Capítulo 53

"No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives"

Franz Kafka

***

Cierro la boca y no permito que Cristal me siga alimentando a la fuerza, empuja con fuerza la cuchara en el contorno de mis labios buscando la forma que termine por aceptar el cereal que se ha dispuesto a darme con mucha tolerancia desde que se dio cuenta que ya no me entusiasmaba tener que seguirle la corriente para seguir viva, después de todo, no veo muy clara sus intenciones cuando hay momentos en que pueda estar de humor para molestarme e intimidarme con su arma mientras que en otras habla con naturalidad conmigo como si volviéramos a los viejos tiempos en donde ambas vivíamos juntas en su apartamento, ahora me resulta todo confuso porque no comprendo como todo este tiempo estuve viviendo junto con una celopata y psicópata, ni siquiera ella se veía de esa forma y ahora su nuevo carácter es más desconocido para mí que cuando ella antes se comportaba como una mujer muy religiosa con sus principios en la mano, es sin dudar que me engaño con mucha facilidad y me hizo creer que su comportamiento extraño era normal cuando en final es disfuncional, eso sin agregar que se le ha hecho muy fácil tener que manipular a todos y entre ellos hablo de sus padres quienes le siguen ayudando en comida, dinero y ropa cuando deberían pensar que su propia hija es una criminal y no solo le está haciendo daño a una persona sino a varias.

Si puedo recordar con mucha cautela, debo de llevar por lo menos dos semanas en este lugar, el frío ha empezado a acorralar las paredes de hierro de la vieja fábrica en la que nos encontramos, varias veces no he podido dormir a gusto por sentir como mis manos se congelan o del duro piso en el cual apenas tengo una sábana para poder calentarme, eso sin añadir de las noches en las cuales me quedo despierta porque a Cristal se le presenta un ataque de locura en donde solo habla de Pierre y de cómo llegaría a desaparecer toda la raza femenina solo para que él se quedará con ella, ya es poco tolerante tener que escuchar casi a las veinticuatro horas para ahora convivir con ella sin tener muchas alternativas, solo sé que por ningún motivo me deja ir a pesar que he tratado de convencerla sobre que Pierre ya no quiere nada conmigo porque no tiene un sentimiento por mí, pero aun así, ella es demasiado terca e inmadura que no se da cuenta de la verdad y más, porque sigue pensando que él algún momento vendrá a buscarme y rescatarme cuando ya estoy rendida de tener que pensar que eso no será así.

Giro la cabeza a un lado y veo como la tolerancia que Cristal me tenía, acaba. Me jala del cabello y me hace verle el rostro, ambas nos tiramos una mirada llena de odio y rabia que no sabemos quién de las dos es la que más da miedo, solo sé que hasta el momento ya le he perdido el miedo, porque después de todo, aún no se motiva a querer matarme sino más bien a querer atemorizarme para que yo me vuelva vulnerable ante su rostro para que ella pueda sentirse impotente ante mí, aun así, las cosas ya no han funcionado de la misma manera aunque las amenazas que a veces escucho de ella sobre lastimar a Pierre o a su familia, avivan mi molestia y las ganas de darle unos buenos golpes para que reaccione pero tener las manos y los pies sujetos con cuerdas, se me ha hecho imposible poder encontrar una forma para liberarme, más cuando ella se marcha y deja a uno de sus padres para que pueda vigilarme.

He buscado muchas alternativas para escaparme, he observado que mayormente la puerta no está sujeta con cadenas o por lo menos se mantiene con candado, solo se le debe de dar unos empujones para poder salir, otra alternativa es escapar por un agujero pequeño del cual sigo pensando si puedo caber y poder salir al otro lado y la última forma, es tener que subir a unas escaleras y llegar al techo aunque eso implicaría tener que buscar arriba una salida y dudo que sobreviva sin tener que romperme un brazo o una pierna por no poner más grave la situación y decir que el cuello. Por un lado también necesito saber dónde estoy, supongo que debo de estar lejos de la ciudad ya que no he escuchado algún automóvil o muchas personas pasar por el lugar, simplemente lo único que me acompaña es el sonido de varios anfibios e insectos por la noche, pero por lo contrario no puedo descubrir si estoy en lugar clandestino que pueda encontrarse en un bosque o en un pueblo solitario.

El único plan que tengo es de poder escapar rápido de aquí sea como sea, ya estoy aburrida de tener que comer lo que Cristal desee darme, de tener que seguir escuchando sus propios problemas, de ser vigilada a las veinticuatro horas, de permanecer en un lugar con poca higiene y con ello causarme enfermedades por oler líquidos descompuestos y agregando que tampoco puedo mantenerme limpia porque mis necesidades no son cubiertas como deseo, entre ellas darme una ducha o ir al baño. Esto no es bueno y no sé cuánto tiempo Cristal piensa tenerme así, solo queda tener que huir para salvar mi propia vida porque de todas formas, creo que nadie aún ha descubierto que he desaparecido.

—Deberías agradecer que te estoy tratando bien—jalo más mi cabello llegando al punto de ver al techo.

— ¿En serio? ¿Tratar bien implica que jales de mi cabello sin arrancármelo?—le digo con ironía.

Suelta de mi cabello y pronto vuelvo a verle a los ojos, las ojeras de lo poco que ha dormido se muestran cada vez más profundas con el paso de los días, eso sin agregar que los mantiene rojos al tener que abusar mucho de la cocaína que se mete cada vez que tiene ansiedad y a la vez, de automedicarse cada cinco horas con fármacos que pueden ser para algún tipo de depresión o bipolaridad, si es que no tiene algún otro tipo de trastorno del cual a penas conozco.

—Déjame ir, Cristal. ¿Qué ganas con tenerme aquí?—gruñe y se quita de mi vista.

—Tenerte aquí es mejor que saber que perseguirás a Pierre y no lo tendré jamás para mí—pongo los ojos en blanco.

Respiro muy profundo para no resaltarme y gritarle que esa ha sido la idea más tonta que ha llegado a tener hasta hoy en día, ser su prisionera no detendrá a Pierre que consiga una nueva mujer en su vida y eso sin agregar que ahora ya debe de tener a una nueva novia, desgraciadamente el acuerdo termino por romperse, porque ha llegado diciembre y no supe que tendría que hacer para que Logan fuera mi futura pareja. Ahora todo volverá a ser igual, mi destino con Pierre parece ser inquebrantable pero ya a este paso, lo único que deseo es poder olvidarme de él y estás vacaciones que me he tomado con mi ex compañera de piso no me están ayudando en nada porque a cada cierto tiempo me lo acuerda y me hace recordar todo tipo de imágenes y emociones que pronto las revelaré si Cristal no me deja ir para continuar con mi vida.

—Quédate aquí, tengo que ir a ciudad. Parece que mis vitaminas se han acabado—registro un bote blanco de un medicamento. —Mi padre te cuidará, mientras tanto, sé una buena chica y no me ocasiones problemas porque sabes que odio las sorpresas. —Me amenaza.

Su padre llega con una escopeta en la mano, no sé si tener que seguir creyendo que solo la utiliza para su propia defensa o para ocasionarme miedo y así no intentar escapar; Cristal le da unas indicaciones y sale de la fábrica para irse posiblemente a una farmacia, si es que no va a vigilar de nuevo cada paso que da Pierre.

Me a recuesto en la pared e intento estirar las piernas luego de mantenerlas flexionadas casi todo el día, la molestia que me ocasiona las cuerdas ya es demasiado torturadora para que encuentre una forma de aflojarlas. Intentaría desatar el nudo de la soga que se encuentra en mis manos pero se me ha hecho imposible con el paso de los días cuando se ha terminado por hacer un nudo más apretado. Siento una leve picazón en mis muñecas e intento rascarme pero es difícil poder mover mis dedos hasta el lugar en donde me pica, en un intento fallido, me rindo y me quedo quieta mientras que el padre de Cristal sigue observando mis movimientos.

Sigo pensando como los padres de ella pueden apoyarla y ayudarla cuando lo que está haciendo está mal, no solo está dañando la vida de un ser humano sino que también está poniendo en peligro a otras y eso sin agregar que ya asesino al padre de Pierre. Saber últimamente todas las revelaciones de ella me han ocasionado una parálisis, no he podido reaccionar con facilidad a todo lo que ella me ha contado y eso sin agregar que me ha dejado asustada al saber que ella siempre estuvo pendiente de mí desde que me mude al penthouse con Pierre. Ahora veo que Miranda siempre tuvo razón en creer que Cristal no es tan santa como ella presumía serlo, es todo lo contrario a lo que me esperaba que ella fuese y más descubrir que es la ex novia de Pierre.

Antes me costaba tener que asimilar todo y más cuando ella misma me dio su propia versión de la historia de amor y rompimiento que tuvo con Pierre, añadiendo de que nunca pudo olvidar lo que le hizo, logrando así que en el psiquiátrico pensará en un plan de venganza por el daño que le ha hecho, es cierto que no debería creerle a una persona que esta mentalmente mal pero por un lado, todo esto le ha provocado más dolor de lo que sufrió con la separación que tuvo con Pierre y la verdad, al no superarlo ha hecho que ella sea como es pero eso no implica que le deba tener compasión cuando casi asesina a Pierre pero si mató al señor Beckham.

Miro hacia el plato de comida que Cristal ha dejado en frente de mí y veo como hay un pequeño cuchillo para cortar trozos de carne; tengo una idea y no tardo en buscar una forma para poder agarrarlo, me acerco un poco en movimientos cortos para que el padre de Cristal no se dé cuenta de lo que estoy tratando de hacer, así que esperando a que un momento se distraiga, pongo el pie encima del cuchillo y lo voy arrastrando hacia mí, la parte difícil es tener que agarrarlo, así que tendré que esperar a que él deje de vigilarme para tirarme en el suelo y así tomar el cubierto.

No sé cuantos minutos pasan pero intento hacerme la dormida para que él piense que dejé de hacer cualquier extraño movimiento que lo hagan pensar que algo tengo en mente y quiero hacerlo para que resulte. Pronto él pone una silla en frente de mí y pone la escopeta en sus piernas, no tarda mucho en quedarse dormido cuando empiezo con mi plan en agarrar el cuchillo, tengo que hacer el menor ruido posible para no despertarlo.

Me acuesto en el suelo y ruedo dos veces hasta sentir algo por mis brazos, me muevo un poco hacia arriba y pronto mis dedos rozan con el material del cuchillo en forma de sierra, lo tomo y vuelvo a rodar dos veces quedando en el mismo lugar que antes para que el padre de Cristal no sospeche que me he movido. Me levanto con dificultad para no hacer ruido y pronto me pongo muy cerca de la pared, abro los ojos para ser yo quien vigile ahora a aquel señor para así empezar a mover el cuchillo entre la soga, esperaba no cortarme pero necesitaba mover lo más rápido que podía el objeto para así cortar la cuerda y escapar.

No tengo idea de cuánto tiempo me tarde pero puedo decir que mi plan resulto rápido cuando la soga se rompió y sentí como mis muñecas eran liberadas de aquel amarre, deje el cuchillo a un lado y empecé a deshacerme del nudo de los tobillos para así poder moverme; al principio se me complico desamarrarlo pero no fue imposible hacerlo.

Cuando ya estaba libre para poder moverme, me metí el cuchillo entre las bolsas traseras de mi pantalón. Busque alrededor un objeto que pudiera dejar inconsciente al padre de Cristal, ya que sería imposible huir si él se despertaba y me seguía, además quien dice que no ocuparía el arma para mantenerme aquí, así que dando cortos pero ligeros pasos busque entre la fábrica un objeto liviano y cuando encontré una tubo oxidada, la agarre pero al darme la vuela, me asuste al ver como el padre de Cristal se me tiro encima, intentaba agarrarme pero no se lo permitía, luchamos y hubieron varios empujones y golpes que me hicieron casi rendirme, pero al ver que él estaba desprotegido de abajo, levante mi rodilla y le di en su parte íntima, haciendo que él cayera de lado del dolor; aproveche la oportunidad de agarrar el tubo y así, darle un golpe no tan fuerte en la cabeza que hizo que cayera y está vez dejará de moverse para quedarse inconsciente.

Fue entonces que sin zapatos empecé a correr y aunque mis pies no funcionaban bien gracias a la atadura fuerte que Cristal me había hecho en los tobillos hubo varias veces que me balanceé pero intente no perder el control. Empuje la puerta de la fábrica y por una pequeña abertura pude salir, pero la impresión que tuve fue darme cuenta que estaba en medio de la nada, tenía a mi alrededor el ¿mar? O ¿un lago? Me quede tan confundida que solo podía ver a mí alrededor montañas, árboles y senderos de piedra.

Agite mi cabeza y sin saber dónde terminaría, solo corrí por el muelle de madera para empezar a entrar por el bosque, quite varios árboles de mi camino y reprimía el dolor de sentir como pisaba las piedras, escuché otros sonidos de mi alrededor que me alertaron al peligro en que me estoy metiendo, es posible que el padre de Cristal haya despertado y ahora me esté persiguiendo o quizás sea su madre o hasta ella... Lo único que pude hacer fue seguir corriendo pero el bosque se sintió tan infinito que no pude encontrar una salida.

Apenas me detuve unos segundos para tomar aire cuando el sonido de un disparo fue el eco para que unas aves salieran volando asustadas. Mi corazón se agito y busque la forma de esconderme pero no encontraba una solución cuando no podía subir con facilidad a un árbol o esconderme entre unos arbustos. Estoy en problemas y mi instinto me lo decía.

Volví a recuperar el aliento y de nuevo empecé a correr pero antes de poder seguir, algo tomó mi tobillo y pronto me sujetó hasta alzarme y quedar boca arriba; el miedo me nublo mis sentidos que ya no supe que hacer, intenté quitarme la soga del tobillo pero no alcanzaba a llegar y cuando menos pude seguir intentando a liberarme, de nuevo sentir un arma en mi frente y fue entonces que vi a los padres de Cristal y a ella viéndome como una presa después de haber sido cazada.

—Que decepción, te creía un poco más inteligente pero veo que resultaste ser muy tonta. —Sentía como la sangre empezaba a bajar a mi cabeza.

—Déjame ir... —Le suplique.

— ¡No! ¡Tú nunca te irás de aquí! Sí es posible te tendré el resto de tu vida en esté miserable lugar hasta que tus huesos se hagan polvo—Me grito tan fuerte que su saliva me cayó en el rostro.

— ¿Qué haremos ahora?—pregunto su padre.

—Bájenla. La llevaremos de nuevo a la fábrica y esta vez, me aseguraré que no escape. —Su mirada fue tan oscura que parecía no ser ella. —Tienes mucha suerte Alaska, pudiste haber caído en una trampa para zorros y cortarte el pie. A esta hora, tus chillidos hubieran sido más desgarradores que el de un animal, ahora ya sabes, si intentas de nuevo escapar... Tendrás que ver bien al suelo si no quieres amputarte el pie. —Trago hondo.

Sus padres cortan la soga y me bajan de la trampa, me atan nuevamente las manos y me llevan a empujones de nuevo hasta la fábrica; apenas llegamos cuando Cristal me da una bofetada y me tira al suelo haciendo que me dé un buen golpe en el trasero, ella de una caja saca unas gruesas cadenas que pronto las enrolla entre mis muñecas y otras en mis tobillos, esta vez el pesor hace que no me pueda mover y no solo eso que no tenga una fácil liberación.

—Vuélvete a escapar y esta vez, te mato. —Bajo la mirada.

Como si tuviera alguna alternativa con cadenas, trampas para cazar animales allá afuera y sin una dirección en donde irme... Dios, ayúdame a salir de aquí.

(...)

1 semana después...

| Pierre |

Siento como alguien me golpea el rostro y me hace despertar del sueño que he tenido sobre Alaska; siento la boca amarga y de cómo apenas puedo abrir los ojos al tener la luz del sol sobre mí. Me acaricio la cabeza e intento recordar lo que sucedió ayer pero todo es nubloso en mi mente que no me permite poder pensar porque me duele la cabeza.

— ¡Estás hecho un asco!

Hago una mueca y achico los ojos cuando veo a Ezra en frente de mí, con los brazos cruzados y molesto. Me da igual su comportamiento así que me muevo para poder tomar una nueva botella de whisky y así poder abrirla, estoy a punto de tomar un vaso de vidrio pero desisto en usarlo cuando prefiero beberla de un solo trago, es más fácil así que tener que ir vaso a vaso hasta dejar la botella vacía.

—— ¡Deja de beber alcohol! ¿No te arde el estómago?—Me reprende mi amigo.

—Es mejor eso antes que sentir dolor en el corazón—susurro.

Ezra me quita la botella de mis manos y veo como se dirige al baño de la biblioteca para dejar ir todo el líquido ámbar del whisky en el lavamanos. Vacía toda la botella y estoy a punto de gritarle cuando me da una bofetada en el rostro que me hace retroceder y caer en el suelo, no es suficiente para él cuando me toma del cuello de mi camisa y me empuja hasta la pared.— ¡¡Madura Pierre! ¡Tú no eres así!—empieza a decirme—Deja de comportarte como un adolescente y se un hombre. Tienes que continuar con tu vida, tú elegiste esto y no puedes cambiarlo. Así que afronta tus propias decisiones ahora. —Intenta hacerme reaccionar.

—No puedo... —Sollozo. —No puedo, Ezra. Ella... Ella era todo para mí... —Empiezo a llorar. —La dejé ir con otro hombre y ahora no la volveré a ver nunca. —Caigo al suelo—Arruiné todo, Alaska me quería y yo, le dije que no sentía nada por ella y no la perseguí... —Cubrí mis ojos con mis manos. —Y lo peor, es que todo me recuerda a ella... —Ya no podía detener mi llanto.

—Pierre—suspira y se sienta a mi lado—, no quiero verme como tú enemigo pero, tú la dejaste ir. ¿Qué paso con eso que la amabas y querías estar a su lado? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?—me quite las manos de mi rostro para verlo.

—Inés... —Dije molesto.

— ¿Qué con ella? No me digas que prefieres quedarte con esa loca antes que con Alaska—niego a su idea.

—Escapo hace cuatro años y no la han podido agarrar hasta entonces—le cuento—, ella se enteró de mi relación con Alaska y me amenazo para que me alejará de ella, si no lo hacía la iba a matar como mi padre. —Ezra agita su cabeza a los lados.

—Espera... Déjame entender... ¿Inés escapo del psiquiátrico?—Asiento—Y ella supo de tu relación con Alaska a pesar que al principio todo fue una mentira—vuelvo a asentir—Fue quien asesino a tu padre—afirmo con la cabeza de nuevo—y te alejaste de Alaska porque te amenazo a asesinarla... —Concluyo moviendo la cabeza de arriba hacia abajo.

Ezra se queda impactado que al principio le cuesta asimilar mi noticia, si no me encontrará tan ebrio es posible que le haya ocultado la verdad pero a este tiempo, ya no tengo más mentiras que decir y más cuando hasta las explicaciones se me han agotado.

No he recibido ni una noticia de ella, los últimos días han sido los más oscuros de mi vida desde que sé que se marchó de aquí; casi solo me la he pasado trabajando, emborrachándome hasta perder el sentido y deprimiéndome mientras veo el collar de alas de ángel que le regale u oliendo el aroma que ha quedado penetrado en su almohada. Todo se complicó en mi vida y ¿para qué? Para que Inés ya no diera ni una señal y yo me haya quedado sólo y viviendo una pesadilla al saber que besé a Alaska cuando no tenía una pulsera.

Debí de haberle dicho que rompí el acuerdo desde que la bese pero no tuve el valor de hacerlo luego de saber que se marcharía del país e iría en búsqueda de Logan; fui un estúpido egoísta que no pensé que yo mismo destruiría todo pero ahora ya no sé qué solución encontrar cuando ahora rompí la confianza, el sentimiento y el lazo que nos unía.

— ¿Ya sabe tu familia de esto?—pregunta aún asombrado por la noticia.

—Solo Skandar porque se dio cuenta. —Murmuro.

—Pierre, ¿por qué lo has ocultado?—suspiro.

—Mi familia ha tenido muchos problemas y no quería añadirle uno más fuerte. —Comente.

—Y ¿Alaska?—pregunta.

—No lo sabe y por eso la quise proteger porque si sabía, si pondría terca en querer quedarse a mí lado y no estoy dispuesto a verla morir como mi padre. —Él pareció comprenderlo.

— ¿Ya la están investigando?—asiento.

—Han encontrado pistas y evidencia que se ha vuelto más loca que antes pero no han dado con su paradero aún—le informo.

—Ay Dios, esto es malo. —Y le doy la razón.

Me paso la mano en el cabello y siento la boca seca, necesito ir por un café o algo que me calme el sabor amargo de todos los whisky que me he tomado últimamente. Supuestamente, yo debí de haber cuidado a Ezra en esta situación pero al final, él fue quién me está cuidando.

Apenas salgo de la biblioteca con un poco de ayuda de Ezra cuando Mason entra a la sala y me alcanza para poder hablarme y decirme aquello que lo tiene un poco extrañado.

—Señor, una joven está aquí y pregunta por la señorita Gardener. —Enarco la ceja.

— ¿Quién es?—le pregunto para saber el nombre.

—Su nombre es Jessie. —Abro los ojos admirado.

—Déjala pasar.

Antes de que le vea de la forma menos presentable posible, termino por decirle a Ezra si me puede preparar un café mientras me doy una ducha; así que solo me llevo unos minutos no tan largos en arreglar mi físico y poder tener algo más que alcohol en el estómago cuando me presento en la sala para saludar a Jessie.

—Buen día, señor Beckham—me saluda.

—Hola Jessie, ¿qué te trae por aquí?—empiezo a sentir la resaca con solo tener la luz del sol cerca de mis ojos.

—Quería saber cómo está la doctora—la veo extraño mientras Ezra llega con unos cafés.

—Mmm no te entiendo—ella me mira preocupada.

—La señorita Alaska me dejo una nota en la oficina diciendo que se sentía mal y no trabajaría por unos días pero no he tenido noticias de ella cuando siempre me da reportes de sus pacientes o por lo menos de su condición médica. —Ezra me da una mirada y yo se la devuelvo.

—Eh... Lamento decirte Jessie pero Alaska ya no vive conmigo hasta tres semanas ella se fue y no he tenido noticias de ella. —Esto no me gusta en nada. —Pero, además de no saber de ella, ¿no has visto algo sospechoso?

—Su maleta estaba en su oficina, su celular tirado en el suelo, pude encontrar cosas esparcidas por todos lados y lo más raro, tenía todos los documentos en su escritorio cuando suele guardarlos, había una taza de café a la mitad y la computadora del escritorio se encontraba encendida cuando llegue al día siguiente y vi la nota. —Me explico.

Algo de todo esto no me gustaba para nada, si Alaska se marcharía del país no pudo haber dejado todo hecho un desastre cuando es una persona muy ordenada con su trabajo; lo extraño de todo esto es la taza de café, el celular y la dichosa nota. Solo que quizás le haya pasado algo grave y no le quedará tiempo de arreglar todo.

Saco de mi celular de mi pantalón y marco el número de Miranda, es la persona más allegada a Alaska y quizás ella sabe dónde está su amiga o por lo menos se encuentre con ella.

—Hola Beckham, ¿qué sucede?

Su tono de voz es relajado que hasta me hace dudar al principio si en realidad ha llegado a ver a Alaska, porque ambas siendo muy amigas tuviera que saber ya que corte mi relación con su amiga y que a la vez, le hice daño, por lo cual no puede estarme hablando tranquila cuando espero sus gritos y maldiciones.

— ¿Alaska está contigo?—pregunto temeroso ya que sabrá que no he llegado a saber nada de ella.

— ¿No debería estar contigo?—hago una mueca.

—No... Hace semanas que ya no estamos juntos y no he sabido nada de ella. —Tomo aire para decirle lo siguiente. —Jessie me ha dicho que ha dejado una nota diciendo que no llegará unos días a la clínica porque está enferma. —Le cuento.

— ¿Qué tipo de nota ha dejado?—Miro a Jessie.

— ¿Traes la nota contigo?—Asiente.

Me pasa un papel que no está escrito a mano sino más bien está impreso y contiene una firma que se asemeja a la de Alaska pero me hace dudar en los movimientos que se ven entrecortados y se han repetido con tinta.

—Es impresa la nota—le digo.

—Alaska jamás imprime una nota, más bien, siempre la escribe. —Me comenta.

Empiezo a sentir una preocupación por todo mi cuerpo, hay cosas que logran no tener mucha coherencia para mí y siendo sincero, la firma me hace dudar más. Intentaría llamar a Inés pero el número ha sido desconectado o está fuera del área, por lo cual no puedo tener mucha información pero antes de hacerle otra pregunta a Miranda, recibo un mensaje.

Lo abro y pronto cuento una pequeña oración que me quita la respiración y no solo eso, mis sospechas terminan por ser reales.

— ¿Pierre?—Me habla Ezra.

—Ella la tiene. —Él enarca la ceja.

— ¿Quién tiene a quién?—Dice dudoso.

—Inés tiene a Alaska... —Le muestro el mensaje.

—Oh mierda... —Los dos nos miramos.

Corro hasta mi auto junto con Ezra y Jessie detrás de mí, hago que suban al vehículo y pronto manejo rápido hasta la estación de policía en donde pregunto por el detective Parker, apenas él aparece cuando me encuentra asustado y no tardó mucho en mostrarle mi celular.

—Estoy seguro que Inés la secuestro—le digo.

— ¿Está seguro de ello?—Asiento. —El teléfono está apagado. Quizás podemos contactar desde donde fue enviado el mensaje. Esperemos que esto no sea una mentira o trampa de la señorita Lancaster. —Eso esperaba también.

Esto es peor de lo que imagine, Inés no cumplió con su parte de su trato, termino por secuestrar a Alaska y ahora no sé cómo se encontrará ella... temo demasiado por su vida que me voy a sentir culpable el resto de mis días si le ha hecho daño, aunque el mensaje no haya sido escrito por Inés me pregunto quién habrá sido porque aun así el remitente tampoco suele ser Alaska, es como si fuera alguien que sabe de esto o está con Alaska...

"NECESITA DE TU AYUDA, ELLA ESTÁ EN PELIGRO Y SI NO LA ENCUENTRAS PRONTO MORIRÁ. APRESURATE, QUE SU TIEMPO SE AGOTA"

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Continuará...

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