Capítulo 1


Mucho antes de la partida de la guerrera Amori Paz, a más pensar dos meses aproximadamente, Quirón había mandado llamar a Leo Valdez por una nueva misión, todos estaban cuidadosos por aquello, ya que según el centauro no deseaba que el hijo de Poseidon se enterara, por lo que con mucho cuidado lo llamaron.

Leo Valdez se acercó a la Casa Grande, confundido y emocionado por volver a las andanzas de salida.

—Buenas tardes, ¿Qué misión tienes para mi, esta vez Quirón? —preguntó curioso.

—Irás en busca de una nueva semidiosa, tu límite de la misión es hasta el Otoño, estamos en Primavera, por lo que toma estas indicaciones y sal sin que el Señor Perceus se percate, espero que tenga muy buen viaje Valdéz —dice Quirón entregando un papel con los datos de la misión.

—¡Oh, por Zeus! ¡Otro campista más para duplicar mi martirio! ¿¡No!? —dramatiza y se tira al sillón.

Aquella situación le parecía gracioso al joven protector pero no tenía tiempo que desperdiciar.

—Bien, hasta luego Señor D., Quirón —se despide.

Quirón dando lugar a que Leo se marche. Se da la vuelta para ver el "problema" que aqueja a Dionisio.

—¿Dime que pasó nuevamente Dionisio? —pregunta.

Mientras mira algunos papeles sobre la mesa. Listo para las noches de quejas del Dios del vino.

—La hija de Ares, esa mocosa busca problemas, ya ni me respeta, ha ocasionado que mi vino cayera en mi toga, mi vino...el delicioso vino de uva—se queja Dionisio.

El Señor D. Siempre había tenido problema con algún semidiós, pero ésta chica lo sacaba de quicio.

—¿Qué es lo que te aqueja otra vez, con la Señorita Amori Paz? —pregunta cansado Quirón.

El Señor le empieza a decir todas las cosas que aquella hija de Ares le ha "hecho", y empiezan una larga charla.

[...]

El caos llegó a ciertos campistas en cuanto Clarisse se encontró con Nico. El campamento mestizo estaba pensativo no sabían que hacer, en especial el círculo de amigos que rodeaba a Nico Di Angelo, quién luego del arrebato y palabras escupidas al pobre corazón de la hija de Ares, no sabía como sentirse ya que la misma Clarisse La Rue, lo había visitado aquella misma noche en que la joven Amori fue llevada por Artemisa.

—¿¡Eres un imbécil!?, ¡¿hijo de puta Di Angelo, ella no estaba del lado de Artemisa, sólo iba a por un puto recado!?  ¿Cómo pudiste? Ella te quería, ella... Ella—escupió enervada Clarisse, llorando de la impotencia.

Algunos hijos de la misma Cabaña lo miraban con tristeza y enojo, le dolía como todo había acabado. Mark la abrazaba junto a Sherman quiénes intentaban consolar a su hermana.

Mediante Artemisa habían sabido que ella aun se mantenía viva, pero algo sentían que no estaba bien en su hermana. Un presentimiento no los dejaba sentirse tranquilos.

Y todo era culpa del hijo de la muerte, algunos en la cabaña apoyaban que el "sombritas" la alejara del campamento, pero otros se lamentaban la partida de una gran compañera de lucha y apoyo.

—¿Por qué tuviste que aparecerte en mi vida? ¿Por qué dije tales palabras? Diablos, por que no me calmé antes... —murmuró perdido entre sus pensamientos Nico Di Angelo.

El azabache pálido, soltó lagrimas impotentes y arrepentido, pero era tan orgulloso que no tenía el valor de retractarse. Dos meses después de la marcha de Amori Paz, donde ya ninguno de los Dioses sabían que le había ocurrido a la pelirroja, por Artemisa podrían saber que aún seguía viva pero no su ubicación exacta. 

[...]

Conforme el tiempo pasó, los campistas seguían su ritmo y rutina, cada dos por tres los hijos de Ares tenían confrontaciones con la Cabaña de Hades. En teoría podría decirse que todo iba en orden, cuatro meses ya habían pasado desde la notificación de la desaparecida Amori Paz, y desde aquella vez, Leo ya se encontraba desesperado por que aun no lograba encontrar a la semidiosa, pero según su invento ya estaba cerca de ella, pero... ¿Dónde?

Había recorrido gran parte de México, y actualmente ya se encontraba en CDMX, debido a que creía fielmente que no estaría por un lugar tan obvio como aquella ubicación.

Tan distraído iba que no se fijó por dónde iba que tropezó con alguién, y cayó al suelo, para luego escuchar también otra caída del contrario, encontrándose con una joven de cabello marrón y ojos grises, un cutis radiante, con un vestido.

—Ouch... ¿oye te encuentras bien? —preguntó una voz femenina.

Leo solo lograba balbucear cosas, estaba seguro que era ella a quién buscaba, se golpeó un poco la cara al escuchar la alarma de su RDS (Rastreador de Semidioses),  apagándolo frente a la joven chica.

—Oh... Yo... Lo siento, n-no veía por donde iba... ¿te he lastimado? ¿estás bien?—intentó levantarse lo más rápido que pudo reaccionar su cuerpo, pero sólo logró escuchar una suave risa, ella se estaba riendo.

—Si, me encuentro bien. Por cierto, ¿eso es un tamagochi? —dijo la hermosa semidiosa no reconocida, totalmente curiosa por la máquina rara en las manos de Leo.





🌿¿Que les ha parecido el primer capítulo? ¿Será una buena amistad y podrá conseguir Leo que la semidiosa confíe en él?

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