✒01.Omega𝄢

“Una droga implacable,
atormenta sus pensamientos, convirtiéndolo en un esclavo
de un anhelo desesperado
que lo consumía día y noche.”





Isagi Yoichi se convirtió en uno de los seleccionados y pocos jóvenes promesas en Japón a la tan corta edad de catorce años. Desde muy joven fue descubierto por su actual mentor y manager Ginpachi Ego, quién lo sometió a muchos entrenamientos para mejor su rendición tanto física como mentalmente, alegando que solo hace falta pulirlo para que muestre su verdadero fluir.

Es así que de inmediato se le dio la oportunidad de jugar con alguna liga extranjera, varias de estás ubicándose en el continente europeo, por lo que él escogió aquella que le pareció adecuada y se ajusta a sus ideales en el juego, donde además está como entrenador y capitán de equipo, su mayor ídolo en el mundo, Noel Noa. El Bastard Munchen es un equipo famoso y poderoso no solo en Alemania, sino también a nivel internacional.

Su segundo género nunca fue un impedimento para él, si prefirió jugar para otro país no solo es porque Japón no es una potencia en el fútbol a comparación de otros países de Europa o el sur de América, sino porque en su propio país de nacimiento siguen siendo bastante conservadores y se discrimina muchísimo que un Omega practique un deporte que está etiquetado como sola y exclusivamente para "Alphas y Betas varones."

Es por eso que tomó la fuerte decisión de irse al extranjero, al continente Europeo. No siendo el único Omega en la historia que se ha ido de su país por ello mismo, mencionando un claro ejemplo al mismísimo Itoshi Sae, quién resultó ser también un joven prodigio al que la sub-20 japonesa no quiso integrar por el simple hecho de ser Omega.

Su caso de discriminación por su segundo género se hizo un gran revuelo en su momento junto a otros tantos, pero al final y a pesar de que evidenciaron a la liga de ser misóginos y demás, no se consiguió mucho más que una mala reputación meramente temporal.

En Alemania, Isagi no es fuertemente discriminado, es tratado con igualdad y dignidad tanto por la gente como sus compañeros de equipo y su entrenador quien le llama maestro.

Yendonos más adelante en el tiempo; a los diecisiete años se le encomendó a él y otros varios jugadores vigilar, guiar y entrenar a joyas mucho más jóvenes, propios del país europeo. Niños y niñas de entre once y trece años. Ninguno no ha despertado todavía su segundo género pero de cualquier modo son estrictamente monitoreados para evitar todo tipo de accidentes.

Ahí conoció a un niño en particular de tan solo once años, el más joven de todos pero no el más pequeño de los demás. Delgado, de ojos azules tan claros como el cielo despejado, y de hebras rubias.

No sabe si ha sido su tenaz amabilidad, los movimientos y técnicas hechos en un partido de práctica o sus rasgos orientales es que fueron el motivo suficiente para que el pequeño niño lo haya visto con ojos de pura admiración y por lo tanto, se pegó a él sin la intención de separarse de su lado.

En aquellos entonces recuerda que otros maestros, entrenadores, enfermeros, técnicos y demás en relación al club y programa encargado de supervisión para que los niños aprendieran y evolucionaran en el deporte, ninguno de estos mencionados consiguió que el menor les hiciera caso o se sintiera atraído a sus dinámicas de entrenamiento, ejercicios y cuidados.

A regañadientes aceptaba algún consejo o llamado de atención del mejor delantero del mundo Francés pero jugando para la liga alemana, Noel Noa, que de vez en cuando se paseaba por el lugar siendo merecedor de varios elogios.

Isagi lo quiso mucho durante esa etapa, lo veía como el hermano menor que nunca tuvo. Adorable, pequeño, muy bueno en el fútbol y un tanto bipolar a veces, pero al menos le prestaba atención suficiente a diferencia de los otros adultos.

Claro, el pequeño niño igual se metía en problemas a veces, ya sea con sus propios compañeros o sus mayores, pero Isagi no terminaba de comprender el porque era así, si con él, el pequeño Michael Kaiser es todo un amor de niño.

Π Ω μ

Cuando Kaiser llegó a la edad de trece años, es que le hicieron el examen para averiguar sobre su segundo género.

Ahí lo acompañó a Isagi de buena voluntad, también porque notó al menor entre nervioso y asustado, quizás hasta preocupado.

—¿Estás nervioso?—preguntó el nipón mientras sostiene la mano del menor, quién parece bastante ido en sus pensamientos.

—Supongo que un poco.—suspira, luego alza la mirada para encontrarse con los ojos del Omega, aquellos que le reconfortan.— Yoichi, sin importar mi segundo género, tú me seguirás queriendo, ¿Verdad?—dice con cierto vacile, impaciente por oír su respuesta.

Isagi le mira curioso por aquel comentario, sonríe de medio lado.

Pensó que tal vez, ya sea algún familiar en casa, algún vecino o incluso compañeros de la escuela, le metieron miedo sobre su casta.

En algunas escuelas todavía mal informan y meten miedo a sus jóvenes estudiantes, te explican que ser Alpha es lo mejor y naces con muchos privilegios, que ser Beta está bien pero te hablan despectivamente de ser un Omega.

Así que sospecha que tal vez al pequeño alemán le habrán metido ideas equivocadas sobre ello.

—Claro que sí.—responde sin dudarlo, sin comprender del todo el temor o la preocupación del menor.—Pero si fueses un Omega, serías el más hermoso de todos. Rubio y de ojos azules, que envidia~—alego para animar al rubio y con la intención de alejar cualquier tipo de miedo en él.

Kaiser lo medita un poco, nota cierta preferencia del mayor en la idea de ser un Omega. Y eso no le molesta, pero...

¿Y si no lo es?¿Y si resulta ser algo que a Isagi no le guste?

—¿Y si soy un Beta o un Alpha?

El azabache mira seriamente al menor por unos segundos, hasta que después se ríe enternecido por la severa preocupación del pequeño alemán. Nunca había visto o oído antes sobre alguien preocupándose en ser Beta o Alpha.

—¿Qué importa la casta?—menciona encogido de hombros, restándole importancia.—Te seguiré queriendo, Micha. Eres como mi pequeño hermano menor.—agrega para darle un tierno y sonoro beso en la frente al rubio, quién de inmediato se ruborizó por aquel gesto.

Kaiser agradeció profundamente al mayor por quererlo sin importar su casta. Sin tener idea de los pensamientos que pasan por la mente de Isagi.

No se lo dijo en esos momentos para no darle alguna clase de mal ejemplo y no sonar prejuicioso, pero Yoichi realmente quería que fuese un Omega como él. Sin dudarlo, serían todavía más cercanos y además, le seguiría demostrando al mundo que los Omegas también pueden triunfar en este deporte que sigue siendo un tanto dominado y en posesión por Alphas. Escasos son los del género que han logrado meterse al fútbol y jugar en campeonatos entre clubs, pero ninguno ha llegado a jugar en algún mundial, ni siquiera el mismo Itoshi Sae quién guarda muchas más experiencia en el campo.

Cuando es turno de Kaiser, Isagi se puso pensativo. Independientemente de la casta del menor, él tendrá un futuro en el fútbol. Porque ha descubierto que él es un chico prodigio, uno muy joven y audaz.

Cuando Kaiser salió de la prueba, tenía una expresión pensativa hasta que vio a Isagi y cambio radicalmente a una radiante. Se acercó a él rápidamente el mayor se puso de pie para así ambos caminar y alejarse de ahí.

—¿Cómo te fue, Micha?—pregunto un animado azabache, ansioso por saber el resultado del menor.

—Estoy contento porque hablé con la doctora.

Isagi se da cuenta de lo sonriente que está el rubio. Aquello le dio un buen presentimiento al japonés.

—Estás realmente feliz.—agrega con en un entusiasmo contagioso y ojos brillantes.—¿Eres un lindo Omega?—pregunta de modo cariñoso, sin dejar de abrazar al rubio y escuchando atentamente sus palabras.

—La doctora dijo que por naturaleza seré fuerte y grande, que podré protegerte cuando sea mayor.

—¿Qué quieres decir, Michael?—expresa un poco confundido por aquella respuesta.

Es probable que aquella vez, haya sido la última en haberse dirigido a él de manera tan afectuosa.

—¡Soy Alpha!,—hace una breve pausa, recordando lo que la profesionista le dijo allá adentro.—Y que dentro de algunos meses más, máximo un año, me manifestaré por completo y entonces podré detectar tus feromonas y apreciar tu aroma. ¿No es increíble eso?—suelta ansioso por la idea.

Isagi sé quedó sin palabras al principio, también tuvo un conflicto de emociones en su interior, cuando por fin reaccionó, lo felicitó y le propuso ir a comer lo que él quisiera antes de contárselo al resto del equipo y decidir definitivamente sobre su posición como futuro delantero.

No sabe porque, pero digerir que su pequeño Kaiser es un Alpha, fue una golpiza profunda de la cual le costó recuperarse y solo pudo fingir que todo está bien.

Isagi miró detenidamente al menor, no puede detestarlo ni menos preciar lo por su casta, a fin de cuentas sigue siendo aquel chiquillo quien más lo ha elogiado y dicho que admira mucho su forma de juego.

De cierta manera, le hace recordar la primera vez que interactuó con el rubio por primera vez hace tiempo.

Π Ω μ

Estaba anocheciendo, los padres o algún familiar cercano fueron recogiendo a sus hijos de manera puntual, abrazando de forma protectora y cariñosa a sus pequeños amores.

Isagi miró la escena enternecida. No está seguro de si tiene que ver en parte por su instinto Omega o simplemente así es él, pero es de aquellas personas que le gustan mucho los niños, especialmente porque nunca tuvo hermanos con los cuales convivir a diario y por ello adora jugar y entrenar con ellos, quizás por ello resulte más amable y comprensibles con los menores que otros titulares. 

En futuro muy, pero muy lejano, cuando esté retirado del fútbol a cierta edad que ronde entre sus treinta y cinco y cuarenta años, tiene contemplado en tener hijos. No sabe si de la manera tradicional, por adopción o incluso inseminación artificial, pero lo ha decidido, y es algo que el tiempo lo determinará con más precisión.

No necesita depender de alguien para cumplir sus sueños y metas, solo de él mismo.

Todos los niños se fueron yendo sin falta junto a sus mayores, a excepción de uno.

Aquel rubio de mirada fría y aspecto demasiado serio para tratarse de un infante, mientras que sus compañeros lo tachan de amargado e intimidante, sus mayores y especialmente Isagi, le causa cierta conmoción y tristeza verlo así. Preguntándose seriamente si viene así desde casa y el porque.

Verlo tan desolado, aparentando desinterés en vez de preocupación o tristeza, lo afligia demasiado.

El Omega de Isagi Yoichi en esos momentos miró al pequeño Michael como un cachorro que necesita protección y mucho cuidado.

Fue entonces que se acercó a él con intenciones de acompañarlo hasta que vengan sus padres y brindarle un poco de calor en aquella fría y llovizna noche.

Claro, el pequeño Kaiser en ese entonces lo miró feo, como si oliera mal, cosa extraña ya que Isagi se había tomado una ducha después de los entrenamientos y usa jabón que deja su fragancia impregnada en su piel, claro que nada fuerte pero al menos neutraliza el hedor del sudor.

—¿Quieres que llame a tus padres?—pregunta, llamando la atención del menor.

—No, siempre llegan tarde.—suelta aparentemente despreocupado, encogido de hombros, mientras pasa un balón muy usado que tiene de mano en mano.

—No está bien que te hagan esperar, cachorro.—le habla de manera más amable y acercándose más al rubio, quién reacciona ante el apodo.

—Y-Ya no soy un cachorro.¿Por qué no te vas como los otros?—bufa y frunce el ceño, fingiendo estar molesto.

—¿Y dejarte aquí solo en la noche fría? Prefiero hacerte compañía, de todas maneras no tengo mucha prisa en llegar a casa.

—No quiero tu lástima.

Isagi lo mira detenidamente, el menor está haciendo todo lo posible para alejarlo de él. Y él podría simplemente dejarlo ahí y no cruzar nunca más palabras con él a menos que sea durante las horas de entrenamiento y cuidado junto a los demás niños, pero algo dentro de él realmente le pedía hacerle compañía al pequeño cachorro testarudo.

Incluso pensar en ese apodo le causó ternura, suspiró pesadamente un poco cansado, pero sin rendirse, continuó hablándole.

—No es lástima, cachorro.—niega completamente mientras se cruza de brazos. Habla en voz alta para que su voz no sea opacada por el sonido de la intensa lluvia de fondo y los truenos a lo lejos.— ¿Por qué tan serio? Deberías sonreír más, eres demasiado lindo para estar tan serio todo el tiempo.

El adolescente japonés le tira de sus mejillas de manera repentina y tan rápida que Kaiser no tuvo tiempo de esquivarlo, haciendo que también esté se aturda por los jalones de sus cachetes y no evite enfadarse como a avergonzarse.

—¿¡Quién te crees que eres para jalarme de mis mejillas!?—exclamó intentando alejarlo, pero el nipón solo se divierte por sus muecas y gritos.

—¡Más respeto a tus mayores!

Un relámpago que iluminó casi todo el cielo, seguido de un fuerte trueno que se escuchó demasiado cerca de ellos, los callo a ambos, lo cuál los asusto provocando que se fueran para atrás y tambalearan hasta caer al suelo medio húmedo, después tragaron saliva y se miraron desconcertados.

El extraño silencio entre los dos se terminó cuando Isagi rió incrédulo por lo que aconteció, soltando comentarios al aire sobre lo extraño que fue eso, y el alemán al observarlo, no evito contagiarse de la agradable risa del mayor.

Yoichi se quedó un rato más hasta que alguien vino por el menor en camioneta. No estuvo seguro ya que nadie salió de está, pero Kaiser dijo que ya debía irse porque llegaron por él y se hacía muy tarde para la cena.

Al siguiente día, el pequeño Kaiser estuvo con él toda la tarde sin despejarse de él. Por fin, después de varias semanas asistiendo, mostrando interés verdadero en socializar y divertirse más.

Isagi le puso muy feliz que Michael se integrará con los demás niños poco a poco, y no volverlo a ver con esa mirada fría, seria y desolada.

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Ahora que se sabe la casta del menor, Yoichi no cambiará su cariño de hermanos. Kaiser seguirá siendo su pequeño cachorro y el será como alguna clase de hermano mayor que lo ayudara a desarrollarse y envolverse completamente en el campo.





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Palabras: 2,466
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Viernes 04 de agosto del 2023.
Fandom: Blue Lock
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Yo sé que para los fans de Harry Potter el título de este fic se les hizo bastante familiar, no diré nada hasta que termine el fic, hablando de otras cosas...
Este fic tengo previsto que sea un Two-shot, solo dos partes. No quiero extenderme demasiado en la historia porque luego se me será difícil actualizarla, sobre todo porque mis vacaciones están por terminar.
Literalmente este borrador lo tengo desde el 01 de junio, o sea hace dos meses, no me había animado a publicar por varias razones pero ya conseguí hacerlo con tiempo libre.

Pero desde hace muchísimo más tiempo le tengo ganas hace un fic e diferencia de edad, siendo Kaiser más chikito que Isagi, e Isagi diciéndole "Micha" de modo cariñoso.

En fin, no se cuando vuelva actualizar, así que nos veremos en un buen tiempo!

PD: haré lo posible por no tardar tanto en actualizar, cuídense y dejen sus comentarios! Eso realmente anima a los escritores a escribir, créanme.

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