Este no es el fin

AMOR VINCIT OMNIA

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel/The Sandman (crossover).

Pareja: MorfeoxTony

Derechos: ¿todavía existen?

Advertencias: esto es un crossover así que hay cambios para más placer porque no es una cátedra de canon sino un fanfic para soñar y suspirar porque eso es bueno para el alma. Con muchos toques de angustia y eventos algo desagradables. Una historia de encargo.

"Amor Vincit Omnia", el amor lo conquista todo.

Gracias por leerme.


**********


Esto no es el fin.


Time has stopped before us
The sky cannot ignore us
No one can separate us
For we are all that is left
The echo bounces off me
The shadow lost beside me
There's no more need to pretend
'Cause now I can begin again

Is it bright where you are
Now the people changed?
Does it make you happy, you're so strange?
And in your darkest hour
I hold secret's flame
We can watch the world devoured in its pain

Strange
Strange
Strange

The beginning is the end is the beginning, The Smashing Pumpkins.



Una de las curiosidades humanas que llamaba la atención de Morfeo era esa capacidad de tener un problema mayúsculo encima de sus cabezas y aun así darse el tiempo para disfrutar cosas tan simples como la risa de un pequeño bebé correteando por entre las piernas de adultos, a veces aferrándose a una para mirar a su dueño con grandes ojos y hacerle preguntas que solamente una mente no ordinaria en ningún sentido podría hacer. Dara podía cuestionarle a Thor el por qué Odín había hechizado su martillo con semejante reto -el cual su hijo podía cumplir a la perfección- de la misma forma que le preguntaba a Natasha Romanoff sobre la razón para que las hojas de las plantas fueran verdes y no moradas.

Eso sin mencionar que en cuestión de días estaba alcanzando un tamaño suficiente para caminar por sí solo o cuidarlo de que no tomara objetos que ya estaban a su alcance. Tony había optado por colocarle un rastreador porque Dara bien podía colarse por entre sillas del comedor de la misma forma que hacerse bolita dentro de una de sus armaduras para que no lo obligaran a comer vegetales. Y mientras todo eso sucedía en la mansión de los Vengadores, el mundo estaba hecho un caos porque nadie entendía el mensaje repartido a nivel global de los Guardianes de la Galaxia buscando al famoso Híbrido, uno cuya identidad todos ellos ya sabían.

Dara era el Híbrido, por supuesto, era mitad humano y mitad Eterno.

Según las retóricas de John Constantine, otro aparecido en la mansión por el ansia de conocer al prodigio que ahora vivía entre sus paredes, el Consejo Intergaláctico que rige a la galaxia desde tiempos remotos había percibido el poder de Dara y habían usado nada menos que una Gema del Infinito para dar con su localización, de ahí los pulsos haciendo temblar todo el planeta. Los Guardianes, al ser una suerte de policía caza recompensas muy bien entrenada para cualquier tipo de ser y contrariedades, fueron enviados a la Tierra con el fin de encontrarlo, atraparlo y sellarlo antes de que sus habilidades crecieran y se transformara en un peligro para todo el universo.

Morfeo se preguntó en esos momentos qué tan bueno era seguir creyendo en esos seres cuando se atrevían a cuestionar la existencia de su hijo quien tan solo deseaba robarse otra galleta más de los tarros que le pertenecían a Scott Lang, o de mirar por enésima vez esa animación de la pantalla de la televisión sobre unos animales patrulleros sin sentido para el Eterno pero que al bebé fascinaban por alguna razón tan azarosa igual que le daba por hablar arameo antiguo o impedir que las flores que cuidara Visión se marchitaran, usando su energía para revivirlas cuando se secaban. Ese Consejo Intergaláctico pensaba que Dara era un monstruo en sí, y así lo estaban tratando.

-Te saldrán arrugas de tanto pensar -bromeó Tony al ver ese ceño fruncido en Morfeo.

-Podría hablar con mis hermanos, hacer que esos Guardianes de la Galaxia se marchen.

-Y enviarán algo peor, créeme que por experiencia sé que eso no debe hacerse. Debemos lidiar con estos idiotas así como está la cosa.

-¿Qué ha dicho el Hechicero Supremo?

-¿Qué otra cosa sino afirmar que nuestro hijo no debería existir?

-Pero lo hace. Igual que las esperanzas en sus sueños.

-No hagas caso. Si me puedo quejar de algo, es que no puedo comprarle ropa bonita a Dara porque para mañana ya no le quedará. ¿Hasta cuándo dejará de crecer?

-Hasta que alcance mi tamaño.

El castaño silbó, mirando por una pantalla a su hijo bien dormido sobre una pierna de Hulk.

-¿Y eso cuánto tomará?

-También es un misterio para mí.

-Okay, si está creciendo tan exponencialmente, puede ser que tengamos un hijo adulto en aproximadamente... unos seis meses.

-Yo no creo que crezca así de rápido -intervino Constantine, apareciendo en el hangar donde ahora estaban- Esa habichuela mágica también necesita agua para crecer y aquí está restringiéndose.

-¿Hablas del material de los sueños? -Morfeo arqueó una ceja, ya toleraba mejor al detective, siempre y cuando no se acercara a Tony.

-Exacto, he estado midiéndolo...

-¿Qué tu qué? -el millonario casi le saltó encima.

-Es una forma de decirlo, tranquilos, lo he medido y me di cuenta de que su crecimiento está alentándose. Supongo que los alimentos humanos no son tan "nutritivos" como la Ensoñación. No son malos porque está rebosante de salud, al fin y al cabo mamá es humano.

-¿Yo, la mamá?

Constantine le guiñó un ojo a Tony, escuchando un gruñido de advertencia de Morfeo a quien se volvió, señalando el cielo.

-El problema son esos idiotas del Consejo.

-¿Por qué?

-Al contrario de nosotros los humanos, tú no los puedes intimidar tan fácil, son seres altamente evolucionados que se percatarán de tu presencia apenas pongas pie en sus dominios. Usar Eternos para intimidarlos no es la mejor estrategia.

-Te lo dije -asintió Tony, rascándose su barba- Debe haber una forma de convencerlos de que nuestro bebé no es peligroso.

-Es que no lo es, su poder sí.

-Constantine -Morfeo entrecerró sus ojos.

-¡Es la verdad! La habichuela tiene en su interior no solo la capacidad alquimista de Tony, también puede crear cosas de su imaginación onírica como su padre. Es un Hacedor de Mundos, ese título me lo acabo de inventar por cierto, necesito pulirlo.

-¿Por qué ese poder es peligroso?

-¿Por qué tu corazón de dragón es peligroso, Tony?

-Pero es diferente.

-Nope, es lo mismo. Semejante poder en una mentecita que está creciendo no a la misma velocidad que su entender del mundo lo hace como una bomba de tiempo.

-Dara jamás lastimaría a nadie -afirmó Morfeo con voz grave.

-Eso es lo que hay que hacerle entender al Consejo Intergaláctico.

-"Jefe, tenemos un avistamiento."

-¡FRIDAY! -Tony se tiró de los cabellos- ¡Dime que no son de nuevo los Guardianes!

-"Son los Guardianes."

-Podemos dialogar -Constantine miró de nuevo a Morfeo- Somos muchos, si les mostramos a Dara, se darán cuenta de que no hay peligro.

-Nadie se acercará así a mi hijo.

-¿Pantallas?

-Vamos, Morfeo -Tony alcanzó una mano de este- Intentémoslo antes de que esto se convierta en una suerte de guerra entre mundos.

-De acuerdo.

-¿Por qué a él sí le haces caso?

Una enorme nave descendió de los cielos ante el llamado de los Vengadores, solicitando a todos, incluyendo a SHIELD que se abstuvieran de intervenir. Todo el grupo salió a recibir a los famosos Guardianes de la Galaxia, un grupo de cinco seres en uniformes curiosos con cascos que ocultaban sus rostros, aunque dos de ellos eran muy obvios como el enorme árbol vivo o el mapache crecido que cargaba una suerte de mini cañón. Los otros tres se notaban peligrosos, guerreros de otros planetas acostumbrados al peligro, las amenazas y las mentiras por si fuera poco.

-No queremos pelea ni el exterminio de nuestro mundo -Steve levantó sus manos en son de paz- Deseamos un diálogo.

-¿Dónde está el Híbrido? -cuestionó el que parecía el líder.

-Primero deseamos saber por qué están buscándolo -Tony se adelantó.

-Porque es un peligro.

-Sí, pero ¿por qué?

-Porque lo es.

-Yo soy Groot -exclamó el enorme árbol ahora parlante.

El que era el mapache, asintió tocándose su casco para luego mostrarles a ellos un holograma de una figura adolescente.

-Este es el Híbrido -habló en un raro inglés.

Tony se vio en la necesidad de buscar con la mirada a Morfeo, quien no estaba muy lejos, igualmente como él frunciendo el ceño al ver una versión de Dara hecha un jovencito. Al castaño le encantó mucho esa visión de su hijo, con los cabellos de su padre, su nariz, esos gestos, con sus ojos y ademanes... solo que estaban hablando de una versión futura, no el bodoque que estaba durmiendo en esos momentos en su cuna bien vigilado por los gatos de Brandy, Matthew y FRIDAY.

-Creo que tenemos un problema, lo que buscan no tiene esas señas tan particulares -Tony miró a todos esos Guardianes- Lo siento, pero si esperan ver este muchachito tan bien portado no lo encontrarán.

-Está aquí y por él venimos.

-¡Pero ni siquiera tiene ese tamaño! -Clint fue quien abrió la boca.

-¡Lo tienen aquí! -dijo el Guardián más fornido con voz ronca.

-¡ESPEREN UN JODIDO MOMENTO! -antes de que todos comenzaran a atacarse, el millonario se interpuso entre todos, levantando sus manos- Hay una enorme confusión aquí, necesitamos aclararla antes de que nos volemos la cabeza mutuamente.

-Yo soy Groot.

-No sé qué dices, pero mientes -replicó Scott.

-Dice que tienen cinco minutos terrestres para explicarse -gruñó el mapache.

Conciliar tantas voces no fue nada sencillo, más de una vez las armas salieron a flote sin que apuntaran a un objetivo fijo. Tony de verdad creyó que tendría una pelea en serio con los Guardianes de la Galaxia, pero al parecer estos resultaron más amistosos una vez que comenzaron a explicar las cosas, por lo menos lo suficiente para que al fin dejaran ver sus rostros. Le sorprendió enormemente ver que el líder tenía una cara humana, diferente a las otras que por supuesto eran extraterrestres. Su capitán, de nombre Peter Quill, sí que era de la Tierra, ayudando con eso a entender la parte mortal de su hijo. Era claro que ellos no podían ver a Morfeo, ni este iba a manifestarse frente a los que intentaban molestar a su primogénito, además de que parecía inquieto por algo, mirando a la nave con insistencia.

-Esto es en serio, al que llaman Híbrido es mi hijo y aquí todos los Vengadores presentes están en común acuerdo que no es ese muchachito que nos acaban de mostrar.

-El Consejo no se equivoca -Quill alzó ambas cejas, mirando la proyección- Esta criatura con aspecto humano es el Híbrido, destructor de mundos.

-Apenas si puede comerse una galleta -bufó Sam Wilson- ¿Cómo puede destruir un mundo?

-Es que ya lo ha hecho.

-Ahí sí que estás mintiendo -Tony sintió desesperar- Ya les hemos dicho que es apenas un bebé.

-No lo es.

-Puedo mostrárselo si quieren, pero sin armas.

-Y pobre de ustedes si tratan de lastimarlo -Thor alzó su martillo.

-Un momento -Constantine se entrometió como siempre- Cuando dicen que ya ha destruido mundos ¿podrían mostrarnos esa evidencia? Si tienen semejante retrato de él, por supuesto también tienen lo que ha hecho para que lo persigan así.

Los Guardianes se miraron entre sí, Quill encogiéndose de hombros antes de cambiar la pantalla de su muñequera, mostrando ahora lo que parecían los restos de planetas flotando en el espacio, polvo estelar dejado por estrellas muertas.

-Y esto es solamente una muestra...

-¿Esos son... los Jinetes del Apocalipsis? -fue Bucky quien preguntó.

Tony tragó saliva, porque sí que lo parecían, unas versiones muy terroríficas, grotescas como si hubieran salido de algún cuadro de un pintor con esquizofrenia paranoide. Lo que inquietó al castaño fue que reconoció entre las partes que componían los cuerpos de esos supuestos jinetes, pedazos de sus propias creaciones, de sus armaduras e incluso trozos de mecanismos de su reactor. Si Dara era quien los había traído a la vida, tuvo la inspiración tergiversada de sus inventos, como si fuesen solamente memorias vagas de algo que en idea estaría observando día con día, conviviendo con ello. Esas cosas lucían como un recuerdo borroso al que alguien trató de darle forma.

-¿Morf...?

Morfeo ya no estaba, aparentemente lo que hubiera visto detrás de la nave de los Guardianes se hizo más importante que la discusión con estos. Constantine notó su mirada desesperada, acercándose.

-¿Qué pasa, Tony?

-Esta gente me muestra a un hijo mío del futuro, pero afirman que así está hoy. HOY, Constantine, y además...

-Pareciera que usa cosas tuyas.

-¿Qué está pasando?

El detective miró a los Guardianes hablando con Steve y Visión, hasta él estaba preocupado porque no fumaba en esos momentos, tenso ante algo que no estaba teniendo sentido. Tony ya no quiso darle más vueltas al asunto, mirando a los demás con un gesto de su mentón para darles a entender que iría por Dara para mostrárselos a sus visitantes y terminar con la discusión. Entró a la mansión, respirando hondo con una mano en su reactor que titiló. ¿Por qué le mostraban una versión del futuro de su hijo si su pequeño no alcanzaba todavía el metro? Su debate mental tuvo que esperar, porque notó que las luces de la mansión estaban a medio encender.

-¿FRIDAY?

Al no tener respuesta, su sentido paterno se disparó al máximo, corriendo por los pasillos hacia la habitación sellada donde habían dejado a Dara. Tony cayó al suelo al tropezar con algo, abriendo sus ojos en franco terror cuando descubrió que había tropezado con el cadáver de un gato, el primero de muchos. Parecía que ellos habían dado pelea a algo que los destajó. El castaño gritó, llamando a Morfeo al levantarse casi temblando, notando el rastro de mininos rumbo a la habitación. Se detuvo en seco cuando al doblar la esquina, se topó con la figura de Brandy encorvada, desvaneciéndose en una ceniza violácea.

-¡BRANDY! ¡BRANDY! ¡MORFEO, AUXILIO!

Este se encontraba lidiando con Deseo y Desesperación, quienes esperaban simplemente hacer eso, distraerlo mientras Tony corría hacia la puerta cuya combinación tecleó aprisa, casi con lágrimas en los ojos porque cada segundo que pasaba su corazón latía más aprisa al imaginar que algo malo le hubiera sucedido a su pequeño. Era imposible. Hasta Constantine había puesto hechizos alrededor de su cuna con el fin de impedir cualquier acercamiento de seres sobrenaturales. Cuando las puertas dobles se deslizaron, pasando al fin a la habitación blindada, el millonario tuvo que sostenerse de la pared al encontrar una cuna vacía, deshecha.

-¡No! ¡No, no, no, no, no! ¡DARAAAAAAAAAAAAA!

Sus manos se aferraron a los restos de la cuna al dejarse caer de rodillas, su mente queriendo recrear lo que hubiera sucedido, porque salvo ese mueble, nada más mostraba signos de violencia. Ni el piso tenía huellas, ni las paredes, ni las puertas blindadas. Los hechizos de Constantine estaban en su sitio, lo que indicaba que nadie había podido traspasarlas. ¿Cómo era entonces que su hijo se hallaba desaparecido? Un portal mágico dorado apareció junto a él, Stephen Strange apareciendo del otro lado mirando alrededor y luego al castaño con una mirada compasiva.

-Te dije que era peligroso.

-¡Tú te lo llevaste! ¡Eres...!

-Nadie se lo llevó, no al menos como piensas.

-¡¿De qué hablas?! -Tony sintió que iba a llorar en cualquier momento.

Mientras las manos del Hechicero Supremo se movían formando círculos mágicos, la mente del castaño hizo un repaso de su vida, como parte de una disociación por el dolor o bien que estaba volviéndose loco y su mente simplemente viajó a esas dulces memorias, también las amargas. Su primer encuentro con Morfeo, todas esas noches soñando cosas que luego hizo realidad. La larga ausencia que le costó lágrimas y muchos pesares, ese ansiado regreso, consumando su cariño, la sorpresa al aparecer Dara como un pequeño puntito de energía, todas esos recuerdos mezclados con sus aventuras como Ironman. Nada de eso iba a explicarle la desaparición de su bebé, solo le trajeron lágrimas que corrieron al ver cómo Strange recreaba con su magia los momentos previos antes de que llegara.

-¿Qué...?

Nadie se había llevado a su hijo, eso fue muy cierto.

Dara se había marchado solo.

Ante los ojos abiertos de par en par del castaño, el bebé se había levantado de su cuna, tocado los barrotes de esta que estallaron ante su sonrisa con sus ojos brillando con las miles de estrellas impregnadas en ellos, riendo al extender esos deditos de los que se desprendió una conocida energía azul. Luego nada. Dara ya no estaba más ahí. Tony negó, sollozando al girar su rostro hacia el hechicero quien estaba serio, cerrando sus ojos un par de segundos antes de hablar muy quieto.

-No sé dónde está, porque ha desaparecido por completo.

-Mi hijo... Strange...

-Él no atacó a los gatos.

Tony fue frunciendo su ceño, recordando a Brandy como a su FRIDAY, su hijo no había estado solo al momento de desaparecer.

-¿Quién fue?

El hechicero miró alrededor, inclinándose para tocar el suelo con la yema de sus dedos, irguiéndose al tallar estos entre sí, mostrándole al millonario una suerte de ceniza en ellos. Un rastro muy tenue con un aroma a sangre quemada muy penetrante. Strange miró la cuna, tocando su Ojo de Agamotto antes de invocar nuevos círculos mágicos que danzaron por toda la habitación como si buscaran al culpable de esos ataques a los gatitos.

-Imposible. Solo puedo decir que fue una entidad poderosa que no deja rastro.

-Mi hijo...

-Solo hay alguien quien tiene un odio profundo a los gatos -Morfeo apareció al fin, abriendo sus brazos a Tony quien se levantó para refugiarse en ellos- Porque estos son los únicos capaces de abrir portales a su reino sin que pueda evitarlo.

-¿Quién? -el castaño se aferró a su abrigo- Morfeo, ¿quién se atrevió a llevarse a nuestro hijo?

Antes de que el Eterno respondiera, Strange intervino.

-Esto era lo que esperaba lograr, y lo consiguió. Ahora esta criatura tiene el corazón manchado por sus artimañas y los Guardianes de la Galaxia se verán en la obligación de exterminarlo antes de que siga asesinando al universo con sus creaciones.

-Dara no es malvado -replicó Morfeo, dedicándole una mirada al hechicero.

-Pero ha tenido al maestro de las trampas y mentiras enseñándole verdades torcidas que se sembraron en su corazón hasta echar raíces.

-¡¿Quién se llevó a Dara?! -Tony no entendía.

Una mano de Morfeo limpió sus mejillas, besando sus cabellos contra los cuales susurró el nombre del culpable de que ahora la galaxia quisiera muerto a su bebé.

-Lucifer lo tiene consigo. Lucifer lo tuvo consigo. Para él el tiempo no existe porque como yo, es inmortal. Se ha llevado a Dara al Infierno.

-¡Morfeo! ¡Debemos ir por él!

-Imposible -el Eterno apretó sus labios, limpiando con sus pulgares las nuevas lágrimas del castaño- Porque ya no lo tiene consigo.

-Pero acabas de decir que...

-Anthony -llamó el Hechicero Supremo- Lucifer convenció a tu hijo de ir con él, nadie puede extraer nada del Infierno si ha sido su voluntad el entrar, aunque sea un Eterno.

Morfeo cerró sus ojos, apretando en su abrazo a Tony cuando este negó, gritando en rabia que él no supo expresar tan bien. Reglas estúpidas que ni siquiera él podía romper. Si Dara de alguna forma aceptó ir con Lucifer al Infierno, solamente él podía salir a voluntad. Ni aunque fuese de nuevo a retar al Diablo, este podría devolverle a su hijo pues no estaba prisionero. Y así como se lo había llevado, Dara había salido, pero su tiempo en el Infierno lo había hecho crecer, lo suficiente para convertirse en ese peligro por el cual estaba condenado por aquellos que sabían cuán dañino podía ser una criatura de mente en blanco a la que le habían engañado con una maestría tal que el Eterno juró que si volvía a ver a su pequeño, no podría convencerlo de que estaba haciendo mal.

-Nuestro hijo...

-Lo recuperaremos, Tony. Lo haremos.

Tony lloró, porque aunque esas dulces palabras quisieron consolarlo, el castaño supo que era solamente un placebo. Se recriminó por haber olvidado ese fatal detalle de que así como a él lo había estado cazando Lucifer mismo, este solamente viró su atención a una víctima más sencilla de atrapar, su dulce y tierno Dara. Lo había logrado, quizá desde un inicio lo supo y había jugado a los engaños que ellos se tragaron cual idiotas. Morfeo le apretó, besando su frente, sintiéndolo estremecerse por la rabia contenida. Tony apretó ese abrazo, con el corazón doliéndole ante una fatal pregunta.


¿Tendría que ser él quien tuviera que detener a su propio hijo?

Su corazón mágico vibró, susurrando un fatídico .



FIN DE LA PRIMERA PARTE

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