Capítulo 41 🔞

"También es mi primera vez, siente como tiemblo, ya ves tuve sexo mil veces pero nunca hice el amor"

Ricardo Arjona

***

Seguimos observando las casas y los locales de Puerto Viejo, realmente todo es colorido y lleno de vida que además de encontrar mucha comercialización también las personas son alegres a punto de tomar algunas personas de la calle y hacerlas bailar al compás de la música tradicional, el día ha sido muy bonito y más estar al lado de Pierre quien ha mantenido su total atención en mí, por un lado debería verlo de una forma más superficial todo, pero me ha parecido demasiado reconfortable para darle otro punto de vista, de todas formas, me agrada saber que entre nosotros no hay por el momento alguna incomodidad o el malestar de alguna discusión, simplemente todo está yendo mejor de lo esperado.

—En la noche iremos a un club nocturno, mis hermanos desean disfrutar la última noche en Marsella de una forma más diferente de lo usual. —Reí al ver su expresión aburrida.

—No es tan malo, deberías ver el lado positivo de las cosas. —Le comento alegre.

—Y ¿cuál ese lado bueno?—pregunta interesado.

—Ir a bailar, tomar un par de cervezas y verme en vestido. —Le guiño el ojo y ahora si he encontrado una forma de motivarlo.

—Eres una niña traviesa y sabes lo que le suceden a las niñas traviesas. —Sonríe con picardía.

—Son castigadas. —No tardo en decir cuando él le ha gustado lo que he mencionado.

Admiramos el atardecer mientras que varios barcos pesqueros regresan a sus respectivos muelles para bajar la embarcación que han obtenido en el día, puedo decir que es bonito ver a través del segundo piso de una cafetería toda la vista completa que presenta Puerto Viejo, ya que agregar que no solo el sol refleja varias de las casas resplandeciendo sus colores vivos, sino que también admirar todos aquellos pequeños barcos de pesca, veleros y yates que se encuentran a un lado de la calle.

—Puedo hacerte una pregunta personal—veo como toma un sorbo de café para luego dejar la taza en la mesa.

—A ver... ¿De qué se trata?—pone su mano en su barbilla sosteniéndose de la mesa por medio de su codo.

—Te criaste en Marsella, ¿verdad?—Asintió. —Y por las estructuras pequeñas de las casas, ¿es la razón por la que te gustaría que tu casa fuera pequeña? Así como la que antes vivías. —Se quedó pensando por un momento.

—Sí, realmente es la razón. Me crie en una pequeña casa de mis abuelos y la verdad siento que tener una casa enorme puede hacerme sentir sólo. En cambio una pequeña, me provoca una sensación cálida y protegida. —Respondió.

—Y ¿por qué el penthouse es grande?—seguí preguntándole.

—Quizás porque pensé que salir algún momento de mi zona de confort podía lograr acostumbrarme a otro ambiente pero en efecto, sigo sin cambiar de opinión aunque tenerte bajo el mismo techo ha logrado que también pueda convivir en uno de esos lugares así. —Encoge los hombros.

Su pensamiento ha sido muy realista, después de todo, también no me gusta las casas grandes y amplias, por el mismo hecho que uno puede llegar a sentirse sólo si no hay alguien más conviviendo en el mismo lugar, mayormente pienso igual porque me crie en una pequeña casa de granja humilde, en donde lo único grande y amplio son los terrenos de mis padres en donde cultivan su vegetación, pero de ahí creo que comparto la opinión de Pierre.

(...)

No puedo dejar de pensar que esta es la última noche de luna llena, como también la última noche en que permaneceremos en Francia, el día de mañana todo vuelve a ser como antes, tanto que me abruma y me asusta tener que entrar en esa realidad sobre que el plan sigue de pie y todos estos recuerdos que obtuve en los cuatro días en Marsella terminen por olvidarse y darle una menor importancia a lo que estuve viviendo, quisiera decir que las cosas llegaron a ser diferentes en algún momento pero en sí, hay cosas que siguieron normal.

Me pongo una gargantilla en mi cuello luego de haberme rociado perfume por todo mi pecho, cuello y detrás de mis orejas, la verdad el olor a coco con chocolate es delicioso, tanto que me encanta y soy incapaz de no seguir oliendo el tapón del bote de perfume. Sigo sin poder creer como aquel vestido que opte por traerme, haya sido de buena elección para esta ocasión, no solo por ser de fiesta, sino que también porque me gusta cómo me queda en mi cuerpo; ya que no solo me deja ver mis buenas piernas, lo digo también porque resalta las curvas de mi cuerpo y resalta mi piel. Lo que si no estoy segura es que el labial rojo que estoy usando sea apropiado, no me quiero ver tampoco como una mujer que está buscando un hombre cuando es todo lo contrario porque tengo a Pierre, pero quizás todo este nerviosismo sea gracias a que no estoy muy involucrada en fiestas o clubes nocturnos, lo cual la sensación de miedo en no hacer lo correcto me paraliza.

La puerta se abre y puedo ver a Pierre quien luce un traje semi formal, su actitud de hombre malo me hace sonreír y desear poder seguirlo viendo mientras frunciendo el ceño se pone su reloj; cuando levanta la mirada se sorprende al encontrarme con uno de los vestidos que por primera vez elegí para mí y no fue Miranda quien me lo mostro, es aquí, en donde mi autoconfianza se eleva al saber que puedo tomar buenas decisiones por mi cuenta.

—Dios, te ves preciosa.

Se acerca a mí, toma mi mano y me da una vuelta logrando que pronto con posesión, me empuje hacia su cuerpo y pase su mano desde mi espalda hasta mi trasero.

—Ese vestido te queda perfecto, mon amour. —Sonrió.

— ¿No lo ves inapropiado?—Le enseño la abertura del vestido que se encuentra abierta por mi pierna derecha.

—Para mí no, entre más corto podré meter mi mano y acariciar tus muslos. —Trague hondo con su respuesta.

—Pierre... —Lo reprendí.

El sonido de unos toques de la puerta hicieron que nos separáramos para ver quién era la persona que estaba al otro lado, al ver que Pierre fue quien atendía y luego escuchaba la voz de Skandar logro que tomara mi cartera de mano para poder irnos pronto y no tener más atrasos. Pierre un poco molesto por la interrupción de su hermano menor en un momento íntimo entre ambos, hizo que pusiera los ojos en blanco y me hiciera caminar hasta su auto, en donde al pasar nos despedimos de su madre y su abuelo y le dejamos ver que llegaríamos tarde, para mi sorpresa fue que Skandar y Ruby se irían en otro vehículo del cual parecen haber alquilado mientras que Pierre y yo, nos fuimos en el suyo, aunque eso no solo fue lo único, sino que también ver que en los asientos de atrás se encuentra una pequeña maleta que me hizo dudar sobre para que es.

Le pedí explicaciones a Pierre pero él solo sonreía y se reía al ver mi cara de desconcierto, en ningún momento abrió su boca y me intento revelar sus planes, simplemente solo condujo y permaneció callado en todo el viaje hasta que llegamos a un club nocturno llamado Oliver Pub Marseille.

Ni siquiera nos tardamos en entrar cuando el ambiente de música electrónica provocaba que varios jóvenes se acercaran en grupo o en parejas a bailar mientras beben diferentes shots de la barra. Las luces neón y el olor a alcohol provocaba esa sensación de estar en un lugar prohibido para mí, lo digo de esta forma porque siempre he tenido cuidado tanto con los extraños que deseaban bailar conmigo como el alcohol que a veces me ofrecía Miranda para relajarme.

Pierre, Ruby, Skandar y yo, nos acercamos a la barra, el bartender nos atiende y veo como los hermanos piden diferentes bebidas y de como yo quedo como una ignorante de todas ellas al no saber a qué bebida se refieren, Pierre me ayuda a pedir una suave, lo cual termino obteniendo una margarita de fresa mientras que él bebe un cubalibre, Ruby un tequila sunrise y Skandar un Long Island Ice Tea.

Cada quien bebe su cóctel de una forma responsable, ya que al darme cuenta que los licores de ellos al ser más fuertes que los míos pueden provocar que rápido pierdan la consciencia y se embriaguen cuando menos lo esperen.

Minutos después Ruby me toma de la mano y me hace entrar en la pista de baile y mientras que bailamos y nos movemos entre varios géneros musicales, terminamos por reírnos al ver la poca coincidencia que la música tiene con nuestros pasos, me doy cuenta como Skandar ha dejado solo a Pierre por estar conversando con una chica morena. Así que me acerco a él para separarlo de la barra y así llevarlo a la pista de baile en donde al principio se niega en querer moverse hasta que yo termino por demostrarle unos pasos sensuales que sin dudarlo, pueden llegar a excitarlo.

Disfruto de la música, de la bebida y de la compañía hasta que Pierre gira mi cuerpo y logra besarme de una forma deseosa, puedo sentir como mis pies tiemblan con ese contacto a punto de inmovilizarme, el sabor de sus labios saben a ron con coca—cola, en otra persona me hubiera llegado a saber desagradable pero en Pierre ha sido diferente, haciendo que alterara más el beso por uno apasionado que ya estaba dejándome sin aire.

—Será mejor que nos vayamos. —Me saca de la pista de baile.

—Pero... Acabamos de llegar. —Eleva una ceja.

—Sí, hace tres horas y media cuando estabas muy entretenida bailándome y no te diste cuenta que el tiempo pasó rápido. —Arqueo la ceja.

— ¿Qué pasará con Ruby y Skandar?—Pierre busco a sus hermanos.

Ambos nos dimos cuenta como Skandar ya ha sacado a bailar a la morena y de cómo los dos parecen disfrutar del baile y de la música, mientras tanto Ruby, parece entretenida hablando con un rubio que no deja de coquetearle y a ella parece darle gracia algunos de sus gestos.

—Son adultos, podrán cuidarse. Además saben que nos iremos pronto. —Me quedo con la boca abierta.

— ¿Cómo que ellos saben pero yo no?—le pregunto.

—Es una sorpresa. —Me guiña el ojo.

Salidos del club nocturno y buscamos su auto hasta que llegamos hasta él y Pierre me da un abrigo para mantener mi cuerpo refugiado del frío, aquella sorpresa me ha comenzado a dejar desconcertada que no sé si insistir que me diga la verdad o permanecer callada hasta poder verla, pero mediante él conduce de noche por las calles de Marsella, solo me preocupo de una cosa, la cual es sobre cómo fuimos capaces de dejar así a sus hermanos. Realmente de Pierre me puedo esperar cualquier cosa y más, de sus extrañas y repentinas sorpresas.

(...)

una hora después veo como él atraviesa la entrada de un hotel lujosos, ni siquiera puedo decir que estoy ebria para crear ante mis ojos una ilusión de ver el hotel InterContinental Marseille, porque desde afuera parece un castillo y el ambiente suele casi centrarse como si se estuviera entrando al Palacio de Buckingham; es impresionante ver como Marsella tiene varios edificios, locales y casas de hermosas estructuras que para variar es como si fueran únicas, no debería sorprenderme con lo último que he llegado a ver en los días que he estado aquí pero es posible que aún me falta conocer mucho para poder seguirme impresionando.

Salimos del auto y Pierre toma mi mano para dirigirnos dentro del hotel, varias personas pasan a nuestros alrededores a punto de disfrutar de una velada en alguna parte de la ciudad mientras que otros ya suelen llegar para posiblemente descansar. De nuevo mis ojos, empiezan a ver todo el parámetro del hotel, de arriba hacia abajo y de derecha a izquierda, la elegancia y tranquilidad que proporciona el ambiente suele dejar al cliente en un estado de serenidad, quizás no solo sea por la música suave o por el buen servicio que ofrece la estancia del hotel, sino más bien creo que es la confianza que da el lugar.

Pierre habla con la recepcionista y veo como ella con una sonrisa le entrega unas llaves, así que tomando el pequeño equipaje que hemos traído, pronto nos movemos hasta el ascensor en donde solo se mueve unos pisos cuando la puerta se abre y Pierre me toma de la mano para guiarme hasta nuestra habitación, no creo que haya sido necesario tener que haber pagado por solo una noche el hotel cuando el día de mañana tenemos que estar antes de las dos de la tarde de nuevo en San Juan del Sur, pero más bien, supongo que si Pierre ha hecho esto es porque quiere que estemos solos y no conviviendo esta noche bajo el mismo techo que su familia.

Nos detenemos en frente de la puerta de la habitación e inserta la llave en la cerradura del pomo, la hace girar y pronto al abrir la puerta, me hace una señal para que sea yo quien entre primero, así que dando pasos cortos como si estuviera entrando a un terreno peligroso, me quedo a un lado mirando no solo la sala que hay en la habitación sino que también la medida de lo grande que es.

Escucho el sonido del tapón de una botella al abrirse cuando veo que Pierre trae en sus manos dos copas llenas de champán, enarco la ceja y lo veo a los ojos mientras que él me entrega una y con una sonrisa en su rostro, acaricia mi mejilla.

— ¿A qué estamos brindando?—le pregunto al ver como la bebida burbujea.

—Por ti y por mí. —Susurra.

Elevo una ceja sin comprender mucho lo que me esta tratando de decir, pero cuando choca suavemente su copa con la mía, se acerca más a mi cuerpo y su boca queda rozando mi oído.

—Por la magnífica noche que compartiremos ambos.

Mi piel se eriza y cuando se separa, me quedo con la boca entreabierta sin poder decir alguna palabra, apenas logro visualizar que él tiene un plan y parece que está yendo muy bien para que esté risueño; su boca va hasta copa y toma un poco de champán, así que le sigo el juego y puedo sentir como el sabor y lo helado de la bebida, me despiertan un poco más de la realidad.

Busco un reloj y veo que son las 10:20 pm, me decepciona saber que solo faltan horas para que ambos dejemos de vernos como una pareja para actuar como dos personas que siguen engañando a otras en esta relación, quisiera que en este momento el tiempo me diera más oportunidades como esta, pero es poco probable que las suele experimentar de nuevo cuando los meses siguen caminando y no veo una iniciativa de Pierre en ver que ya no quiera continuar con el plan para en serio tomarnos esta relación como algo real, no debería dolerme cuando a veces pienso que esto es lo mejor porque pueda ser que las cosas no funcionen y pueda estar a mi lado solo por compasión y compromiso y no por amor. En pocas palabras tampoco puedo exigirle mucho en estas ocasiones que tenemos la luna llena porque sé que él está tratando de hacer lo mejor para no defraudarme y conseguir problemas. Todo es tan complicado que no creo que haya una solución al final de esta historia, porque en fin, el lazo que tenemos se romperá y todos los sucesos que vivieron nuestros antepasados quedaran en el olvido.

— ¿Qué piensas?—su voz me saca de mis pensamientos.

—Solo en creer que esto ya lo tenías planeado. —Menciono evitando decir la verdad.

—No del todo, ha sido de contratiempo. —Encoge los hombros.

—Era de imaginar. —Ambos reímos.

Pierre toma mi mano y primero empieza a dejar un beso en el dorso de mi mano, seguido de ello uno en la palma hasta que la refugia en su mejilla, aquella pequeña muestra cariñosa me hace verlo fijamente a los ojos y me pregunto sobre si luego de terminar todo esto entre nosotros, olvidaré o recordaré cuando él se presentaba sensible o vulnerable ante mí o de las veces en que reímos por tonterías y peleamos por problemas o secretos que a veces son una tortura tener que descubrirlos con el tiempo.

Pierre acerca su rostro y le doy paso para que pueda besarme, sus labios están fríos y tienen ese incomparable sabor a menta solo que hoy con un poco de champán, mi cuerpo se refugia entre sus brazos y puedo sentir como ya no el abrigo o el champán calientan mi cuerpo sino más bien, ahora es Pierre quien lo hace. Sus labios chocan cada vez más con los míos profundizando un beso suave y paciente que logra hacerme gemir, sus manos van hasta las cintas del abrigo y jala de ellas hasta dejar ver de nuevo mi vestido plata, Pierre se separa y vuelve a verme con esa fiera mirada que hace temblar mi cuerpo, sonríe y mientras que toma mi copa y la suya para dejarlas en una mesa, lo observo atentamente hasta que sus manos se deslizan en el abrigo hacia atrás hasta dejarlo caer en el suelo, me toma de la cintura y me da un pequeño empujón en donde termino por chocar con su cuerpo.

—Hoy no bailamos nuestra canción. —Enarco la ceja.

— ¿Nuestra canción?—no sabía que teníamos una, pienso y digo para mí misma.

—Sí, pero como me la sé te la puedo cantar al oído. —Siento que no puedo respirar al escuchar como empieza a cantarla.

Si hubiera llegado a saber que Pierre me cantaría All Of Me de John Legend en este momento, quizás mi cara fuera otra en vez de la impresionada que tengo, en ese momento en que su rostro choca con el mío y toma una de mis manos para que la otra quede en mi cintura, siento como nuestros cuerpos se mueven a través del propio sonido de la melodía de su voz; de nuevo esa sensación de dolor, esperanza y amor provoca que mi corazón empiece a latir rápido con solo escuchar la letra de la canción.

Aquellos minutos y segundos que pasamos bailando no solo a través de su voz sino que también en silencio fueron eternos, como si el mundo y el tiempo se detuviera para que llegáramos a disfrutar más de nuestra cercanía, no sé en qué momento ya estaba abrazada a su cuerpo y de como él dejaba varios besos en mi sien o encima de mi cabello.

Nos llegamos a separar y no dije ni una palabra cuando caminamos entre unos cortos pasillos hasta ver como entrabamos en la habitación en donde estaba la cama, a través de la ventana pude ver la luna y unas estrellas iluminar la noche; me sentía nerviosa, no entendía porque, solo sé que mi cuerpo respondía ahora mismo de otra forma como si estuviera a punto de perder de nuevo mi virginidad, el miedo se propició en mi mente y ese instinto de que algo nuevo sucedería me dejaba con cierto desconcierto y duda que no sabía cómo reaccionar o qué hacer para no sentirme de esa forma.

Los labios de Pierre empezaron a rozar mis hombros y mi espalda, cerré los ojos y dejé que prosiguiera mientras que sus manos se movían entre mis caderas, mi respiración comenzaba a agitarse y mis piernas ya no soportaban seguir en pie. Me di la vuelta y puse mis manos detrás de mi espalda para buscar el cierre de mi vestido, el cual al encontrarlo, lo fui bajando hasta sentir como se despegaba de mi cuerpo y pronto caía al suelo.

Dejé que Pierre me observara por unos segundos hasta que me acerque a él y le quite su blazer negro y desabotonaba su camisa blanca, se la quite y le di un empujón en donde cayó sentado en la cama de sábanas blancas, me puse encima de él y empecé a besarlo. Mis manos pasaron tocando desde su rostro hasta su abdomen que no me controle en dejar unas mordidas en su labio; una de sus manos empezó a tocar mi trasero mientras que la otra subió para tocar y pellizcar mis pezones los cuales se endurecieron rápido entre sus dedos. Sin esperarlo arranco mi tanga y empezó a tocar por fuera mi feminidad provocando que me excitara, uno de sus dedos vago dentro de mis labios vaginales a punto de darse cuenta que estaba mojada, toco mi clítoris y lo empezó a masturbar dejando que gimiera entre sus labios hasta que un grito salía cuando me penetro con uno de sus dedos.

—Que cálida, mon amour.

Sonreía cada vez que su dedo deslizaba de adentro hacia afuera en mí, mordí mi labio y sin imaginarlo, empecé a moverme encima de su dedo en donde ya no solo era uno sino que dos los que me estaban penetrando, no podía dejar de gemir y sentir como el orgasmo estaba punto de llegar.

—Pierre... —Me sostuve de sus hombros.

—Córrete. —Mordió mi pezón logrando que ese fuera el punto culminante de mi orgasmo.

Me dejé de mover y saco su mano de mi vagina para luego hacerme levantar pero sin antes quitarle los zapatos de tacón y dejarme en la cama. No llego a quitarse el resto de la ropa, solo termino por abrir mis piernas y dejar un lamida por encima de mis labios vaginales, mi espalda se arqueo con esa sensación de su lengua húmeda en mí que pronto no tardo en empezar a hacerme sexo oral.

Cerré los ojos fuerte y lo agarre del cabello, logrando despeinarlo hasta que dejé salir un grito cuando mordió mi clítoris y empezó a entrar su lengua en mí. Estaba a punto de correrme pero se quitó de encima y antes que se alejara, lo tome de la hebilla de su cinturón y empecé a quitárselo hasta bajar sus pantalones y su bóxer, sin imaginar lo que estaría a punto de hacer, termino por agarrar su pene entre mis manos y comencé a moverme de adelante hacia atrás provocando que él se excitara y lograra sostenerse de mis hombros sin hacerme daño, mordí mi labio y pronto metí su miembro en mi boca escuchando como gemía y empezaba a penetrar mi boca.

Mi lengua se movió encima de su glande y lo rodeé hasta volverme a meterlo, podía sentir como Pierre empezaba a temblar y de cómo el líquido preseminal empezaba a salir cada vez más, me agarro del cabello y pude sentir como empezó a querer entrarlo más a mi boca hasta dar con cortas y duras arremetidas que le provocaron el orgasmo mientras que gemía y gritaba mi nombre cuando se vino en mi boca y tuve que tragármelo.

—Demonios... —Maldijo cuando deslice mis labios de nuevo entre su pene.

Una sonrisa satisfecha salió de mis labios hasta que se puso encima de mí cuando me acosté en la cama, me beso y con sus manos empezó a propiciarme caricias que relajaron mi cuerpo. Puse mis piernas alrededor de sus caderas pero él no me penetro, en vez de eso, se detuvo a seguir besándome y pronto a propiciarle atención a mis dos pechos hasta dejarlos rosas.

—Pierre, por favor. —Le suplique.

—No cielo, esto no será rápido, me tomaré el tiempo para besarte, tocarte, adorarte y hacerte mía. —Gemí al imaginarme cómo lo haría.

Sus labios empezaron a besar cada parte de mi cuerpo, así como sus manos tocaron todos aquellos lugares en donde no sabía que era sensible o tenía cosquillas, me removí entre las sábanas cuando beso mi vientre y paso por la cara interna de mis piernas hasta bajar por mis muslos. Le suplique varias veces pero él siguió cumpliendo con su palabra hasta darme la vuelta y también besar mi espalda y mi cuello. Apenas pude alzar mi trasero y sentir como este chocaba con su masculinidad que ya estaba dura y grande, provocando que dejara ir un gemido pero no intentara nada.

Me dio la vuelta y esta vez, acaricio mi rostro, apago las luces de las lámparas de la mesita de noche y solo estuvimos refugiados por el esplendor de la luz de la luna que atravesaba por la ventana.

Me beso de una forma más paciente y serena, tomándose su tiempo robándose mis gemidos y yo sus sonrisas, agarro mi rostro con una de sus manos y rozo tiernamente su nariz con la mía.

—No habrá nadie igual que tú, Alaska. —Musito encima de mis labios.

— ¿Por qué lo dices? Hay mujeres más hermosas que yo. —Mencione antes que dejara un corto beso en mis labios.

—No Alaska, tú eres la más hermosa. —Sentí como intentaba relajar su respiración. —Porque tú eres la única que sería capaz de sacar ese lado que mantuve escondido por mucho tiempo. —Beso mi cuello.

— ¿Cuál es ese lado?—puse mis manos en su espalda.

—Te lo mostraré porque a partir de hoy, solo será tuyo.

Pronto, volvió a besar mis labios hasta que tomo mi pierna para ponerla en su cadera, y hundirse lentamente en mí, dejando que jadeara y mis uñas entraran en la piel de su espalda. Se movió lento, tan lento que pude haber llegado al orgasmo si no se hubiera detenido y dejado un momento su pene en mi interior, mi respiración se entrecorto y me acerque más a él hasta abrazarlo.

—Que la luna sea testigo de mis palabras y mis acciones. —Murmuró.

Trague hondo y sentí como todo progreso de un forma lenta, segura y cómoda y siempre de la mano de esa pasión, encanto y atrevimiento que tiene Pierre con su carácter. En ningún momento dejó de susurrarme cosas en el oído, en ningún momento se llegó a separar de mí y en ningún momento se retractó el mismo en demostrarme ese lado romántico que desprendía su boca, sus ojos y su corazón, simplemente él estaba ahí, adorándome como si fuera la última vez que estuviéramos juntos, demostrándome aquel lado inseguro que siempre me dejo ver y retrocedía para no mostrarlo cuando teníamos intimidad, ahora, parecía que todo salía de sí mismo y ya no le avergonzaba seguirlo ocultarlo. Solo se dejó llevar, con cada sonido, con cada caricia y con cada beso que nos propiciábamos sin extasiarnos.

Podía ver como sus ojos se dilataron, de sus mejillas rosas como si acabara de correr y de sus rojos labios que se mantenían entre abiertos hasta volver a chocar con los míos, aquel momento no hubo necesidad de acabar rápido, de apresurarnos y creer que esto solo era un simple sexo sin demostrar los sentimientos, ahora podía entender todo, la diferencia entre hacer el sexo y hacer el amor, ambos pueden ser iguales pero lo cambia es que en hacer el amor, la otra persona se preocupa por tu bienestar, no solo en su placer, te contempla como si fueras su mayor tesoro y te deja ver el lado más profundo y sensible de su corazón.

Mis piernas empiezan a temblar y mi respiración de nuevo se entrecorta con la aproximación del orgasmo, paso mi manos en el cabello de Pierre y lo dejo en su mejilla, él me mira a los ojos y deja una mano en mi cintura mientras sigue balanceando su cadera para penetrarme, dejo ir un jadeo cuando siento que estoy a punto de llegar pero intento aguantar un poco más para permitirme disfrutar del momento.

—Pierre... —Gimo su nombre a lo cual sonríe.

—Oh mierda. —Me besa y dice unas palabras antes de terminar. —Je t'aime de tout mon cœur1.

Meto mis uñas nuevamente en su espalda y dejo ir un grito en el momento en que siento como mi orgasmo llega junto con el de Pierre, me abraza y puedo sentir como se refugia en mí, temblando. Nos quedamos así un momento hasta que se mueve y se pone a mi lado, logrando que me dé la vuelta para verlo y pronto toma mi mano hasta volver a atraerme en su cuerpo, deja un beso en mi frente y ahueco mi rostro en su cuello, logrando que sienta pronto el cansancio por encima.

— ¿Eso fue hacer el amor?—pregunto juguetona.

— ¿Por qué lo preguntas?—acaricia mis nudillos.

—Porque siento que a veces ya lo hemos hecho. —Susurro.

—No sé, la verdad es que es mi primera vez que hago el amor... —Elevo la ceja.

— ¿No lo hacías con tu ex novia?—lleva mi mano y empieza a besar todos los nudillos.

—No, en realidad, creo que jamás fue hacer el amor. Todo se volvió monótono cuando ese día ya había llegado. —Sentí ese tono triste de él. —Así que lo siento si no logre hacerlo bien, soy inexperto en esto. —Dijo tímido.

—Fue estupendo. —Dejé un beso en su mejilla. —Estoy cansada.

—Duerme entonces. —Su brazo, cubrió el mío haciendo que me acercará más a él.

—Una pregunta... —Dije bostezando.

—Dime. —Empecé a cerrar los ojos mientras que él reía al ver que ya no podía seguir despierta.

— ¿Qué fue lo que dijiste antes de llegar al orgasmo?—le pregunte.

Se tardó un buen tiempo en contestar, aunque no sé si fue así por lo poco que aún seguía despierta esperando su respuesta o porque ya estaba perdiendo la consciencia del sueño.

—Que ahora soy todo tuyo. —Dejé ir un gruñido.

—Eso ya lo sabía. —Volví a bostezar pero esta vez si quedándome dormida.

—Me alegro que ya lo sabes. Buenas noches, ángel.

No pensé que mi última noche en Marsella fuera así, tanto que no estoy nada arrepentida de haber venido aquí con Pierre, tuve mis buenos y malos momentos pero creo que esté ha sido el más especial de todos. Intento permanecer unos segundos más despierta pero no lo logro al sentir los ojos pesados y más con un beso de Pierre que me deja en mi sien.

— «Quiźas aún no sea momento que llegues a saber que es je t'aime de tout mon cœur. Pero sé que si puedo resolver todos mis problemas antes del tiempo, pueda ser que vuelva a decírtelo mi amor, pero ahora, en nuestro idioma».

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuará...

1Te amo con todo mi corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top