♦ Capítulo 10

En ocho semanas...

Amparo se encontraba en una posición bastante incómoda, y la verdad que se discutió bastante con su "mejor amiga" por la vergüenza que le daba pedirle ayuda para ir al baño y limpiarse la cola, y ella se ofreciera a ayudarla. No pudo y nunca lo podría hacer, tanto fue su vergüenza que Charlie decidió contarle a su madre lo sucedido.

Renné vino tan rápido como pudo, auxiliando a su hija en quién podía notar que tenía ya novio, y que su gancho derecho seguía siendo contundente. Estaba orgullosa de Bella en que pudiera haberse defendido de alguien que se quiso sobrepasar de su amabilidad pero también parecía estar confundida, podía notar como Edward la seguía a todas partes, si ella se movía, él también lo hacía.

No era una actitud normal ni mucho menos sana, por lo que esperaba que su hija pronto entrara en razón y pudiera volver con ella a casa.

-¿Bells?

-Si mamá?-respondió mientras intentaba completar la tarea con su mano izquierda, pero era demasiado complicado que llevaba toda su concentración, molestandola al no ser surda y eficiente.

Bufa y lo suelta. Para concentrarse en su madre.

-¿Estás segura de querer a ese muchacho? Admito que esta bonito para ti, pero es un poco rarito.

Bella la mira con el rostro pasible, incrédula pero muy en su fuero interno, Amparo se quería reír esto había sido una cuestión que no le negaba, la mortal si que sabía hablar.

-Es mi primer novio, mamá. Es normal que no tenga mucha pinta, ¿No?-contesta Bella en confianza.

Amparo sabía que el vampiro posiblemente estaría acosandola pero debía ser muy unida a su mamá, simular lo que Bella era.

-Es cierto, pero, ¿En verdad lo quieres? El chico no se despega de ti, si tu te mueves, el lo hace, es como un hilo atado a un imán. No pierde su vista en ti, ¿Estas segura de estar haciendo lo correcto, cariño?-pregunta Renée.

Bella hace una mueca ante tantas dudas que la hacen dudar.

-Lo quiero, el me quiere. ¿Qué problema hay?-pregunta sin entender.

Claro que Amparo sabía el problema, la mortal lo percibía sin saber el riesgo real, debía fingir que la humana recapacita y decide en algún momento dejar esta relación, pero no debía ser de golpe o sospecharían.

-Se sincera, ¿Te controla o te ha tocado un pelo? Si es así, nos iremos de Forks, tu padre pondrá una orden de alejamiento y...-empezó a susurrar preocupada ante la falta de razocinio en su hija.

-¡No, no,no! Edward no me ha lastimado, todo ha estado bien mamá, no tienes porqué preocuparte. Edward no es así y si lo fuera, lo dejaría para mantenerme sana. Asi me has enseñado todo este tiempo ...-dijo Bella en referencia a todos sus parejas anteriores.

-Esta bien, pero dime si te pasa algo, por favor, soy tu mamá y me preocupo por ti, Bella. -comenta Renee mientras se acerca y le besa la cabeza.

Marchandose del cuarto, para que su hija prosiguiera con sus estudios.

-Si mamá, gracias...

Y tras ello, su mamá cierra la puerta y Edward entra por la ventana.

-Tu mamá actúa así por que se preocupa por ti, he visto que con lo sucedido la ha puesto a la defensiva. No dejara el tema de Jacob así por la pqz, Charlie está por poder una orden de alejamiento para evitar cualquier cosa... -comenta el novio lector de mentes.- Se preocupan muy sobreprotectoramente.

-Y los quiero asi, solo que no lo expreso tan públicamente. Así somos los Swan. -contesta muy concentrada en sus estudios.

Edward al verla así, suspira.

-¿Sabes que no es necesario que las hagas ahora, verdad? Aún tienes tiempo para entregarlas, con todo lo ocurrido te dieron hasta diciembre. -comenta Edward preocupado por ella.

-Tu no me entiendes... ¡Es muy frustrante estar así! No te puedes romper algo y sentir la estupida sensación de depender de todos por una estupidez tuya, solo para sobrevivir. -gime frustrada, dejando su cabeza caer sobre los apuntes.

-Supongo que no lo es, por eso estoy esperando a que pidas ayuda...

-En lo único que no quiero ser dependiente es en mis estudios, quiero valerme por mi misma. Ya suficiente tengo con que mamá me trate como bebé, ya tengo 17 años, Edward. -contesta Bella totalmente avergonzada.

Edward la mira totalmente extrañado, nunca había visto esta parte de Bella. Siempre había recibido ligeros gestos de molestia y simplemente ligeras contradicciones.

-Bella...-intentó decir algo.

Pero la mirada seria, frustrada y molestia fue reflejada en aquellos ojos castaños, haciéndolo callar.

-Si vas a estar a mi alrededor, sirveme de apoyo moral porque ya sabes mi opinión al respecto de ayudarme fisicamente. -contesta mortalmente.

Edward suspira, frustrado de igual manera al ver tanta negación en que pudiera con algo mas ayudarla. Nunca aceptaba su ayuda o regalos, ella realmente lo frustraba demasiado.

-Me vas a volver loco. -gruñe el cobrizo, revolviendo su cabello.

-Ya estabas loco antes de conocerme, ¿Que lo que tanto?-se le escapa por los labios a Bella. Inmediatamente se lo tapa totalmente avergonzada al ver la incredulidad en el rostro del vampiro.

Edward no podía creer la rebelión que estaba sintiendo en contra suya, pero debía tratar de entender, el dolor humano quizas la estaba haciendo retorcerse inmoral mente y con tal de olvidarlo, tal vez a eso se debía su ataque hacia su persona.

-No puedo creer lo que has dicho.

Bella decidió darle la espalda con vergüenza, y siguió con la idea de hacer la tarea.

-Mejor marchate, o serás mi objetivo con dardos filosos. En verdad no aguanto el dolor, y no eres realmente mi persona favorita que me entenderá en estos momentos ... -susurra Bella con cierta pena de haberle dicho todas esas cosas.

Edward acepta y pasa por su lado, besando la cabeza de su novia.

-Nos vemos cuando puedas.

Amparo suspiró de alivio. Ahora ya era libre de pensar y actuar, inclinó su silla para atrás como si fuera una reposera y miró su mano rota entre su ágil equilibrio contra el respaldero.

«La verdad que estoy muy molesta con esta porquería. Mi molestia lo desquito con él por que es quien se queda a mi alrededor pero no es mi compañero... Si estuviera Jasper aquí, seguro las cosas serían distintas.»pensó sintiendo una lágrima caer por su mejilla.

Odiaba estar en un cuerpo mortal tanto tiempo, era fácil mostrar sus sentimientos estúpidos y sensibleros al no estar cerca de su compañero.

Odiaba la medicina humana que no hacía el efecto necesario para extinguir el dolor y la comezón que el vendaje le estaban causando.

[...]

Su segunda semana había estado mirando perdida su mano, aún no podía hacer mucho por ella ni su mano por ella, al ser la derecha sentía mas el vacío y su propia incompetencia. Los lapiceros se marcaban dolorosamente en su mano, las marcas de esta guerra la estaban volviendo loca.

Necesitaba de sexo, de sangre, y su baño para su juventud, pero por culpa de esta cuestión su don se volvería más débil, debía encontrar una manera en el que el vampiro acosador no estuviera a su alrededor, pero ¿cómo?

Horas mas tardes, Alice pudo ver que Bella escribía un mensaje y le enviaba a Edward, en este decía: "Tomemonos un tiempo, esta situación está siendo muy difícil y no puedo pensar en una relación, si solo te estoy descuidando y dañando. Perdón."

"Está bien... Te quiero mucho Bella."

Dio clip en enviar, y vio el check de confirmado en la pantalla. Guardando el celular en su bolsillo.

Edward al ver lo mismo, su corazón sintió un dolor, entristecido escuchó el sonido de su celular confirmando lo visto por Alice. Pero aunque quisiera luchar contra ello, su novia tenía razón, en estos momento solo le estorbaba y lo dañaba, no estaba siendo muy amena esta situación.

-¿Que harás Edward?-pregunta Alice.

-Le daré su espacio.

-¿Por qué?-pregunta Rosalie estando de metiche.-¿Sabes que si lo haces...? Resultará que expusiste en vano el secreto de familia, ¿Verdad?

-No es un para siempre, Rosalie. Solo es un por un momento...-gruñe a la defensiva Edward.

Rosalie chasquea la lengua y deja de leer la revista, dejandolo sobre el sofá y marchandose de la sala, molesta.

-Me pone triste que esté sucediendo esto, pero no vi lo que pudo pasar con el chucho... Siento que es mi culpa pero simplemente los chuchos son quiénes bloquean mi don... Lo siento tanto... Edward. -comenta Alice con una mueca triste.

-Tranquila... Hiciste lo que pudiste. No te tortures, Alice. -dice mientras la abraza, tratando de mutuamente, reconfortarse en esta situación.

[...]

En la tercera semana, Bella ya no resistió la picazón y molesta pidió ir al doc, logrando que le cambiarán la venda. Le habían recomendado no rascarse, por lo que huntando crema en la zona y vuelto a poner la venda, la dejaron aún mas frustrada.

Reneé estaba preocupada por ella, debido a que, desde su ruptura, había notado la ausencia del chico y la paz de Bella mejorar, sin embargo, se notaba que esta experiencia no era la mejor.

Esperaba pronto su recuperación. Además de que ya extrañaba a su esposo, está situación la estaba haciendo pensar en muchas cosas con su hija adolescente y sus cambios de humor constante.

[...]

Cuarta, Quinta, Sexta y Septima habían sido tortuosamente deliciosos, la sádica ya se había acostumbrado a la sensación, la mantenía viva pero locamente necesitada de su compañero. Ardía en deseo, y la mano no la dejaba complacerse como tanto ansiaba.

En la sexta semana ya había podido darse su baño de sangre, aunque había sido toda una aventura, debido a que los protectores padres divorciados, no la querían ver aún conduciendo el auto sin estar totalmente satisfechos de que volvería sana.

Pero con ella de Ángela, una humana incrédula, pudo llegar al lugar, dormirla y volver a su casa sin problema alguno, sin que nadie supiera sus manías sádicas y sangrientas. Ahora se sentía muy capaz de resistir un poco más, y para su suerte, la octava semana llegó, las noticias de su mano eran super buenas.

Aunque las sesiones de fisioterapia le molestaron sus planes de libertad absoluta. Pero algo era algo.

Diciembre estaba llegando, y su madre decidió volver junto a Phil. Haciendole prometer que iría a visitarla a fin de año. Convirtiendose ese en su plan de reserva en caso de que no se pudiera deshacer de los Cullen.

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