Capítulo 7

"Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes"

Bernard Le Bouvier de Fontenelle

***

Empiezo a guardar algunos documentos mientras intento ser rápida para poder llegar pronto a mi apartamento y así poder darme un baño y vestirme bien para la salida que tendré con Logan, le prometí enseñarle un poco la ciudad mientras se aloja una semana en Reino Unido, me alegra saber que en estos momentos está en el país temporalmente, pero lo que más me ha sorprendido, ha sido su visita, ya que no me imaginaba que él llegaría aquí por asuntos de trabajo, como también, para poder pasar unos días conmigo. La realidad es que apenas acaba de llegar al país y directamente en vez de haber ido primero al hotel, se fue a mi clínica, en donde hasta observé como aún tenía sus maletas en los asientos de atrás del taxi, sinceramente es algo increíble, aun no puedo quitarme esa sonrisa de alegría al tener un semana a mi mejor amigo y hermano conmigo y eso sin decir, que por lo menos podré respirar más tranquila ahora que quizás dejé de pensar en Pierre.

Hablando de él y espero no invocarlo en mi mente por nombrarlo, casi me deja atónita al verlo de nuevo en mi clínica después de una semana de no aparecer en Starbucks, ahora puedo ver que la situación había rotado de su lugar, yo había dejado de ir ciertos días mientras que él siempre fue y ahora soy yo quien vuelve y él no aparece.

Ahora me doy cuenta que es a él quien le afecto más la situación en que fuera virgen pero más descarado fue saber que hoy quiere revertir sus palabras para continuar con la apuesta, pero no le daré ese gusto cuando me he podido recuperar de mi propia caída, fue duro saber que me había rechazado pero más tensa se puso la situación cuando él no enfrento el problema, simplemente, lo esquivo y no apareció por... ¿vergüenza? ¿Miedo? ¿Enojo? No sabría decir, pero me dolió saber que yo fui la culpable de haber permitido entrar a un territorio peligroso en mi vida, nadie había sido capaz de cruzar ese límite que no hubiera sido él y eso sin decir, que el daño psicológico fue más doloroso que el físico, porque por lo menos había entendido que aunque me haya tocado y lastimado un poco al entrar su dedo en mí, de eso me recuperé y quizás puedo decirlo que hasta me informe un poco más con Miranda, quien aunque me aconsejo sobre si había una segunda vez, yo solo me permití escuchar y no estar de ignorante, mientras me mordía la lengua para no gritarle que no volveré a dejar que Pierre se me acerqué.

Aunque... aun no puedo quitarme de la cabeza como sus ojos negros se había puesto dilatados después de haber vuelto a mi oficina cuando Logan se marchó, aun su rostro molesto y sus palabras como si estuvieran llenas de celos permanecen vivamente en mi memoria haciéndome reír, pero todo termina por desplomarse después que él comentó sobre volver con nuestra apuesta, me negué a la idea no por el hecho que él fuera quien terminara por negarse a continuar cuando descubrió mi virginidad, sino porque me conozco y sé que soy débil ante los efectos que me provoca Pierre.

Ni siquiera puedo olvidar los dos besos que tuvimos, el primero un beso ansioso y salvaje que me dejo sin aliento y el otro tan cálido y suave que me llego a poner nostálgica como si fuera una despedida, ni siquiera el ambiente ayudo porque todo parecía sacado de una película romántica... Un beso bajo la nieve, una despedida y un momento que se arruino y pudo haber terminado en algo entre los dos.

Tiro en una gaveta un par de documentos de una forma molesta, tengo que quitar esos recuerdos de mi mente y dejar de estar creando tanta fantasía, este es un mundo real sin tanta ilusión y yo debo de poner los pies en la tierra y no estarme creando cosas en la mente pensando que Pierre volverá y continuaremos con lo que no terminamos.

El sonido de una puerta al cerrarse me indica que Jessie se ha marchado, así que por fin me quedo sola y ahora puedo hablar a solas y poder gritar con molestia sobre los últimos asuntos que se han agregado a mi vida; estar sola y sin que nadie me escuché es un buen remedio para desahogarme, ya que en mi apartamento con Cristal al pendiente de mi vida como si fuera mi cuidadora disciplinaria hace que no me permita ser yo y poder librarme del peso de mis preocupaciones y problemas, por lo menos en la clínica al ser mi territorio puedo hacer lo que quiera, bueno no del todo, pero si por lo menos discutir ciertos temas que solo con Miranda es quien tengo más esa libertad y confianza en decirle las cosas.

Suspiro y empiezo a decir ciertas cosas en voz baja al ya no poder guardarlas, empiezo a ordenar todo y a tomar mis cosas para no dejar nada en la oficina, pero al escuchar un ruido de una puerta abrirse, me doy la vuelta y dejo ir un grito que hace que casi me corazón salte del miedo y por supuesto de sentir como el alma vuelve dentro de mi cuerpo.

— ¡Mierda Pierre! ¡¿Qué haces aquí?!—Intente calmar mi respiración.

—Vengo a hablar contigo sobre el asunto en qué quedamos pendiente hoy—enarqué la ceja.

—Tú y yo—le señale—, no tenemos nada de qué hablar—le di la espalda.

—Bueno, quiero que llegues a saber que a mí me gustan solucionar los problemas—se acercó a mí hasta ponerse muy cerca de mi espalda.

— ¿En serio? Que novedad—dije con ironía.

Y cómo no le va a gustar solucionar los problemas cuando él mismo los hace pero en fracciones matemáticas, lo cual si tiene esa habilidad, no me imagino que la tenga al mantener una conversación con alguien.

Sentí como puso una de sus manos en mi cadera, en donde me hizo saltar y darme la vuelta pero fue una equivocación hacerlo porque él acercó más su cuerpo al mío hasta yo no poder moverme o seguir dando pasos hacia atrás porque el escritorio me lo impedía, de nuevo mi corazón empezó a latir rápido y esa sensación de abrumación al seguir controlando mi cuerpo para que no haga algo impulsivo, empezaba a fastidiarme.

—Aléjate Pierre, no quiero nada contigo—intenté empujarlo pero tomó mis manos.

—Lo dudo Alaska, tú sabes lo que te provoco—dijo con muchas seguridad.

Al susurrarme en mi oído no tardo en morder el lóbulo de mi oreja, me mordí el labio para no dejar salir un gemido, de nuevo el cosquilleo en mis piernas apareció y eso sin decir que sus manos empezaron a hacerle masajes a las mías.

—Pierre, si no te vas habrán consecuencias—dije intentando sonar seria.

— ¿Consecuencias? ¿Cómo cuáles?—dijo con burla.

—Llamaré a la policía, estas invadiendo una propiedad privada y a la vez, me estas acosando—escuché su risa.

—Te creería pero no permitirás que eso sucediera—beso mi cuello.

Estuve a punto de escapar pero de nuevo me tomó de la cintura y me dejó en el escritorio, intenté liberarme de sus manos pero me fue imposible, lo maldije pero él solo sonreía de forma socarrona y cada vez que intentaba hacer un ataque impulsivo, él lo evadía rápido; cuando me quedé tranquila pero molesta sin hacer un movimiento, él se me quedó mirando por un largo tiempo hasta que desprevenidamente, me hizo que me acercará a él y pronto me beso.

Puso su mano en mi cintura y otra en mi cuello para no alejarme de él, estuve golpeándolo pero no funcionó, cada vez presionó más su boca con la mía y cuando me di cuenta que aunque yo me resistiera a seguir con su juego, al final de nuevo caí en su trampa cuando mis labios por sí solos empezaron a moverse juntos con los suyos.

Ni siquiera el beso se mantuvo en su mismo nivel porque cada vez se volvió más intenso, más apasionante, más agresivo... Me mordía el labio inferior mientras su mano tocaba mi trasero, mi respiración se volvió agitada cuando metió su boca en mi cavidad bucal; empecé a temblar ante todas las sensaciones que empezaban a desafiar contra mi cuerpo y mi consciencia, cada vez que Pierre me besaba sentía como solo podía sentir en vez de pensar, hasta ni siquiera ya no dejé de pelear para que él no siguiera besándome y tocándome, todo se volvió nubloso y caliente cada vez él me tocaba alguna parte de mi cuerpo y eso sin decir que sus caricias me propagaron varias erizadas de piel al sentir las yemas de su dedo moverse en círculos.

—Te dije... me deseas—murmuró cerca de mis labios.

—Arrogante—no me permitió discutir más cuando volvió a atacar mis labios.

Escuché un ruido detrás de mi espalda hasta que él me levantó y me sentó en mi escritorio, ahora yo le sobrepasaba un poco de altura, pero estar en aquella posición hizo que me provocara vergüenza y eso sin decir que el calor empezara a irritar mi piel; Pierre me dio una mirada de abajo hacia arriba y como si hubiera llegado a ganar un juego, sonrió de forma victoriosa, hasta que abrió mis piernas y entro su cuerpo para luego empezar a besa mi cuello, primero con besos de arriba hacia abajo y después con mordiscos que casi se sentían como si fueran pequeños pellizcos.

Dejé ir un jadeo cuando su mano tocó por encima de mi sujetador mis pechos, abrí mis ojos y me di cuenta que mi blusa se encontraba abierta, no me había dado cuenta el momento que había desabrochado los botones de está y ahora él podía observar mi cuerpo, intenté cubrirme pero me lo impidió, de nuevo regreso a besar mi cuello, pero del cuello paso a mi hombro y ahí dejó una mordida, que provoco que metiera mis uñas en su camisa.

—Pierre no quiero que me dejes alguna marca—musité.

—Te marcaría toda si fuera posible, porque eres mía—trague hondo.

—No soy tuya. —Me negué a darle tregua en eso.

—Pero lo serás. —Volvió a besarme.

Sus palabras me traían una idea de lo que quería decirme en verdad, hubiera sido capaz de detenerlo sino fuera porque me gusta todo lo que me esta haciendo sentir, me gusta que me besé, que me muerda y que tenga una cierta propiedad conmigo pero no debo permitir que eso se agrave; su mano empieza a acariciar mi pierna, pero pronto la sube más hasta llegar a muslo, y de esté a tocar encima de la tela de mi braga.

Esta vez si dejé ir un gemido cuando adentro uno de sus dedos en mi intimidad, empezó de nuevo como la última vez, tocando mi clítoris mientras su dedo se empezaba a llenar de mis fluidos.

—Pierre...—gemí su nombre cerca de su oreja.

—Eso Alaska, gime mi nombre. —Empezó a acelerar los movimientos. —Estás muy mojada, cómo quisiera entrar en ti, poseer tu cuerpo y hacerte mía—jadeé ante sus palabras.

— ¿Por qué no lo haces?—Pregunté inconscientemente.

—Quiero ir despacio, prepararte para el momento. —Beso mis labios.

Pierre empezó a masturbarme mientras que yo muchas veces intentaba dejar de gritar su nombre o gemir, cada vez me costaba respirar más y eso sin decir que cada vez sentía que podía llegar a mi primer orgasmo.

Sentí como el dedo de Pierre se detuvo y salió de mis bragas, abrí mis ojos y me di cuenta como él pronto se lo llevó a su boca, probando mis fluidos sin dudar de lo que estaba haciendo.

—Sabes muy bien, a la próxima quizás pueda meter mi boca en tu delicioso coño—sentí mis mejillas arder.

¿Próxima vez? No sabía que esto podía terminar con otro encuentro casual, pero ni siquiera puedo pensar en eso porque los ojos de Pierre me tienen hipnotizada, hasta las palabras se han quedado atoradas en mi garganta que no puedo mencionar ni una vocal.

Pierre se lamió su dedo hasta ver como lo dejo limpio pero a la vez, un poco mojada; lo volvió a posicionar en mi clítoris hasta que sentí como empezó a entrarlo, la sensación de incomodidad hizo que gruñera pero está vez Pierre no se detuvo, simplemente poco a poco lo fue entrando.

—Relájate, sé que eres virgen y por lo que veo, jamás te has tocado, ¿no?—negué—Bien, quiero que te relajes, dejes de pensar en el dolor y solo siente; verás que luego todo seguirá por si solo.

Me concentre en sus palabras para luego sentir como él empezó de nuevo a besarme mientras su dedo seguía entrando, puse mis brazos alrededor de su cuello y él de nuevo se acercó más a mí; pensé que por la lubricación de mi vagina se le estaba haciendo más fácil que su dedo se deslizara, intenté no ponerme nerviosa y tensa, solo me dejé embriagar por esa nueva sensación hasta que empezó a quitarlo de forma lenta y de nuevo a entrarla con el mismo paso.

Empezó lento con cinco penetraciones hasta que en la sexta mis palabras salieron por instinto y dijeron que fuera más rápido, Pierre no fue agresivo, siempre fue cuidadoso pero entre más aceleraba los movimientos de adentro hacia afuera, cada vez, haciéndome gemir.

—Pierre...—cerré los ojos con la invasión de mi primer orgasmo.

—Córrete Alaska, córrete para mí. —mordió suave mi hombro.

Empezó a penetrar más adentro su dedo índice mientras su pulgar acariciaba mi clítoris, mi piel se erizo y pronto mordí su camisa al acallar mi grito cuando mi orgasmo hizo presencia.

Sentía mucho calor y no solo eso, sino que mojada; me recompuse y con vergüenza empecé a abotonarme la blusa, observé como mi hombro y mi cuello tienen partes rosas en donde Pierre estuvo mordiendo, solo esperaba que pronto se quitaran porque no quiero que nadie se dé cuenta de esas marcas que son poco visibles y que pronto desaparecerán.

—Te llevó a tu casa—escuché que dijo.

—No es necesario—por consiguiente, arregle mi falda antes de tomar mis cosas.

— ¿Tienes auto?—preguntó cuándo estuve a punto de caminar hacia la puerta.

—No—susurré.

—Déjame llevarte, de todas formas Walworth Road no está lejos de Lambeth—suspiré.

—No vivó en Walworth Road, vivo aquí en Lambeth—mencioné.

— ¿Qué? Entonces... ¿Por qué la vez pasada me dijiste que te llevará allá?—buscó mi mirada.

—Me iba a quedar en la casa de una amiga pero vivó, a unas calles de aquí y...—abrió la puerta.

—Bueno, ¿qué esperas? Te llevaré de igual forma—hice un gesto molesto.

Quizás tenga que aceptar esta vez su ayuda, después de todo, aun mis piernas no se han recuperado del orgasmo y necesito de un buen tiempo para volver a caminar bien. Además tengo una salida entre amigos con Logan y estar aquí ya perdí demasiado tiempo.

—Bien. —Acepte su invitación a regañadientes.

(...)

En todo el camino, ambos permanecimos callados, ni uno ni el otro tuvo la decencia en hablar pero por lo menos puedo decir que el ambiente no estuvo tenso ni turbio, así que eso hizo que descansara un poco de mente y cuerpo, después de todo, la experiencia que acabo de tener estará grabada en mi vida por siempre.

Hice que Pierre se detuviera a unos metros de mis apartamentos, por ahora no estoy dispuesta a que los vecinos y otras personas se den cuenta que acabo de salir del auto de un hombre, ya que siempre está esa costumbre que en cualquier vecindario siempre habrán personas chismosas de las cuales se mantienen más pendientes en la vida de lo demás que en la suya y estoy segura, que pronto alguna de esas señoras de algún piso, le puede ir con el chisme a Cristal y está vez, ella no dejará de molestarme hasta saber la verdad.

—Antes que te bajes del auto, quiero saber ¿cómo estás?—me quedé callada porque tenía muchas cosas porque decir pero no sabía cómo expresarlas—Sé que estarás confundida después de lo que sucedió entre nosotros pero...—lo interrumpí.

— ¿Tu intensión no era quitarme la virginidad?—me dio una mirada asombrada.

Se mantuvo callado por varios segundos hasta que suspiro y me dio una mirada empática que hizo que entendiera que no se encontraba de mal humor para hablar de lo sucedido.

—Necesito conocer tu cuerpo, Alaska. Pueda ser que pierda la consciencia al tenerte en mis brazos pero jamás actuaría como un animal—su respuesta me dejo atónita—. Además, solo tú serás quien me permita darme ese lugar de ser yo quien te quite la virginidad, quiero que seas consciente de lo que perderás y con quién lo perderás, sé que ambos sentimos una enorme atracción del uno hacia el otro, pero quiero que estés segura de querer hacerlo y no solo dejarte llevar por la pasión que será momentánea. —Habló con sinceridad.

—Y si quiero que tú seas—dije apenada.

Le di una mirada avergonzada para ver como dejaba salir una sonrisa para luego acercarse a mí, apartar unos cabellos de mi rostro y tomar mi mejilla.

—Si tú lo deseas, lo haré. Pero quiero que tomes en cuenta algo, Alaska. Esto solo será sexo, no quiero que haya sentimientos entre ambos después que dejes de ser virgen. —Baje la mirada.

Lo encontraba difícil tener que enfocarme en esa parte cuando siento que empieza a gustarme, pero debo de tener en cuenta que él no desea ligarse con una virgen e inexperta mujer, como también parece que aquí no entra ni un poco el amor.

—Tu rostro aún sigue inseguro, lo dejare que lo pienses, ¿sí?—al no poder afírmalo con palabras tuve que hacerlo con un gesto de la cabeza. —Lo de hoy fue increíble, si aceptas, seré cuidadoso, sé que estás son tus primeras experiencias y por lo visto, aun te cuesta acostumbrarte con reacciones de tu cuerpo, además... Eres muy estrecha—a ambos nos provocó risa eso.

—Me gusto lo que sucedió—murmuré al compartir mi opinión y no saber si a él le interesaría saber.

—Me gusta que me lo digas—le di una mirada.

—Parece que nadie puede quitar tu esplendoroso ego, ¿no?—se rió.

—No, pero tampoco puedo sentirme muy hombre cuando sé que soy el primero en haberte tocado. Así que no puedo pelear contra nadie—achiné los ojos.

—Tu hombría me causa nauseas. —Volvió a reír con mis palabras.

Ni siquiera me lo puedo imaginar compitiendo con otros hombres para ver quien es mejor en el sexo pero por ahora me debo de quedar con esa idea de tener que entrenar mi mente y mis emociones para no sentir nada por él, si decido que él sea quien quite mi virginidad.

— ¿Lo pensarás?—Asentí.

—Lo haré. —Le sonreí.

—Y con respecto a mi hermana...—lo interrumpí.

—Estará bien, Pierre. Ya te dije que no dejaré que nada le suceda a ella, pero considerando su estado, hazme caso, que se haga esos análisis pronto y que me los llevé o envié, ya que entre más temprano encontremos el diagnostico, pronto los tratamientos serán más accesibles a ella. —Escuché como suspiro pero sonrió ante la posibilidad que le daba.

—Bien... La última vez, nuestra cita no funcionó, ¿qué te parece si mañana la reanudamos?—rodé los ojos.

—Estoy un poco ocupada, Pierre—le comenté.

—Darme un poco de tu tiempo no ocasionara que tus ocupaciones se agranden. —Suspiré. —Además, me lo debes—lo miré extraño.

—No te debo nada. —Le dije.

—Claro que sí, te dedique tiempo. Por tu culpa no resolví los asuntos que tengo en la delegación de aquí—abrí la boca admirada por sus palabras.

—Bueno, yo te llamé para que pasaras tiempo conmigo—no di mi brazo a torcer.

—Pero como dijiste hace unos minutos, te gusto así que necesito que cumplas también con mis gustos—achiné nuevamente los ojos.

—No sabía que teníamos un acuerdo—crucé los brazos.

La verdad tener que pasar tiempo con Pierre no solo me trae posibilidades de conocerlo más sino que también a adaptarme a su compañía, ese es el problema principal cuando él mismo ha dicho que nada de sentimientos durante el sexo y por lo menos, quiero convencerme de ello.

—Intenta convencerme y veremos—le sonreí provocativamente.

—Bien, si quieres jugar ángel, lo haremos a tu manera—sonrió de forma maléfica.

Se soltó del cinturón de seguridad para luego acercarse a mí y pronto besarme de nuevo con esa fiereza que corrompe mis propias dudas.

— ¿Saldrás conmigo ahora?

—No.

Puso su mano en mi muslo haciendo que mi cuerpo se pusiera tenso ante su contacto, su mano empezó a subir de nuevo así como lo había hecho en mi oficina, sé que si no lo detengo, es probable que de nuevo esto termine entre jadeos y gritos de su nombre.

—Detente Pierre, estamos en un lugar público y en tu auto—siguió besándome.

—No me detendré hasta que aceptes salir conmigo. —Murmuró mientras me besaba.

— ¿Por qué eres tan insistente?—le dije molesta.

—Y tú, ¿Por qué eres cabeza dura?—corté el beso.

—Bien, mañana a las siete. —Sonrió con victoria.

—Claro, pasaré a recogerte y ahora, nada de prendas provocativas que encienden mi cuerpo o sino no llegaras virgen esta semana—sentí un rubor en mis mejillas.

—Claro. —Dije antes de bajarme de su auto.

Me despedí de él para luego empezar a caminar en dirección a mi apartamento. Por un lado me gustaba volver a tener una cita con Pierre, pero por otro lado, tenía miedo ahora no de lo que sucediera, sino que, de no poder controlar mis sentimientos.

Entré a mi apartamento y pronto me dirigí a mi habitación, busqué una ropa adecuada para salir con Logan, así que al optarla, pronto me di un baño, me vestí y maquille para salir con mi mejor amigo, después de todo, está noche no creo que las cosas vuelvan a ser más excesivas que hace unas horas.

Cuando Logan ya se encontraba afuera de mi apartamento, me despedí de Cristal y le dije que no me esperara, después de todo, ella conocía a Logan en fotografías que le mostré y por lo visto, con todo lo que le he contado de él, le tiene confianza, ya que no mencionó nada de impurezas que no debo de hacer con hombres aunque ya termine por saltar esa cuerda con Pierre.

— ¡Hola! Te ves preciosa—me besó la mejilla.

—Tú no te quedas atrás. —Caminamos en dirección a su auto.

En el momento en que me abrió la puerta, me cayó un mensaje de mi celular, así que al revisarlo me di cuenta que se trataba de un número desconocido, pero al abrirlo y leerlo, me di cuenta pronto de quién era.

«Bueno, ahora si tengo con quien pelear. Así que espero que no me provoques Alaska»

Elevé la mirada y me di cuenta que Pierre aún seguía en la calle en donde me había dejado, me pregunto por qué aún no se ha ido, pero como no estoy de humores para pelear, le escribí un corto mensaje.

«Lo lamento, Pierre. Pero ya tenía una cita, así que, que disfrutes también de tu noche»

Antes de imaginar que recibiría un mensaje de su parte, solo esperé que el mensaje se enviará para apagar mi celular, por ahora no quiero celos machistas, ya que lo único que deseo es poder disfrutar de mi noche con mi mejor amigo, después de todo, tenemos mucho de qué hablar.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top