrá barata —murmura Jasper agobiado con arreglar los últimos detalles de su propuesta.

—En serio que no entiendo como ella te aguanta, nadie estaría feliz que se te haya pegado la actitud hiperactiva de la ex loca que tuviste —comenta Alec negando tras verlo aún muy concentrado en perfeccionar todo.

Y tras ello procede a seguirlo.

Amparo Bathory no entendía la maldita insistencia en tener pegada a la rubiecita a su costa, cada que intentaba llegar hacia el aroma de su compañero esta parecía decirle cosas que la lograban distraer de su objetivo.

Llevó su mano al tabique de su nariz y la miró con aquella gatuna mirada de su instinto vampírico, mientras sus colmillos se alargan por la infinita ansiedad que Jane le está causando.

—Jane, hace un buen rato que perdí el conocimiento de cómo volver al Castillo. ¿Me dirás ya de que va esto?—gruñó bastante ansiosa.

La rubia de estatura baja se tensó al escuchar el tono de voz rasposo y roñoso, volteando a mirarla, tragó saliva y no se dejó intimidar.

—Yo... Quería preguntarte algo sin que interfirieran los demás...—improvisó para salir del aprieto que su ayuda al sureño la había envuelto.

Jane sabía lo quejumbrosa que podía ser la vampiro gótica de ser necesario cuando interfería alguien en su camino, por lo que, si iba a ser de carnada debía ser por un buen motivo. Amparo inclinó su cabeza confundida a mas no poder con el ceño fruncido en su rostro, aquello sin lugar a dudas no se lo esperaba de ningún modo.

—Hubieras comenzado por eso desde un principio. Dispáralo, Jane. —expresó impaciente Amparo.

—¿Cómo... Como se sabe si has encontrado al compañero? ¿Es necesario formalizar por papel y publicamente que uno pertenece al otro? ¿Cómo para qué?—preguntó curiosamente interesada en el tema— No lo digo por ti y Jasper, sino que, me ha hecho ruido notar que en estas fechas cercanas al 14 de febrero los humanos hacen preparativos de casamiento pero tampoco entiendo la necesidad de saber la existencia de un compañero, y cómo has sido la más escéptica en este asunto desde el inicio, me dije que sería bueno escucharte —explicó como para no levantar sospechas de la sorpresa que se llevaban todos entre manos.

Amparo se quedó en blanco. Nunca esperó escuchar tanta intriga viniendo de ella, mucho menos la enorme duda. Por lo que se sentó en la orilla de una muralla baja, en aquella oscura noche, reflexionando un poco acerca de lo que le diría en cuánto a su experiencia con dicho tema aún novedoso en su vida inmortal vampirica.

—Mmm, sin duda me has tomado desprevenida con esas dudas. —admite mientras levanta la mirada al cielo y sonríe ligeramente al recordarse tan escéptica al tema— Antes no entendía porque aún cuando disfrutaba de ser vampiro, de la sangre y los gritos de mis víctimas, aún así nunca me sentía satisfecha con lo que hacía pero, recién al encontrar a Jasper fue cuando comprendí porque me sentía así. Lleva bastante tiempo darse cuenta que vivir mucho aburre si no cuentas con una compañía que disfrute contigo de lo que haces con tanto orgullo, tener donde regresar tras cada misión o simplemente disfrutar de todas las ventajas que te ofrece la misma inmortalidad; muchas veces solo estando tu contra toda esta eterna vida todo empieza a perder color o sentido y eso sinceramente te hace preguntarte tantas estupideces que nadie te las responderá porque debes ser quién tome los rieles de esta vida no otros por ti... En cuanto lo vi, el instinto mas primivo hablaba por mi, lo necesitaba y quería mas allá del amor a la deliciosa sangre, era como si la tierra tuviera una nueva especie de cosa especial que me incentivaba a seguir viva, a luchar por sobrevivir más tiempo solo para conocer aquello nuevo del cual desconocía. Desconoces todo de él y él de ti, y lo que hace interesante es decidir como dejarlo entrar a tu vida, no es fácil pero tampoco imposible. Lo cuál lo vuelve una muy buena aventura que sabes que durará toda la inmortalidad, ¡Y eso es asombroso! Porque vivimos en un efimera vida mortal donde todo muere y vuelve a ser un grano de maíz que no conoce nada de lo que ya sabemos por vivir tanto.

Jane al escucharla así tan profunda, con ese brillo extraño en su mirada supo que el amor no solo era una cosa extraña que te hacía estupido, sino que te devolvía las ganas de vivir y seguir aprendiendo de esta aburrida vida. Esperaba que en algún momento de su vida le tocara sentir aunque sea un poco de ello, si es que fuera justo el destino con ella y su hermano.

—¿Lo del matrimonio y la formalidad? ¿qué piensas de ello?—pregunta sin querer exponer su opinión ante la explicación extensa que le había dicho.

—Uhmm, la formalidad nace de los principios de cada persona. Y como todos alguna vez tuvimos vida humana, es como una necesidad secundaria para ser orgullosos de lo que han podido sembrar en esta vida inmortal, después de todo, creemos estar muertos y avanzar como mortales ya no podemos, pero una formalidad expresa fidelidad, advertencia y regocijo posesivo. A mi me encantaría ser marcada posesiva de las maneras posibles por mi compañero pero a otros personas esto solo es un hilo sin motivo especial, pero si es un deseo o fantasía de la otra persona. Supongo que no sería nada malo cumplirlo, despues de todo si esta predicho el romance entre dos vampiros, no hay ningún ápice de que se vuelva a ver otro divocio vampirico.—responde mientras traga saliva al sentirse hambrienta— ¿Alguna otra duda, Jane?

—Uhm... No.

—Bien, entonces vamonos por algo que comer, tengo seca la garganta.

Siendo así como Jane y Amparo fueron en busca de víctimas para saciar su hambre, de paso consiguiendo tiempo suficiente como para que todos se preparasen para la proposición de mantrimonio de Jasper.

[...]
Crossing Paths
Lake Isabel
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Al volver hacia el castillo, el rumor se corrió como un simple comentario. Amparo al escuchar que su compañero había sido llamado a juicio, la angustió de sobremanera, llegando totalmente cohibida y preocupada.

—Mis Reyes... ¿De qué me he perdido? Jasper no hizo nada malo yo...—dijo tras presentarse en el salon de tronos, mientras era escoltada por dos integrantes serio, Alec y Demetri.

Sin embargo, grande fue su sorpresa de ver al líder Aro tomando la mano de Jasper, volteando a verla con una pura felicidad y diversión.

—Querida Amparo, no es lo que crees que pasa. No ha pasado nada malo, es Jasper quién solicitó nuestra absoluta atención... Tu también deberías estar aquí para escucharlo —expresa Aro.

La vampira gótica se queda totalmente cohibida, caminando hasta quedar a un lado de su líder. Sin entender qué ocurre, al parecer no entendía lo que todos parecían saber, aunque no iba a negar que su compañero estaba muy guapo en aquel esmoquin oscuro y azul.

—¿Estamos festejando algo en particular? —pregunta aún sin comprender, se sentía muy incómoda por no entender nada.

Jasper se voltea, y es en ese momento cuando empieza a sonar una suave pieza dark romantica en el fondo del ambiente, como si fuera una señal para un momento importante e íntimo. Escalofríos y murciélagos en su estómago vibraron ante una ligera sospecha de la situación.

—Hoy, en una oscura noche como hoy, les he invitado a los líderes, a vampiroa cercanos a nosotros y solo los más importante dentro de nuestro círculo social existencial, para que fueran testigos del último y comienzo del paso final en esta gran aventura, cariño mío —dice Jasper mientras toma su mano derecha para depositar un suave beso, tras arrodillarse como un soldado frente a su reina. Suelta sutilmente la mano que percibe un ligero temblor en aquella piel fría y hermosa, tatuada de su mujer gótica.

—¿Qué...?—susurra totalmente perdida en la total determinación de su compañero ante todos en la sala.

Parecía que su cabeza no daba para más, esto parecía tan irreal y bonito como para estarle pasando. No era un sueño porque no recordaba haber acabado en la cama.

—Seré vuestro testigo y el que guiará la unión de vuestros votos de matrimonio. Somos los reyes de la raza vampiro, y nos podemos permitir ser los responsables legales de esta unión. Así que, ve comenzando con los votos, joven Jasper. —intervino Marcus.

Amparo sentía como sus piernas parecían querer tomar forma de gelatina, totalmente nerviosa.

—Muchas gracias, Rey Marcus.—agradece tan correcto el sureño, mientras que vuelve su mirada hacia su compañera y le sonríe nervioso— Hoy frente a nuestra familia, compañeros y allegados quiero pedir que seas oficialmente mi mujer y la esposa de mi existencia, quiero convertirme en tu esposo, en tu siervo y mundo entero. Si me pudiera permitir llevarla a la luna lo haría sin pensar, si deseas conocer el mar rojo y bañarte en ello, te lo concedería sin dudarlo. Eres mi vida, mi luz y motivo de existencia, Amparo Bathory, y hoy frente a todos he estado anhelando con todas las fuerzas a que pudieses darme una respuesta a mi siguiente pregunta: ¿Quisieras ser la mujer de este loco enamorado del que tanto tienes a tu merced? ¿Quisieras convertirte en la señora Withlock?

Amparo al ver como abre una pequeña caja de color rojo bermello, y de esta sale un bello y sencillo anillo gotico con una gema verde, el conocido diopsido de cromo, una que sabe su significado: amor y compromiso, digno detalle de su sureño favorito. La mirada cristalizada y sus labios temblorosos fueron lo que dio camino a su respuesta.

Esto era simplemente sencillo y en verdad justo y necesario.

—Con gusto y placer, acepto ser la señora Withlock, cariño. —responde mientras un sollozo la acompaña ante la emoción del momento.

Jasper al recibir el sí totalmente generoso, agarra la mano de su compañera y desliza el anillo por el dedo anular.

—Muchas gracias, en verdad me haces el hombre más feliz del mundo. —admite emocionado con la ponzoña amagando con detener sus lagrimas que nunca serían capaces de caer.

—Por el poder que tengo, y me confiere ser uno de los tres Reyes. Hoy frente a todos los derechos reservados de vampiros que somos, al igual que la figura religiosa del Señor Dios, los declaro marido y mujer, los papeles podrán firmarlos en unas horas, pero por ahora pueden besarse los novios —interviene Marcus orgulloso.

Jasper se levanta del suelo, agarra por la cintura a su mujer y esposa, besandola oficialmente frente a todos como su esposa. Mientras que Amparo disfruta de un corto beso lleno de amor, aunque se separa con una mirada divertida y en regocijo.

—Que sepan que me han tomado desprevenida con todo este momento especial, pero que no eran los únicos con la misma idea. ¿Verdad Demetri?—pregunta Amparo con una sonrisa burlona, mientras el joven vampiro se acerca y le ofrece también el anillo de matrimonio que ella tenía preparado.—Gracias por ser tan buen amigo.

—No es nada, Amparo. —responde divertido ante la incredulidad de muchos en la sala.

Aro era quién más se estaba diviertiendo de esta emotiva unión, al igual que Caius que no veía momento de deshacerse de sus obligaciones para ir a estar con su compañera.

—¿Cómo...? ¿Acaso estabas pensando en proponermelo?—pregunta estupefacto Jasper, totalmente sorprendido.

—Te estabas tardando. No era mi culpa que ya sintiera la necesidad de reclamarte como únicamente mío. —contesta Amparo divertida, tras sacar el anillo de color verde, en verdad ambos habían coincidido en el color de los anillos de matrimonio.

Deslizando suavemente el anillo también en la mano de su compañero. Oficializando completamente que eran marido y mujer hoy y siempre.

—¡Felicidades a los recién casados! —gritó uno de la guardia, Afton.

—¡Bendicidos por la inmortalidad sean!—exclamó feliz otro.

Siendo así como al menos se habían casado de la forma que más necesitaban y podían lograr, para el mundo mortal las cosas no eran muy sencillas de hacerse conocer pero Jasper tenía métodos para hacer legal ciertas cosas, nada era imposible.

Sabían ambos que era contal tiempo saber que su amor y casamiento se esparciera por el mundo a los conocidos más necesarios e importantes y a quién no conocían igual llegaría el rumor. Porque no todo el tiempo se reconocía a alguien más como parte del Clan Vulturi y que este se fuera a casar.

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