Capítulo 55
"Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades"
J.K. Rowling
***
Oh Dios... Como me duele la cabeza y eso sin decir que ese aroma a medicina ya me tiene un poco hostigada...
Empiezo a abrir los ojos y siento un pequeño mareo que me hace a recostarme más en la cama, respiro profundo e intento descansar un poco más pero siento un poco de frío y una incomodidad en mi espalda; hago un nuevo intento de despertar pero la luz de la lámpara me arruina la vista y hace que cierre los ojos rápido y tenga que parpadear varias veces para poder acoplarme a la luz artificial; miro a mi alrededor y le doy cuenta que no me encuentro en la fábrica sino más bien hoy estoy en una habitación de un hospital.
Lo último que recuerdo fue haberme tirado del techo de la fábrica para poder salvar mi vida, como también al haber recibido un fuerte golpe en la cabeza por la caída y de Inés intentando ahogarme logrando no poder respirar. Todo aquello sucedió y no ha sido un producto de mi imaginación, de alguna forma si estoy en el hospital es porque sobreviví de no haberme ahogado gracias a los empujones que Inés me daba para que mi cabeza quedará bajo el agua y yo dejará de respirar.
Veo como tengo en mi nariz un tubo de oxigeno que intento quitármelo pero prefiero no hacerlo sin antes recibir las indicaciones de un doctor, eso sin agregar que me han inyectado un suero en una vena del dorso de mi mano y también tengo una venda en la cabeza. Por lo menos puedo lograr decir que estoy viva y que no he despertado sabiendo que he perdido la memoria o termine sin algún pie o mano, eso es lo bueno y me hace sentir más tranquila teniendo en cuenta que ya estoy libre de toda amenaza aunque... ¿Dónde está Pierre?
Lo último que también recuerdo de él fue haber sido golpeado en la cabeza con un tubo mientras que él me decía que corriera y me salvara; el estómago se me revuelve y empiezo a tener miedo por si a él le sucedió algo que aún no me he enterado, porque un golpe en la cabeza con un objeto pesado es algo muy malo y más cuando es una parte del cuerpo muy delicada.
Estoy a punto de levantarme de la camilla cuando escucho que a fuera hay una pelea y como si hubiera llamado a un demonio, pronto Pierre aparece en mi habitación siendo custodiado por dos enfermeras quienes sujetan sus brazos e intentan sacarlo de mi habitación, pero a ambas mujeres les es imposible cuando Pierre toma más fuerza y se libra de aquellos brazos que sujetan los suyos para ir hasta mí. Me da primero una mirada evaluativa para luego tomar mi mano izquierda y dejar un beso hasta que acaricia mi cabello y rostro para asegurarse que no es aquello un producto de su imaginación.
Puedo ver el alivio de su rostro y más cuando un doctor aparece detrás de él y se da cuenta que ya estoy despierta, aquel médico le hace la sugerencia a Pierre que se haga a un lado y que dejará que se quede si no estorba y no hace ruido. Pierre atiende las indicaciones del doctor y se aleja un poco de mí sin soltarme la mano, toma un sofá y lo mueve hasta dejarlo a un lado de la cama, es así como él se queda vigilándome y escuchando cada palabra del doctor.
Me hace una revisión en mis ojos, en mi oído, en mi memoria, en mis manos y pies y por último si no he llegado a sentir un fuerte dolor, al tener un diagnóstico previo me hace entender que externamente estoy bien pero que necesita tener unos análisis míos de forma interna para ver si ni un órgano está dañado, lo cual me avisa que pronto me los hará.
Pierre no se aparta de mi lado y se queda por un momento observándome muy curiosamente, aunque quiera evadir la mirada, sé que él me seguirá mirando como un acosador, pero al permanecer tranquilo y callado, me hace entender que solo intenta asimilar las cosas, entre ellas que estoy bien y que gracias a Dios, no me ha sucedido nada fuera de lo común.
En él solo puedo ver como también tiene la cabeza vendada, un pequeño moretón bajo el ojo y el labio cortado, algo bueno de entender que también él se encuentra bien, ya que puede moverse sin ni un problema y no ha reprimido algún gesto de dolor por si tiene una herida interna. Saber que está bien y que Inés no pudo hacerle otro tipo de daño me reconforta y me hace sentir tranquila aunque por un lado, aún no me siento preparada para hablar acerca de todo lo que sucedido últimamente entre ellos su revelación sobre que me ama y que todo este tiempo solo intento protegerme de estar con la persona incorrecta, es decir, él.
— ¿Te encuentras bien?—Le pregunto.
—Mucho mejor ahora teniéndote a mi lado. —Menciona.
Por una parte aún no puedo creer todo lo que nos sucedió debido a los planes de Inés, me enoja un poco saber que él en todo este tiempo me oculto sobre que su ex novia estaba libre cuando ambos podíamos haber prevenido cualquier tipo de conflicto que pusiera en peligro nuestras vidas; sé que él lo hizo para protegerme pero por un lado, él no midió sus palabras en darse cuenta que termino por herir mis sentimientos y aunque me haya revelado que me ama, aún ña situación la encuentro extraña, tanto, que en sí no he podido asimilar todo de una sola vez.
—Señor Beckham, tiene que estar en reposo, sabe muy bien que el golpe pudo haberle dejado fracturas o secuelas y por ello, debe de agradecer que está vivo. —Le informa una enfermera. —Si me permite, tenemos que llevarlo a su habitación.
Veo como el rostro de Pierre se contrae del enojo y más al saber que por tener que acatar las indicaciones de una enfermera tendrá que separarse de mí. Conociéndolo muy bien, sé que él no querrá moverse hasta que alguien en serio lo mueva del asiento y lo encadene para que se quede inmóvil pero en mi caso, sé que me obedecerá y no lo digo por la situación en la que nos encontramos, sino más bien, porque él sabe que también estoy dispuesta a preocuparme por su salud.
—Obedece. —Le digo.
Él me hace una mueca y veo como su mano se refugia más en la mía a punto de no querer soltarme, así que pasando mi otra mano por su rostro le entrego un poco de mi confianza para que pueda irse y ser él quien también deba cuidar su salud, de todas formas, estar aquí dudo que pueda sucederme algo, aunque tampoco debo confiarme al cien por ciento.
—Vendré más tarde, ¿sí?—Asiento derrotada porque si me niego, sé que no se irá.
Deja un beso en mi cabeza y pronto sale de la habitación para dejarme sola de nuevo, la enfermera lo ayuda y veo como él está a punto de renegar porque no necesita que alguien lo lleve pero por iniciativa propia de la enfermera, termina por agarrarlo del brazo y llevárselo a regañadientes. Al ver aquella escena me provoca risa porque conociendo muy bien a Pierre, hubiera preferido irse solo que acompañado.
Respiro profundo y me permito descansar más, creo que los días en que estuve en la fábrica con Inés, fueron los que menos descanse y ahora que puedo estar tranquila y en un cómodo lugar, ya puedo cerrar a gusto los ojos y permitirme soñar; pero parece que la suerte no está a mi lado cuando de nuevo entra el doctor a mi habitación y está vez con unos papeles en mano que parece inspeccionar con mucho cuidado antes de darme más noticias.
— ¿Es su novio?
Aquella pregunta fue inesperada que me hace dudar acerca porque hace mención sobre ese tema antes que mi salud. Aunque de todas formas, ya ni siquiera sé que responder ante aquella duda, porque desde antes del secuestro, supuse que la relación que había entre Pierre y yo, ya había llegado a su fin.
—Es complicado... Ni yo sé que es... —el doctor solo respiro y elevo sus cejas al darse cuenta que no sé qué decir.
—Afortunadamente, ambos se encuentra bien. —Asiento.
—Sí, estaba preocupada porque le pasará algo a él pero veo que solo tiene un par de moretes y la venda en la cabeza... —El doctor mueve su mano y me detengo al hablar.
—No me refiero al hombre que estuvo aquí—enarco la ceja.
—Entonces, ¿de quién me habla?—dije desconcertada.
—Oh, veo aún no sabe. Pensé que ya estaba enterada—hago un gesto de no comprender nada de lo que dice.
— ¿De qué no me he enterado?—pregunto un poco asustada.
—Está embarazada, señorita Gardener. —Abro los ojos en grande.
Agito la cabeza hasta sentir un dolor en el cuello que me hace gemir por haber hecho varios movimientos rápido logrando que se me retorciera alguna vena o arteria.
¿Embarazada? ¿Yo? ¿Es una broma? ¿Cómo es que sucedió? Sé que Pierre y yo mantuvimos relaciones coitales en los últimos dos meses y medio pero pensé que todo saldría bien si de nuevo me cuidaba y tomaba los anticonceptivos... Oh Dios, debo de ser ese porciento de mujeres que al final quedan embarazadas porque la píldora no les funciono.
—Estoy embarazada—el doctor asiente pensando que lo dije en forma de pregunta.
—En el tiempo que me dijeron que estuvo secuestrada tuvo suerte en no generar mucho estrés, depresión y fuertes emociones que podían ocasionarle un problema al feto, agregando también la falta de una buena alimentación y vitaminas. —Siguió explicándome.
— ¿Cuántos días tengo de estar embarazada?—sigo cuestionándolo.
—Bueno, he calculado unas tres semanas a un mes, pero eso se lo tendrá que decir un especialista en esa rama para verificar que todo esté bien en el feto y con su crecimiento. —Responde.
— ¿Es bueno tener un bebé luego de haber perdido a uno hace cuatro meses?—él piensa antes de contestar.
—Sí pero se debe de mantener en control aunque también existen estudios que mencionan que si una mujer tuvo un aborto es bueno que ella y su pareja esperen tres a cinco meses para volver a intentar de nuevo tener un bebé, ya que eso ayuda en su salud emocional. —Me informa.
Me quedo callada después de saber aquella noticia, al final, todo de nuevo resulto ser de forma inesperada porque a pesar que no había planeado embarazarme rápido, tampoco me imagine que el destino de nuevo nos llegaría a unir a Pierre y a mí y ahora con un pequeño ser que empieza a crecer en mí.
Me miro el vientre y paso mi mano sobre él dando pequeñas acaricias que suelen relajarme, aún sigue siendo plano pero eso no quiera decir que con el tiempo vaya creciendo y empiece a tomar forma; tengo un nudo de emociones que no sé cuál de todas expresar, porque esto no ha sido de pura coincidencia aunque debería serlo después de que el mismo acuerdo se rompió por ambas partes y ahora más que nunca el destino quiera unirnos nuevamente con Pierre para que recapacitemos y nos quedemos juntos.
Me siento demasiado confundida para poder sentirme alegre al saber que estoy esperando un bebé y que está vez no le haya pasado nada. Sin embargo, ¿qué sucederá ahora? Es el hijo o hija de Pierre, lo cual debe de saber pronto porque aunque lo quiera ocultar en un par de semanas empezare a tener un vientre abultado y sé que las sospechas serán muy evidentes y más cuando solo he estado con un solo hombre.
Quisiera decir que ahora mismo fuera corriendo a decirle a Pierre que será padre pero no siento esa motivación, no sé si debe ser porque aún no he podido superar todo lo que me sucedió últimamente o porque tengo miedo que las cosas vuelvan a repetirse y algo llegue a salir mal. Qué tal si Pierre solo me dijo que me ama para calmar mis temores en los momentos en que Inés nos quería asesinar o sí solo fue otra mentira para hacer que me quede a su lado y volver a intentar lo del acuerdo. No quiero tener acorralado y mucho menos atado a Pierre a una vida que no se merece, podemos ser simplemente unos padres que pueden encargarse del amor y de los gastos de nuestro hijo mientras que cada quien realiza su propio futuro pero a veces, hasta me pregunto hasta donde llegará el destino para volvernos a juntar.
El bebé puede ser una señal para que ambos estemos juntos pero tampoco quiero tomarlo como una fuente para aprovecharme a pasar otros meses más con Pierre, porque sin dudarlo, sé que la noticia le alegrara y querrá permanecer los siguientes meses a mi lado para ver a nuestro bebé crecer en mi vientre pero como digo, eso no implica que luego que nazca, él desee seguir a mi lado y yo pueda haber obtenido un apego más fuerte con Pierre y más en pensar que seremos una familia. No creo que... Eso solo sería lo incorrecto.
—Solo quería mencionarle eso, señorita Gardener. No sabía si decirlo delante de su pareja pero prefiero que esto sea primero privado y luego si el paciente lo desea, decirle a las personas más cercanas. —El doctor habló interrumpiendo mis pensamientos.
—No se preocupe, solo no le diga a nadie. Yo quiero darle esa noticia a mi familia. —Le indico.
—Como usted desee. —Acepto mis deseos.
Se marchó logrando que de nuevo me quedará sola en aquella habitación, bueno siendo sincera, ahora ya no estoy del todo sola. Tengo a un bebé creciendo en vientre y quien ahora puede escucharme y sentir cada una de emociones y sentimientos.
Nunca pensé que terminaría por quedar embarazada tan rápido y si es un milagro que el bebé siga vivo eso implica que esta vez sí cuide mucho de mi embarazo, quiero tomarme no solo el tiempo necesario para descansar sino que también para consentir a mi bebé y poder darle lo mejor cuando llegue al mundo.
— ¿Hola?—Empiezo a hablarle. —Lo siento mucho pequeño, arriesgue tu vida sin saber que ya estabas a mi lado pero hoy prometo cuidarme con todo mi ser, seré como esa mamá oso que cuida de sus crías, no permitiré que nadie te haga daño, ¿sí?—acaricia mi vientre.
En el momento en que abrieron la puerta de mi habitación, dejé de hablarle a mi bebé y de acariciarme el vientre para observar como la familia de Pierre va hacía mí, la señora Dayana como Ruby, se acercan y empiezan a abrazarme y hacerme tantas preguntas que se me hace difícil poder responderlas una a la vez, el abuelo y el hermano de Pierre parecen relajarse cada vez más al ver que estoy bien y no he tenido demasiados golpes como cualquiera puede pensar.
— ¿Cómo te sientes, querida?—Me acaricia el cabello, la madre de Pierre.
—Físicamente un poco adolorida pero si hablamos de lo emocional, más tranquila—le respondo con una media sonrisa.
—Estábamos muy preocupados por ti, no nos daban muchos detalles y la verdad, tuvimos que esperar a que despertaras para que nos dejaran pasar—Ruby dejo de estar nerviosa.
—Menos mal, ya arrestaron a esa psicópata. Ahora sí, Pierre y tú podrán volver a estar juntos. —Habló Skandar.
Me quede callada y preferí no mencionar nada acerca de lo que he llegado a estar pensando, creo que sería perfecto que primero organizara mis pensamientos y sentimientos para así tomar una buena decisión, ya que ahora ya no solo depende de mí sino que del nuevo Beckham Gardener que está de camino.
— ¿No volverás con Pierre? Pero si Inés ya no podrá hacerles más daño—intenta convencerme Ruby.
Si supieran que no es por Inés que dudo de la relación que puede haber entre Pierre y yo, sino más bien, quiero que todo esta vez este planeado a un buen porcentaje para no dudar de mis propias decisiones.
Les doy una mirada a todos y ya no sé qué decir acerca de esto, quiero estar con Pierre pero quiero que también por parte de él haya una buena decisión que no solo nos asegure un futuro en pareja sino que también un bienestar para nuestro bebé. Quiero que él no se sienta obligado a estar a mi lado y que tampoco no haya dudas, secretos y decisiones rápidas que nos conlleven a perjudicarnos.
—Necesito tiempo, quiero aclarar muchas cosas y todas ellas dependerán si lo nuestro seguirá—le soy sincera a todos.
—Pero... —Empieza a hablar Ruby cuando el abuelo de Pierre la interrumpe.
—Tienes razón, querida. Estás en todo tu derecho pero no olvides que nosotros estamos aquí también para apoyarte. —Asentí a gusto con las aquellas palabras.
La familia de Pierre no siguió interrogándome más, simplemente se quedaron un par de minutos conmigo lográndome sacar varias sonrisas y risas que lograron hacer que me olvidara de todo lo malo que puede estar rondando por mi cabeza; se marcharon con la duda sobre donde me terminaría quedando después que me dieran el alta y es ahí es donde apareció mi padre biológico y les confirmo que yo pasaría un tiempo en su casa y a pesar que la familia de Pierre no llegara a saber quién es él, solo les informe que es un pariente muy cercano a mí, ya que aún tampoco es el momento de hablar acerca de mi vida personal y de mi pasado. Eso será para otro día.
Dos días después me dieron el alta y con el aviso que debía de ir a un obstetra para asegurarme como va mi embarazo, por el momento, decidí guardar el secreto sobre mi futuro bebé, de todas formas ahorita nadie llegará a saber sobre ello cuando aún el vientre sigue plano, así que por ahora no tengo ningún problema en ocultarlo, ya que parezco ser ese promedio de embarazadas que no tienen los típicos síntomas de los mareos y el vómito.
Por un lado quedarme a vivir unos días con mi padre ha sido un poco extraño pero no tormentoso, ya que su esposa, la señora Rebecca suele tratarme bien y mis medios hermanos parecen haber dejado sus diferencias conmigo aunque Horatio suele ser aún un poco cortante conmigo me basta saber que hasta el momento no me ha llegado a tratar mal, en cambio Graham, ha sido demasiado cariñoso y simpático conmigo que ambos ya nos hemos vuelto aliados.
Solo faltan unas horas para que sea navidad y pasar está noche con mi padre me hace sentir entre lo reconfortable y extraña, más porque es la primera vez y eso ha implicado tener que quedarme en su casa y no viajar mientras tanto a Estados Unidos luego de saber que tengo que ir a la corte para declarar todos los sucesos que viví con Inés para así darle a ella una sentencia junto con sus padres quienes siempre estuvieron involucrados en los asuntos de su propia hija.
Además que es navidad, esté será el primer día en que iré al obstetricia para hacerme el primer chequeo de mi embarazo, afortunadamente esta vez no he llegado a tener ningún problema que pueda lograr que tenga estrés o esté sangrando, en vez de eso, considero estar en buenas condiciones para que mi bebé siga creciendo. He decidido ir sola al hospital y la cita porque primero quiero que todo esto sea una sorpresa como también un secreto, sé que si mi padre lo llega a saber de una vez, no llegara a contener su alegría por ello, aún no le he hecho ningún comentario y para escaparme de su casa, tuve que darle una buena excusa para dejarme ir, lo cual tuve que prepararme una noche antes para poder convencerlo de una buena forma.
Una enfermera me llama y me hace pasar al consultorio de una obstetra, ambas nos saludamos y nos presentamos y le empiezo a dar detalles sobre cómo me entere de mi embarazo, la casualidad de ello, es que mi historia no comenzó con una prueba de embarazo o de sangre, como también de síntomas o el retraso de mi periodo, sino más bien con un secuestro y que la noticia fue dicha por un doctor general. La verdad a obstetra tuvo que haber contenido su cara de sorpresa para no hacerme saber que tenía mucha suerte que mi bebé estuviera vivo después de lo sucedido.
Ella empieza a calcular el último día de mi periodo más los detalles que el doctor me informo para calcular una fecha, pero sin decirme aun nada, me hace mención que necesita ver el feto, así que me hace un ultrasonido para saber cómo se encuentra de sanó mi bebé. Me quito la ropa, me pongo una bata y pronto me acuesto en una camilla para ver como ella pone un gel en mi vientre y empieza a mover un aparato alrededor; en una pantalla se puede ver solo la imagen de lo que hay dentro de mí, todo es negro, blanco y gris que no sé detectar muy bien a mi bebé, aquel momento se vuelve eterno, siento miedo y preocupación por si algo puede fallar pero confiando que estoy siendo fuerte y cuidadosa con mi bebé, me doy aliento y apoyo a mí misma.
Tengo unos grandes deseos de querer que Pierre esté aquí conmigo, quisiera que él me agarrara las manos y me propiciara caricias y dulces palabras para relajarme, aunque los dos quizás estuviéramos en la misma situación, me sentiría bien tener al padre de mi bebé a mi lado, porque ambos estuviéramos recibiendo la misma noticia, viviendo las mismas emociones y compartiendo uno de los mejores recuerdos de nuestra vida.
—Ve este pequeño punto, señorita Gardener. —Me señala en la pantalla la doctora. —Ese pequeño punto casi del tamaño de un guisante es su bebé. —Me indica.
Trago hondo y dejo de respirar un momento, las lágrimas están a punto de desboronares de mi rostro y me estoy conteniendo a gritar de la emoción al ver a mi pequeño bebé.
—Por el tiempo que estoy viendo ahora, tiene exactamente un mes. —Me informa.
— ¿Está todo bien con mi bebé?—le pregunto asustada.
—Está un poco pequeño, considerando el tamaño que debería tener por el tiempo pero eso no es un defecto, con vitaminas y descanso, crecerá adecuadamente. —Sonríe dándome fuerzas.
Sigo mirando la imagen de la pantalla y siento que mi corazón está a punto de salirse de mi pecho. Estoy esperando un hijo de Pierre, un bebé que hicimos de forma inesperada y que ha venido para alegrar mis días.
—Le recetaré el ácido fólico, algunas vitaminas y reposo. Nada de trabajos con mucha actividad física o mental. En una semana tendrá que volver a venir para ver cómo va el progreso. —Me limpio el vientre y voy a cambiarme mientras ella escribe la receta. —Calculo que llegará a nacer aproximadamente entre la primera semana de septiembre. —Menciona.
Me da un par de indicaciones más y antes de marcharme me da mi primera ecografía, no sé en qué momento tomó la foto pero le agradezco que me haya dado una página en donde se puede ver de diferentes parámetros a mi bebé.
Alegre, decido ir primero a comprar los medicamentos y luego ir a casa, esta vez cuidaré mucho de mi embarazo y no permitiré darme más sorpresas como la última vez, al haber caminado un par de calles después de haber pasado a una farmacia, me encuentro con una pequeña tienda de ropa para infantes, así que desde afuera y mirando en la ventanilla, encuentro un par de zapatitos bordados en lana color amarillo. Me parecen tan hermosos que no tardo en ir a comprarlos y hacer que los pongan en una caja, de todas formas aunque apenas sea el primer mes de embarazo quiero darme el lujo de ir obteniendo poco a poco las cosas y más porque aún no sé si será niño o niña.
En todo el camino de regreso a casa pensé muchas veces en decirle a Pierre la noticia pero aún no tengo idea de cómo sorprenderlo y más si es el momento correcto de decirlo cuando aún no han procesado el caso de Inés y no sabemos qué sucederá con ella.
Llego a la casa de mi padre y me detengo un instante en hacerme un jugo de manzana y luego irlo a tomar sentada en los escalones del porche, estoy un poco agobiada en querer hacer lo correcto cuando veo que alguien se pone a mi lado y ese es Horatio.
—Hola. —Es el primero en hablar.
—Hola. —Le dedico una pequeña sonrisa rápida.
—Quería pedirte perdón por mi comportamiento de los últimos días, sé que no he sido el mejor medio hermano que esperabas como Graham pero aún es difícil comprender y aceptar la forma en como llegaste a la vida de mi familia—permanece cabizbajo—, no soy nadie para juzgar tu vida y más ahora que ya se toda la verdad sobre ti—levanto las cejas asombrada—y no te preocupes que esto se mantendrá en secreto—intenta calmarme por si resalto—. Pensé que solo querías el dinero de papá pero veo que no es así y siendo sincero, has sido muy buena con todos a pesar que apenas nos conoces. —Suspira. —En serio, Alaska. Disculpa todo lo que te he dicho y hecho, pero estaba celoso y veo que no debo de ser así cuando mi padre no ha cambiado su amor por mí y Graham. —Concluye.
Permitiendo disfrutar más de aquel momento le doy un abrazo que es pronto correspondido, así que siendo él la primera persona quien le contaré mi alegría, termino por sacar una carpeta con el diagnóstico, las recetas y la ecografía para mostrarle mi bebé a Horatio.
—Serás mi primera víctima. —Digo en broma.
Él no sabe de lo que hablo pero cuando saco la hoja de la ecografía y se las muestro a él, puedo ver como sus ojos se abren inmensamente y me da una mirada.
— ¿Seré tío?—Asiento con risa al ver su rostro.
—Dile hola a tío Horatio, chiqui. —Tomo la mano de mi medio hermano y la dejo en mi vientre.
Él no sabe cómo responder que a los primeros segundos porque veo como se queda paralizado, pero sin esperarlo, mueve de arriba hacia abajo su mano, acariciando mi vientre como si ya estuviera enorme.
— ¿Soy el primero en saberlo?—pregunta con un brillo en los ojos.
—Debes de sentirte afortunado en saber la primicia del día. —Ambos reímos.
— ¿Qué hay de Pierre?—Hago una mueca.
—Pronto lo sabrá. —Comento.
—Papá le gustará saber esta noticia... —Lo detengo.
—Para mientras, mantenlo en secreto, ¿sí?—enarca la ceja—quiero que poco a poco se vaya dando la noticia, además a este chiquitín le falta mucho por crecer. —Él comprende lo que le digo.
—Está bien. Aunque la verdad, está si fue una sorpresa. —Volvemos a reír luego de darme cuenta que entre nosotros dos ya no habrá más problemas.
(...)
Durante toda la cena de noche buena y la pequeña fiesta que se celebra en familia, mi padre, su esposa y mis medios hermanos intentaron incluirme todo el tiempo en ella pero simplemente, no dejaba de pensar en Pierre, sobre cómo debe de estarlo celebrando solo en su casa cuando llame a su madre y me enteré por ella que él prefirió quedarse en su hogar antes de ir a festejar navidad con su familia, me siento mal al saber que las cosas en él aún no se han llegado a normalizar y la verdad, tengo esa ansiedad por irlo a ver, lo que me detiene es que no sé qué sucederá cuando ya esté en frente de su puerta, no tengo forma de saber que decirle o que hacer, eso sin agregar que lo del bebé pueda ser un tema que debamos discutir y priorizar ahora que seremos padres.
Veo la hora del reloj y son las 10:10 pm, míos medios hermanos se cuentan anécdotas de su infancia mientras la señora Rebecca nos trae galletas de varias figuras navideñas clásicas, mi padre pronto me da una mirada y me hace una señal para que podamos hablar a solas. Así que me levanto del sofá que está cerca de la chimenea para seguirlo y así hablar mientras por la ventana de la sala, vemos la nieve caer.
— ¿Quieres ir con él?—su mirada es triste.
— ¿Qué? ¡No! Solo estoy preocupada por él. Además, me estoy divirtiendo aquí y me gusta que esta sea la primera vez que pasemos la navidad juntos. —Parece no creerme.
—Hija, sé que no llevo mucho tiempo de conocerte pero sé que tu corazón desea estar con él porque tu mente no está aquí presente con nosotros. —Me siento culpable por haber sido tan obvia. —Mira Alaska, habrán otras navidades más para pasarla juntos pero ahora, él te necesita... —Lo interrumpo.
—Es que necesito tiempo para pensar mejor en esas decisiones—le soy sincera.
—Hija mía—me regala una sonrisa—, si quieres un consejo de mi parte. Solo haz lo que tu corazón desea, no permitas desperdiciar más el tiempo, tienes a alguien allá afuera que te necesita y puedes ganar muchas sonrisas con esa persona a su lado. —Me abraza. —No quiero que cometas mis mismos errores, ve con Pierre y disfruta de esta primera navidad a su lado. —Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos.
—Te quiero. —Le revelo.
—Yo también te quiero, mi niña. —Me vuelve a abrazar antes de tomar su consejo.
(...)
Mi padre se parque cerca de los apartamentos de Hyde Park Gardens en donde vive Pierre, desde dentro del vehículo puedo ver las luces encendidas del hogar de él, por lo cual me hace saber que está despierto. Le doy una mirada a mi padre y lo abrazo antes de despedirme de él y bajar con una pequeña maleta y mi cartera, me ajusto bien el abrigo por el frío que hace y me encamino a la casa del hombre al que amo. Me doy la vuelta y muevo las manos para decirle nuevamente adiós a mi padre mientras que él hace el mismo gesto antes de marcharse.
Subo los escalones de la pequeña casa de Pierre y tomo mucho aire antes de tocar el timbre, adentro solo se escucha una suave música pero no descifro pasos o algo similar y la ventana me queda un poco lejos para visualizar si Pierre está en la sala.
Siendo valiente, toco la puerta esperando a que pronto sea correspondida, pero me toca de nuevo golpear suave otras tres veces más hasta que mis oídos escuchan unos pasos irse acercando y pronto la puerta al ser abierta para ver a Pierre asombrado por mi llegada.
—Hola... —Él aún sigue petrificado— ¿Puedo pasar?
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Continuará...
Últimos capítulos
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top