Capítulo 4

Cuando tomas una decisión no importa lo demás no puedes volver atrás, eso su padre se lo había enseñado, por su actitud traviesa siempre se le había recalcado que cualquier acción o decisión tenia su consecuencia.

Pero Denki nunca aprendía la lección, de alma libre y soñadora se aventuraba sin miedo o pensando negativamente por ello no temía por su nuevo estilo de vida.

Despertó en una enorme cama de sabanas blancas y mullidas recordando a penas lo que había sucedido él día anterior, sus ropas habían sido cambiadas por algún tipo de camisón blanco igualmente y no se escuchaba ruido alguno.

Se levanto despacio, lleno de curiosidad por la extraña habitación donde notaba no le faltaba nada indispensable, pero aun así el silencio le inquietaba y con sus pies descalzos cual tradición se aventuro a salir de aquella habitación, mas no dio ni dos pasos cuando dos sirvientas ya estaban deteniéndolo.

— Joven príncipe, el baño esta listo, después de eso se le espera a desayunar, no tarde mucho —

El mas joven de los Kaminari sintió un escalofrío recorrer le cuando ambas le hablaron al mismo tiempo.

— Por supuesto — Contestó sin mas y lo llevaron de regreso a la habitación, pues tras una cortina de color menta se encontraba la entrada a su baño privado.

Pero Denki se descolocó de forma abrupta cuando fue dejado solo ¿Planeaban que se bañara solo? Había estado tan acostumbrado toda su vida a que le sirvieran de pies a cabeza que eso lo confundió.

Pero no dijo nada, le preguntaría después a Shouto, por lo que sin tardar se desnudo para entrar en la tina blanca de porcelana donde el agua, ya tibia, le esperaba.

Jugó con sus pies unos minutos pensando en que debía hacer, recordaba que sus sirvientas le tallaban suavemente el cuerpo con esponjas mientras su sirviente de mas confianza le llenaba el cabello de espuma.

Ahora estando solo ¿Como debía bañarse? Pues de alguna manera su sentido común le indico que primero el cuerpo y luego el cabello, después de eso se enfrento a otros dilemas de aseo para después finalmente salir del baño ya seco y buscar su ropa.

Era extraño, demasiado para el que nadie le atendiera para esas pequeñas cosas, quería "opinar" sobre ello pero su mente sólo estaba concentrada en una cosa.

Ser lo mas discreto y callado para que Shinsou no se arrepintiera de su compromiso desde el primer día.

Para su suerte, la ropa tampoco era como acostumbraba ¿Donde habían dejado su equipaje? No había a quien preguntarle, por lo que con algo de duda se vistió con lo que parecía ser una camisa blanca de botones como las que usaba su padre y un pantalón negro que para nada era de su gusto.

En su país solo usaban ese color para dar respetos cuando alguien moría.

Así que al final lo quito y se quedo con la camisa larga que le cubría lo necesario y abajo solamente un pantalonsillo corto blanco que juraba era parte de su equipaje del que no veía más.

El mayor problema vino cuando se vio al espejo, sus cabellos rubios un poco húmedos aun le caían lisos por completo sobre los hombros, el fleco le tapaba el rostro y se veía melancólico. Cerro sus ojos suspirando, en realidad eso si lo hacia él.

En casa, el cabello era algo muy significativo y aun los sirvientes solo lo tocaban cuando mostraban el mayor respeto, por lo cual Denki nunca había sido peinado por otro, ya que no era digno.

— Buenos días su alteza — La voz varonil fuera de la puerta de sus aposentos lo trajo de regreso al presente, mientras cepillaba su cabello sin interés.

— Buenos días, adelante —

— Su majestad, disculpe la tardanza, mi nombre es TetsuTetsu y desde ahora estaré a cargo de llevarlo a donde sea que usted guste, por ahora, se le espera en el comedor — El fornido hombre de mas o menos su edad, de cabellos claros se inclinó de manera formal, Denki parpadeo unos momentos y solo asintió.

— Por supuesto, no estoy acostumbrado a atenderme solo, así que mi tardanza es por eso, en mi país hasta nos peinan el cabello — Se excusó rápidamente ante el hecho de que era tarde para ir a desayunar, mientras cepillaba el cabello con nada de delicadeza — ¿Gustas hacerlo? Claro que no — Murmuro lo último volviendo su mirada al espejo en el tocador mientras suspiraba.

Le era difícil acostumbrarse a estar en un nuevo lugar y no quería arruinar todo tan pronto.

Pero ante su sorpresa el cepillo le  fue arrebatado y el soldado sin mucha delicadeza pero haciendo lo que podía empezó a cepillarle, causando que se quedara en silencio.

— Si era por eso su majestad el príncipe Shinsou ordeno que le atendiéramos como gustase, solo debió llamar a las sirvientas para ayudarle, pero ya es tarde y no querrá ser el último en la mesa el primer día así que se conformara conmigo —

Tetsu no era muy formal, siempre le estaban regañando o recriminado por ello pero era amigo del príncipe Midoriya por lo que estaba bastante acostumbrado a tratar de forma normal a la realeza. Cuando cayo en cuenta de sus acciones pensó de inmediato que seria regañado o minimizado como el lacayo que era.

Pero el rubio estaba allí, dócil y dulce dejándose peinar con una sonrisa que el soldado interpreto como que le era agradable.

— Listo Alteza — Menciono al terminar de cepillar y que el cabello ajeno se levantara solito en su peinado habitual.

— Muchas gracias Tetsu, entonces ¿A donde vamos? — De forma inmediata el príncipe salio de la habitación espetando ser guiado por el confundido soldado que no esperaba la familiaridad tan pronto.

Le guió lo más en silencio que se pudo pues si el rubio preguntaba algo debía responder, hasta el comedor, donde en la puerta se tuvo que despedir y dejar al príncipe por su cuenta.

Un sirviente le abrió la puerta formalmente, y Denki ya solo sintió un nudo en la garganta, nervioso y a la vez emocionado.

Al entrar noto que aun pese a los intentos de Tetsu de llegar rápido, era el último, pues su amigo, el prometido de este (su cuñado), una pequeña niña y su propio prometido ya estaban desayunando.

— Tarde — Murmuro Shouto concentrado en su desayuno en tono frío pero de inmediato Denki lo interpreto como una broma.

— Lo siento, no estoy familiarizado con sus costumbres — Se excuso desviando la mirada caminando al que el sirviente le indicaba era su puesto.

— ¡No traes zapatos! — La pequeña Eri fue inmediatamente la porta voz de que había iniciado mal en ese lugar.

Denki se heló y miro sus pies, efectivamente, por las alfombras en todo el lugar se le había olvidado que en ese reino se usaban zapatos de forma usual.

— Lo... Lo siento — Su primer reacción fue mirar a Shinsou, quien ni siquiera le tomo importancia al asunto y siguió con su café.

— No te preocupes Kaminari-kun, acostumbrarse a nuevas cosas de un día a otro no es fácil, poco a poco te acostumbraras a vivir aquí — La dulce voz del príncipe de cabellos verdes tranquilizó el corazón apenado de Denki.

Y cuando finalmente tomo asiento, junto a Shinsou frente a Eri  y empezaron a servirle fue que perdió un poco los nervios.

— ¿Así que vienes de un lugar muy lejano? — Eri era la princesa mas pequeña del reúno según le había explicado Shouto en el carruaje cuando venían, con ojos curiosos y sonrisa traviesa mostraba toda la energía de una infanta.

— Un poco... En carruaje creo al menos tardaría 2 semanas en volver — Contesto Shouto sin vacilar mientras tomaba su té.

En su reino se decía que a los ancianos y a los niños nunca se les contradecía y siempre se les debía contestar rápido porque si no preguntaban mas.

— ¿Vinieron para casarse con mis hermanos? —

— Así es — Otra respuesta rápida.

— ¿Y todos vivirán aquí? —

— Al menos un tiempo —

Denki paso con un poco de trabajo el bocado ante esa respuesta, pues si bien estaban "comprometidos" bien podrían vivir los tres meses juntos o menos dependiendo de que lo lo arruinara.

— Mis papás se quieren mucho y están casados ¿Ustedes también se quieren mucho y por eso se van a casar? —

La lengua de un niño es filosa, y mas que la de un adulto porque siempre era sin intensión de causar problemas, solo eran preguntas infantiles, pero esa dejo a los 4 príncipes tan fríos como la antártica.

Apenas tenia 7 años la niña ¿Que decirle? Sus sueños y fantasías eran sobre historias de amor puro y honesto ¿Como arruinarle su infancia confesando que ni se conocían?

— Pues tengo 3 meses para que tu hermano me quiera mucho y así estar juntos por siempre, así que cuento con tu ayuda — Nuevamente de manera practica, Shouto formulo una respuesta simple y con rostro inexpresivo.

Con toda la intención de calmar a la niña, pero a Midoriya le salto el corazón con solo esa oración y nervioso empezó a mirar su desayuno sin poder levantar la mirada.

— ¡Claro! — La princesa, ahora "cómplice" del Todoroki levanto los brazos en señal de acuerdo para después mirar al rubio con intensidad mientras Denki fingía que no se había dado cuenta con una sonrisa nerviosa — ¿Tu también quieres estar por siempre con mi hermano? —

— ¿Eh? — Los nervios le ganaron, y de manera instintiva se levanto se la mesa — ¡Claro! Por eso vine — Respondió con seguridad tratando de pasar la "prueba de la hermana menor"

Eri parpadeo confundida ante tal salto de energía y solo sonrió aceptándolo; Midoriya desvío la mirada apenado por el otro y Shinsou... El siguió en su taza de café.

Un incómodo silencio reino en la mesa mientras de uno en uno terminaban de desayunar y el silencio se rompió cuando llego el momento favorito de mas de uno.

— ¡El postre! — La vocesita emocionada al unisono de Eri y Denki le sacó una buena risa a Izuku quien se les unió en el vitoreo para el postre.

Shouto río levemente ante el comportamiento infantil de su amigo pero como nadie lo mencionó el no veía porque hacerlo.

Denki casi se derrite cuando el postre resultó ser unas magdalenas de manzana con una cereza como adorno, sus ojos se iluminaron a cada instante en que iban sirviéndole una a cada uno y cuando finalmente llego el suyo...

Oh que decepción se llevó.

— No tengo cereza — Reprocho sin pensar mientras miraba atónito la Magdalena sin cereza como si le hubieran cometido traición.

— Denki, es una cereza — Shouto de inmediato le hablo para que se diera cuenta que no era apropiado, pero la expresión de Denki le indico que solo lo había animado mas a protestar.

— Pero yo quería cereza — Murmuro fingiendo tristeza.

Estaba tan acostumbrado que eso le funcionara que cuando miro la carita de Eri se sintió un "adulto" incorregible. ¿Qie ejemplo le daba a la niña?

— Yo... Lo siento no fue apropiado — Incómodo  miró los cubiertos como si fueran las cosas mas interesantes del mundo hasta que noto el movimiento ajeno.

De un solo movimiento Shinsou habia traspasado la cereza de su postre al de Kaminari sin siquiera decir algo.

— Esto... —

— ¿Tiene algo de malo? Si eres feliz con la cereza entonces yo no tengo problema, mi deber es hacerte feliz — Shinsou no era alguien muy familiarizado con el romance.

Quizás no tenia experiencia pero por conocimiento común sabia que debía tener contento a su prometido aunque fuera infantil para evitar problemas.

El rubio miro al contrario sorprendido y después sólo sonrió encantado por la acción mientras felizmente comía el postre, ahora si, con cereza.

Para el rubio, el acto fue el símbolo más puro de amor que le pudieron dar, por lo que se iba a esforzar para ser el mejor prometido.

***

— ¿Te gusta el reino? —

A solas, después del desayuno a Eri le pareció buena idea que las parejas fueran a ver el castillo "a solas"; idea que había dejado indefenso a Midoriya.

Caminando uno al lado del otro, con sus manos a centímetros de rosarse solamente se atrevía a mirar de vez en cuando de reojo al mas alto. De su lado Todoroki miraba los a alrededores del castillo con calma y disfrutando del silenció, no era alguien de muchas palabras de todos modos.

— Es cálido, me gusta — Contestó simple ante la pregunta de su prometido mientras miraba a la servidumbre hacer sus deberes con una sonrisa, todos trabajando diligentemente con calma y la tranquilidad de que nada malo pasaría.

¿Como estaría su reino? Quisiera o no esa pregunta aparecía en su mente. El reino Todoroki era de guerreros, por ende, todos siempre estaban en alerta, esperando lo peor aunque no fuera a pasar nada.

Nadie podía trabajar con tanta libertad y calma como lo hacían en el reino de la paz.

— Me gustaría... Que mi reino algún día sea tan tranquilo como aquí — Añadió dirigiendo su mirada al frente sin bajar el mismo su postura recta, estaba demasiado acostumbrado a siempre estar tenso.

— Seguramente lo sera, he escuchado muy buenas cosas de tu reino, cuando nos casemos espero ir a conocerlo — Sus orejas enrojecieron un poco ante lo dicho, debía acostumbrarse a hablar ese tipo de cosas desde ahora pero los nervios aún eran muchos.

Shouto miro al mas bajo y soltó un pequeño suspiro divertido, si no fuera por el recordatorio quizás lo habría olvidado.

— Yo también lo espero, me gustaría que mi padre te conociera — Para Shouto, el imaginar la cara de su padre al decirle de su compromiso seria el mejor regalo de bodas que pudieran darle.

Pero Midoriya tomo aquello como dulces palabras y su corazón bombeo sonriendo cual niño avergonzado.

— Yo también, nunca imagine que mi prometido fuera tan bien parecido, seguro mis padres quedaran sorprendidos de quien elegí — A su manera trato de regresarle las dulces palabras con un cumplido.

— Si hablamos de físico tu eres muy lindo Midoriya — Menciono sin pena, es mas, sin pensarlo mientras miraba los alrededores — El que agradece que hayas elegido soy yo, estoy muy feliz de que me escogieras —

Ambos reinos eran grandes y prósperos, la unión los favorecería y quizás podría cambiar la mentalidad del Rey Endeavor, además de que las rutas comerciales mejorarían y todos se beneficiarían.

Shouto no quería un compromiso solo por esas razones, buscaba algo real no como lo de sus padres, estaba dispuesto a poner todo de su parte para enamorarse de su prometido y al mismo tiempo hacer que este se enamorara de él, quería ir poco a poco para que Midoriya no pensara que era solo por el reino.

Aunque en la mente de Izuku lo que menos rondaba era eso, las palabras fluidas y simples del mas alto le hacían cada vez confirmar mas y mas que había elegido bien a su prometido y hasta había tenido suerte.

Sentía su corazón latir con fuerza mientras la sensación de "tener mariposas en el estomago" iba aumentando ¿Como es que había tenido tanta suerte? Quizás había gastado la de toda su vida pero no importaba.

Sentía que no necesitaría pensarlo mucho, el cariño que sentía por el mayor soñó fluía cada que este le decía algo lindo.

Ambos se miraron de reojo, algo dudosos y Todoroki solo sonrió un poco para finalmente tomar la mano de su prometido.

— Tenemos tres meses, podemos ir con calma — Murmuro mientras miraba las flores del jardín a lo lejos. Izuku sonrió en consecuencia sintiendo algo cálido brotar mientras veía los cabellos bicolores.

— Si, podemos ir con calma —

— Midoriya — Detuvo su paso con tranquilidad llamándolo suavemente pensando en algo bueno que decir para seguir con una buena atmósfera — Prometo esforzarme para que me quieras — Y que yo te quiera a ti

— Prometo también poner de mi parte Todoroki-kun — Quizás no falte mucho

Tras la tímida promesa desviaron miradas y siguieron caminando, su primer día juntos no había salido tan mal.

***

Desde la ventana del segundo piso, la mas pequeña del castillo miraba a su hermano caminando con el príncipe serio, mientras su hermano Shinsou sabia había llevando al otro príncipe amable a caminar por los pasillos.

Era pequeña y aun no entendía muchas cosas, pero se sentía feliz de ver que las personas que serian parte de su familia eras buenas personas.

Esperaba que su ausencia les ayudara a llevarse mejor.

— ¿Lista su majestad? —

— Sipi, mientras juego con Mirio y Tamaki espero que mis hermanos y los otros se lleven bien, después de todo Papá espera que sean felices — Sonrió grande mientras tomaba su peluche favorito dispuesta a irse pronto.

Sus hermanos ya debían saber que se iría pues el Rey Mirio ya había aceptado que se quedara con ellos un tiempo, Toshinori le había dicho a Eri que era para que las dos parejas se conocieran mas, y si se tenia que ir de casa un tiempo para que sus hermanos fueran felices lo haría.

Por que Eri comprendía mejor los temas del corazón de lo que sus hermanos lo hacían.

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