Slytherin party
⎯⎯ .‧๛ 𝐇𝐔𝐅𝐅𝐋𝐄𝐏𝐔𝐅𝐅 𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒,
an Harry Potter fanfiction written by A!
•:๛ this is the chapter two: Slytherin party ༘
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Raven pov's
Luego del encuentro con Riddle, solo trate de despejar mi mente de camino a la sala común.
Adoraba su cálido ambiente, redonda con de colores cálidos con un techo bajo. Siempre parece estar llena de sol y sus ventanas tienen una vista de hierba y dientes de león. Hay un montón de cobre bruñido en este lugar además de muchas plantas que cuelgan del techo o en los rebordes de las ventanas.
Extrañaba la sensación que me provocaba aquel lugar.
Camine por el suelo tapizado amarillento, mientras miraba a los demás estudiantes recostados en amplios sofás leyendo alguno que otro libro, aunque la mayoría estaba terminando de organizar sus pertenencias.
Para mi suerte mis cosas se encontraban ahí, la habitación doscientos cinco, litera dos, cama de arriba.
Mis roomies Claire, Megan y Drey, ya se habían acomodado, sus baúles estaban vacíos recostados en el suelo unos juntos a otros.
Recosté el baúl en el suelo para abrirlo de par en par.
Una vez organice mi armario, debía decidir que iba utilizar en la fiesta de esta noche.
Cada año las cuatro casas se turnaban para realizar la fiesta de bienvenida, solía comenzar como a las una o dos de la madrugada cuando ya todos los profesores se encontrarán durmiendo, solía ser exclusiva para alumnos desde el tercer año en Hogwarts. Este año sería la fiesta de Slytherin.
Mi elección final se trató de un corset negro con una falda de brillo plateada acompañada de brazaletes a juego, acompañado de unos borcegos negros en los pies, y el cabello completamente suelto.
Caminé sigilosamente tratando de que mis pisadas no pudieran estropiarme la salida. Cuando creí que al fin lo había logrado estando a unos pocos pasos de la puerta, escuché unos pasos.
Me volteé para así encontrarse con aquellos ojos miel viéndome fijo, era Cedric Diggory, el prefecto de Hufflepuff y encargado de cuidar que esto no pasara, o eso creía.
- ¿A donde vas con tanta prisa?-cuestiono observando mi atuendo.
- Iba por comida a la cocina -apresuré a decir, estoy segura que podía notar el nerviosismo en mi voz, por suerte no había tanta luz así no tendría que verle la cara.
- Que mal, iba a preguntarte si podríamos ir de camino juntos a la fiesta -sonrió burlón.
- ¿Cedric Diggory ira a la fiesta? -sonreí.
- No me la perderia por nada. Después de ti -se adelanto a abrirme la puerta, espero a que cruzara para seguirme y cerrar con cuidado.
Debíamos atravesar aquel pasadizo, y la poca luz no lo hacía sencillo.
- Ire primero, así tu vas más cómoda -dijo con algo de nerviosismo el chico, cabelloroso como siempre- Puedo ir detrás si tienes miedo, con los ojos cerrados -murmuró.
- Esta bien Ced, iré detrás -el correspondio con un gesto de afirmacion con la cabeza para ponerse de cuclillas y adentrarse, lo seguí. Una vez del otro lado, las cálidas luces de las antorchas nos iluminaron un poco.
El se recompuso para así pasarme la mano y ayudarme a levantarme, me sacudí un poco el polvo de las rodillas y le dirigí una mirada indicando un "gracias", aun con esa mínima luz ahora si podía ver que traía puesto, unos pantalones negros sostenidos por un cinto del mismo color con una evilla plateada, acompañado de una camisa negra con los primeros dos botones sueltos y las mangas remangadas.
- Aún tienes buen gusto -moleste.
- Aún guardo lo que me enseñaste -contraataco él.
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Estábamos a la vuelta del muro de piedra de las mazmorras del castillo, donde estaba situada la sala común Slytherin. Para entrar era necesaria la contraseña para acceder al pasaje de la sala común.
Una vez parados enfrente a la gran puerta, la música se empezó a hacer presente. Mire a Cedric en busca de respuestas.
- No se la contraseña -admití.
El me miró victorioso.
- "Sangre pura" -dijo, para que así las grandes puertas negras, nos abrieran paso.
- Esa no me la esperaba -dije sarcástica, era un contraseña Slytherin, con todas las letras, él sonrió al oír mi comentario.
- La cambian cada dos semanas, y se avisa en el tablon de anuncios, ser prefecto tiene ventajas -admitió él.
Nos adentramos, para encontrarnos aquellas paredes de piedra iluminadas por lámparas de techo color verde, al estar ubicada bajo el Lago Negro, le proporcionaba a la sala una luz verdosa.
La música hacia casi imposible el poder mantener una conversación con alguien ahí, y la cantidad de gente era impresionante, Slytherin se caracterizaba por dar una de las mejores fiestas.
Me escabulli un poco entre la gente, apretujandome y abriéndome paso, Cedric venía detras , me sorprendía que no estuviera con su grupo en esta fiesta, es un chico muy sociable.
Las mesas cubiertas con elaborados manteles ahora tenían manchas de vino, vodka y restos de otras sustancias. Diggory se puso a prepara un trago mientras yo veía atentamente como recolectada los ingredientes en aquella desordenada mesa.
60 ml de vodka basmoon, una cucharada de azúcar, gotas de limón, cinco moras, cinco frambuesas, fentimans agua tónica indian, y cubos de hielo. Al acabar sonrió al ver lo bien que se veían sus tragos, me cedió un vaso para realizar un brindis y dar un sorbo a la vez.
Mientras miraba el descontrol de aquella fiesta, siento como si me jalaran de los hombros.
- ¡Hola primor! -escuché una voz detrás de mi, era Lili, se veia espléndida- Invita -dijo para así sacarme el trago de las manos y darle un profundo trago, no parecía ser el primero, si no el décimo.
- ¡Tienes que ver esto! ¡Tom está ebrio! -ella río, personalmente no recordaba haberlo visto tomar mucho en público.
Sin darme momento de siquiera mirar a Cedric, me jaló para llevarme en dirección al barullo de personas en la barra. Ahí estaba nada más y nada menos que, Tom Riddle, parado encima con una gran botella de Vodka Spirytus.
Posiblemente se arrepentiría de esto mañana, así que debía bajarlo de ahí.
Lo tome de uno de los zapatos pero solo provocó que este casi me diera un golpe en la cara.
Desde abajo no era buena idea, así que debía subir.
¿Acaso nadie más iba a ayudar?
Liliam se había ido, sin comentar a donde.
Una vez que también estaba sobre la barra, me acerque a él para así arrebatarle aquella botella, e impedir que siga tomando.
Noto mis intenciones, y se puso algo a la defensiva, sería más difícil de lo que creí, si sobrio era necio, ebrio era peor.
- Estas preciosa, ¿eh? -repondio este examinandome.
- Y tu borracho -respondí algo molesta.
- Si, pero mañana dejaré de estar borracho, y tu seguirás preciosa -contestó sonriendo, se arrepentiría de decir eso, me limite a negar con la cabeza.
- Tomaste de más Tom, déjame llevarte a tu cuarto y hazlo más fácil, ¿si? -le dije tratando de mantener una voz calmada.
- ¿Irme? La fiesta aun no comienza -río el.
Luego de varios minutos de intentos, al fin logré llevarlo conmigo, y de mala gana.
Lo recosté en su cama, bueno lo deje caer como pude en su cama, le saque los zapatos para ponerle unas mantas encima, en las mazmorras hacia frío.
Tome un balde que encontré en el baño de sus compañeros y lo puse junto a su cama, si que iba a vomitar.
Tome asiento al pie de la cama para quitarme los zapatos que me estaban matando.
Observándolo, dormido no parecía ni una pizca de lo idiota que era.
Me puse de pie nuevamente cuando la temperatura empezó a decender aún más.
Coloque mi mano sobre la perilla de la puerta, dandole un ultimo vistazo a Tom durmiendo plácidamente, o eso creí.
Cuando me di media vuelta y entréabri la puerta, oí su voz ronca en un murmuró.
- Llévate un sweater, tendrás frío -estaba entredormido.
Abrí las puertas del armario color escarlata, tome uno verde con letras negras que tenía bordado "Riddle". Nadie debía verme con esto puesto, es patético.
Me lo coloque para ahora si salir de la oscura habitación.
La fiesta seguía en su picó más alto, todos bebían y reían, no logré ubicar a Cedric de nuevo, supuse que se había reencontrado con sus amigos.
A quien si encontré fue a Liliam, con ¿Mi hermano?
Ahí estaban, besándose en una esquina de la fiesta donde las luces no podían reflejarlos.
No me molesta en absoluto, solo me provoca un poco de asco mi Draco, pero me alegraba por Liliam.
Al salir del lugar una fria brisa me golpeó el rostro.
Caminé esos largos pasillos de piedra, ahora sola.
El sweater desprendia un fuerte perfume, olía a él. A Tom Riddle.
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