Capítulo 14
Narra _____:
Me encontraba en la entrada de la biblioteca sacando mi celular para marcarle a Nelly, que viniera a ayudarme. Duré unos segundos con el celular en mi oído, escuchando el sonar del celular. Nada.
Nelly no contestó la llamada, logrando que suspire como respuesta. Guardo mi celular y saco mis cosas de mi bolso y entro al primer pasillo.
—Bueno... tendré que hacer la parte de Nelly de una vez, y terminar mañana lo demás. —me acomodo en la mesa y con los libros que encontré, comencé a trabajar.
Comenzaba a anochecer y yo aún no terminaba la parte de Nelly. El cansancio se apoderaba de mi hasta quedarme acostada en la mesa, jugando con el bolígrafo. Cerré algunos libros y los acomodé verticalmente para esconderme. Quería dormir, pero la biblioteca cerraba temprano—. ¿Qué horas son? —me dije a mí misma volviendo a mostrar mi celular—. ¡Maldita sea, es muy tarde! No tardarán en cerrar. —cierro los libros restantes y me pongo de pie. Guardo mis cosas en mi bolso y me retiré de la biblioteca—. Hasta mañana Sally. —me despedí de la bibliotecaria, ya que me llevo bien con ella.
[...]
Con prisa, camino rápidamente por el pasillo sujetando mi bolso. Mi casa quedaba a tres horas de aquí, y recordé que mi auto no tenía mucha gasolina. Sería una mala idea quedarme a mitad de calle a oscuras. Suspiro deteniéndome, para después escuchar unas voces familiares. Me recargo en la pared y escucho atentamente.
—Dark, no entiendo qué le encuentras de "guapa" a _____. Ella es una fácil. Ahora por culpa de ella, Link ya no me quiere. Me gustas, Dark, pero Link me comenzó a llamar la atención. —dijo la chica que se me dificultaba ubicar, pero con tanto insulto en regalo hacia mi, pensé en Zelda—. Ah cierto... mi habitación está sola... ¿no quieres pasar el rato conmigo? —acompaña con tono seductor.
—Zelda, no empieces a joder, mi hermano ya no te ve como antes, sinceramente lo volvías loco, y con tus pendejadas, hiciste que perdiera el encanto. Y ____... se ha vuelto la mujer más hermosa que conozco; Link también está tras de ella, pero no permitiré que me la gane. —dijo Dark, logrando enrojecer mis pómulos.
—Sabes Zelda.. prefiero pasar tiempo a solas con ____ en mi habitación, que estar contigo. Me tengo que ir, hasta mañana, suerte para la siguiente, zorra. —dijo Dark pasando por donde yo. Me quedé quieta y fingí buscar algo en mi bolso—. Ay mira, _____ ¿qué haces tan tarde aún en la Academia? ¿No tienes habitación aquí?
¿Habitación? Me sorprendió escuchar eso. Estos tres meses llevo intentando hacer que Link se dé cuenta que Zelda le engañaba, pero olvidé completamente preguntar por las habitaciones.
—N-No... no tengo aún, se me olvidó preguntar... —dije con una risa nerviosa, acompañándolo con mi mano en mi cuello—. ¿Tú tienes...?
—Claro... no te gustaría... ¿dormir esta noche ahí? —me miró alegre. No podía reclinar su invitación, ya que no tenía a donde ir sin gasolina—... claro, no hay problema que no quieras, quizás, Nelly tenga un lugar libre...
—Sí Dark... sería muy amable de tu parte eso... —dije mirándole con ternura. Ambos teníamos los pómulos enrojecidos. Un silencio nos abrazó, pero Dark habló aún con ella sonrisa.
—Oh... per-perfecto, sígueme, te llevaré a ella. —dijo cogiendo mi mano con delicadeza. Me acurruqué a su lado y caminamos por los pasillos, hasta llegar a la zona de habitaciones—. Aquí es _____. Yo tengo que entregar este trabajo a mi equipo, no voy a tardar. La puerta de la derecha es el baño. Siéntete en casa, ahora vuelvo. —dijo con voz acelerada, reí con ternura, viendo cómo se alejaba de mi.
[...]
En su habitación se podía sentir un silencio incómodo. Dejé mis cosas en la entrada y me encaminé al baño. Al abrir la puerta, sentí vapor, pero pensé que Dark antes de salir, se dio una ducha rápida y olvidó dejar la puerta abierta, para que este mismo salga. Alcé los hombros ignorando ese detalle. Cerré la puerta y puse seguro. Al dirigirme al espejo, veo a alguien atrás mía. No volteé, pero limpié el espejo empañado y lo vi—. Oh no... mierda, mierda, mierda... —pensaba sin moverme. No sabía cómo moverme ni cómo reaccionar—. Ay Diosas... —cerré mis ojos al ver su espalda. Silenciosamente y con rapidez me alejé de este, y me dirigí a la puerta—. Oh no... no, no, ¡está atascada! —comencé a murmurar perdiendo la paciencia. Si él me ve aquí dentro, valió madres.
—Vaya, vaya... mira qué tenemos aquí. —dijo de manera coqueta. Estaba frita—. ¿Qué haces aquí, princesa? —dijo colocando sus manos en su mentón, yo no paraba de verle el torso, mis mejillas ardían, no podía imaginarme esta escena, ni en una novela—. ¿Te gusta lo que ves?
—Eh... Link... Li-Link no...no, no —comencé a tartamudear al ver cómo él se me acercaba lentamente, sin separa su mirada azul de mi. La puerta estaba impidiendo mi escapada, aparte de atascada, Link estaba acorralándome contra ella—... ¡Li-Li-Link!
—Tranquila _____... —con sus manos tomó mis caderas y me acercó a él. Agacha su cabeza y su aliento invadió mi cuello. Por reflejo coloco mi manos en su pecho desnudo, echando mi cabeza hacia atrás, ahogando un suspiro—. ¿No tienes calor, _____? —en eso sentí sus manos subir lentamente mi blusa, detuve su acción pero en eso ya había colocado sus labios en mi cuello. Me encorvé al momento de su húmedo contacto; volví a ahogar un gemido y pellizco el pecho de Link.
—¡Qué chingados estás haciendo, Link! —
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