Capítulo 6

"El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que imagina basta"

Jacinto Benavente

***

| Pierre |

Ha pasado una semana, una semana que casi ha sido un poco cruel para mi mente al no haber querido regresar a Starbucks por el simple hecho de encontrarme con Alaska, es imposible no dejar de pensar en ella después de lo que sucedió en el club pero también ha sido una tortura en querer buscarla y continuar con lo que empezamos. Si no hubiera sido porque sigo teniendo autocontrol contra mi cuerpo, posiblemente hubiera terminado siendo un salvaje con ella en su primera vez... Dios, ella es virgen... Aun no puedo asimilarlo con cada letra que define esa palabra, con solo pensarlo hasta los vellos de mi brazo se me erizan al imaginar lo inocente pero la vez, lo salvaje que ella puede ser, no sé porque ella me recuerda a una rosa, hermosa por sus pétalos pero fuerte con sus espinas. Quizás es una buena forma para definir a Alaska.

No puedo negar que desde hace meses siento una atracción por ella, no me atrevía a acercarme para hablarle o coquetearle porque algo en mi interior me impedía a que lo hiciera y por supuesto mi instinto me lo advirtió desde una forma, puedo ser el típico hombre mujeriego y casanova que se puede meter en la cama de las mujeres que más deseo pero cuando se trata de una que aún no ha perdido su inocencia, es cuando me pongo un muro entre mi placer y mi consciencia para no seguir con el camino.

Acarició mi rostro e intento poner atención a la reunión de negocios que tengo para un nuevo contrato de compra y venta de un nuevo territorio del lado sur de Liverpool, mayormente la industria de la construcción ha estado en viento en popa desde hace dos años que cada vez mi compañía sigue creciendo y dejando un buen legado para el futuro, el problema consiste en que no puedo quitar de mi mente a la mujer que ha seguido durante hace unos días en mis pensamientos, lo cual ha evitado que pueda seguir prestando atención y seguir con las indicaciones de construcción de los nuevos planos que tengo en mano; sin lugar a dudas, será un inicio de semana largo y apenas estamos a mediados de semana que es lo peor.

Cuando todos se levantan y empiezan a tomarse de las manos para darle fin a la reunión soy el siguiente en hacer el mismo gesto de aprecio para tomar los documentos que debe de revisar mi abogado para comprar las tierras y así planear mi nuevo objetivo sobre qué construir, empiezo a tomar mis cosas para salir al lado de Ezra e Ian, quienes también son mis socios y forman parte de estas interesantes reuniones de las cuales discutimos durante un par de horas en nuestra oficina para planear muy bien la siguiente fase de nuestra construcción. Puedo decir que entre los tres somos un buen equipo, ya que Ezra es quien consigue los lugares para construir como también es bueno en la mecánica, Ian es quien forma parte del nuestro grupo de finanzas y encargado en el mantenimiento de la construcción y yo, soy considerado como el mejor en cálculo, diseño y construcción de todas nuestras obras. Así que creo que ese ha sido el motivo más grande por el cual, hasta el momento, todo nos ha resultado bien, favorable y beneficioso.

—Necesitamos llegar a un buen acuerdo, el costo de las hectáreas del terreno sobrepasan nuestro presupuesto, necesitamos conseguir que por lo menos este en una condición nivelada ante lo que hemos acordado—empezó a decir Ian mientras seguía viendo unas gráficas.

—Tienes razón, aún falta que derrumbemos los antiguos edificios y volver a sustentar la tierra que será dañada para que pueda mantener un buen sostén con el próximo proyecto—siguió observando unas fotografías Ezra.

—Eso se escucha que va más allá de lo que esperábamos. Pero el acuerdo sigue vigente, necesitamos analizar mejor si esto nos favorecerá—mencioné.

Empezamos a dirigirnos a mi oficina cuando se presentó mi secretaria y empezó a darme una lista de llamadas y a la vez, de personal que necesitaba que fuera a ver el progreso de ciertas construcciones en ciertos lugares de Reino Unido, como también proyectos que han empezado a surgir fuera del país, el cual siempre en esas ocasiones dejo a un supervisor que me mantiene al tanto del progreso. Apenas pude captar muchos mensajes, trabajos y obligaciones que debo de hacer en el día cuando intenté darme un buen respiro diciéndole que me llevara un buen café amargo, Ian y Ezra siguen discutiendo sobre el asunto de la propiedad mientras intento pensar en calma que decisión tomar al ser la cabeza de esta compañía.

Me acercó al escritorio y pronto dejo los documentos a un lado para encender mi laptop y de nuevo revisar los correos de correspondencia que tengo acerca de personas que necesitan de mis servicios como también sobre la fiesta de beneficencia que será dentro de dos semanas, necesito mantenerme al tanto de todo para poder permanecer en calma durante los días festivos de la época navideña, ya que mayormente en la cena tanto de navidad como de fin de año siempre me mantengo ocupado, haciendo que mi madre se enoje porque no me tomo la molestia de pasar tiempo con mi familia y ponga siempre en primer lugar el trabajo.

—Y bien... ¿qué decisión tomaremos?—preguntó Ian.

—No sé, necesito pensar mejor en esta decisión, lo digo por el bien de todos—miré a mis dos socios y amigos.

—Bueno, deberías concentrarte mejor...—opinó Ezra.

— ¿A qué te refieres?—le dije con seriedad a Ezra mientras observaba el ordenador.

—Has estado distraído durante una semana y no sé si será porque parece que no te interesa este acuerdo o es por una mujer—levanté la mirada del ordenador para ver a Ezra.

—Te has vuelto loco—le dije de buena voluntad no porque podía haberle dicho otra cosa peor—, pero si quieres saber, me interesa comprar esas tierras y no, no estoy interesado por una mujer—corte la mirada para seguir en mis asuntos.

— ¿Por qué dices eso?—le preguntó Ian a Ezra.

—Hace un par de días Pierre apareció con una nueva conquista, solo que está vez es más linda y atractiva que las demás que han estado con él... Puedo decir que hasta tiene carita de ángel—suspiré ante la descripción de Ezra.

Si la definición para Alaska se quedaba corta con un sobrenombre como rosa, ahora puedo mencionar que ángel ha llegado a estar en una categoría más alta, por el simple hecho que sus ojos azules, su cabello castaño y su piel blanca la perfilan como un ángel, un hermoso ángel que ni siquiera ha sido tocada por un hombre.

—Una mujer, eh. —Ahora observé a Ian. — ¿Por qué no sabía nada de esto?—Rodé los ojos.

—Sabes que no me gusta que se entrometan en mi vida sexual o por lo menos privada, pero considerando esta última, no tengo mucha opción—dije fastidiado.

Puedo decir que mis mejores amigos se entrometen más en mi vida que mi propia familia, hasta ellos se enteran más rápido de noticias sobre mí que yo antes que ellos, y eso sin decir que siento que en ocasiones me conocen más cuando yo debería ser quien debe conocerse mejor. Pero no puedo creer que todo sea al revés.

—Y bien, ¿la conozco?—no conteste la pregunta de Ian.

—Se llama Alaska...—intentó recordar Ezra su apellido.

—Gardener—mencioné.

—Ella—chasqueó los dedos Ezra—. Dudo que la conozcas porque es una mujer ordinaria, no esas con las que usualmente Pierre elige para salir. —gruñí.

—Pueden volver a hablar de los asuntos de negocios y dejar a un lado el tema de Alaska Gardener—dije cansado.

Ellos se dieron una mirada para de nuevo tratar el asunto de las tierras mientras yo anotaba unas posibles soluciones para llegar a un buen acuerdo con los propietarios quienes por lo menos pueden bajar un poco su precio para nosotros poder llegar a un buen acuerdo sin tener que seguir predisponiendo de usar más nuestro presupuesto cuando Ezra ya ha evaluado todo lo que debemos demoler más hacer un buen mantenimiento para recuperar la tierra dañada por la antigua construcción que lleva más de décadas sin ser restaurada.

El sonido de la puerta nos interrumpe a todos cuando observó la mitad del cuerpo de mi secretaria entrar en la oficina e indicarme que mi hermana ha llegado y necesita hablar conmigo, así que mientras que mis amigos se levantan para dejarme a solas con ella, hemos quedado que luego continuaremos con la disputa de llegar a un acuerdo con la propiedad.

—Hola Pierre—entró Ruby a la oficina.

—Y esta sorpresa, hermana querida—le sonreí mientras ella se sentaba en un asiento frente a mi escritorio.

—Quiero saber si hoy viajas a Lambeth—preguntó.

—No, hoy viajara Ian a la otra agencia de Lambeth, ¿por qué?—ella le dio una mirada alrededor a toda la oficina.

—Que mala suerte—pronunció—. Tengo que ir visitar a mi nutrióloga, así que creí que te interesaría ir—dijo ella con una sonrisa maléfica.

Achine mis ojos y me quedé callado ante la posible idea de acompañar a mi hermana a ir a ver a su nutrióloga, por un lado sé que debería ser a fines profesionales pero mi hermana quien es buena observadora, sabe que últimamente su nutrióloga me ha llamado demasiado la atención, tanto para no quitar mi interés de ella. Así que dudo que mi hermana haya venido con buenas intenciones para que yo me presente con ella para saber sus resultados de los exámenes.

—No puedo, tengo mucho trabajo y he estado atrasado. —Evadí la invitación.

—Bien, si tú quieres. Sabes que no soy de rogar—levantó sus manos como rendición.

Quizás, solo quizás, sea una oportunidad para verla por unos minutos, dudo que las cosas no surjan como yo quiero, además, pueda ser que después pueda dormir y trabajar en paz al saber que está bien y no le afecto nada nuestro encuentro.

Tomé el teléfono y empecé a marcar el número de la oficina de Ian, solo tardo unos momentos en escuchar el sonido de la llamada cuando pronto escuché su voz.

—Ian, quédate. Iré yo a Lambeth, avísame si ocurre un problema en la compañía. —Colgué antes que dijera lo contrario.

(...)

Abrí la puerta del lado de mi hermana para darle el paso que saliera del vehículo, ella se arreglo su falda para luego observar su reloj de mano para saber si hemos llegado antes de la hora predicha para su consulta, así que sonriendo pero ocultando sus nervios ante lo que pronto sabrá de los resultados de los análisis que se hizo hace una semana, entro a la clínica y pronto se dirigió al mostrador de la secretaria de Alaska, en la pequeña sala se encontraban unos cuantos pacientes, algunos se encuentran leyendo unas revistas de salud y cuidados de cuerpo, otros miran televisión y por último, algunos se encuentran entretenidos en su celular.

Mi hermana al ver que la secretaria afirma su cita, pronto se acerca a mí y me hace una señal para que me siente con ella, por murmullos Ruby me hace saber que ella pasara después del paciente que aún sigue en consulta, así que mientras nos toca esperar, observó la pequeña clínica que se encuentra en una de las calles más habitadas en Lambeth, el lugar mantiene un clima cómodo y agradable, hasta a lo lejos puedo ver como hay una pequeña sala de juegos para niños en donde hay legos, cuadernos de dibujos y varios autos y muñecas.

Mi hermana empieza a morderse las uñas con los nervios que no me queda de otra que apartar su mano y luego tomarla para darle fuerza, a pesar que es la mayor a veces siento que soy yo quien toma su lugar. Le doy mi apoyo unos minutos cuando escuchó como abren la puerta y veo como Alaska se despide de su paciente, le da la mano y pronto regresa a su oficina mientras que la secretaria entra y parece tardarse unos minutos hasta que sale con unos papeles en mano.

Mi hermana deja ir un sonoro suspiro en el momento en que Alaska sale de su oficina y llama su nombre, mis ojos se van directamente hasta ella pero mi mirada no es correspondida con la suya cuando se da la vuelta y pronto como un rayo, regresa a su oficina; mi hermana se levanta y empieza a caminar en dirección a la oficina, pronto soy el siguiente en levantarme para ir detrás de ella y acompañarla a su cita médica.

De nuevo entro en aquel pequeño consultorio donde encuentro decoraciones sencillas, un título universitario, fotografías familiares, la pirámide alimenticia y otros artefactos que utilizan los nutricionistas para su trabajo. Todo en aquel pequeño lugar esta ordenado y limpio, hasta el olor a cítrico invade el lugar, algo muy peculiar pero agradable.

—Un gusto poder verla de nuevo, doctora Gardener—es extraño que mi hermana se haya recordado el apellido de ella.

—El placer es el mío. —Sonrió.

—Buenas tardes, doctora Gardener—la salude.

—Buenas tardes, señor Beckham—me dio una media sonrisa.

Mi hermana y yo nos sentamos para luego ver como ella hace un recordatorio de la última consulta, para luego escuchar a mi hermana si cumplió con el diario de comidas que ella le estableció, después prosiguió tomarle una nueva medida de peso óseo y muscular y cuando termino esto, paso Alaska a la lectura de los análisis médicos que le pidió a Ruby que se llegará a realizar.

—Por el momento encontramos que no padece de obesidad ni problemas gastrointestinales, sus niveles de colesterol y triglicéridos se encuentran bien, pero eso sí, encontré niveles altos de prediabetes; pero lo que me preocupa es que pueda tener hemocromatosis—enarqué la ceja.

— ¿Hemocromatosis?—dije sin preámbulos.

— ¿Qué es eso?—preguntó desesperado mi hermana.

—Sí, es una enfermedad que consiste en el incremento en exceso de hierro que se va acumulando por todo el cuerpo, en donde se va reservando en tejidos del cuerpo, entre ellos el hígado, páncreas y por supuesto en el corazón, haciendo que todos estos órganos se dañen y empiecen a obtener fallos durante su proceso de trabajo causando dolor en articulaciones, fatiga, debilidad, pérdida de peso y dolores estomacales. —Trague hondo con esa noticia.

No sé porque pero al escuchar todo eso mis manos empezaron a sudar, tanto que hasta me costaba poder respirar con normalidad, le di una mirada a Ruby y me pude ver como ella se mantuvo callada sin decir una palabra, su piel se tornó pálida y casi puedo sentir como empezó a temblar del miedo.

— ¿Por qué se da eso?—pregunté con los nervios en punta.

—Estadísticamente se da entre personas de treinta a cincuenta años pero en ocasiones puede ser hereditario u ocasionado por resultados anteriores de anemia, enfermedades hepáticas, talasemia o transfusiones de sangre. —Siguió explicando ella. —Pero antes de concluir si usted padece de eso, necesitare otros exámenes, entre ellos habrá que hacerle un examen de ferritina sérica para ver si hay una máxima cantidad de hierro en el hígado, también un examen de saturación de trasferrina sérica para medir el hierro que se ha vinculado en proteínas que trasportan el hierro a la sangre, un análisis de función hepática, una resonancia magnética y se necesitara una muestra de tejido del hígado. —Asentí sin negarme a que mi hermana se hiciera todos esos exámenes.

No me esperaba que mi hermana llegará a tener que hacerse otros exámenes más para poder diagnosticar una enfermedad que puede agravarse con el tiempo si no hacemos nada por detenerla; me esperaba resultados positivos pero después de esto, creo que ya tengo otro motivo mucho más importante del cual preocuparme y el cual no me hará descansar en paz hasta saber que mi hermana no tiene esa hemocromatosis.

—Mientras tanto, estará en tratamiento. Entre ello, evitara el consumo de alcohol, suplementos que tengan vitamina C, complejos multivitamínicos y por supuesto nada de comer mariscos crudos, entre ellos el pescado—dicto Alaska.

—Eso significa nada de sushi—mi hermana dijo con dolor, ya que es su comida preferida.

—Nada de sushi—concluyó Alaska.

Alaska empezó a anotar en un papel todos los exámenes que Ruby debe de hacerse en los próximos días para descartar o acertar si tiene dicha enfermedad, aun puedo ver el rostro de miedo de mi hermana, tanto que no tengo palabras de como animarla o hacer lo posible para que ella no se sienta mal ante la noticia de una enfermedad que le puede causar un enorme daño a su salud. No puedo creer como todo se ha complicado y eso que ella siempre busca la manera de cuidarse, doy gracias que los análisis médicos pueden ser fáciles de conseguir porque nuestra madre es médico, y eso sin decir que aunque Ruby es pediatra, tuviese que tener posibilidades también de encontrar especialistas que la ayuden con esta enfermedad.

—Confié en que los resultados saldrán bien, señorita Beckham—habló Alaska.

—Si llegó a tener está enfermedad, ¿cómo serán los tratamientos?—murmuró con miedo Ruby.

—Bueno, mayormente se hacen extracciones de sangre, pero esa parte médica no me corresponde mucho, yo soy más una especialista en nutrición, así que le recomendaré algún doctor en especial para tratar con esto si los resultados llegan a ser positivos. —Mi hermana suspiró.

—Le agradezco mucho, doctora. —Alaska asintió.

Del mismo modo, de nuevo Alaska le dejo un diario de comidas a mi hermana, recomendaciones para el cuidado de comidas que generan mucho hierro y a la vez, le dio una hoja en donde le recetaba hacerse todos aquellos análisis que mencionó, sinceramente no me esperaba que mi día terminara así y peor, concluir que mi hermana puede tener hemocromatosis.

Ruby se despidió de Alaska y cuando a mí me tocaba hacer lo mismo, le musite a Alaska si podía hablar con ella pero al ver que se ponía tensa tuve que aclarar que es sobre mi hermana, así que normalizando su estado corporal asintió mientras mi hermana salía del consultorio para pagar la cita médica mientras Alaska le daba unas anotaciones a su secretaria; cuando volvió a su oficina se sentó en su lugar en espera que sea el primero en hablar.

— ¿Por qué crees que mi hermana tiene hemocromatosis?—pregunté en seguida.

Ella hizo una mueca y de nuevo saco el registro en donde lleva anotado las consultas y diagnósticos de sus pacientes, puedo ver como llego a sacar el expediente de mi hermana y empezó a hablar sin que yo me lo esperara.

—En esta consulta comento rasgos de suelen ser característicos de la hemocromatosis, entre ellos fatiga, pérdida de peso, dolor articular y un nivel de hierro elevado en sus análisis de sangre. —Mencionó en una lista que al parecer ha hecho. —Podía haber descartado dicha enfermedad pero me preocupa su nivel alto de hierro, no es normal y ha comenzado a dar efecto, no sé si te has dado cuenta pero su piel se ha tornado bronceada...—la interrumpí.

—Ruby le encanta ir a tomar sol y broncearse...—Ahora me interrumpió.

— ¿Te ha mencionado que en las últimas dos semanas fue a la playa o a un tratamiento de bronceado?—me contraataco para que mirara la realidad.

—No...—Dije decepcionado porque yo sé cuándo mi hermana hace cualquiera de ambas actividades y hasta el momento, ella no ha hecho ninguna de las dos.

—No podemos descartar ciertos cambios del cuerpo, Pierre—mencionó con agilidad—. Esto es de tratarlo pronto, me preocupa su estado y aunque no quiero descartar por ahora los próximos resultados necesitaré que se cuiden al cien por ciento. —Asentí.

— ¿Hay cura?—pregunté nervioso.

—La hay pero necesitara estar en controles médicos y nutricionales, ambos van de la mano en esta enfermedad, así que por ahora, lo más pronto posible, que se haga esos diagnósticos. Y cuando los tenga en mano, que me los envié. —Asentí.

Tendré que tomar en cuenta que aunque Ruby no le guste la idea, tendrá que depender de nuevo de la familia, sé que por el momento no querrá comentárselo a nuestros padres, así que mientras no estén los resultados no abriré la boca pero si llega a salir positivo, creo que será necesario que ella no solo reciba apoyo médico sino que familiar.

Antes de poder comentarle a Alaska sobre cómo se encuentra después de la última vez que nos llegamos a ver, su celular empieza a vibrar, puedo ver como en la pantalla hay un nombre varonil que me hace enarcar la ceja y pronto cambiar mi estado de ánimo, ella duda por un momento en contestar pero cuando la llamada parece no cortar, agarra su celular y contesta la llamada, haciendo que escuché lo que habla con el tal Logan.

— ¡Hola! ¿Cómo estás? Pues bien. No, hasta el momento ni una novedad. Realmente me impresiona que tú seas quien me llame. Lo sé, no me ha quedado tiempo. Lo siento, pero sabes que el trabajo me absorbe cada día más. Sé que no es tu culpa. Celoso por mi trabajo. Oh sí, que ridículo... No... Sabes que te quiero, no te cambiaría por nada del mundo...—me quedé atónito y molesto con lo último que mencionó.

Puedo ver cómo sigue hablando con ese hombre detrás del celular, sonríe y deja ir varias risas que empiezan a molestarme, la última vez que la observé sonreír de esa forma fue cuando empezamos a hablar en The Five Fields, realmente no sé de que hablan ambos pero lo que sé es que no me gusta nada como ella parece interesarse en esa persona mientras a mí me ha dejado a un lado, respiro profundamente y cuento hasta mil para no agarrar su celular y ser yo quien corte la llamada para que de nuevo pueda prestar su atención en mí; pero debo de tranquilizarme antes que pierda el control de mi cuerpo.

—¡¿Qué?! ¿Cómo que estás aquí?—abrí mis ojos en grande.

Ignorándome por completo, sale de la oficina y yo soy la siguiente en seguirla, pienso en las miles de formas en decirle que lo que ha hecho no es nada ético pero menos ético iba a ser cuando yo comenzara a discutir lo que nos sucedió la última vez, así que creo que no soy quien para juzgar.

Me doy cuenta como sale de la clínica y por la ventana transparente del local, pronto observó a un hombre, cuando ella lo ve no tarda mucho en acercarse y pronto saltar a sus brazos, él la roda y pronto empieza a girarla, por el efecto insonorizado del vidrio no puedo escuchar sus risas, pero sé que las hay porque ella demuestra su alegría al verlo, pero lo que más consume mi enojo es ver como él la toma de las mejillas y empieza a acercar su rostro a ella...

1... 2... 3... 4... 5... ¡Mierda! ¡Él no la puede besar!

En ese instante siento una mano encima de mi hombro, me doy la vuelta y veo como mi hermana intenta relajarme, quito la mirada de ella y la vuelvo a poner en Alaska pero ella ya se ha alejado un poco de aquel hombre para seguir hablando con él, antes de poder proseguir en mi cuenta de números para relajarme y no seguir convirtiendo en mis manos en unos puños de los cuales puedo llegar a utilizar, ellos parecen despedirse y cuando siento que ya nada va a surgir, él le toma la mano a ella y le da un beso en la mejilla. Otra vez ese pellizco de ira empieza a correr por mis venas tanto que no me permito en moverme o sino puedo llegar a arrepentirme de mis actos.

Alaska se aleja de él y pronto regresa a la clínica, le pide perdón a todos sus pacientes por haber visto aquel escenario pero muchos de ellos, en vez de enojarse, la acortejan de su felicidad con aquel hombre, antes que él siguiente paciente entre, soy quien vuelve a entrar a la oficina de ella, cerrando la puerta y poniéndole cerrojo.

—No sabía que tienes novio—ella me regalo una mirada dudosa.

— ¿Novio?—luego empezó a reír. —No tengo novio. —Respondió.

—Entonces, ¿qué fue eso que acabo de ver?—le señale detrás de la puerta.

—A ti, no te debo explicaciones, Pierre—me mordí la lengua.

Bien... Tiene razón, punto para ella... No me debe explicaciones cuando no somos nada... Pero a la mierda mi caballerosidad, ella me gusta y concluyó que al verla con otro hombre, mis celos me ganan.

—Sabes, he pensado que... ¿por qué no seguimos con la apuesta?—ella me dio una mirada admirada por mis palabras.

—Estas demente. Tú renunciaste, así que yo, también desisto de eso. —Empezó a guardar el expediente de mi hermana.

—Lo dudo ángel, sabes muy bien que ambos sentimos algo uno por el otro—sonreí satisfecho al ver su primera reacción... El rubor de sus mejillas.

—Olvídalo, Pierre. No estoy dispuesta a caer en tus manos—dejó en claro sus palabras.

Si supiera que soy un maestro en hacer que las mujeres caigan a mis pies no me molestaría en no insistiré pero al ver que es toda una testaruda, tendré que implicar métodos más convenientes para llegar a un buen acuerdo.

—Bien, si tú lo quieres. —Empecé a marcharme.

Ella no dijo ni una sola palabra, me dejó marchar así por así, pero aunque el plan consiste en dejar las cosas como se encuentran, sé que la idea de ella habrá sido dejarla en paz, aunque eso solo será momentáneo.

Ruby quien se encuentra esperándome cerca de mi auto, pronto agarro mi celular y de este, marco un número telefónico conocido.

—Ian, olvídalo, necesitare que vengas pronto a Lambeth. Te daré unas indicaciones y espero que obedezcas. He cambiado de planes y quiero que estés dispuesto a todo, porque de esta noche no me muevo de dónde estoy, hasta obtener lo que quiero.

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Continuará...

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