30
6/6
La conversación que tuvo con su ahora amiga lo dejó satisfecho. Galia se llevaría una gran sorpresa. Ahora si se daría cuenta cuán grande es su amor por ella.
Al día siguiente se levantó temprano y fue a una fábrica de peluche y encargó uno a su gusto. Llegó a una joyería y escogió un anillo. Luego se fue a su piso y arregló la cena, el vino, la música y llamó a Ivonne para que cancelara todas las citas de ese día y a Mattew para que le acelerara un proceso que le urgía.
Ese día, Dmitri no podía dejar de pensar en Emily. Por un momento, esa noche, pensó que se escaparía con Jack; pero luego había entrado sorprendiéndola con el teléfono en la mano mientras colgaba. Le había ofrecido un mirada llena de sentimiento que hizo que ella se sonrojara.
- No aguanto más estar así -le había dicho mientras se acercaba a ella y se sentaba a su lado. Sofía se había levantado de su cama dejándole espacio y salió a dar un paseo mientras lo dejaba a él hablar con Emily.
- ¿Qué es lo que no aguantas? -preguntó ella estremeciéndose por su cercanía.
- Necesito hablarte de los sentimientos que se han anidado en mi corazón.
- ¿De... de qué hablas? -dijo retrocediendo un poco en su cama.
- Me afectas Emily ¿es que no te das cuenta?
- No... comprendo -dijo ella alejándose un poco más. Él se dio cuenta de que estaba tratando de cerrarse a él.
- Te amo Emily, estoy enamorado de ti -vio cómo ella abría sus hermosos ojos asombrados.
- ¿Está seguro de lo que dices? -notó un deje de duda en su voz.
- Sí, nunca antes había estado tan seguro de mis sentimientos hacia una mujer -dijo mientras le acariciaba el rostro con sus nudillos.
- Yo... no sé qué decir...
- Dime que sientes lo mismo por mí. Dime que también me amas. Dime si sientes... aunque sea aprecio hacia mí -le dijo en un susurro.
- Dmitri... yo... -la vio bajar la cabeza y contuvo el aliento-. También te amo -su voz se escuchaba temerosa.
Él le puso los dedos en la barbilla obligándola a que lo mirara. Sus ojos estaban húmedos por las lágrimas.
- ¿Tienes miedo?
Ella asintió. Él la tomó por la nuca acercándola lentamente hasta que sus labios se acariciaron-. No tienes por qué temer. Confía en mí -ella volvió a asentir. Entonces, la besó suavemente. Cuando por fin se separó de ella, estaba sonriendo.
- Quiero poder estar contigo sin pensar en el maldito contrato -ella lo miró confundida-. Es más, ahora soy dueño de las acciones de papá, así que te las pasaré.
- ¿Qué? No... no puedes hacer eso -dijo con los ojos bien abiertos por la sorpresa.
- Sí, lo haré -dijo con decisión-. De esa manera te mostraré que lo que siento por ti es realmente poderoso -volvió a besarla hasta que quedó sin aliento-. Buenas noches.
Se acercó a la puerta y, como si supiera que la conversación entre ellos había terminado, Sofía entró apoderándose de su lado de la cama. Él se inclinó hacia su tigresa y le susurró a su oído: "aprovecha mientras puedas, muy pronto ese lugar será mío". Ella lo vio y dio un bostezo sacando la lengua. Luego salió de la habitación de Emily.
Pensó en la conversación telefónica que había escuchado y no entendía por qué se humillaba de esa manera. Por qué le mendigaba amor. Por qué si deseaba abandonarlo le decía que lo amaba. Sin embargo lo que vio en sus ojos... Suspiró. Sí ella lo amaba. Sabiendo eso, ahora lo único que le restaba era convencerla de que su futuro estaba al lado de él...
*****
Jack aparcó su Aston Martin gris en la puerta de la casa de Emily. Sacó su móvil y le marcó.
- Hola -dijo cuándo le contestaron del otro lado de la línea-. ¿Lista? -pausa-. Bien te espero.
Oyó que las puertas principales se abrían y un Jaguar azul entraba a través de ellas. Venía con mucha lentitud. Paradójicamente parecía un jaguar asechando a su presa.
Dmitri vio la escena y se le subieron los colores al rostro. "¿A caso Emily le había mentido cunado le dijo que lo amaba?" -se preguntó. No. No podía ser. Sus ojos no mentían. Entonces... ¿qué sucedía? Estaba molesto. No podían. No lo permitiría.
- ¡Qué demonios...! -profirió viendo el enorme peluche que estaba en la entrada de su casa. Aparcó detrás del Aston Martín y frunció el ceño con gran enojo por pasar desapercibido para todos los reunidos en el porche de su casa.
Galia salió seguida de Emily y Sue y se quedó boquiabierta con el enorme oso de peluche que vio apoyado en la columna del porche de la casa. Tenía un corazón abrazado en una mano con una frase escrita en ruso: 'te amo', en la otra mano llevaba una cajita negra aterciopelada en la que reposaba un anillo de plata con una esmeralda grande y el aro del anillo estaba rodeado de diminutos zafiros. Ella se acercó lentamente y cuando alargó la mano para tocarlo otra mano más fuerte la tomo por la muñeca haciéndola dar un gritito del susto. De detrás del gran oso salió Jack sonriendo.
- Galia -dijo sin apartar su mirada de sus ojos-. Sé que con esto me salto nuestra etapa de noviazgo; pero siento que te conozco tan bien como tú a mí. Que deseo tenerte lo más pronto posible en mi vida. Compartir tus alegrías y tristezas. Quiero que seas mi amiga y confidente. Mi novia y amante. Quiero ser lo primero que veas cuando despiertes por la mañana y lo último cuando te duermas. Por favor -dijo hincando la rodilla en el suelo-, dime que aceptas casarte conmigo el próximo jueves
- ¡¿Qué?! -dijo emocionada y sorprendida-. ¿El jueves? Pero sólo quedarían casi dos semanas para preparar la boda.
- El próximo fin de semana viajo a Brasil y deseo llevarte conmigo.
- Pero es muy pronto ¿y los preparativos?
- Por eso no hay problema -intervino Emily-. Sue y yo ya nos encargamos de eso.
- ¿Y? ¿Qué dices?
- Que sí.
Jack se levantó abrazando a Galia y llenándola de besos. Ella rió con lágrimas en los ojos.
- ¡Sí! -gritó Emily. Jack se separó de Galia y se giró para observarla. Entonces ella corrió hasta abrazarlo, colgada de su cuello. Él la sostuvo devolviéndole el abrazo mientras le daba las gracias.
- ¿Qué demonios sucede aquí? -la voz llena de odio de Dmitri acabó con el momento.
- Dmitri -dijo Emily separándose de Jack y viendolo con un brillo en los ojos.
- He preguntado ¿qué sucede aquí? -volvió a preguntar arrastrando las palabras mientras terminaba de subir los escalones.
- ¡Me caso! -contestó Galia con alegría saliendo de detrás de Emily.
- ¡¿Qué?! -preguntó con más desconcierto que enojo.
- Que me caso -repitió Galia.
- ¿Y podría saber con quién?
- Conmigo -dijo Jack.
- ¿Te has vuelto loca? -empezó hablar en ruso.
- No estoy loca -contestó ella igual en ruso-. Estoy enamorada.
- ¿Enamorada? ¿No crees que estás vieja para eso? ¡Él podría ser tu hijo! ¡Por favor mamá reacciona! -Galia abrió los ojos con dolor.
- ¡Ya estuvo! -estalló Emily hablando en inglés-. Jack llévate a Galia. Sácala de aquí. Sue ve con ellos. Ella... te necesitará.
- Pero... ¿y tú? -le dijo Sue.
- Estaré bien -la tranquilizó-. Puedo lidiar con él -dijo mirando molesta a Dmitri mientras caminaba hacia él decidida.
Dmitri la observó encaminarse hacia él. Nunca la había visto así. Solamente en sus sueños y deseó no haberlo recordado porque inmediatamente se le vino la imagen de ella rebanándole el cuello con su navaja. Dio un paso atrás. ¡Oh, maldición! Ahora sí estaba perdido.
- Tú cretino insensible -dijo golpeándolo con el dedo en su pecho-. Vendrás conmigo.
- No. Tengo que rescatar a mi madre -dijo él con firmeza.
- ¿De quién? ¿Del amor? -espetó ella colocando las manos sobre sus caderas.
- Claro que no. Rescatarla de ese...
- Nada -lo interrumpió-. Vienes conmigo -dijo agarrándolo por la corbata halándolo para que lo siguiera como un perro asustado que tiran de su correa. Cuando estuvieron dentro ella cerró la puerta de un portazo.
- ¿Qué rayos te ha sucedido ahí afuera?
- Me he llenado de celos -respondió avergonzado pero aún enojado.
- Bueno, entonces te repones enseguida que me acompañarás a celebrar el compromiso de tu madre en el apartamento de Jack -lo reprendió. Él hizo una mueca de disgusto-. Te comportarás, le pedirás perdón a Galia y la apoyarás, ¿entendiste? O le diré a Sofía que no te deje acercar a mí en lo que queda de este matrimonio.
- Entendí -dijo molesto y con dientes apretados. Ella lo miró un largo rato. Luego se acercó y le dio un beso en la mejilla que lo tomó por sorpresa pero le gustó. Era la primera vez que ella le daba un beso sin ser él quien diera el primer paso.
—Bien, ahora me iré a arreglar. Te recomiendo que hagas lo mismo -dijo y se marchó dejándolo sólo con sus pensamientos.
La vio alejarse preocupado. Tenía que hacer lo posible para no perder el poco terreno que había ganado la noche anterior. ¿Cómo fue a perder los nervios de esa manera? Verla con esos ojos iluminados de felicidad. Gritando 'sí' y luego verla correr a los brazos de Jack habían sacado lo peor de él. No se fijó que su madre estaba detrás de ellos y tampoco imaginó que ese enorme oso era para su madre. ¿Es que nunca iba a desaparecer de su vida? "No, obvio no" -se dijo-. "Bien ahora hacer de tripas corazón y apoyar a su madre en su locura de casarse con ese".
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top