El campo estaba hecho trizas, ambos dragones celestiales estaban increíblemente dañados, rasguños y mordidas se notaban por todo su cuerpo, además de que había rastros de veneno y un fuego que parecía ser eterno, ambos estaban usando sus habilidades divinas, mientras tanto los espectadores esperaban las demás presencias.
-Mamá, ¿Papá podrá ganar?
-No lo se hija, tu Papá es fuerte, pero por naturaleza Albion es su rival natural, técnicamente en una de sus peleas uno debe morir.
Ambas mujeres seguían viendo con horror la batalla, la cuál a pesar de que llevaba horas de haber iniciado seguía con la misma intensidad de asesinar al oponente, además Issei y Elohim observaban con detenimiento la batalla, ambos con una mirada analítica para todas las situaciones.
-¿Por qué tu odio a los dragones padre?
-Debido a qué son engreídos y orgullosos, recuerda que eso es pecado dentro de mi reino, además de que tú lo estabas haciendo, vi tu pelea de hace años, luchaste bien contra Michael, pero si quieres lograr llegar a mi necesitas mucho más poder y entrenamiento.
-Lo se, aún me falta bastante para llegar a ese nivel, pero por ahora me enfocaré en la niña y mi propia situación, incluso nuestra pelea puede llegar después.
Issei y Dios seguían viendo con admiración la increíble batalla que se efectuaba en los cielos, Ddraig y Albion ya estaban bastante dañados, por lo que mancos aterrizaron en el suelo, exhaustos por el combate, estaban bastante parejos, además de que su daño era equiparable, una pelea digna de los dragones celestiales.
{No peleas bastante mal,a pesar de todos los reinicios admito que nuestras peleas siempre son legendarias, ahora solo cambia el hecho de que admites que amas a Tiamat, y que tienes una bastarda como cría, porque ni es tuya}
[A mi hija y a Tiamat no las metas, ellas no tienen nada que ver con nuestras cuentas pendientes, hablar de los reinicios sabes bien que está prohibido, y tú lo hablas como si nada]
{Pues déjame decirte que no soy el único, o como explicas que la otra aberración siga viva, a mí no me engañas, también rompiste la regla, solo eres un tonto, vivimos al principio y al final de los tiempos gracias a Ophis y Gran rojo, puedes ver a tu pareja en cada reinicio y a mí me das el placer de matarla cada vez diferente, es el destino, no puedes cambiarlo}
Ddraig en cuanto escucho eso no aguanto y se lanzó imprudentemente contra su rival, usando su fuego eterno se dirigió al cuello de Albion, tratando de morderlo y hacerle un daño considerable, pero Albion lo esquivo y usando su veneno logro morder su cuello, impactando a todos, exceptuando a Dios que ya también tenía conocimiento sobre los reinicios.
-¡Papá!
Rías grito con desesperación, mirar como su padre era lastimado de gravedad era nuevo para ella, pero al mirar a su madre, noto como está temblaba de irá y miedo, la pelea de dos dragones era sagrada, por lo que no cualquiera podía interferir, así que desafortunadamente se tenía que aguantar el ir en auxilio de su amado, para Issei fue distinto, se preocupaba por su amigo, desde hace años que conocía acerca de la rivalidad de ambos dragones y no dejaba de creer que tenía más soluciones a parte de luchar hasta morir, pero por una promesa, sabía que no podía interferir.
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Las tierras del inframundo se hallaban llenas en la ciudad de Lilith, puesto que la esposa del Gran Lucifer estaba dando un último paseo antes de dirigirse al campo de batalla, el poder ver a la madre de los demonios era una gran fortuna para los de clase baja y media, no siempre tenían el privilegio de ver a tan semejante figura de fama, sobre todo porque iba acompañada de líder, cómo protectores de los demonios saludaban a cada uno que podían, todos los residentes se sentían protegidos gracias a sus amos y sobre todo gracias a los líderes y los reyes demonio.
-Siempre me encantan estos paseos vespertinos, gracias por cumplir mi capricho de venir conmigo.
-Ohh, no tienes que agradecerlo, es lo menos que puedo hacer después de saber que vas para el mundo humano, el que tú siendo la primera esposa de Adán vaya y mate a su ángel más hermoso, será un golpe duro para Elohim.
Lucifer sonreía con gracia, aunque en sus ojos se podría reflejar un poco de actitud psicópata, pero todo esto para Lilith no era nuevo de hecho era una de las cualidades por las que se había enamorado de Lucifer, eran gente que se preocupaba por su propia especie pero fuera de ello eran unos psicópatas asesinos, el hecho de sentir orgullo por su raza los cegaba de que había seres más poderosos que ellos, sólo en ciertas ocasiones se preocupaba Lucifer pero era cuando involucraban a su familia, fuera de ello solamente confía en su gran poder.
-Señor, Gran Lucifer, tengo noticias del mundo humano.
Un soldado los intercepto captando la atención de ambos, y sobre todo de Lucifer que activó un círculo de comunicación con Zeoticus para que por cualquier cosa saliera inmediatamente del inframundo.
-¿Que pasa?
-Hay un avistamiento de una batalla, al parecer se trata de los dos dragones celestiales, pero cerca de ellos se sintió una presencia desconocida, tenemos la hipótesis de que se trata del Nephilim que atacó el inframundo hace algunos años.
Lucifer se sorprendió y ordenó a Zeoticus inmediatamente se preparara además de que también Lilith se fue a alistar para que salieran en el menor tiempo posible, dejando a un Lucifer pensativo, ¿Se acercaba el momento de invadir el cielo?, Aún tendria que esperar para saber si debe hacerlo o no.
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La pelea ya se había complicado más de lo esperado, ahora Ddraig era el que estaba en una clara desventaja, el daño que le había provocado el dragón blanco ya estaba pasando factura sobre su cuerpo, debido a las circunstancias en las que estaba entrando la pelea ya se conocía el desenlace de la misma, en cada reinicio pierde la primera pelea Ddraig y va a pedir los tesoros de Tiamat, causando que semanas después se de la gran guerra de facciones y por consecuencia la destrucción de todo el mundo, Albion sonreía con locura, puesto que finalmente se estaba logrando su objetivo, vencer a Ddraig para provocar la destrucción total del mundo, el dragón emperador blanco era el principal causante de los reinicios, pero debido a su estatus divino era casi Intocable por los dioses Dragon para seguir evitando los reinicios, por lo que caía en las garras del dragón emperador rojo evitar que se dieran los reinicios, pero no importaba las veces que lo intentará si mencionaban a su pareja asesinada perdía la cabeza y siempre era derrotado.
{¿Hasta cuándo entenderás?, Contra mí no tienes ninguna posibilidad de ganar en este combate, tienes que ir por los tesoros de Tiamat y enfrentarnos nuevamente, el fin del mundo es inevitable, cada vez me extasió más en matar a todos los seres sobrenaturales, deberías de darte las gracias por todo lo que me dejas hacer, debido a que por tu perra dragona no puedes concentrarte en la batalla, es tan placentero saber que yo soy el asesino en lugar de su enfermedad terminal}
El dragón emperador rojo se levantó del suelo, su mirada denotaba una furia increíble, odiaba con todo su ser como no podía evitar que en cada reinicio su pareja muriera, ya sea manos del dragón blanco o por su misma enfermedad, siempre era lo mismo, se sentía tan impotente por todo, las pérdidas que tuvo en el pasado, elevó su poder al máximo tratando de equilibrar las cosas, pero debido a esa imprudencia su cuerpo cayó tendido, el dragón emperador rojo ya no estaba para pelear.
-Parece ser que finalmente cayó Ddraig, es una lastima, pensé que en este reinicio su pelea sería diferente, me decepciona.
Dios después deber como el dragón emperador rojo caía se retiró del campo de batalla dejando a los demás, el castaño se mantenía al margen de la batalla mientras que la reina dragona solamente cerró los ojos en señal de impotencia por no ayudar a su amado, pero la pequeña Rías estaba temblando demasiado, era la primera vez que en algún reinicio ella podía vivir libremente, y a pesar de ser su primera vida realmente le tomó muchísimo cariño al dragón emperador rojo, por lo que sin pensarlo y dejando que sus sentimientos la controlaran se lanzó directamente hacia el dragón blanco.
-No dejaré que lastimes a mi Padre.
Albion se sorprendió un poco por la actitud de Rías, pero aún así no le tomó importancia y con su cola le dio un golpe lo suficientemente fuerte para mandarla contra unas rocas, Tiamat e Issei se alteraron qué inmediatamente fueron en su ayuda, mientras que Ddraig aún estando en el suelo se levantó y con su cuerpo logró aventar salvajemente al dragón blanco, estaba muy cansado Ddraig, pero lo que veo después le sorprendió demasiado, un gran destello de poder demoníaco pasó a su lado y golpeó directamente a Albion, mirando el origen del ataque vio como Rías estaba levantada, además de que su mano estaba tirada y Tiamat estaba a su lado, pero Issei por alguna extraña razón estaba inconciente, Albion se levantó furioso y sin remordimiento se lanzó al ataque, pero le sorprendió ver cómo la niña pasaba de poder demoníaco a un poder divino el cual le otorgó alas de ángel para protegerse, y así comenzó un choque frenético entre ambos contendientes dejando a los demás como espectadores.
[¿Que significa esto?]
-No lo sé
Ambos dragones estaban imlactados con el poder que demostraba la pequeña niña de 16 años, además de que después de unos segundos Albion cayó en picada al suelo, dejando ver que tenía unas grandes heridas a causa del poder de la Nephilim.
{Maldita aberración, debo matarte ahora}
-No, yo seré quien te mate por dañar a mi padre, lastimar a mi madre y por todo lo que hiciste.
El aura divina de Rías provocó que su cabello levitara, sorprendiendo un poco al dragón blanco, puesto que ahora no le sería tan fácil matar a la niña, mientras que por el otro lado Tíamat curaba a Ddraig, todos estaban listos para un acontecimiento increíble, Rías había despertado sus poderes.
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