Capítulo 56

"Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única"

Jorge Luis Borges

***

Pierre sigue sin reaccionar y yo sigo congelándome afuera, verlo sorprendido es una de las mejores formas que puedo interpretar que él no se esperaba mi llegada y ahora tenerme en frente suyo, es como haber pedido un deseo para que apareciera. Agita su cabeza y se hace a un lado para hacerme entrar, se da cuenta que también conmigo viene una pequeña maleta y aunque no pesara mucho, él me ayudo a llevarla hasta la sala.

Éste pequeño lugar me trae muchísimos recuerdos los cuales me hace sacar una sonrisa del rostro, aquí se puede decir que empezó mayormente todo, en donde una sola noche llena de pasión y tentación provoco que nuestro destino se terminara uniendo con un lazo más fuerte que un beso o una acaricia.

Al estar en la sala recuerdo la sensación de los nervios cuando ya estaba dando un paso más para tener a Pierre por una noche, no dejaba de pensar sobre lo que sucedería, cómo sería mi primera vez y de lo impaciente que estaba porque todo saliera perfecto. Al ver la ventana aún puedo tener en mente aquella imagen cuando Pierre se me acerco, empezó a acariciarme en el abdomen y dejar besos en mi cuello, aquel momento fue excitante y ansioso para mí, tanto que dejé de pensar y hacerme tantas preguntas que al final fueron respondidas con el tiempo.

— ¿Por qué estás aquí? ¿No deberías estar con tu familia?—le pregunto al sentir sus pasos detrás de mí.

—Eso mismo quería preguntarte—elevo una ceja.— ¿¿No te alegra tenerme aquí? Porque si quieres puedo marcharme... —Agito sus manos e interrumpió mi paso.

— ¡No! Solo que... No esperaba que estuviera aquí para navidad teniendo en cuenta que necesitabas tiempo en pensar sobre todo lo sucedido—se rasco el cuello.

Ahora todo parece ser lo contrario, hace casi un año, yo era la que estaba nerviosa y sin saber qué hacer para estar a su lado y ahora, es él quien ha tomado esa postura después de haberse mantenido tan seguro de sí mismo y no puedo creer que está vez sea yo quien pueda dominar algunas decisiones que puedan manejar sus emociones.

— ¿Por qué no has decorado tu casa con adornos navideños?—él hace una mueca.

—Es demasiado tarde y qué sentido tiene de celebrar la navidad si no tengo a la persona que quiero a mi lado—se sincera.

—Nunca es demasiado tarde, Pierre. —Le digo antes de atravesar la sala para ir a la cocina.

La noche es fría y puedo ver la nieve caer a través de una pequeña ventana que hay frente del fregadero; abro la nevera y puedo ver que se encuentra sola y con apenas una caja de leche, unas fresas, jamón y queso.

— ¿Cuándo tiempo llevas aquí?—le pregunto cuando entra a la cocina.

—Tres días, el penthouse es grande para una sola persona—comenta.

— ¿Lo dice quien así lo quiso?—Me burlo de él.

Suspiro al darme cuenta que no tenemos nada de comer y hacer las compras a esta hora no es conveniente cuando todos los locales han empezado a cerrar y eso sin decir de los supermercados.

— ¿A dónde tienes el árbol de navidad?—él se extraña con mi nueva pregunta.

—Alaska... —Se acaricia la frente.

—No podemos celebrar navidad sin un árbol. Tenemos dos horas para ponerlo y decorarlo... Vamos dime dónde está—lo empujo fuera de la cocina para que pueda buscarlo.

Pierre suspira y veo como camina entre los pasillos de su hogar hasta ir a una habitación, escucho un par de ruidos cuando veo que a los minutos llega con una caja horizontal que la carga en su hombro y la lleva a la sala, vuelve a regresar a la habitación y trae consigo una caja de plástico en donde ha guardado los adornos navideños entre ellas las esferas, las luces, la estrella, algunas tarjetas, conos o también llamadas piñas de pino y otros adornos.

Al llevarlas a la sala, hago un pequeño espacio para poner el árbol de navidad artificial, agradezco a Pierre porque no es él quien se dedica a comprar pinos reales cuando se necesitan para conservar la naturaleza. Así que desenvolviendo todos los paquetes en donde vienen los adornos, los sacudo, los limpio y empiezo a dejar en el suelo mientras le insisto a Pierre que se dedique a poner el árbol y no se quede mirándome con los brazos cruzados.

No sé cuánto tiempo tardamos en decorar el árbol pero me parece lo mejor que he hecho hasta ahora cuando Pierre conecta las luces en un toma corriente para luego ver como el árbol de navidad es iluminado con diferentes colores de luces, doy un salto como una niña pequeña y veo como faltan diez minutos para las doce.

—Creo que cenaremos sándwiches—digo a lo que él da una sonrisa avergonzada.

—Si hubiera llegado a saber que vendrías hubiera hecho las compras—niego riendo.

—Aun así, nos ahorraremos tiempo.

Me voy a la cocina y antes de preparar unos sándwich de jamón y queso, lavo mis manos para hacerlos, no me lleva mucho tiempo cuando los llevo a la sala y veo como Pierre prepara una fogata en la chimenea para mantenernos calientes.

—Tengo jugo y vino, pero por la ocasión creo que sería bueno brindar por la fecha, ¿no?—sugiere.

No creo que sea bueno beber vino cuando estoy embarazada, eso podría provocarle daño al feto y recordando la promesa que le hice a mi bebé, primero es cuidarlo antes de hacerle daño.

—Creo que el jugo es una buena opción, además el vino no sabría bien con los sándwich—le doy una excusa.

—Sí, tienes razón. —Se va y pronto regresa con unos vasos llenos de jugo.

A lo lejos se puede escuchar como el Big Ben ha marcado la medianoche del día de navidad, así que alzando el vaso con jugo, propongo hacer un brindis con Pierre.

—Por nuestra primera navidad juntos—los ojos de Pierre brillaron al escuchar aquello.

Sé que esta fecha debería ser la peor para él después se haber descubierto que su padre engañaba a su madre con otra mujer, pero al ver su rostro que aquel suceso ya ha sido superado, me hace sentir tranquila y alegre, más al saber que por el momento ni lo debe de estar recordando.

Chocamos nuestros vasos y empezamos a beber el jugo de naranja luego de darle una mordida a nuestros sándwich que saben muy bien.

—Alaska, quiero pedirte perdón por no haberte dicho nada sobre lo de Inés. —nos sentamos en el suelo cerca de la fogata. —Quería protegerte pero te puse en peligro.

—Y ¿qué hay de Susy?—le pregunto nerviosa.

—No la amo ni creo sentir algo por ella—responde seguro.

—Pero tú dijiste que la harías tu novia... —Me interrumpe.

—Sé lo que dije pero lo estaba haciendo para aparte de mí. Inés me había amenazado unas semanas antes y me prolongo un tiempo corto en separarme de ti. —Comenzó a contarme. —Y la única forma de alejarte era hacerte daño.

—Y vaya que lo hiciste—musite.

—No quería hacer eso pero con tal de que Inés no te hiciera daño, no me quedo de otra que tener una idea brillante para que la creyeras y te fueras. —Continuó.

—Y lo lograste... —Dije y el asintió calladamente.

Nos quedamos un momento en silencio, la verdad no debería culparlo de hacer lo que hizo cuando su intención era mantenerme a salvo pero eso no quiere decir que es fácil perdonar y olvidar cuando mis sentimientos fueron rotos cuando hubiera sido más sencillo que me dijera la verdad, hacer un plan para que Inés se lo creyera y así librarnos de herirnos a nosotros mismos.

—Pero no dudes Alaska de mis sentimientos hacia ti—elevo la mirada—, yo te amo y estoy completamente enamorado de ti. —Trago hondo.

— ¿Cómo puedo creerte?—suspira.

Se acerca a mí y deja la comida a un lado para verme a los ojos, toma mi mano y la lleva hasta su corazón, puedo sentir sus latidos y de cómo sus ojos se han comenzado a cristalizar.

—Porque además de ser mi destino, tengo muchas pruebas por demostrarte que este sentimiento no es falso, te amo desde que me di cuenta que no quería perderte y alejarte de mí, te amo desde que me di cuenta que lo nuestro no solo era sexo y te amo porque al no tenerte a mi lado es como no poder respirar. —Sus lágrimas empezaron a aparecer. —Te amo mucho, Alaska. Eres la mujer que quiero tener para siempre en mi vida y la que necesito a mi lado. —Me quedo boca abierta con sus palabras.

No... Él no está mintiendo, no solo me lo dice su mirada, sino que el latir suave de su corazón y las lágrimas que brotan de sus ojos. Si supiera él que también estoy perdidamente enamorada de él, no tardaría en festejar y demostrarme su amor pero por el momento necesito hablar y aclarar muchas cosas antes de ser la siguiente en revelar todo aquello que guarda mi corazón.

— ¿Por qué no me dijiste nada sobre esto?—Mordió su labio.

—Porque tenía miedo en hacer lo incorrecto, porque siento que no soy el hombre que mereces y que tu felicidad es más importante que la mía—se justificó.

—Y lo mejor era haciendo que me casará con mi mejor amigo—le dije molesta aún por esa decisión.

—Sé que fui un idiota por buscar lo fácil pero no quería perderte de vista y saber que estarías con un conocido valdría más que dejarte ir con un hombre que podría hacerte sufrir. —Buena forma para convencerme.

De cierta forma, puedo otorgarle un poco de razón cuando quizás hubiera hecho lo mismo con él cuando debíamos de buscar una pareja. Lo mejor hubiera sido buscar a alguien de confianza y de buenos sentimientos y aunque Pierre no tuviera lo primero con Logan, su corazón pudo haberle dicho que eso sería lo correcto.

— ¿Qué haremos ahora con el acuerdo?—voy a lo principal.

—Yo no quiero seguir con ello—dice cabizbajo—, sabes lo que siento por ti y no quiero perderte de nuevo—me acaricia la mejilla—, pero si tu no quieres estar a mi lado, lo entenderé y podemos comenzar esto de nuevo. —Menciona.

Y pasar otros nueve meses en dudas, inseguridades y desconfianzas cuando deberíamos disfrutar de una vida juntos al lado de nuestro bebé. Ni de broma jugaría de nuevo con el destino por un error que cometimos ambos por una torpeza, mala decisión y falta de confesar nuestros verdaderos sentimientos que tenemos uno por el otro.

—Ni de broma Pierre, además estar contigo, no es una mala opción—él ríe.

— ¿Quieres quedarte conmigo?—suspiro.

—Tendrás que esforzarte mucho para lograr que te vuelva a amar—le pongo como reto.

— ¿No estás enamorada de mí?—dice desilusionado.

—No es eso, a lo que voy es que quiero empezar esto desde cero y tener una relación sería si es lo que tú quieres—le propongo.

—Es lo que quiero contigo, Alaska. —Sonríe.

Ese es un buen paso para comenzar con ello, nos falta aún mucho que aprender uno sobre el otro, aunque la mayor parte la hemos conocido en todo este tiempo que tuvimos el acuerdo, ahora con eso que hemos decidido no continuarlo, me alivia porque sé que ambos coincidimos en una cosa.

Nos pasamos dos horas hablando y arreglando asuntos y dudas que teníamos sobre nuestra relación basada en un acuerdo que debió de ser roto desde hace tiempo; escuchar hablar a Pierre con más libertad y sinceridad sobre cómo se fue enamorando de mí y de lo mucho que decidió cortar el acuerdo me hace sentir mucho mejor, por lo menos, saber todas aquellas verdaderas revelaciones me hizo sentir bien conmigo misma al no haber tomado la decisión de quedarme esta noche con mi padre, aunque todo estaba muy bonito, me la he pasado mejor al lado de Pierre y más, descubrir que realmente le importo.

A eso de las tres y media de la mañana decidimos irnos a dormir, Pierre quiso darme su habitación para ofrecerme ese espacio que aun consideraba que debía de tener al no ver que tomaba la iniciativa en demostrarle mis sentimientos como él hizo conmigo, pero de igual forma, no me servía tener una cama grande solo para mí cuando quiero tenerlo a mi lado.

Con muchas peticiones y empujones hice que se quedara conmigo en su habitación y aunque la pijama que me puse era muy reveladora para mi gusto, pude darme cuenta que él respeto mi espacio, nada de besos, abrazos, caricias y coqueteos que nos llevaran a una noche apasionada.

Al apagar la luces e intentar dormir, me hizo darme cuenta que me hacía falta tenerlo más cerca, eso de no sentir que me abrazaba y me daba un beso en mi sien provoco que mi humor fuera decayendo para ser yo quien olvidará todos mis planes y realizara unos nuevos para poder sentir que no estaba sola.

Lo abrace por la espalda haciendo que él diera un pequeño salto y pronto se diera la vuelta, solo espere unos minutos para sentir como sus brazos me refugiaban y me llevaban cada vez más cerca de su cuerpo, aquella sensación de felicidad se esparció por todo mi cuerpo y más cuando beso mi frente y se dirigió a mí con unas simples palabras que bastaron para sacarme una sonrisa entre la oscuridad.

—Te amo mi ángel.

(...)

Desperté a eso de las diez de la mañana cuando sentí hambre, el olor a comida provoco que me levantara de la cama y me diera cuenta que no tenía a Pierre a mi lado, estuve a punto de protestar cuando aparece entrando en la habitación con una bandeja de comida y una sonrisa en su rostro, me coloca la comida en la mesita de noche y se sienta en la orilla de la cama para tocar mi rostro y dejar un beso en la punta de mi nariz, no sé qué tan horrorosa debo de verme a estas horas de la mañana pero Pierre me hace sentir como la mujer más afortunada y hermosa del planeta.

—Buen día, mi amor. —Saluda.

—Buenos días. —Digo tímida.

Ambos nos damos una mirada y él parece no aburrirse de verme, pero el extraño olor proveniente de la comida me hace tener un pequeño mareo. Mirando hacia la comida en uno de los platos que me ha traído Pierre veo un sándwich de atún, y ni siquiera puedo verlo porque me entran las ganas de vomitar.

— ¿Sucede algo?—me mira preocupado.

—El sándwich de atún... Dios... —me cubro la boca con la mano.

— ¿Qué con él?—dice extrañado.

—Vomitare si lo sigo viendo y oliendo. —Le comento.

—Pero es tu favorito... —Niego.

—No por hoy.

Ahora me doy cuenta que en los próximos meses no podré ver el atún ni de cerca, parece que mi pequeño no tolerara que ingiera algún tipo de atún a mi estómago, así que eso puedo tomarlo como uno de los síntomas del embarazo... ¡Embarazo! ¡Dios! Aún Pierre no sabe nada y debería comentárselo, aunque siendo sincera ya tenía una idea de cómo decírselo así que no quiero arruinarlo todo cuando es un perfecto momento en decirle que será padre.

—Oye, ¿puedes pasarme mi cartera?—se la señalo.

Se levanta de mi cama y va hacia mi cartera en donde pronto me la entrega y así, busco su regalo de navidad, el cual está dentro de una caja que no tardo en dársela.

— ¡Feliz navidad!—él se asombra.

—Alaska... No tenías porque... —Le pongo un dedo en su boca.

—No hables y solo ábrela. —Le digo entusiasmada.

Él asiente con una sonrisa y no tarda en levantar la tapadera de la caja y darse cuenta que dentro de ella hay unos pequeños zapatos amarillos de bebé, son aquellos que compre en aquella tienda que pase luego que fui a mi primera consulta con la obstetra. Él alza su mirada hacia mí y se queda atónito pero no tarda mucho en posicionar de nuevo sus ojos en la caja cuando agarra los zapatos y abajo encuentra una nota que he escrito y con ella, una copia de las fotos de la ecografía. Cuando la toma veo como se queda boca abierto y como su mano tiembla al leer aquel pequeño trozo de papel en donde he escrito una pequeña oración que hasta mí se me encoje el corazón...

"Hola papá, estoy creciendo en el vientre de mi mamita, ¿puedes verme? Quizás aún no porque soy del tamaño de un guisante pero la doctora ha dicho que seré grande y fuerte. Espero conocerte pronto"

Pierre se cubre la boca con la mano y varias lágrimas empiezan a bajar por sus mejillas, puedo imaginarme que debe de estar releyendo aquella nota para asimilar la sorpresa que le acabo de dar. Levanta la mirada y una sonrisa aparece en su rostro y de cómo se acerca a mí y pronto me abraza y derrama muchos besos por toda mi cara.

— ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!—besa mis labios con ternura— ¡Seré papá!—grita— ¡Oh cielos!—se separa un poco de mí para ver mi vientre— ¡Hola pequeño o pequeña! Soy papá, no sabes lo feliz que estoy por conocerte, no importa si aún eres muy pequeño, tu mamita y yo, te estaremos esperando y ambos te daremos mucho amor. —Acaricia mi vientre. — ¡Oh mi amor!—vuelve a besarme— ¡Es la mejor noticia que me has dado!

Lo abrazo y me siento llena de felicidad al saber que la sorpresa le ha encantado, no puedo dejar de sonreír y ser la siguiente en llorar cuando sé que a pesar que perdimos nuestro primer bebé ahora viene una nueva oportunidad para poder no solo reconstruir nuestra relación sino que también para poder ser una familia.

—Desayuna, quiero mostrarte algo. —Me indica antes de guardar la ecografía junto con la nota y los zapatos.

—Esto llévatelo—le paso el plato con el sándwich de atún.

—Ahora entiendo la cara de disgusto—encojo los hombros.

Sale de la habitación con el plato del sándwich en la mano, al quedarme sola empiezo a complacerme con el resto del delicioso desayuno que Pierre me ha preparado y esta vez con felicidad, empiezo a comer sintiendo que las cosas están marchando mejor de lo que esperaba.

(...)

Pierre me ayuda a salir de su camioneta al ver que hay mucha nieve a nuestro alrededor y que pueda ser que me deslice en ella si no pongo bien uno de mis dos pies, llegamos a Carmarthenshire después de dos horas de viaje y con una hora de retraso gracias a que me tarde en comer, bañarme y vestirme. Todo a nuestro alrededor está cubierto por una capa blanca de nieve que se ve de forma estupenda creando un hermoso paisaje con los pinos que hay a nuestro alrededor.

Pierre me ofrece su mano y pronto caminamos dentro de la propiedad que su padre nos heredó a ambos, veo como hay mucho material en el jardín y no es de sorprenderme cuando la casa vieja ha empezado a ser restaurada por una nueva, se pueden ver varios cambios cuando la construcción parece llevar poco tiempo y eso sin agregar que me doy cuenta como ha empezado a quedar de una forma muy clásica y antigua haciendo que me guste mucho su estructura.

— ¿Cuándo empezaste a construirla?—le pregunto a Pierre.

—Hace un mes y medio, para finales de enero creo que estará terminada—comenta orgulloso.

A la distancia en que nos encontramos veo como la casa tiene afuera una estructura de pared de piedra, con unos ventanales promedios y una puerta de madera que puede ser de roble, el techo aún sigue en construcción pero suele tener un color marrón muy formal y bonito que le da con el tono gris de las paredes de piedra de la casa.

—Está quedando hermosa—susurro.

—Aquí haremos nuestra vida y junto con el o la chiquitín que pronto llegará. —Pone su mano en mi vientre mientras me mira.

Escuchar aquello es una melodía muy significativa y simbólica para mis oídos, es como haber llegado a tener un enorme milagro inesperado en la navidad. Ahora no solo sé que Pierre quiere estar conmigo sino que también desea que vivamos juntos en nuestra propia casa y que formemos una familia.

— ¿Quieres ver los planos de la casa por dentro? Ya que aún no puedo mostrártela ya que todo está desordenado y quiero evitar cualquier peligro que corras tú y nuestro bebé—ruedo los ojos.

—Está bien. —Le digo riendo al ver su rostro.

Veo como Pierre pronto va a recoger los planos al auto, por un momento lo miro y de vuelvo la mirada en la casa, sigo sin creer que pronto él y yo viviremos en este lugar y de lo bonito que será empezar todo desde cero en esta casa. De todas formas tendré que empezar a resolver todos los asuntos de la clínica, no solo por el trabajo que tengo retrasado sino que porque si nos mudamos aquí, tendré que buscar unas mejores condiciones en mi trabajo y más para no viajar de Carmarthenshire hasta Lambeth, ya que después de todo, también tengo que recordar que los últimos meses previos al nacimiento del bebé, tendré que dejar el trabajo y considerar mantenerme preparada para ser madre.

—Aquí están—me entre un plano no muy grande de la casa.

— ¿Quién lo diseño?—le digo antes de abrirlo.

—Leopold, le pedí ayuda a él e hizo un buen trabajo, pero estos fueron hechos por mí—dice orgulloso.

— ¿Desde cuándo haces planos?—no dejo de reír.

—Desde que me di cuenta que soy muy bueno en ello—podría ser verdad.

Pierre se pone en frente de mí y espera a que abra el plano para observarlo, así que al hacerlo me voy dando cuenta que no se trata de un plano cualquiera si no más de...

— ¿Qué?

¿Quieres casarte conmigo?

Leo repetidas veces aquellas palabras que se encuentran plasmadas en el plano, estoy un poco impactada que no puedo reaccionar como debería ser y aunque esto no es lo que esperaba para este día, la sorpresa se hace más grande cuando al quitar el plano de en frente, puedo ver a Pierre arrodillado y con una cajita pequeña color gris en sus manos.

—No tenía preparado hacer esto hoy, Alaska pero al tenerte de nuevo a mi lado y darme la noticia que tendremos un hijo, no he podido desconsiderar esta oportunidad. —Aún sigo asombrada que ni una palabra sale de mi boca. —Hace ya un año que nos conocemos aunque la verdad ya nos hemos llegado a conocer en otras vidas y aunque está haya sido la más extraña quizás, me he dado cuenta que yo fui un idiota al pensar que deshacer nuestro lazo de amor, obtendría más pro que contras en la vida. —Se toma su tiempo para volver a hablar. —Realmente no sé qué fue lo que hiciste conmigo Alaska, pero lo que sé, es que desde el primer día que te vi, yo quería que fueras mía. Y totalmente las cosas sucedieron así—ambos reímos—. Eres lo mejor que me ha llegado a suceder, salvaste a mi hermana, me ayudaste a perdonar a mi padre y a pesar de todo lo malo que te he hecho, te has quedado a mi lado. Doy gracias en serio porque el destino me puso en tu camino y que ahora, una tercera vez, nos está dando la oportunidad de estar juntos. —Abre la caja y deja ver una sortija de compromiso. —Alaska, te amo con locura y contigo es que quiero permanecer hasta los últimos días de vida que tenga, tomando de la mano, bebiendo café al estar sentados en el porche, hacerte infinidades de veces el amor, ver a nuestro bebé crecer, celebrar contigo las festividades y vivir plenamente nuestro amor. —Ya he comenzado a llorar. —Quiero hacer eso y mucho más contigo, mi ángel. —Sonríe. —Así que, Alaska Gardener... ¿Quieres convertirte en mi esposa y ahora ser Alaska de Beckham?

Me cubro la boca para evitar dejar salir un sollozo en aquel momento que se ha convertido en el más importante de nuestras vidas, no tengo porque pensarlo porque la respuesta siempre ha permanecido en mi corazón y no ha cambiado, no dejaría ir esta oportunidad por más que estuviera indecisa, de todas formas, el destino y el tiempo harían de las suyas para luego lograr que volviéramos a estar juntos.

—Sí Pierre, quiero ser tu esposa. —Su sonrisa se alarga y toma el anillo dela caja para deslizarlo en mi dedo anular izquierdo.

Se levanta y pronto nuestros labios se encuentran para hundirse en un largo y profundo beso que nos hace sentir llenos de felicidad en aquella tarde de navidad.

—Y, ¿sí nos casamos ahora mismo?—dice con urgencia y poca paciencia.

— ¿Cómo? Si todos deben estar celebrando navidad. —Digo extrañada. —Además hacer una boda religiosa no es de un día para otro.

—Primero podemos casarnos por lo civil y luego por lo religioso. —Me toma de la mano y caminamos hacia el auto.

—Sabes que mis padres te asesinaran—él parece despreocupado con la idea.

—Para eso está la boda religiosa—me guiña el ojo.

— ¿Quién nos casara? Además, no tenemos testigos—le digo.

—Podemos ir al ayuntamiento y pedirle a Ezra y Miranda que sean nuestros testigos. Además en la boda civil no se necesita de muchas cosas—en eso tiene razón.

Al entrar al auto, él marca un número telefónico y pronto deja el celular en su oreja esperando que la llamada sea correspondida, logrando que a los segundos ya esté hablando con esa persona.

— ¿Holland? Hola, sí... Feliz navidad... ¿Te acuerdas el favor que dijiste que puedes hacerme? Sí, bien gracias... Bueno, el favor es que si puedes casarme con mi futura mujer. —Suspiro y río avergonzada al molestar a aquella persona por la petición de Pierre. — ¡Muy bien! Si, nos vemos en cuatro horas... Claro... Adiós. —Me da una mirada. — ¡Todo solucionado!—ruedo los ojos.

—Menos mal no estamos en Las Vegas, sino era posible que por tu culpa nos casara Elvis Presley. —Le comento y a él parece darle gracia.

—Si quieres... —Abro la boca.

— ¡No!—lo detengo. —Está bien esta boda. —Deja ir una carcajada.

—Ay ángel, siempre asustada de mis ideas. —Niego.

—Es porque son alocadas y te conozco Pierre. —Toma mi mano y deja un beso en ella.

—Eso es lo bueno.

(...)

Por un lado quizás todo pudo haber sido muy rápido pero por otro, la experiencia fue increíble. Pierre y yo nos terminamos casando en un jardín del bufete de abogados, como él había mencionado, no se necesitaba de muchas cosas y acciones para poder comprometernos, simplemente basto con nuestra firma, unos anillos y nuestros dos mejores amigos como testigos para que la boda se llevara a cabo.

Al principio tanto Ezra como Miranda se lo tomaron en broma pero en sí, luego se dieron cuenta que a pesar que Pierre y yo estábamos realizando una locura por amor, no se justificaron más en ser ellos dos los que participaran en nuestro matrimonio rápido.

Ahora por la ley, ya soy esposa de Pierre y aunque sé que nos hemos casado por secreto y esto traerá algunas que otros problemas con nuestra familia por no revelarles lo que hicimos, aún seguimos siendo felices al darnos cuenta que al final de querer separarnos terminamos por unir más nuestro lazo del destino.

—Ante la ley de Reino Unido, los declaro marido y mujer. Puede besar a su esposa señor Beckham. —Nos da una sonrisa la abogada.

Pierre me da una mirada llena de amor que no tarda en poner su mano en mi mejilla y la otra en mi cintura para acercarme a él y así besarme de forma suave pero apasionada.

—Demonios, nosotros vimos como querían separarse y míralos ahora, somos también los primeros en verlos casarse. —Ezra le dijo a Miranda.

—Sabíamos que terminarían así. —Le respondió ella.

Pierre y yo, les dimos una mirada mientras negábamos a sus palabras, quien hubiera dicho que ese par quien nos acompañó donde la señora Allison para hacer un acuerdo en donde nos separáramos terminarían siendo ellos mismos quienes vieran por concluir e iniciar nuestra nueva vida juntos. Al final, nos tomamos un par de fotografías juntos para tenerlas de recuerdo, ya que al ser solo nosotros cinco agregando la abogada, creo convencerme que jamás pensé hacer algo como esto.

—Felicidades a ambos—dice Miranda.

—Sí, muchas felicidades. Creo que ha sido la mejor decisión que ambos llegaron a tomar. —Reímos con las palabras de Ezra.

—Bueno, los esperamos en la siguiente boda, ahora, yo me llevaré a mi esposa. —Dice Pierre antes de despedirnos de Miranda y Ezra.

Fue algo corto y sencillo, nada de mucha polémica y extravagancia que hiciera que me sintiera incómoda, eso sin agregar que a pesar del tiempo, Pierre se puso un traje de etiqueta mientras que yo conseguí un vestido blanco corto que tenía entre mis maletas y lo había comprado para cualquier tipo de ocasión y ahora viéndolo bien, no imagine que sería mi vestido de boda civil.

En el camino decidimos con Pierre que la luna de miel se haría en año nuevo, así que mientras tanto la pasaremos en casa y lo que reste de los días, estaremos junto con nuestra familia antes de comentarles nuestro compromiso y boda que fue en un solo día.

—Podríamos haber ido a un hotel—comento él dejando que pasara primero a la casa.

—No, aquí estamos mejor—camine en dirección a nuestra habitación.

— ¿Por qué el motivo de quedarnos aquí?—me siguió.

—Porque... —Llegamos a nuestra habitación y lo tome de la corbata para acercarlo a mí y verlo a los ojos. —Aquí comenzó todo, ¿no recuerdas?

Deja ir una sonrisa y se da cuenta que tengo razón, en su habitación fue la primera vez que no solo estuvimos juntos sino que también nos entregamos en cuerpo y alma y haciendo que nuestro destino se marcara al unirnos una vez más.

—Un año, increíblemente un año después volvemos al mismo lugar en donde fuiste mía y donde nunca pensé que terminaría por quedarme con la mujer que me volvió loco con su sonrisa, sus ojos y su amor.

Me toma de la barbilla para que pronto nuestros labios queden juntos y con libertad puedan besarse, adiós a los días de no poder besarnos a cada momento, adiós a las lunas llena, adiós a los tres días de solo tener sexo y adiós al acuerdo.

—Te amo, Pierre—sus ojos se iluminan.

—Te amo, Alaska.

Me siento en la cama y veo como él sube mi vestido para empezar a quitarme las medias sin dejar de verme a los ojos, siento como empiezo a sonrojarme pero esta vez, comprendo que ahora ya no debo de tener miedo y vergüenza, porque sé que estoy con el hombre al que amo y he elegido para que esté conmigo el resto de mi vida.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuará...

Últimos Capítulos

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top