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Jhordan se giró cuando oyó la puerta de su oficina abrirse y ver pasar a mariano acompañado de un hombre alto de aspecto italiano. -Llegas tarde -recriminó.

- Tranquilo amigo, estaba buscando al hombre del que te hablé. Te presento Anastasio Lombardi. Este es el hombre que puede sacarte del lío en el que estás metido.

- Mucho gusto. Jhordan Cowell -dijo ofreciéndole una mano.

- Anastasio Lombardi -contestó con acento italiano, estrechando la mano de Jhordan-. ¿De cuánto dinero estamos hablando? -dijo sin rodeos y con una sonrisa maliciosa.

***

Alexis se sentó, con una gran sonrisa en su rostro, a la mesa del restaurante en el que había quedado con Jhordan para almorzar. -Te tengo una noticia que te va alegrar.

- ¿Encontraron a los culpables de los asaltos a los contenedores?

- No amigo. Esta noticia te alegrará sobremanera.

- Bueno, suéltala.

- Tenemos varios contratos con distintas ciudades que quieren que les sirvamos de intermediarios en sus exportaciones.

La empresa Cowell y Asociados se especializaba en la intermediación entre empresas de diferentes países para la exportación de sus productos, empresas que querían evitar el papeleo legal y el de aduanas, usaban la empresa de Jhordan porque esa empresa tenía entrada a muchos países por su actividad comercial de exportación e importación.

- Explícate.

- Missouri, Nebraska, Borgoña, Alsacia, Kagawa, Okayama, han pedido nuestro servicio y eso es sólo la mitad de las ciudades que nos han contratado, son ciudades de Francia, Italia de todos lados del mundo. Y son productos de mucho valor, lo cual quiere decir que nos dejará ganancias suficientes para pagar a los clientes del envío robado y nos queda para adquirir unas avionetas para el envío aéreo y dejar los barcos para mercancía de poco valor.

- Es la mejor noticia que me has podido dar -Jhordan estaba feliz de que todo estuviese regresando a su curso.

Ya había transcurrido un mes desde el último asalto a los contenedores y no se había vuelto a presentar otro suceso igual. Jhordan pudo cancelar las garantías a sus clientes; pero ahora tenía una deuda grande con Anastasio Lombardi, que al parecer no era tan paciente como le había dicho Mariano.

Luego de detallar los pormenores de los contratos, almorzaron y después caminaron hasta la oficina de las Empresas Cowell. Esa misma tarde Jhordan decidió, ya más confiado en que el contrato que consiguió Alexis sería muy lucrativo para ellos, que iría con Mónica al banco para abrirle una extensión de su cuenta para que pudiera hacer sus compras y no lo molestara ya que necesitaría concentrar toda su atención en el gran nuevo contrato que tenía.

******

"En otras noticias, nos informan desde el centro de meteorología que un tornado se acerca a las costas de Canterbury, se estima un categoría tres, posiblemente tome fuerza al llegar a las costas de esta ciudad convirtiéndose en un categoría cinco. Se le avisa a la población que tomen las precauciones correspondientes. No se quieren pérdidas humanas a causa del tornado..." -escuchó Alexis en la radio de su auto cuando iba camino a la oficina esa mañana, intentó llamar a Jhordan y cerciorarse que él también tendría conocimiento de las noticias; pero su teléfono se iba a buzón de voz.

- Hola ¿Mariano? -dijo al celular.

- Sí. ¿Qué sucede?

- ¿Sabes dónde puedo encontrar a Jhordan?

- Ciertamente... no. Ayer no quiso regresar conmigo y se quedó jugando en el casino con Mónica.

El sonido del teléfono de su oficina lo interrumpió. -Espera un minuto, ya estoy contigo -dijo a su celular mientras levantaba el teléfono de su oficina.

- Señor Pineda, disculpe que lo moleste, pero no nos hemos podido comunicar con el señor Cowell. Habla con Robert Owen.

- Tranquilo, dime ligero qué sucede.

- Es el tornado señor. Se acerca muy rápido al puerto y las embarcaciones están en altamar.

- ¡¿Cómo?! ¡¿Las diez?! ¡¿A caso no les dije que no zarparan hasta que les diera aviso?!

- Lo lamento señor; pero Emerson dijo que la orden de salida ya estaba dada.

- Comunícame con John.

- El señor Emerson recibió una llamada y tuvo que salir urgente.

- ¿Quién está a cargo?

- Yo señor, soy su asistente.

- ¿Quién le dio la orden a John para zarpar las embarcaciones?

- No lo sé señor; pero me pareció haberlo escuchado hablar con el señor Paredes.

- ¿Y pudo escuchar de qué hablaban?

- Era acerca de una venganza y de que ya daría la orden.

- ¿Cuál?

- Eso no lo sé.

- Muy bien gracias por avisar -dijo y colgó el teléfono.

Prestó atención a su celular; pero no escuchó ruido alguno. - ¿Mariano? -no hubo respuesta-. ¡Maldita sea! -marcó nuevamente al número privado de Jhordan. Se fue al buzón de mensajes-. Jhordan háblame cuando escuches este mensaje, es urgente.

******

Entró a la oficina de Sue un poco preocupado. - ¿Sue? Qué bueno poderte ver.

Ella levantó la vista de la laptop. -Hola Alex, ¿a qué debo el honor de tu visita?

- Sí. Verás, mañana temprano tengo que regresar a Colombia. La visa de trabajo ya se me venció y los agentes de migración estarán temprano en mi puerta para asegurarse que me haya marchado.

- ¿Y por qué no la renuevas?

- Porque tengo que atender otros asuntos allá con mi familia.

- ¿Y me dices eso por qué...?

- Quiero proteger la empresa que ayudé a construir. Quiero venderte mi parte, mis acciones.

- ¿Por qué yo y no Jhordan?

- Porque Mónica y el casino lo tienen trastornado, no piensa más que en ellos y será eso lo que lo lleve a la ruina. Tú en cambio estás más centrada en la empresa y podrás sacarla adelante.

- ¿Entiendes que esa sería una pelea perdida con él?, no me tiene en cuenta ni en las juntas sólo por ser mujer.

- Sí; pero si compras mis acciones tendrás el cuarenta y cinco por ciento. Tendrá que escucharte lo quiera o no.

- Hmmm... Está bien. Espero no defraudarte.

Él sabía que no lo haría, ella era una persona de buen corazón que amaba también a la empresa tanto como él.

******

- ¡Jhordan! Gracias a Dios te encuentro. Ayer intenté...

- Alexis -interrumpió-. El tornado de ayer... arrasó... -no lograba pronunciar las palabras.

- Lo sé amigo y lo lamento

Jhordan lo miró sorprendido.- ¿Eso es lo único que me vas a decir? ¿Y quiénes son los caballeros? -preguntó dándose cuenta de la presencia de los hombres que acompañaban a su amigo.

- Ellos son los agentes de inmigración, se cercioraran de que salga de Londres.

- ¿No comprendo?

- Intenté comunicarme contigo. Mi visa expiró y debo regresar a Colombia, mi esposa y mis hijas me esperan. Intenté advertirte del tornado. Tengo la sospecha de que Mariano tiene algo que ver con la salida de las embarcaciones. Seguiré investigando desde Colombia y te enviaré un correo.

- ¿Sigues sospechando de Mariano? -dijo con reproche-. ¿Qué harás con tus acciones?

- Se las vendí a Sue. Escúchala. Ella es buena en lo que hace.

- Pero...

- Mejor no digas nada. Tú ahora estás cegado por esa mujer que será tu perdición. Ahora me voy, mi vuelo sale en tres horas -se despidió y salió de la oficina. Jhordan no podía dar crédito a que su amigo lo abandonara en esa situación...

******

- Dmitri -contestó su celular.

- ¿Hijo? ¿Cómo estás?

- ¿Papá? Hace semanas que no sé de ti. ¿Cómo te encuentras?

- No tan bien como quisiera -hizo una pausa-. Hijo tengo un grave problema con la empresa y me urge tu ayuda.

- Tranquilízate papá. Termino este proyecto y mañana mismo viajo a Londres.

- Gracias hijo. No tardes.

- No lo haré.

Dmitri, un hombre fuerte de rasgos duros igual que su padre, inteligente y con un temperamento fuerte pero amable; su madre lo había alejado de su padre a los diez años llevándoselo con ella a Rusia. Su abuelo al verlo sonrió y lo presentó a la sociedad con mucho orgullo. Su madre había temido que su abuelo lo rechazara por su color, sin embargo, él le mostró que el Vladislavich que levantó el imperio de la familia era hijo de una sirvienta negra con un campesino, el primer Vladislavich, así lo mostraba el cuadro del árbol genealógico de la familia que reposaba en la galería de la mansión. Hubo un tiempo en el que estuvo escondido en el sótano porque Vaniah Ivanov, su abuela, repudiaba a la raza negra y él la amaba tanto que decidió dejar oculto sus orígenes para hacerla feliz y Galia creyó que su padre era igual de racista que su madre; pero su abuelo lo reconoció como un Vladislavich más, enfrentándose a todos aquellos que criticaron su parentesco. Desligó alianzas con los racistas y las fortaleció con aquellos que lo apoyaron.

Las empresas de su abuelo eran muy reconocidas y él era quien las dirigía. Su abuelo estaba orgulloso de él y no sólo por cómo llevaba el mando de sus empresas sino también por cómo había levantado su propia empresa de construcciones a nivel internacional.

Ahora su padre tenía un problema grave y era su deber ayudarle.

- ¿Por qué mejor no viajas ahora? -preguntó James sacándolo de sus recuerdos.

- Porque debemos terminar el proyecto para Pierre.

- No te preocupes por eso. Yo me encargo; de todas maneras sólo le faltan unos retoques. Además, no hay que entregarlo hasta lunes y la presentación no se hará de inmediato. Él tendrá que estudiarlos primero y luego citar a los escogidos para la presentación y de eso también puedo encargarme por algo soy tu administrador. También hay que tener en cuenta que son muchos los proyectos y que le tomará mucho tiempo para la revisiones así que tienes tiempo de sobra para resolver el problema con tu papá y regresar para resolver lo de tu matrimonio.

- No cantes victoria antes. Aún no sabemos si seremos escogidos.

- Nos escogerá. Que no te quepa la menor duda. Mejor aprovecha y observa bien a las londinenses y escoge a una para esposa -dijo en tono de burla y riendo a carcajadas.

- Deja de bromear que esto es serio -dijo molesto Dmitri.

- Está bien, ya en serio, ve con tu papá.

- ¿Estás seguro?

- Ve tranquilo, te mantendré al tanto de los resultados de la convocatoria.

- Gracias hermano.

- ¿Para qué están los amigos?...

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