-𝐐𝐮𝐢𝐭𝐨-





Dentro de todo este conflicto se encontraba una persona más, una persona que no debería ser involucrada en todo esto, tal y como lo aprecian, Quito. 

Quito es una persona agradable, amable, atenta y a la vez empática; pero nadie habla de que por esas mismas cualidades se generan otras cualidades negativas, tales como ser una persona fácil de convencer, manipular y poder apuñalar por la espalda repetidas veces sin que te diga algo por ello. 





¿Por qué Quito se involucra dónde no debería?











𝘘𝘶𝘦𝘳𝘪𝘥𝘰 𝘭𝘪𝘣𝘳𝘰. 

𝘔𝘪 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘴 𝘘𝘶𝘪𝘵𝘰, 𝘺 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘪𝘯𝘴𝘦𝘨𝘶𝘳𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘳é. 𝘛𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘰 𝘮𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘦𝘯𝘥𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 ¿𝘕𝘰? 𝘋𝘦𝘣𝘦𝘳í𝘢 𝘵𝘳𝘢𝘵𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘮á𝘴 𝘢𝘭𝘦𝘫𝘢𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢𝘴, 𝘵𝘳𝘢𝘵𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘳𝘪ñ𝘢𝘳𝘮𝘦, 𝘵𝘳𝘢𝘵𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘳𝘮𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘪𝘦𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘰𝘭𝘰. 𝘚𝘶𝘦𝘯𝘢 𝘳𝘪𝘥í𝘤𝘶𝘭𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘦𝘥𝘢𝘥, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘯𝘰 𝘩𝘦 𝘱𝘰𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘷𝘪𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘮𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘰. ¿𝘗𝘰𝘥𝘳í𝘢 𝘢𝘭 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘳𝘪ñ𝘰? ¿𝘚𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘮𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘦 𝘥𝘦 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥? ¿𝘓𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳á 𝘤𝘰𝘯𝘮𝘪𝘨𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘱𝘶𝘳𝘢 𝘱𝘦𝘯𝘢?


𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳 𝘢𝘮𝘰𝘳.












―Por favor, Santiago ―Puse mis manos sobre su hombro― Ten consciencia de lo que dices, no puedes obligar a Lima a amarte. Comprende lo que digo, te lo vengo diciendo más de una vez, no hagas que lo vuelva a repetir.

―Lo puedo hacer, Quito. ―Respondió a mi insistencia, quitando mis manos encima de él― Te pediría que jamás vuelvas a hacer eso, no me gusta tu contacto físico.

―Las palabras de Santiago atravesaron mi corazón, parece que odia mi presencia― Santiago...

―¿Qué quieres ahora Quito?

―Tú... ¿Me quieres? ―Pregunté mientras mi voz se quebraba.

―¿Otra vez con eso Quito? Claro que sí, pero si lo sigues repitiendo, no lo haré.

―Supe sus intenciones, quería manipularme, como siempre lo ha hecho. Aprovecha cada oportunidad para hacerlo, sabe que al ser mi único amigo desde que tengo memoria, yo sería capaz de hasta sacrificar mi vida por él― No, no Santiago. Por favor no lo dejes de hacer. No cambies eso por una mala pregunta mía, lamento por haber repetido la misma estúpida pregunta. ―Dije con angustia, realmente me preocupaba que la única persona que yo sentía que me quería... que me amaba, se iba a ir de mi vida por culpa de mis palabras y preguntas.

―Santiago sabía que me tenía comiendo desde la palma de su mano, así que con una pequeña sonrisa se fue de aquella habitación, dejándome solo, sin antes decir algo― Recuerda Quito, te quiero mucho, pero a veces haces las cosas difíciles. ―Cerró la puerta, dejándome con mi propio dolor y sufrimiento interno.

Me quedé parado, mirando a la puerta por un largo rato, sentí como un impacto de realidad atravesó mi mente. ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Estaré siendo una persona correcta? 

Sin más que pensar me eché a llorar, sabía que toda esta situación había transformado a mi mejor amigo en una especie de monstruo que no tenía vuelta atrás y ni como hacerlo mirar recto. Era una persona diferente, ya no era la persona amable, extrovertida y divertida que había conocido.

La habitación se convirtió en un lugar de recuerdos, de lágrimas, de lamentos, de daños ¿Por qué Santiago hacía eso? ¿Qué ocurría en su mente? ¿Su mente estaba distorsionada con ideas locas y deseos no alcanzados? 

¿Sería capaz de hacer cosas inimaginables? ¿Sería capaz de dañar a otros por su propio deseo y felicidad?

¿Yo soy la persona la cuál hará que él logre sus sueños y metas?

Soy solo un objeto ¿No es así?
















―¡Buenos Aires! Querido y viejo amigo ¿Qué tal todo? ―Preguntó Santiago con entusiasmo.

―Quitate la máscara de buena persona y mejor háblame ¿Qué idea tienes en mente?

―Sabía que me preguntarías eso.

―Solo habla y deja de hacerte el interesante de una historia mal hecha.

―Que persona aburrida eres po', ya bueno, te hablo mi plan.






















《Habitación》




―Lima ¿Lograste hacer tus estadísticas? ―Preguntó el arequipeño.

―Sí ¿Por qué?

―Pues, por pura curiosidad. Como me dijiste que podrías necesitar mi ayuda... Pues por eso.

―¿Y si mejor revisas las estadísticas? Así quizá y corregimos algo ¿No?

―Claro, no hay ningún problema. Pásame las estadísticas.

―Ya te lo paso.

Lima iba a entregarle el portapales donde se encontraban las estadísticas, sin embargo casi se le pasa algo por desapercibido, pues en el portapapeles se encontraba una hoja con apuntes sobre su charla con Madre de Dios, sabiendo que la mayoría eran cosas sobre Arequipa, tenía que improvisar rápido. 

Sin más que decir agarra el portapapeles, retira la hoja de forma casi no visible y con rapidez. Así es como se dirige a Arequipa y le entrega el portapapeles de forma segura, para luego revisar la hoja en la cual se encontraban aquellos apuntes. Que sorpresa para Lima ver el título de "Estadísticas", ahí es donde se dio cuenta rápidamente sobre el error que cometió, no saco la hoja correcta por los nervios, eso significaba que Arequipa pronto iba a saber sobre todo lo que Lima, junto a Madre de Dios, había planeado para él.

Lima reaccionó de manera apresurada y le quita a la fuerza a Arequipa el portapapeles, lo que deja a Arequipa confundido.

―¿Qué sucede Lima? ―Preguntó con un tono confundido pero a la vez enojado por la forma en la que le quitó el portapapeles.

―Arequipa, lo siento, me dí cuenta que esto no tiene las estadísticas, así que toma. ―Hizo una sonrisa nerviosa dándole la hoja verdadera.

―¿De verdad era necesario que me quites la hoja así como así?

―No, claro que no, solo que era una cosa personal.

―Ajá, cosa personal ―Hace una pausa― Está bien, pero si es que este tipo de cosas se vuelve a repetir... No te la pasaré Lima.

―Lima traga saliva por las palabras del contrario― Sí, lo siento...

―Ya, no te preocupes. ―Dice para luego sentarse en los pies de la cama y comenzar a examinar la hoja.

―Lima estaba aún con los nervios, sabía que Arequipa estaba enojado con él y no podría hacer nada, estaba consciente que Arequipa era una persona de un carácter muy fuerte― Arequipa.

―Dime ―Habló sin despegar la vista de la hoja.

―Estás enojado por eso ¿Verdad?

―... No... Claro que no.

―No me mientas, si lo estás.

―¿Si sabes la respuesta para qué preguntas entonces? ―Pregunta, aún con la mirada fija a la hoja.

―... Buen punto. Arequipa... ―Hace una pausa larga― Tú sabes que eres importante para mí y que te quiero mucho ¿No?

―Arequipa abre los ojos lentamente, esas palabras le recordaron a Buenos Aires, en como empezó su corta relación con él mediante una llamada. Debido a esto es que no reacciona de la misma manera― Uh... no. ¿Por qué?

―Bueno, ahora lo sabes. Gracias por realmente darme una oportunidad más a pesar de errores pasados y peleas anteriores. ―Dijo Lima, para desviar la mirada a cualquier parte de la habitación― Sinceramente yo creí que solo me ibas a mandar a la mierda, pero por suerte no fue así. De verdad gracias por darme la oportunidad de ser alguien más cercano a tí.

―Arequipa algo conmovido por las palabras, solo responde con un abrazo para solo decirle lo siguiente― No necesitas agradecer nada, realmente me agradó el hecho que hayas madurado y que aceptaras tus errrores. Yo igualmente te quiero mucho Lima. Realmente aprecio la confianza que tenemos ahora. Eres un gran amigo.







































Creo que lo siguiente ya será más o menos... (+18). Por escenas quizá... violentas... o explícitas, eso depende, pero es un aviso si es que hay personas que no les gusta ese tipo de contenido de vez en cuando. Igual necesito opiniones. Buenas noches.

















Jajaquiénchuchaeselpasivo😨

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