II
(Tu POV)
Sin siquiera darme cuenta mis párpados empezaron a pesar más de lo normal y pasados varios minutos decidí cerrarlos para descansar la vista. Noté como mi mente entraba en un estado completo de calma y como poco a poco mi consciencia me abandonaba, cayendo así en los brazos de morfeo.
.....
Una sensación de calor recorrió mi cuerpo y por consiguiente mis ojos se empezaron a abrir lentamente y a adaptarse a la luz de la sala. Un leve rayo de luz atravesaba la ventana y la atmósfera que me rodeaba era de completa paz y tranquilidad. Hasta que de repente la puerta se abrió de golpe, causando que me sobresaltara hasta tal punto que por los pelos no me caí de la cama.
Mi mirada se topó con una figura un tanto familiar que caminó hacia mi posición y me levantó las sábanas de golpe sin vacilar.
—Hermana buenos días. Que buen día hace hoy ¿huh? —dijo con una sonrisa burlona.
¡Este estúpido de mi hermano!
Me incorporé rápidamente y estiré mis brazos a la misma vez que un largo bostezo se escapaba de mi boca. Me froté los ojos y con las pocas fuerzas y ganas que tenía conseguí ponerme en pie y dirigirle una mirada de odio profundo al chico de pelo (C/p).
—Un simple buenos días habría sido suficiente.
—Pero no tendría gracia. —respondió casi al instante y sonrió con malicia. —Además vas a llegar tarde como no muevas el culo ya.
Fruncí el ceño un poco y me dispuse a mirar la hora en el reloj de la pared, y vaya si tenía razón. Literalmente salté de la cama sin pensarlo dos veces y corrí por la puerta, dejando atrás a un Damien confundido. Y sí, mi hermano se llama Damien.
No tardé mucho en llegar al cuarto de baño y salí aseada y vestida en cuestión de minutos. Tomé mi rumbo hacia la cocina donde me preparé el desayuno, (Com/f). Me senté en la mesa de la cocina y empecé a comer sola, ya que mis padres se había ido por cuestiones de trabajo y no volvían en un mes o por ahí. Al poco rato llegó mi hermano y se sentó en frente mía, después sacó el móvil y empezó a escribir con una gran sonrisa en su rostro.
—¿Con quién hablas? —le pregunté sonando interesada aunque ya me imaginaba su respuesta.
—Con Sarah. —respondió casi al instante. Así es, Sarah es su novia y llevan tres meses juntos si no me equivoco.
Terminé mi (Com/f) y dejé los platos en el fregadero, entonces me dirigí a la entrada rápidamente, no sin antes despedirme de mi hermano. Cogí mi mochila (Col/f) y las llaves y salí disparada de la casa como un rayo. Apenas pude apreciar el paisaje matutino debido a mis prisas pero mi esfuerzo mereció la pena, pues conseguí llegar a mi destino casi a tiempo.
5 minutos, solo 5 minutos tarde... Para mi poca suerte tenía a primera hora geografía y el profesor Rojas no era muy paciente que digamos, asi que reanudé mi carrera de nuevo y recorrí los pasillos del lugar hasta llegar a mi clase. Toqué la puerta un par de veces y entré, lo que causó que todas las miradas de los alumnos se volvieran hacia mí incluida la del profesor, que me miraba con desaprobación. Tragué saliva y respiré hondo antes de hablar.
—Siento llegar tarde Sr. Rojas. —me disculpé de manera educada y un poco a regañadientes.
—Está bien, oigamos su excusa de hoy señorita (T/a). —dijo con sarcasmo, provocando la risa de todos mis compañeros de clase. Apreté mis puños disimuladamente y volví a respirar hondo. Cuántas ganas tenía de darle una patada en la cara...
Intenté pensar en alguna excusa válida pero para colmo no se me ocurrió ninguna asi que me quedé ahí parada y sin articular palabra alguna.
—Bueno como sea, coja asiento y asegúrese de no llegar tarde más. —sentenció el adulto de pelo moreno y yo me limité a asentir con la cabeza.
Analicé la clase por encima y me percaté de que todos estaban o bien riéndose o cuchicheando cosas, excepto unas pocas personas: Nuria, que me miraba con una ceja enarcada, mis otros dos amigos, Óscar y Rebecca y un chico de pelo castaño sentado en la esquina de clase que estaba demasiado concentrado en mirar por la ventana. Pasé por su lado y esto hizo que se girara por unos breves segundos y me mirara con una expresión desinteresada. Noté un leve escalofrío recorrer mi espalda pero decidí ignorarlo y caminar hasta mi pupitre, que estaba localizado en la penúltima fila, para a continuación sentarme. Nuria, cuyo asiento estaba al lado mía, me lanzó un trozo pequeño de papel para llamarme la atención y yo le respondí con una mirada extrañada.
—¿Qué quieres? —murmuré sonando un poco molesta.
—Ten cuidado con ese. —me advirtió en voz baja con un tono de preocupación.
—¿Ese? —pregunté por lo bajo sin saber muy bien a quién se refería.
—El chico que te está mirando ahora mismo... —susurró de manera disimulada.
Su advertencia me pilló desprevenida y de forma inconsciente giré mi cabeza descaradamente. Busqué entre los alumnos pero no encontré nada fuera de lo normal, o eso pensaba. Estaba a punto de decirle a mi amiga que dejara las bromas ya que no estaba de humor, hasta que de pronto me encontré con la mirada del chico de antes. Sus oscuros ojos parecían mirar a través de mi alma con un aura un tanto peligrosa y me estremecí un poco. Parece ser que capté su atención ya que desvió su mirada hacia la ventana de nuevo, y yo igual giré mi vista hacia mi amiga rubia.
—¿Ves? Solo espero que no tenga nada contra ti... —dijo. En sus palabras podía percibirse un sentimiento de miedo profundo.
¿Qué pasa con ese tipo?
Me pregunté a mi misma, y estaba por preguntarle a Nuria también hasta que el profesor nos interrumpió.
—Silencio (T/n). ¿Hay algo que quieras compartir con la clase?
—¿Eh?... No no, lo siento ya me callo. —contesté un poco desconcertada.
—Vale, mejor. Pues como iba diciendo cuando se produjo dicha revolución el Estado francés... —continuó explicando el profesor.
Apoyé mi cabeza sobre la mesa y un largo suspiro se escapó de mis labios. Al cabo de un rato entrecerré los ojos y me mantuve en esa posición, dejando que mi mente flotara e intentando olvidar todo.
Qué día tan raro...
(? POV)
Me encontraba perdido en mis pensamientos, mirando por la ventana como si fuera la cosa más interesante del mundo, que por cierto lo era, más que las clases de historia desde luego.
Que aburrimiento... No hay nada interesante solo gente superficial yendo y viniendo. Chicas intentando acercarse a mi como siempre y yo espantándolas con mis frías respuestas. Jaja que ingenuas, no saben que estoy roto y que nadie puede arreglarme.
No solo yo estoy roto, el mundo en general está jodidamente roto...
Estaba reflexionando tranquilamente hasta que alguien entró tarde a clase y gente alrededor mía empezó a reírse por un comentario del profesor. De cualquier manera, ni me moleste en presenciar tal escena vista al principio.
Sin embargo no pude evitar girarme cuando una figura pasó por mi lado y para mi sorpresa se trataba de una chica, que si no recuerdo mal se llamaba... ¿Julia? No, eso no ¿María? Tampoco... Ah sí, (T/n). Era nueva este año pero había hecho amigos muy rápido, o eso había oído por ahí.
Bueno que más da.
No sé como ni por qué pasó pero mi mirada seguía fija en ese chica y sin darme cuenta ambos cruzamos miradas. Parecía nerviosa, incluso asustada, pero no me sorprendería con la cantidad de rumores que había de mí. Hay algunos que hasta dicen que me convertí en un delincuente. Pero todos están equivocados, no saben mi verdadera razón.
Después desvié mi mirada de nuevo hacia la ventana e intenté olvidarme de todo. De ese recuerdo que me perseguía...
Al fin y al cabo fue mi culpa.
(Tu POV)
Las clases acabaron despacio, demasiado despacio para mi gusto la verdad. A la hora del descanso me levanté de mi asiento y cogí mis cosas para después caminar junto con Nuria y salir del aula. Nos dirigimos a una gradas que había, donde allí estaban Óscar, Rebecca y dos personas más sentados y esperándonos. El primero en avistarnos fue Óscar, quien empezó a saludarnos con la mano y a señalarnos que fueramos con ellos. Cuando llegamos nos sentamos ambas, yo al lado de Óscar y la otra chica que se llamaba Irene, y Nuria entre Rebecca y un chico llamado Daniel.
—Por fin llegáis, llevamos horas esperando. —se quejó Rebecca. Ella siempre ha sido la más sarcástica y gótica, ya que suele vestirse como tal. Es de estatura baja y tiene el pelo moreno con una mecha morada y ojos marrones.
—No exageres enana solo llevamos seis minutos. —añadió un chico pelirrojo de ojos verdes y con pecas. Él es Daniel pero todos lo llamamos Dan o Danny y le encanta fastidiar a la gente aunque lo hace de buen rollo. Está en otra clase distinta a la nuestra.
—¿Qué tal? Me alegro de que hayáis sobrevivido a las clases. —comentó con una sonrisa la chica de pelo ondulado y castaño. Su nombre es Irene y es la más amable e inocente por así decirlo, está en la misma clase que Danny.
—Bueno ha sido difícil, y más con David, pero lo hemos conseguido. —respondió Nuria, mi amiga rubia y de ojos azules.
—Jaja te comprendo, el tipo ese necesita una novia ya. —contestó Óscar, él es alto y moreno y tiene ojos de color miel, es el gracioso/bromista del grupo.
—Estoy de acuerdo ahora me tiene manía como a Nuria... —afirmé mientras recordaba lo que había pasado en la clase de historia.
—Sip tiene razón. —reafirmó la rubia. —Además creo que él la tiene fichada... —añadió con un semblante serio.
—¿Él? —interrogó Irene confundida.
—No te referirás a... —dijo Rebecca pero fue detenida en seco por Nuria.
—Exactamente. Hoy le ha mirado raro durante casi toda la clase.
—Pero si (T/n) es súper maja, no jodas. —dijo Óscar con el ceño fruncido.
—A lo mejor es porque es nueva... —intervino Daniel.
—No creo que sea eso. ¿Tal vez hizo algo que le molestara? —dijo la morena de la mecha moreda con un rostro pensativo.
—Eh... ¿Hola? Estoy aquí, —espeté algo molesta. —¿Te refieres al chico de antes? ¿Quién es?
—Él es... Sergio Carvajal.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top