Capítulo 3
"Somos esclavos sólo si dejamos que el destino nos controle. Siempre hay una elección"
Julie Kagawa
***
Los últimos dos días consideré en cambiar de cafetería aunque se me fuese difícil tener que despegarme de Starbucks cuando ya estaba acostumbrada a sus deliciosos cafés, cappuccino, lattes y postres; el primer día estuve a punto de tomar el camino exacto en donde me llevaba cuando recordé el motivo importante por el cual no debo de pisar por ahora un pie en ese lugar, puedo recordar cómo me quedé a medio camino pensando en que hacer o a donde ir mientras imágenes aparecían en mi mente mostrando en todas las posibles sorpresas que Pierre se encontraría al no verme llegar, sin lugar a dudas, pronto llegará a tener la idea que es por su culpa por el cual haya tenido que cambiar de cafetería pero por otro lado, quizás tampoco le interese a él mi ausencia en Starbucks cuando tiene a la mirada a muchas chicas que coquetean con él hasta llamar su atención.
Sinceramente los cafés de mi casa y los de la cafetería que apenas llevo dos días visitándola no se comparan en nada a la calidez, suavidad y espuma de la bebida caliente de Starbucks, pero por ahora, debo de conformarme aunque sea con lo poco que tengo y he comenzado a reiniciar.
Me senté en mi cama mientras soplaba el chocolate con leche que me he preparado, es un buen momento para quedarme dentro de mi cama, leyendo algún libro mientras tomó de una de mis bebidas favoritas; posiciono una almohada detrás de mi espalda y empiezo a ver por la ventana la nieve caer, las noticias han pronosticado que esta semana el clima llegará a ser más frío de lo normal y para el fin de semana, podrá haber una nevada que cubrirá algunas partes del país, en donde espero que a nosotros no nos afecte; antes de poder acomodarme más a mi ambiente en casa, agarro mi laptop y registro si tengo algún que otro correo de mis pacientes.
Sé que mi hora laboral ha terminado pero constantemente en esta época suele suceder que varios de mis pacientes, terminan por pedirme algunas recomendaciones acerca de cómo no llegar a comer más de lo que ellos deben por su salud o que condimentos usar en su comida en las próximas fiestas para siempre mantenerse estables. Realmente es extraño tener que leer este tipo de correos electrónicos cuando a muchos no les importa ganar un par de kilos de más al comer demasiado en estas fechas y eso sin decir, que esté es el mejor mes para perder la vergüenza en no agarrar un plato de más.
Abro, registro, leo, escribo y envió varios correos que he comenzado a corresponder, la mayor parte de ellos tengo que leerlos un par de veces como si no me convenciera que es lo que me trata de explicar el paciente y es cuando tengo que usar mi lógica para poder entender mejor las cosas; el tiempo suele pasar muy rápido que es difícil tener que comprender que ya es momento que dejé mi trabajo para focalizarme en mí, así que cuando veo que ya no falta ningún correo por responder, decido en concentrarme en apagar la laptop para poder leer un rato.
Estoy a punto de cerrar Gmail en el momento en que aparece un nuevo mensaje de entrada; me sorprendo al saber que no es un mensaje en común como los demás y eso sin decir que tampoco se trata de un correo de un banco o de tarjeta de descuentos que a veces suelo recibir por casualidad, apenas puedo comprender que el mensaje es anónimo, lo cual me extraña porque últimamente no he tenido pacientes nuevos de los cuales me envíen correos de otras cuentas de correo electrónico, pero pronto en mi mente aparece la imagen de Ruby... Ella es la única paciente nueva que he llegado a tener en este mes y eso sin decir, que hace dos días que llego a mi clínica, mi secretaria fue la que debe de haberle brindado información de mí, sobre cómo poder contactarme en caso de tener dudas o querer cambiar de cita.
Así que sin más espera, abro el mensaje y empiezo a leerlo, pero apenas con haber leído en mi mente las primeras palabras del destinatario, de nuevo vuelvo a leer desde el comienzo para entender si no me he equivocado en pensar que alguien ha encontrado por casualidad mi correo y me ha enviado un mensaje molesto o es que realmente Ruby, se ha equivocado de receptor para él envió de dicho correo.
Me detengo un momento a evaluar todo el área del correo y pronto encuentro tres cosas que hacen que apruebe la idea que al final el mensaje no ha sido enviado por Ruby, sino que por otro sujeto que me sorprende haber llegado a descubrir mi propio correo electrónico; sin lugar a dudas a Pierre se le ha hecho costumbre buscarme de alguna u otra forma y eso sin decir, que su mensaje ha provocado que se me erice la piel al pensar que él ha sido quien lo ha escrito sin pudor alguno.
Me muerdo el labio inferior por nerviosismo y de nuevo releo el mensaje, luego el asunto y por último el correo electrónico sobre quien ha sido enviado. No tengo dudas que ha sido el tonto de Pierre Beckham quien ha empezado a querer molestarlo, aunque por un lado mi interior ha empezado a gritar de alegría porque ha tratado de comunicarse conmigo después de no vernos dos días, la parte racional de mi mente me dice que esto es incorrecto y que lo primero y último que debo de hacer ahora mismo es borrar ese correo para hacerme la idea que no ha sucedido nada.
De: Anónimo
Fecha: 06 de diciembre de 2018 19:25 pm
Para: Srita. Alaska Gardener
Asunto: Calor
Buenas noches Srita. Gardener, es un gusto poder escribirle a estas horas de la noche cuando no puedo dejar de pensar en usted y en la lencería que estuvo a punto de probarse si su amiga no hubiera llegado, déjeme decirle de nuevo que dentro de ella se podría llegar a ver estupendamente caliente; la última vez me dejó en espera de mi invitación y espero que en la siguiente vez, no sea así.
Su admirador secreto
Se me hace un nudo en el estómago al pensar en las cosas indecentes que pueden estar vagando ahora mismo en la mente de Pierre cuando él solo se imagina a mí con aquella lencería corta que por supuesto a cualquier mujer le moldearía bien las caderas y piernas y eso sin decir que con un busto grande, se marcaría mejor la prenda. Pero en realidad, si yo apenas me puedo imaginar cómo entraría dentro de aquella ropa, no quiero ni pensar en algo más allá que pueda enloquecer a un hombre.
Pienso ignorar el mensaje para concentrarme en mi lectura diaria cuando aparece un nuevo correo dejándome con el corazón latiendo y con un inmenso nerviosismo que provoca que mis manos no se queden quietas y hagan que mis dedos vayan al mouse de la laptop y pronto abra el mensaje, haciendo que de nuevo repita la acción de leer, releer y quedarme atónita hasta tener que darme aire con la mano.
De: Anónimo
Fecha: 06 de diciembre de 2018 19:32 pm
Para: Srita. Alaska Gardener
Asunto: En espera
Sigo esperando una respuesta de su parte Srita. Gardener.
Molesta por su atrevimiento al volverme a insistir esa cena que por una parte deseo y por otra no, empiezo a dirigir mis ojos hacia un lado de la pantalla de la laptop para buscar la opción de responder, en donde pronto al ver puedo cambiar el asunto del mensaje, no tardó en hacerlo, como también, observar como mis dedos se mueven a un ritmo acelerado, mientras mi mente empieza a redactar todas aquellas palabras que salen por si solas y solo provoca que este presionando cada tecla del teclado hasta detenerme, y empezar a leer el mensaje para verificar si no me he confundido en alguna palabra o he llegado a escribir mal el mensaje.
De: Alaska Gardener
Fecha: 06 de diciembre de 2018 19:40 pm
Para: Anónimo
Asunto: ¡Mi respuesta es NO!
Buenas noches Sr. Beckham, al haber leído con anterioridad sus últimos dos mensajes y al saber cuál es la invitación que usted desea que acepte, déjeme decirle que no he cambiado mi opinión acerca de la respuesta que le mencione hace dos días, así que le pido de favor que deje de imaginarse cosas indecorosas sobre la lencería y en mí porque le quiero dejar en claro que no era para mí, sino para mi amiga quien se encontraba buscando ropa necesaria para ella.
Espero poder haber aclarado sus dudas.
Buenas noches.
Alaska Gardener
Dispuesta a creer que ya leyó mi mensaje y me dejara al final en paz, decido cortar esa comunicación cuando un nuevo mensaje llega a mi bandeja, haciendo que me altere al ver de quién exactamente se trata; tengo que acariciarme las sienes para no perder el control y tener que maldecir en voz alta cuando aún es tiempo que mandé a Pierre y sus mensajes calientes a la bandeja de basura; pero como siempre de débil, en vez de ignorar aquel mensaje que parece hablarme y decirme que lo lea, al final, termino abriéndolo hasta empezar a leer de nuevo aquellas palabras que de nuevo hacen que se me suba el rubor por las mejillas.
De: Pierre Beckham
Fecha: 06 de diciembre de 2018 19:54 pm
Para: Alaska Gardener
Asunto: Cita a ciegas
Le propongo una mejor opción, ¿qué le parece si mañana la llegó a buscar en la noche y la llevó a mi apartamento? El ambiente sería un poco más relajante y sin que nadie nos esté observando, ya que veo que desiste en que nos veamos en lugares públicos, supongo que ese debe ser el problema. Así que, ¿acepta?
Un candidato en espera de su respuesta, Pierre Beckham
¿Ir a su apartamento? ¡Está loco! Debería de recomendarlo con un psicólogo para que lo evalué bien si está bien de la cabeza porque a quién se le ocurre llevar a una chica desconocida a su apartamento solo por creer que existe una fobia social; hubiera no querido pensar en aquellas sonrisas y labios carnosos si no fuera porque el mensaje me lleva a otro parámetro que no sea una cita normal como pareja, sino que a una cita que nos llevara a tener sexo.
Pierre puede tener ese don de enloquecer y alborotar mis hormonas, pero está claro que debo de luchar contra ellas para no pretender caer en su trampa como una presa fácil al ser devorada pronto por su depredador.
De: Alaska Gardener
Fecha: 06 de diciembre de 2018 19:59 pm
Para: Pierre Beckham
Asunto: Cita a ciegas
Lo lamento Sr. Beckham pero si usted desea que yo termine por enredarme en sus sábanas, mi respuesta también va al mismo el camino, el cual es un rotundo no. Así que prefiero que se busque a otra mujer que esté más cerca de besar sus pies, si eso desea, porque conmigo, no cuente. Solo quiero que tomé en cuenta que soy la doctora de su hermana y el único lazo que podemos tener es, paciente y médico. Espero que pueda entenderlo.
Alaska Gardener
—Alaska...
Dejo ir un grito de susto y por mecanismo, empuje la pantalla de la laptop hacia debajo de una forma dura y rápida, haciendo que escuchara el golpe y casi me diera un ataque al ver lo grosera que fui con mi propia máquina.
— ¿Qué?—dije asustada.
— ¿Qué te sucede?—preguntó extrañada Cristal.
—Nada... Solo, no te escuché entrar y me tomaste de sorpresa. —Demonios, ¿cómo entró a mi habitación si recuerdo haberle puesto llave?— ¿Necesitas algo?—dije calmándome.
—No, solo quería avisarte que acabo de llegar ya que no me escuchaste cuando te grite y no recibí respuesta tuya—suspiré.
—Que raro, no te escuché entrar. —Hice una mueca.
—Bueno, acabo de ver que estabas muy sumergida en tu laptop, tanto que estas sonrojada y nerviosa—me quedo boquiabierta y sin palabras al escuchar eso.
Bien, además de haber actuado como una loca nerviosa en el momento en que Cristal entro, ahora de nuevo me delato al ponerme sonrojada; esto es demasiado para mí y también al tener que recordar cada una de las palabras de Pierre con esos correos indecorosos de los cuales no me los esperaba esta noche.
—Espero que no estés viendo vídeos de hombres semidesnudos—abrí mi boca admirada de su respuesta.
— ¿Qué estás pretendiendo decirme?—intenté morderme la lengua pero ya era demasiado tarde.
—Que ya estás pervirtiendo tu mente—achiné los ojos.
Inhala... Exhala... Inhala... Exhala. No te enojes por simples cuestiones que ella no comprenderá y más si se trata de correos que no debía de haber recibido que han sido los culpables que mi propio rostro me delate, como también, de la mente mal pensada que tiene Cristal al pensar que veo a hombres semidesnudos como si no tuviera algo más proactivo que hacer en mi día.
Tomo un poco de aire más para luego tomar la taza de chocolate y beber de éste un poco para poder relajar esa tensión que las últimas dos personas con las que he hablado han provocado que mi noche desestresante comience a ser mala.
Antes de poder responder a lo que ella dijo, escuchó como mi celular interrumpe el momento haciendo que grite mentalmente al señor de los cielos, dándole gracias por provocar que haya una distracción en mi camino. Agarro mi celular y observó que es mi madre quien esta llamándome así que mirando la hora que aquí siendo las 10:17 pm, y allá en Texas, Estados Unidos deben ser las 4:17 am... Me hace extraño que mi mamá me esté llamando a una hora muy temprana, así que no tardo más en hacer los cálculos de los horarios diferentes en mi cabeza y decido mejor en contestarle; en donde al parecer Cristal, eleva su ceja al darse cuenta que alguien me está llamando muy tarde cuando es poco inusual que me suceda y menos un jueves por la noche en donde ni siquiera Miranda sería capaz de hacer una llamada.
— ¿Mamá? ¿Pasa algo con papá? ¿Está bien? ¿Estás bien tú?—muchas preguntas llegan a mi cabeza al pensar que mi padre pudo haber caído de nuevo enfermo, o que ella le haya sucedido algo y por eso, me esté llamando.
—Hija, cálmate. No sucede nada, ni con tu padre ni conmigo. Solo llamaba para escucharte, ya que hace tiempo que no hablamos. —Dejo salir el aire que he retenido de mis pulmones al escuchar la voz dulce y tranquila de mi madre al decirme que no hay malas noticias.
No es de preocuparme que hace ocho meses atrás ella me llamó casi a la misma hora mencionándome que mi padre había tenido un accidente de nuevo por la enfermedad de insuficiencia renal en donde lo tuvieron que trasladar al hospital al tener dolores de pecho al no poder respirar suficientemente por la falta de aire que se había retenido en sus pulmones, en donde al final, tuvieron que ponerle una mascarilla de oxígeno durante horas para que pudiera respirar con normalidad.
Es difícil tener que estar lejos de casa y de mis padres, duele saber que no puedo estar con ellos físicamente, en donde nuestro único contacto es por medio telefónico en donde hasta se nos complica porque no podemos coincidir en las mismas horas para poder hablar con facilidad; desde que me he mudado a Reino Unido, ha sido doloroso tener que imaginarme a mis padres cuidarse solos y más asegurándome que tampoco les falte nada con el dinero que les mando y más para los tratamientos de mi padre que a veces suelen ser costosos, ya que después que le diagnosticaron la insuficiencia renal aguda, se ha tratado que la enfermedad no avance y llegue a ser crónica; la preocupación que sea aguda es que mi padre siempre debe pasar hospitalizado con cada síntoma fatal que pueda sentir, y aunque esto debe de ser tratado de forma intensiva, aun no se ha podido controlar en el cuerpo de él, ya que por lo menos al ser una insuficiencia renal aguda, puede llegar a ser reversible; pero al ser una persona ya con edad avanzada, no es nada fácil.
—Me preocupaste, mamá. —Me puse una mano en el pecho para relajar mi corazón.
—No era mi intensión, hija. ¿Cómo estás?—le di una mirada a Cristal para informarle que es una conversación privada, así que ella solo se dio la vuelta y se marchó de mi habitación.
—Bien, cansada con todo el trabajo de la semana, pero pronto llegará el añorado fin de semana—dije con ilusiones de dormir por el clima.
—Eso se escucha bien, Ali—asentí para mí.
— ¿Cómo está papá y tú?—pregunté por ambos.
—Tu padre, muy bien. Los tratamientos van mejor de lo que esperábamos, gracias a ti, hija—sentí un hueco en mi corazón al escuchar eso.
—No es nada, mamá. Sabes que yo nada más quiero lo mejor para ustedes, así como ustedes me lo dieron a mí. —le volví a mencionar la misma frase.
—Oh hija, en serio... Estoy muy orgullosa de ti. —Casi puedo imaginar que la voz se le empieza a entrecortar.
—Gracias, y cuéntame, ¿cómo estás tú?—intenté evadir más el tema para no hacerla llorar.
—Muy bien, ayer me reuní con unas antiguas amigas y la pasamos muy bien juntas, recordando buenos momentos. —Sonreí al escucharla feliz. —Pero sabes, ayer recordé algo y que quería preguntarte. —Reí al imaginarme con esa curiosidad de adolescente.
—Tú dirás, mamá. —Hice que hablara.
— ¿Ya has conseguido un novio?—mi sonrisa cayó con esa pregunta.
—No mamá, sigo soltera y creo que, ha sido lo mejor hasta hoy. Quizás tener un novio ahora, solo sea una distracción—dije imaginándome teniendo un novio que me sobrevalore o que no cumpla con mis expectativas.
Escuchó como ella suspira y pronto se queda en silencio, en el único aspecto que no he cumplido de parte por lo menos de mi madre es conseguir un pretendiente para luego darle los inesperados nietos a ella; algo que por ahora no deseo tampoco después de ver que aún no siento que me encuentre en una situación económica estable.
—Logan ha preguntado por ti últimamente—menciona.
Logan, mi mejor amigo de la infancia, quien siempre ha estado en las buenas, malas, peores y horribles situaciones conmigo, no es de impresionarme que siempre pregunte por mí cuando nuestro contacto es peor que el que tengo con mis padres y lo digo, porque desde que tuvo que encargarse de la veterinaria de su padre, parece no tener mucho tiempo de poder comunicarse conmigo y yo digo lo mismo, por mi lado.
—Dale mis saludos, mamá. Hace meses que no hablamos. —Le comentó.
—Sigo creyendo...—la interrumpo.
—Mamá...—la llamó entre dientes—solo somos amigos. Entre Logan y yo, nunca habrá nada. —dije siendo consciente que de nuevo odio hablar del tema en que mi mejor amigo y yo, seamos novios.
—Hija... Logan te conoce demasiado...—de nuevo tomé su palabra.
—Sí pero no siento nada por él además de un amor entre hermanos que hemos convivido juntos desde, que tenemos unos tres o cuatro años, supongo—dije haciendo memoria sobre qué año lo conocí.
Y no miento, Logan siempre me ha tratado bien y sería muy ciego de mi parte decir que alguno de los dos nunca sintió amor por el otro, porque admito que a mis quince años me enamoré de él pero a los dieciséis comprendí que no podía haber nada entre nosotros, porque uno, no quiero arruinar nuestra amistad; número dos, luego comprendí que el cariño que le siento no va más allá a un amor que puede llevarnos a ser una pareja y número tres, él también es muy deseado entre muchas chicas del pueblo, tanto que creo que él se ha mantenido muy alejado de muchas de ellas para evitar afrontarse con la realidad de convivir con una de ellas que tampoco cumplan con sus expectativas.
—Bien, entonces... ¿Hay algún hombre por lo menos que te llamé la atención?—preguntó ella.
Hay señor todopoderoso, si llegará a saber mi madre sobre quien es la persona que ahora mismo me atrae de cabeza a pies, es capaz de regañarme y decirme lo mismo que Cristal. Si hablamos de hombres buenos, sé que Pierre no está en la primera lista en blanco, sin lugar a dudas, él entra en la roja o en la negra, en donde todo hombre malo está dentro; pero no me puedo quejar cuando nunca he ignorado la idea de mi cabeza que siempre me han gustado los chicos malos, esos que tienen la mirada fría, el cabello alborotado, unos cuantos tatuajes y por supuesto, los que reservan sus sentimientos hasta enamorarse completamente de una mujer y revelarle a ella, lo que sienten.
Sé que estoy hablando como si todo formara parte de una novela de cliché muy usado, pero en realidad, no quiero que tampoco el amor llegue con muchas facilidad a mi vida, quiero que sea algo muy diferente, que este lleno de aventuras y aprender de la otra persona; pero si me hablan de tener un romance basado solo de salidas a comer a restaurantes o ir a caminar a la playa tomados de la mano, mientras solo hay besos y palabras de amor, estoy segura que me voy a aburrir pronto de mi propio romance.
—Bien, hay un hombre que me atrae desde hace días...—intentaré reservar las partes pervertidas de Pierre—Siempre nos encontramos en una cafetería que en ella, muchas veces hemos coincidido en miradas y sonrisas, pero no hemos llegado más allá de eso. —Dije tímida.
— ¿Por qué no te atreves a hablarle?—intenta motivarme.
—No sé... Es que, ¿qué tal si es uno de esos millonarios que solo te buscan para una noche y ya?—dije mordiéndome el labio nerviosa por su respuesta.
—Sabes hija que parte de una relación, todo comienza con una conversación y si nunca intentas hablarle, puede que te pierdas al amor de tu vida—gruñí con esas palabras.
—Sí pero dónde queda esa parte que menciono sobre sí él busca algo más que una simple conversación—digo buscando las palabras correctas.
—Bueno, tú sabrás como enfrentar ese problema, Alaska. No es algo de otro mundo, eres ya una mujer que sabe lo que quiere. Y si él no busca lo que deseas, es mejor que solo lo ignores y no lo vuelvas a ver—se escucha fácil pero tratándose de Pierre...
—Tienes razón—suspiro desesperada al no encontrar una salida.
Nos quedamos hablando un par de horas más hasta que ella, como toda madre, me obliga a dormir... Así que despidiéndome de ella después de conversar acerca de lo que me ha sucedido últimamente en el trabajo, más los problemas religiosos de Cristal en donde me da recomendaciones y por último me pregunta acerca de que si los visitare en las próximas fiestas en donde espero que sí, termino por colgarle y así poner mi celular a cargar.
Siempre he pensado que mi madre es una mujer sabia, tanto que en ocasiones es difícil no tener una respuesta concreta y exacta de parte de ella; sinceramente la idea de aceptar la propuesta de la cena con Pierre aún sigue en mi cabeza, pero temo que las cosas vayan tan rápido que pronto me encuentre en su cama y él encima de mí. Si quiero que el camino sea un poco fácil, necesitare también yo tomar las riendas del camino, sino Pierre es quien se convertirá en mi propia sombra, quien me guiara hacia el propio pecado.
Con ganas de no seguir pensando más en el problema, termino por lavar mis dientes, poner la alarma y de último, apagar la luz de mi habitación; esta vez sin tener que usar la música para dormir, termine por envolverme con mis sábanas hasta pronto sumergirme en un sueño que provoca que nada ni nadie me despierte.
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Continuará...
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