♦ Capítulo 23
Este capítulo no busca apoyar de ningun modo el abuso sexual. Si es lector sensible, saltese al siguiente capítulo o mejor no lea este.
─ ⃟ ⃟─⊳Queda advertido.🖤
Oficialmente, a finales del año 2007, el Aquelarre Olímpico había aprendido una muy cruel y justa lección: La más mínima intención de manipular a cualquier miembro del Clan dirigente de vampiros, traía consigo una extinción sin igual; tal como le había ocurrido a Edward Cullen. Quién a partir de hoy en más, sería conocido como un símbolo de advertencia y piedad, debido a que sus cenizas descansaban en una urna muy peculiar que tenía un sello que pocos podían entender como disolverlo, ya que Amparo Báthory había realizado esa urna con ayuda de una maldición de una amiga leal y su propia sangre.
Esa mujer nunca dejaba posibilidad para que el enemigo pudiera hacerse con la posibilidad de sublevarse contra suya a través de su sangre o elecciones. Se había entendido perfectamente qué quiénes quisieran manipular su don, su actitud o forma de ser contra los Reyes o ella misma, caería en desgracia.
Un ejemplo claro fue Alice Cullen:
❝Demetri rápidamente llevó a Alice, cargando sobre su hombro derecho mientras que el rostro de horror de la pequeña Cullen caía en desesperación. Tratando de golpear el hombro y deshacerse del Vulturi, pero nada funcionaba, por lo que el miedo iba en constante ascenso.
—Madam Báthory fue muy piadosa contigo hoy. —dijo el vampiro castaño.
—¡Claro que no lo fue! No soy una mujer de burdel ni ella mi dueña para mandar en contra de mi voluntad. —exclamó totalmente histérica Alice.
—Eres tan inocente. ¿querrías que tu futuro fuera más una tortuosa muerte al desnudo frente a comenzales y sin haber conocido a tu compañero?—pregunta con una sonrisa soncarrosa y divertida.
Alice al escuchar aquello, se horroriza. Y asquea al solo pensar en lo que podría haber existido con las palabras «muerte al desnudo» y «comenzales», por lo que nerviosa trata de borrar esa idea con preguntar:
—Tortura sexual en público... ¿Es eso lo que has dicho?—susurró aún mas disgustada. «entonces, pude haber terminado peor, ¿Acaso?»pensó.
—Exactamente. A Madam Báthory le va todo lo que sea exponer a sus víctimas públicamente en el ámbito sexual. Ama ver la sangre y humillar a sus víctimas. —murmura con cierto asco— He visto que la sangre que sobra es con la que se baña a largo plazo.
—No eres tan sangriento como ella, ¿Verdad?—pregunta tratando de buscar más tiempo de espera a su sentencia.
—No soy alguien que disfrute desperdiciar la sangre, pero si me gusta disfrutar de una buena ronda de sexo. Me gusta torturar y enloquecer placenteramente a quiénes pueda. —admite Demetri, con esa sonrisa de arrogancia— Además, soy muy bueno en la cama.
Ella quiso replicar pero no quedó tiempo, Demetri la metió en una especie de torre donde todo parecía ser de una extraña roca que nunca antes había podido ver, de un color negro violaceo, parecía muy resistente.
—¿A d-dónde vamos?—preguntó Alice preocupada por ya no ver siquiera el Castillo de los Vulturi.
—Dónde solo yo puedo disfrutar un poco del placer que me darás por supuesto. —comunica bastante lujurioso, arrojandola justo a una cama, las ventanas parecían de un vidrio bastante resistente y la puerta de la habitación se había cerrado con llave desde afuera.
—¿Él está afuera?—preguntó con esperanza, en cuánto Demetri la soltó corrió hacia la puerta pero está ardió en cuanto sintió el contacto del fuego.— ¿Pero porque no se abre? ¡Soy Alice, tu compañera! ¡rescatame, yo no hice nada para merecer esto!
Demetri negó, y mirando por esa pared que ocultaba una ventana trasparente pidió permiso tras amagar con deshacerse de su ropa. La figura juvenil y anónima asintió, logrando hacer reír al vampiro de ojos rojos en la habitación.
—Deja de rogar y ven a hacer tu trabajo, ahora eres mi perra. —sisea con burla, mientras se sienta en el borde de la cama con el pene erecto, buscando que la joven proceda a aceptar su destino.
—¡Damián por favor! Por favor no quiero esto, ¡Rescátame!—suplicó tras recordar el nombre de su compañero.
Chasquidos de lengua contra un paladar fueron los que se escucharon en la habitación de color violeta, y luego una risa varonil como si no le doliera verla en esta situación, lo cuál fue un golpe tan terrorífico para Alice.
—¿Por qué eres así, pequeña? —pregunta con una voz tétrica y varonil, un tono colombiano se escuchaba en ese acento—Finjes demencia con todo lo que se te acusa, mínimo deberías cumplir con tu condena, borraré este karma en ti solo si satisfaces a Demetri.
Alice se gira temblorosa y con ojos cristalizados, volteando para mirar a Demetri desnudo y sonriente.
—Haz el favor de desnudarte, pequeña. Cumple tu condena y yo borraré luego las huellas, con mi presencia. —pide como un deseo hambriento Damián.
Ninguno de los dos aún se vieron cara a cara, pero los dos sentían la necesidad de complacerse. Alice pensó con molestia el tener que estar con un hombre que no fuera él, pero previamente lo estuvo con Jasper, podría intentar hacerlo de nuevo solo para ver a su compañero por fin.
Siendo así como se fue desnudando frente al único Vulturi en la habitación, una vez sin nada se acercó, arrodilló frente a Demetri y tomó el pene entre sus manos, acercó su boca para empezar con el oral. Los gruñidos guturales, sonidos obscenos y placer del vampiro de ojos rojos invadieron el lugar, pero Alice solamente estaba atenta a su compañero, sin embargo... Demetri agarró con brusquedad el cabello de la pelinegra y empujó profundo su pene hasta el campana de la garganta, siseando y totalmente ido en el placer.
Los movimientos eran tan rápidos, lujuriosos y barbaros. Alice trataba de alejarse, las lágrimas de asco y dolor en su garganta eran tal que no quería más, gritaba y se rompió la voz en ello, trató de luchar pero Demetri solo la empujó fuerte al sentir la placentera contracción del placer, descargando todo su semen en la garganta de Alice, quien quiso escupir pero el vampiro solo empujó más la nuca impidiendole que lo evite. Tragando contra su voluntad el semen asqueroso del vampiro Vulturi.
En cuanto Demetri creyó justo, la soltó y Alice empezó a escupir lo que podía, tosió varias veces tratando de recuperarse pero su garganta dolía por el tamaño del miembro masculino del Vulturi. Pero eso no era el final, solo el comienzo...
—Perfecto. Lo has hecho muy bien, querida Alice. —rió Demetri, pero en un parpadeo llevo a la joven a la cama, abrió sus piernas y la empotró sin siquiera avisarle.
Logrando un grito desgarrador en Alice, que tenía sus ojos desorbitados y cristalizados con lágrimas que no caerían jamás. Las embestidas no eran ni consideradas ni las gustosas para ella, hasta le daba repulsión que su cuerpo compartiera la calentura sexual al estar siendo penetrada, sus manos y brazos estaban extendidos sobre su cabeza, acorralada y mirarlo como era violada por el Vulturi.
—¡D-damián! Por favor... —suplicó entre gemidos desesperados mientras era penetrada tan rápido como los giros de la lavaropa clásico girar.
—Suplica más, pide más. ¡eso me excita! —gruñó totalmente lujurioso Demetri, mientras agarró entre sus labios y mordió sin previo aviso un pezón.
Alice gritó, convulsionó y su vientre bajo se contorsionó en una explosión inesperada, terminando por mojar en un orgasmo a Demetri.
—¿Quién iba a pensar que te gusta ser masoquista? Te gusta el dolor, te gusta ser poseída, te gusta ser torturada. ¡qué mujer tan obscena te ha tocado, Damián!—se burló el vampiro castaño.
Alice no quería mas abrir los ojos, solo quería huir, se sentía humillada frente a su compañero. Haber tenido un orgasmo mediante el dolor no era algo gustoso de admitir, nunca antes le había ocurrido.
—Que bella mujer, avergonzada de ser tan obscena. —murmuró disfrutando Demetri de la satisfacción y poder.
—Termina con esto, rápido... —gruñó con voz sofocada, le dolía el cuerpo. Estaba traicionando y siendo desleal a su compañero, dolía estar sucia para él.
Demetri agarró su mentón con brusquedad y la besó contra su voluntad, mientras con su mano derecha dirigió su pene contra el orificio anal. Y sin más entró por ese agujero también, logrando un grito tan desgarrador de Alice, retorciendose de dolor mientras que Demetri cumplía su fantasia mas humeda, ver a la vidente tan inocente siendo destrozada por el enemigo.
Del dolor pasó al placer. Alice muy avergonzaba suplicaba por Damián entre gemidos que daban a entender que la mujer ya aceptó su condena, disfrutando del castigo. Perdiendo su cordura y moral, perdiendose en el placer que otro hombre le daba aún sabiendo que su compañero le estuviera viendo del otro lado.
Alice en estos momento se retorcía de asco, dolor, placer y locura tras ser expuesta como una zorra frente a su compañero. Estaba siendo humillada y condenada de la peor forma.
Pero lo que la joven vidente no sabía era que el vampiro anónimo, salió de su escondite y desnudo ingresó a la habitación. Alice perdida en el odio y placer, no se percató de su presencia por lo que Demetri decidió que era hora de disfrutar el trío que más esperaba tener.
Alice quedó de piedra tras sentir como Demetri la movía como di fuera una muñeca de porcelana, sentada entre las piernas de su enemigo con su ano totalmente colmado del miembro viril del vampiro, se quedó tiesa al ver a su compañero acercarse a ellos con un miembro descomunal, muy excitado.
—¿D-damián?—preguntó con miedo y pena de presentarse así por primera vez.
—Ese mismo. Soy Damián Baltimore Báthory, ex-esposo de Amparo. Y hoy, descubrirás el verdadero placer de haber roto la poca descencia que debías tener con solo esperarme a que te encuentre. —correspondió el vampiro de cabello afro y ojos rojos, barba tupida.
Alice se sintió morir allí mismo, en cuánto sintió como su zona intima se abría paso con la dureza de aquel miembro viril, siendo colmada por dos hombres, uno delante y otro detrás. Se sintió tocar el cielo cuando ambos se pusieron de pie, empezando el vaiven que la dejó ida en placer.
Damián cumplió con su palabra. Aquel día, vio como su compañera perdió su inocencia y cordura, pero también tomó el papel de borrar el horror previo para castigarla eternamente por haber jugado con fuego y no con él. Porque nadie se metía con su ex-esposa y mejor amiga, por más que Amparo haya fallecido en sus manos y resurgido en vampiro, ellos habían terminado en buenos términos.
Tal vez el hecho de que la humanidad de Amparo hubiese muerto estando en vida, y que para colmo sus propios padres hubieran planeado ir envenenandola durante toda su vida aún cuando fue vendida al mejor postor(él), murió sabiendo que estaba en buenas manos aunque sea su cadaver. En cuánto ella se convirtió en lo que es, un vampiro, no se demoró en convertirlo y juntos vengar la vida de mierda que era, asesinando a sus suegros que lo dejaron con el peor sabor de boca en vida, amó con todo a la mujer rota y ahora, aunque no fueran compañeros en la vida inmortal siempre su lealtad estaría en aquella mujer extrafalaria, porque el karma siempre buscaba oscurecer su pequeño racimo de felicidad.
Lastimosamente, su compañera en esta vida acabó con su propia paciencia, y esperanza en esta segunda oportunidad de vida, creyó que sería distinta de la vida mortal de mierda pero nada mejoraba siendo inmortal. Para Damián Baltimore, saber que su compañera quiso hundir en la mierda a su ex-esposa y mejor amiga era lo peor que pudo haber hecho en esta vida.
Haría que Alice Cullen se arrepintiera de haberlo hecho, y suplicara por su extinción. Disfrutaría del lazo de compañeros, del placer y de la diversión, y cuando más ella creyese que tuviera salvación, pediría que su hermosa dama de sangre los extinguiera para poder morir en paz con justa razón.
Porque sin su compañera, el no creía seguir cuerdo. Ni mucho menos sería capaz de perdonarse la tortura que estaba otorgando, su deseo siempre fue proteger y cuidar a la mujer pero algunas mujeres no lo merecían por más cara de ángel que tuvieran.
Él se manchó esa noche con hacer ese trío una tortura para Alice Cullen.
Esa noche una pareja, perdió la poca esperanza de seguir siendo aceptados en el mundo. Porque nadie perdonaría que un compañero hubiera dejado que a su mujer la violaran, frente a sus ojos.
Era lo más desagradable ante cualquier ser existente en el mundo.
Pero para Amparo Báthory, había sido lo justo y necesario.
No la mató, pero terminó por contaminar lo que una vez tocó. Ella no tenía salvación ni restauración de lo que el mundo había criado para ser.
Con veneno creció, pereció y resurgió. Lo que nadie sabía era que poco a poco, todo lo que tocaba iba a llegar pereciendo en una plena oscuridad a la inexistencia, porque sabía que lo malo debía acabar hecho cenizas.
Y ella era mala.
Pero era el refugio para su compañero.
Y Jasper era el refugio para Amparo.
Una flor venenosa hecha de sangre. Consumista, bañada locamente en mal augurio sin lugar a dudas.”
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