Capitulo siete

Al paso del tiempo, Degel y Camus formalizaron su relación y se convirtieron en una pareja estable y feliz. Degel continuó trabajando en la empresa de su padre, mientras que Camus siguió siendo un médico destacado en el hospital.

Sin embargo, el hospital donde Camus trabajaba comenzó a experimentar problemas económicos. La falta de fondos y la escasez de recursos estaban afectando la calidad de la atención médica y la moral de los empleados.

Camus se sintió preocupado por la situación y decidió hablar con Degel sobre ella. Degel, que había estado trabajando en la empresa de su padre, tenía experiencia en la gestión de empresas y se ofreció a ayudar a Camus a encontrar una solución.

- Podemos trabajar juntos para encontrar una forma de salvar el hospital. No podemos dejar que la falta de fondos afecte la atención médica de la gente que necesita.

Camus se sintió agradecido por la oferta de Degel y juntos comenzaron a trabajar en un plan para salvar el hospital. Degel utilizó sus habilidades empresariales para analizar la situación financiera del hospital y encontrar formas de reducir costos y aumentar la eficiencia.

Mientras tanto, Camus se centró en encontrar formas de aumentar la atención médica y mejorar la calidad de la atención al paciente. Juntos, trabajaron arduamente para encontrar una solución que beneficiara a todos.

- Puedo... - Pensó Degel mirando la foto que tenía en el escritorio donde salen Camus y el juntos - Puedo aportar yo mismo.

Degel se sintió conmovido por la situación del hospital y decidió utilizar sus recursos y experiencia para ayudar a salvar la institución. Recordó cómo Camus y el hospital lo habían ayudado después de su accidente, y se sintió agradecido por la oportunidad de devolver el favor.

- Camus, te prometo que haré todo lo que esté en mi poder para ayudar al hospital - Se Dijo a si mismo mirando la foto - No puedo dejar que la institución que me salvó la vida y me ayudó a mí después de mi accidente se vaya al quiebre.

De inmediato Degel tomó su celular para hacerle una llamada a Camus, al escuchar su voz fue como un deleite para su alma.
Le explicó la situación que tenía en mente esperando ser de ayuda.

Camus se sintió conmovido por las palabras de Degel y se dio cuenta de que su pareja era una persona muy especial - Gracias, Degel - Le respondió al otro lado de la llamada- Significa mucho para mí saber que estás dispuesto a ayudar al hospital.

- No hay de qué - Estoy aquí para ayudarte y para ayudar al hospital. Vamos a trabajar juntos para encontrar una solución.

Juntos, Degel y Camus comenzaron a trabajar en un plan para salvar el hospital. Degel utilizó sus contactos y recursos para reunir fondos y donaciones, mientras que Camus se centró en encontrar formas de reducir costos y mejorar la eficiencia del hospital.

Después de varias semanas de arduo trabajo, Degel y Camus finalmente lograron encontrar una solución para salvar el hospital. La institución fue capaz de pagar sus deudas y seguir funcionando, gracias a la ayuda de Degel y la determinación de Camus.

Al saber el personal del hospital que Degel y Camus fueron los que idearon salvar el hospital, de inmediato tomaron una decisión.

El personal del hospital se reunió en secreto para planificar una pequeña fiesta de agradecimiento para Degel y Camus. Saga, que había sido testigo de la relación entre los dos, fue el cerebro detrás de la idea.

La noche de la fiesta llegó, Degel y Camus llegaron al hospital sin saber qué les esperaba. Al entrar en la sala de conferencias, se encontraron con una habitación llena de personal del hospital, todos sonriendo y aplaudiendo.

Degel y Camus se miraron entre sí, confundidos, pero luego vieron la pancarta que decía  "Gracias por salvar nuestro hospital" y se dieron cuenta de inmediato lo que estaba sucediendo.

Saga se acercó a ellos, sonriendo, y les dio un abrazo - Queremos agradecerte por todo lo que has hecho por nosotros... Eres un verdadero héroe, Degel.

Degel se sonrojó y se sintió conmovido por la muestra de agradecimiento - No hay de qué... Estoy solo feliz de haber podido ayudar, además ustedes me ayudaron cuando lo necesité.

Camus se acercó a Degel y le dio un beso en la mejilla - Estoy muy orgulloso de ti. Eres un hombre increíble.

- Mmm pero más increíble tu - Lo tomó de la cintura, lentamente se acercó a su oído - Tu también ayudaste en esto.

- Degel - Susurró Camus sintiendo su corazón latir desenfrenadamente.

- Soy afortunado porque estás a mi lado.

Le contestó dando un guiño mientras se acercaban a la fiesta que los esperaba.

La fiesta en el hospital estaba en pleno apogeo. Los empleados y pacientes del hospital se habían reunido para celebrar un momento muy especial. Degel y Camus estaban en el centro de la fiesta, rodeados de personas que les agradecían su ayuda. Degel, con una sonrisa modesta, se negaba a aceptar los elogios, diciendo que solo había hecho lo que cualquier persona haría en su lugar.

Pero Camus sabía la verdad. Sabía que Degel había pagado las deudas del hospital con su propio dinero, sin esperar nada a cambio. Y sabía que Degel lo había hecho por la ayuda brindada cuando tuvo el accidente.

Mientras la fiesta continuaba, Camus le pidió hablar a solas, se retiraron a un rincón para hablar en privado - No entiendo por qué no aceptas lo que es la realidad, tu ayudaste Mon amour - Dijo Camus, mirando a Degel con admiración.

Degel se encogió de hombros - No es nada. Solo hice lo que creí que era correcto. Y además, fue divertido ver la cara de los empleados del hospital emocionados al ver qué no perdieron su lugar de trabajo  - Degel lo tomó de la cintura atrayendo más a su cuerpo - Sabes que no hice esto solo, tu me ayudaste a salvar este lugar.

Camus se rió - Eso es típico de ti... Siempre has sido una persona que hace las cosas por los demás, sin esperar nada a cambio. Esa es una de las cosas que más me gustan de ti.

Degel sonrió, sintiendo una sensación de calor en su corazón. Sabía que Camus lo amaba por quién era, y eso significaba todo para él.

La fiesta continuó durante horas, con Degel y Camus en el centro de la celebración. Pero para ellos, la verdadera celebración era la oportunidad de estar juntos, rodeados de personas que los apreciaban y los amaban.

Después de un rato de celebración, Degel y Camus se miraron el uno al otro y sonrieron. Sin decir una palabra, se tomaron de la mano y se escabulleron de la fiesta, dejando atrás el ruido y la multitud.

Se dirigieron a uno de los consultorios que se encontraba a solas donde la oscuridad y la tranquilidad los envolvieron como un abrazo.
Ambos tomaron asiento como si de una consulta se tratara. Camus en su lugar y Degel el paciente

- Doctor Camus, que me recomiendas para los latidos desenfrenados que me provocas cada vez que te veo.

Camus sonrió y tomó la mano de Degel. - Esa medicina estara aquí para ti - Eres la persona más importante de mi vida, Degel.

Degel se sintió conmovido por las palabras de Camus. Se inclinó hacia adelante y lo besó suavemente en los labios. Camus respondió al beso, y por un momento, el mundo a su alrededor desapareció.

Finalmente, se separaron y se miraron el uno al otro, sonriendo - Creo que debemos regresar a la fiesta - Dijo Degel, aunque sin mucho entusiasmo.

Camus se rió - Sí, probablemente sea una buena idea, antes de que vengan a buscarnos. Pero antes, déjame decirte algo.

Degel se inclinó hacia adelante, curioso - ¿Qué es?

Camus sonrió y lo miró a los ojos - Te amo, Degel. Más que nada en el mundo.

Degel se sintió conmovido por las palabras de Camus. Se inclinó hacia adelante y lo besó de nuevo - Yo también te amo, Camus - Siempre te amaré - Susurró fundiéndose en otro beso.

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