35
Hola mis lectores. He notado su apoyo con mi historia y estoy realmente agradecida con ustedes.
Por eso he decidido regalarles una maratón.
1/X
Jack leyó los informes que tenía en el escritorio. Reparó en una solicitud para la compra de una máquina necesaria para la producción de café. Necesitaría la firma de Emily, su sello y una autorización legalizada para la importación de dicha máquina, lo cual indicaba que tendría que regresar a Londres pronto y a Galia le daría gusto poder ver a Dmitri.
*****
Despertó sintiendo una respiración en su nuca, un peso en su cintura y un cálido pero duro pecho en su espalda. Recorrió la habitación viendo que no era la suya. Miró a su cintura reparando en el brazo que pasaba por encima. Dmitri. Lo retiró con cuidado para no despertarlo pero sin éxito. Él ya estaba despierto.
– Buen día –dijo él sorprendiéndola. Ella dio un gritito provocado por el susto.
– Buen día. ¿Cómo amaneciste?
– En el cielo –ella se sonrojó tanto que agradeció estar de espaldas a él para que no se diera cuenta de lo que le había producido su comentario.
– Voy a ducharme. Ya tengo que salir –dijo sentándose de la cama.
– ¿Te quedarás con el abuelo? –ella se giró a verlo.
– No, no quiero molestar. Me quedaré en tu hotel y probaré de primera mano los beneficios que trae el nuevo hotel de Pierre. Estaré de vuelta el lunes.
– Estaré esperando tu regreso.
– Entonces espero que cumplas con los requerimientos del doctor y guardes reposo.
– Te lo prometo.
– Nunca me prometas cosas que no piensas cumplir.
– Lo tendré en cuenta –dijo mientras la veía atravesar el umbral de la puerta.
No podía creer que hubiera pasado una noche entera con una mujer entre sus brazos sin haber tenido sexo con ella. Definitivamente ella lo había cambiado. Antes, mujer que estuviera en su cama y amaneciera abrazada a él debía de haber tenido una noche de pasión sin comerciales. Y ahora, acababa de pasar la noche más casta que nunca creyó pasar y con su esposa. La que no ha tocado desde que se casaran y que deseaba con todo su ser. Amaba a Emily Jhonsson y no sabía cuál era el motivo de su rechazo. “¿Sería que alguien la dañó emocionalmente?” –se preguntó. No tenía una puta idea y eso lo enojaba. Su instinto le decía que era como él pensaba y él siempre le hacía caso a su instinto. Si era de ese modo, entonces, tendría que ser paciente con ella y descubrir de qué manera fue atacada para ayudarle a superar ese miedo. Quería que ella fuera libre de amarlo como quisiera. Sin temores ni cohibiciones.
– Ya estoy lista –su voz lo sacó de su análisis. La vio de pie en la puerta. Iba con una falda tubo hasta arriba de las rodillas, una camisa holgada de mangas largas con puños abotonada hasta la mitad del pecho dejando ver parte de la curva de sus senos. El cabello lo tenía recogido en una cola alta y le hizo recordar el día en que estaba haciendo las evaluaciones de los trabajadores de Cowell y Asociados. Iba sin nada de maquillaje. Sólo un poco de brillo labial que realzaba su belleza natural. Llevaba puesta la cadena y la pulsera que él le había regalado y unas botas de tacón aguja que resaltaba su estatura. Se levantó de la cama. Caminó hasta ella comprobando que quedaba diez centímetros debajo de él.
– Te ves hermosa. Estoy planteándome no dejarte ir a San Petersburgo sin mí –dijo mirándola intensamente.
Ella sonrió bajando la cabeza. – Gracias –contestó con algo de timidez.
– Que tengas un buen viaje y regresa pronto o iré por ti –dijo agarrándole la cara para besarla.
– Es hora de irme –dijo ella rompiendo el beso. Él lanzó un juramento para sus adentros. Y la vio partir.
****
– Señor Jhordan tenemos localizado a Anastasio. Regresó a Londres esta mañana. Nuestro infiltrado nos informa que se encontrará el día de mañana en el Galeón. Al parecer piensa retomar contactos desde ahí.
Jhordan oyó la voz del detective que llevaba en caso de Lombardi desde que él aceptara colaborar con ellos. Deseaba vengarse por la mala jugada que le había constituido. – ¿Cuál es el plan?
Después de repasar tres veces el plan para atrapar a Lombardi, se dispuso a observar una última información que le llegó. Unas fotos que le servirían para poner en discordia a Dmitri y a esa mujer. Una carta de Julián que abriría más tarde. También le llegó una grabación que encargó, esa sería su ‘As’ bajo la manga. Envió la grabación a la oficina de ella en SEI y luego llamó a su hijo para citarse con él el miércoles en la mañana.
****
El lunes temprano Dmitri se levantó más alegre que siempre. Salió al jardín y le dio un beso a Sofía.
– Mi hermosa felina. Soy el hombre más feliz del mundo en este momento –Sofía lo miró-. La mujer que amo me corresponde –ella ronroneó-. La tuve entre mis brazos en mi habitación y hoy regresa para acunarla nuevamente –ella bostezó. Él se levantó con las manos en las caderas y la señaló con un dedo-. Mire señorita. Ya sé que le importa poco lo que le digo, pero por lo menos podrías fingir que te alegras un poco por mí –en ese momento Sofía rugió, le lamió la mano y se alejó de ahí-. ¡Vaya! Gracias de todas maneras –le gritó mientras se alejaba.
El miércoles temprano, estaba sentado en una de las mesas que estaban dentro del local con vista a un hermoso jardín que le recordaba la belleza con la que había dormido castamente los últimos dos días. Se veía tan inocente, tan vulnerable que le aumentaban las ganas de protegerla. De pronto la presencia de su padre lo sacó de sus recuerdos. Tenía un aire sombrío, extraño. Llevaba en su mano un sobre que le tendió en cuanto se acercó a la mesa.
Dmitri tomó el sobre en sus manos. –Hola, ¿qué es esto?
– Son unos documentos que te interesarán –contestó.
– ¿Documentos? –dijo con curiosidad.
– Sí. ¿Y cómo has estado?
– Bien, las cosas marchan bien por la empresa. Pienso que con este envío lograremos saldar la deuda que tenemos con Jhonsson Enterprise.
– Si estás en modo conquista y ella te corresponde, ¿por qué no aprovechas la oportunidad y le pides que se olvide de la deuda.
Él lo miró y negó con la cabeza. Definitivamente su padre no cambiaría. Todo lo quería fácil. – Sabes que no mezclo los placeres con los negocios. Que Emily me ame no quiere decir que me va a dejar toda esa cantidad exuberante que me prestó en el olvido.
– ¿Qué beneficio obtienes de ese matrimonio entonces?
– Ninguno sólo ser feliz con la mujer que escogí para mí.
– Oh maldición, estas cosas me enferman. Mejor me voy. Tengo algo importante que hacer.
– Bien –se levantaron y salieron.
– Cómprate otro auto –le dijo Jhordan antes de irse.
– Lo haré hoy.
Después de comprar otro auto, el mismo jaguar, se dirigió a la oficina de Emily. La encontró de pie viendo por la ventana, absorta en sus pensamientos. Juagando con una pluma en sus manos. No se dio cuenta del momento en que él entró. Se acercó abrazándola por la espalda. La sintió tensa. Le dio la vuelta y la abrazó con más fuerza. Ella no correspondió a su abrazo.
– ¿Te sucede algo? –preguntó preocupado.
– ¿Debería preocuparme algo? –el tono de voz que usó fue el mismo que usaba con algún proveedor o cliente pesado. Frío. Calculador. Distante.
– No sé. Te siento diferente.
– Este es el modo en el que siempre debí ser. Ahora te pido que por favor salgas de mi oficina.
– Emily, dime que te pasa.
– ¿Quieres saber qué me pasa? Pasa que no supe cuando me dejé poner una venda por ti en los ojos. Pasa que se te acabó el juego conmigo Dmitri Vladislavich.
– ¿De qué hablas?
– De que me estés conquistando para quedarte con la empresa.
– ¿Qué dices? Si la empresa la puse a tu nombre.
– Sí, y cuando te pudieras acostar conmigo la obtendrías de vuelta.
– No sé de lo que estás hablando.
– Hablo de que descubrí tu plan. Pero… no se te va hacer.
– Si eso es lo que piensas no tengo nada que hacer aquí –dijo eso y se marchó.
Cómo había sido tan estúpida de creer en sus palabras. Esa grabación con la conversación que tuvo con Jhordan recientemente le había dolido demasiado. Volvió a escucharla.
– ¿Cómo vas hacer para recuperar la empresa?
– La estoy conquistando, de esa manera gano la empresa.
– ¿Y si te enamoras de ella?
– Eso no va a pasar, ella se está enamorando de mí. Y es una ventaja
– La única ventaja que veo es que ahora tienes un título de la nobleza, eres un lord y eso te abre muchas puertas.
– Eso… me interesa, no el amor que empieza a sentir. Sé que podré obtener la empresa.
– Entonces tienes claro lo que quieres.
– Sí, muy claro.
Cada vez que la escuchaba era como si le clavaran clavos calientes en el corazón. No quería verlo. Más tarde iría por sus cosas a la empresa y se marcharía a su apartamento, ¿quería la empresa? Pues le quedaría difícil obtenerla.
****
Dmitri salió confundido. No entendía por qué ella se comportaba de esa manera. Condujo hasta la empresa y se metió en su oficina. Abrió el sobre que llevaba en las manos y el mundo le cayó a los pies al darse cuenta de lo que contenía. Varias fotos de Emily con hombres distintos. En una estaba abrazada a un hombre en el aeropuerto de Moscú, fue el mismo día en que visitaron a su abuelo en San Petersburgo. En otra tenía la cara enterrada en el pecho de Jack y él le sobaba la espalda muy afectuosamente, fue la vez que lo había dejado con la cena pedida. En otra le tenía la mano agarrada a un hombre y lo miraba con ternura, esa tenía fecha de los días en que estuvo en el hospital. Entonces, llegó a la conclusión de que ella se estaba peleando con él para que no le hiciera reclamos de nada. Ya había obtenido lo que quería. La empresa. Y ahora no lo necesitaba. La única que estaba jugando era ella... Con él.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top