009. Qᴜɪᴅᴅɪᴛᴄʜ ᴍᴀᴛᴄʜ

A James le encantaba jugar al quidditch. Sabía que era el mejor y aunque no lo demostrara, había momentos en que el nerviosismo y miedo le ganaba y tenía pequeños lapsos de ensimismamiento.

Era el primer partido después de las vacaciones y lo que sabía hasta el momento es que sería muy competitivo pues era Gryffindor contra Slytherin. A pesar de que aún faltaban unos cuantos minutos para que iniciara, las gradas ya estaban llenas con eufóricos espectadores de todas las casas deseosos de ver la segura confrontación que daría lugar en el campo.

Pero James estaba solo en los vestidores, o al menos así se sentía, estaba sentando sin pensar en nada concreto. La sensación de miedo apretaba su pecho y lo dejó sin moverse, solo existiendo.

—James, amigo, ya es hora de salir —Frank Longbottom interrumpió su colapso.

James levantó la mirada, saliendo de sus pensamientos, sacudió su cabeza para despejarse y asintió.

—De acuerdo —se puso de pie y caminó para salir de los vestuarios, con Frank siguiéndole.

Afuera todos sus compañeros de equipo ya estaban esperándolo y en cuanto lo vieron llegar se prepararon para poder avanzar hacia el campo juntos.

James lideró la marcha. Mientras caminaba sentía el aire fresco pasar apresurado por sus orejas, era de noche y ese día las estrellas brillaban en todo su esplendor. No supo en qué momento pero un flechazo de la noche qué pasó con Maia un año atrás pasó por su mente y se tuvo que obligar a despejar su conciencia de la bonita pelinegra. Suspiró y comenzó a trotar, cada vez escuchando con más fuerza los eufóricos gritos de los estudiantes.

Al llegar, la porra dirigida hacia el equipo de Gryffindor se hizo notar y James soltó una carcajada burlona, demostrando la seguridad que siempre tenía, como si unos minutos antes no estuviese entrando en un colapso de inseguridad.

Se hizo el anuncio de que el partido iniciaría en unos minutos y James reunió al equipo para darles las clásicas palabras que siempre decía antes de iniciar con el juego.

—Sabemos que siempre ganamos, pero no hay que confiarnos —le lanzó una mirada al equipo de Slytherin —Bueno, sí que hay que estar un poco confiados. Las serpientes no pueden contra nosotros. Pero, como siempre hay que esforzarnos y esperar todo y nada del otro equipo. No sabemos con qué nueva jugarreta saldrán esta vez.

Todos estuvieron de acuerdo y James sonrió con emoción, como si fuera un niño dentro de una tienda enorme de golosinas con exceso de azúcar.

—¿Están listos para ganar? —preguntó retóricamente y el equipo soltó un rugido, con la acostumbrada adrenalina recorriéndolos.

James dio un aplauso y les hizo una seña con la mano para que se colocaran en posición pues la profesora Hooch ya los había convocado para dar inicio.

Maia estaba sentada en las gradas con un poco de aburrimiento, no quería estar ahí pero le había prometido a Regulus que iría a verlo jugar. Él nunca lo admitiría pero todavía no estaba acostumbrado a los partidos, ya había jugado un par de veces en el equipo de Slytherin pero los nervios aún le ganaban y Maia siempre estaba dispuesta a hacerle compañía a la distancia para evitar que se sintiera mal o que su ansiedad aumentara. Sentía una presión muy grande por ser el buscador, sabía que gran parte de la victoria o derrota estaría sobre sus hombros.

La peli negra escucho a alguien masticar a su lado y volteó a ver con el ceño fruncido encontrándose con Evan Rosier a su lado. Él se metió una gragea a la boca, con la vista hacia el frente y sonrió cuando sintió la mirada de ella sobre él.

—¿Qué tanto me miras Black? —preguntó con la sonrisita tirando de la comisura de sus labios.

—Que no puedes comer como una persona decente y haces mucho ruido —respondió sin dudarlo.

La sonrisa de Evan se tambaleó pero no permitió que desapareciera y la volteó a ver fingiendo que lo que ella le había dicho no lo hizo sentir humillado.

—Muy graciosa —se burló —aunque no creo que sea conveniente que le hables así a tu futuro marido ¿no crees? —bromeó sin dejar que su sonrisa disminuyera.

Maia soltó una risa sin gracia.

—Quisieras Rosier —contestó viéndolo despectivamente.

Borró su sonrisa falsa, algo que Maia agradeció, y le devolvió la misma mirada.

—Estoy bromeando, no iría contigo ni a hogsmade.

—Que bueno que ambos lo tengamos claro —Maia zanjó el tema.

Los dos regresaron la vista al frente cuando sonó la alerta de que el partido había dado inicio. Maia estaba prestando atención a Regulus que se encontraba colocado en posición al lado de los aros, con los ojos bien abiertos por si veía la snitch dorada, cuando una chica se aclaró la garganta.

—Disculpa, puedes moverte a un lado, quiero sentarme al lado de mi mejor amiga —escuchó decir a una voz conocida y cuando levantó la mirada vio a su amiga rubia, dirigiéndose a Evan —por favor —añadió con una sonrisa.

Evan asintió con la cabeza, con sorprendente aceptación y se deslizó en la banca, aplastando a las personas que estaba a su lado pues apenas y había espacio para una persona más con lo lleno que estaban las gradas. Megan sacudió su cabellera rubia y se sentó en el sitio que quedó libre.

—Llegas tarde ¿por qué no me sorprende? —Maia regresó la vista al frente.

—Estaba arreglando un asunto con Crouch —respondió Megan con indiferencia.

—Prefiero no preguntar —finalizó Maia.

Volvió a prestar atención al partido y se tensó cuando James Potter metió por cuarta vez la quaffle en los aros.

El partido continúo como de costumbre hasta que la multitud notó a los buscadores de ambos equipos acelerar sobre sus escobas hacia un punto dorado que corría a una velocidad similar a la de ellos. La gente que apoyaba a sus casas preferidas gritó eufórica con el anhelo de que fueran sus favoritos los que ganaran y en cuanto el primer buscador tomó la snitch dorada entre sus manos sonaron muchos abucheos decepcionados y otros gritos emocionados, no hace falta resaltar que los primeros eran lo seguidores de Slytherin y los segundos los de gryffindor.

El partido dio fin con Marvin Mcgonagall siendo cargado por sus compañeros por su increíble hazaña para atrapar la snitch. Maia apartó la mirada y se levantó de su asiento apresurada, le lanzó una mirada suplicante a Megan y esta suspiró y asintió con la cabeza de acuerdo.

Ambas bajaron los escalones deprisa y corrieron con dirección a los vestidores que era hacia dónde probablemente había salido huyendo Regulus.

N/A:

Justo acababa de decir que se venían actualizaciones semanales y quedé mal. En mi defensa estaba pasando por una situación delicada de salud. No les había dicho pero mi sistema digestivo está medio rarillo y no funciona como lo tendría que hacer normalmente. Eso me trajo problemas la últimas tres semanas lo que hizo que perdiera las ganas de escribir.

Ya estoy bien y justo ayer por la madrugada escribí este capítulo. Espero que me sepan disculpar.

El próximo capítulo está ❤️‍🔥
Ya quiero que lo lean. Espero poder publicarlo la próxima semana.

También les cuento que me abrí una cuenta de Instagram para subir las novedades de mis fanfics, dándole prioridad a este. Si me van a seguir se los agradecería mucho y les devuelvo el follow 😉
Mi usuario es @lissxhayil

Nos leemos
-Lissxhayil

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