XX|Final.

Santi

Los últimos días de exámenes pasaron y con los chicos logramos aprobar todo, es decir, tendremos nuestra graduación, más qué feliz no podia estar.

Estos días han sido de los más locos, me mudé de la casa de mí amigo, a mí nuevo departamento, y mí padre me depósito el dinero correspondiente.

El departamento estaba a tan solo unas cuadras de la universidad, era nuestro último día de clase; ya todos estábamos desesperados por salir de la cárcel, para meternos en otra más grande.

—¿Emocionado por terminar la secundaria, amor? —me preguntó mí hermoso novio, abrazándome.

—Si, por fin se terminaron seis años de sufrimiento.

—Terminaremos de morir en la universidad —dijo con cierta gracia

—Nunca te pregunté amor, ¿Qué tienes pensado estudiar?

—Filosofía —contesto sonriente

—¿Filosofía?

Asintió emocionado

—Sip, así es.

—¿Iremos a la misma universidad, verdad?

—Claro, por supuesto nunca me separaría de vos mí amor.

—Aww, eres un tierno.

—Cállate,

—Te amo. —dije mirándolo a los ojos.

—Yo más hermoso.

(...)

Después de tanto llegó el día que todos esperábamos, el día de nuestra graduación, y nosotros no podíamos estar más que contentos.

Ian y Samuel estudiaran abogacía en la misma escuela que nosotros, ambos tienen de herencia el bufete de abogados de sus familias.

Estábamos todos nerviosos, peor en el momento en que nos llamaban para entregarnos nuestros diplomas.

—Santiago Ortis —me nombró el director, me levanté de mí lugar y estreche su mano tomando el diploma en mis manos.

Nos tomaron la foto y volví a mí asiento, así hicieron con todos mis compañeros.

Después de la ceremonia, nos encontramos todos en la entrada de la escuela

—Por fin terminamos este año, que locura ¿No chicos? —hablo Ian sintiendo

Asentimos, dándole razón.

— Y aún nos espera mucho más por lograr amigos.

—Bueno mucha charla ¡A festejar!

Nos fuimos a la casa de Marcos, ya que nos había invitado a almorzar.

—¡Mis amores! —exclamo la madre de mí novio

—Hola mamá —Después de la foto, se tuvieron que ir debido a que querían preparar todo.

—Vengan ya esta todo preparado para almorzar, hoy es su día chicos.

Nos acomodamos en nuestros lugares sintiéndonos amenos al ambiente familiar que se había formado.

—Quiero brindar. —dije levantando mi copa con vino y parándome de mi silla—. Quiero brindar por nosotros, por haber logrado pasar esta etapa, hoy se cierra un ciclo para comenzar uno nuevo y no puedo estar mas feliz que compartirlo con ustedes mis amigos, hermanos y mi pareja. Marcos, mi amor, es lo mas hermoso y valioso que me dio la vida, después de tantas altas y bajas que hemos tenido por fin siento que podemos estar en paz, siendo la verdadera familia que somos, hoy en nuestro día quiero que recordemos porque somos amigos y porque estamos juntos, quiero que no olvidemos quienes somos y lo que podemos llegar a hacer, amo a mi familia y esos son ustedes. —dije terminando de hablar y volviéndome a sentar.

Mis amigos, mis suegros y mi chico, me miraban con una sonrisa en el rostro, ellos también sienten lo mismo que yo, sienten el amor que les tengo y la alegría de tenerlos a mi lado.

—Esas fueron las mejores palabras que pudiste haber dicho, mi amor. —dijo Marcos, con una sonrisa en su hermoso rostro.

—Si amigo ¿te salió del corazón, o lo ensayaste antes de venir? —dijo Ian mirándome con una sonrisa burlona, menudo imbesil.

— Eres un idiota Ian. Sabelo

—Me amas

—Ya chicos dejen de pelear y mejor terminemos de comer. —dijo la madre de mi chico.

—Háganle caso a mi suegra.

El almuerzo transcurrió lleno de risas y amor, en especial amor, estuvimos la tarde pensando en que hacer hasta que decidimos...

—¿Salir a bailar? —interrogo Marcos

—Si los chicos quieren salir a emborracharse y yo a bailar con mi novio ¿Qué te parece?

—Me fascina la idea, mi amor

— Ayúdame a elegir que ponerme para verme guapo —dije guiñándole el ojo, mientras me sacabala camisa

Sus ojos recorrieron todo mi abdomen, y por un segundo me sentí intimidado por mi propio novio.

—¡Deja de mirarme así, pervertido! —. Me queje tratando de cubrirme.

—¿Así como? —pregunto haciéndose el inocente.

—Como si quisieras devorarme. —susurre apenado.

Soltó una gran carcajada, sentía mi mejillas arder, y la vergüenza recorrer todo mi cuerpo

—Vamos amor, te he visto en todos los sentidos y sabes que tu abdomen no es lo único que me vuelve loco. —dijo acercándose a mi y poniéndose atrás mío

—¿Y que es lo que te vuelve loco?

— Es algo que tienes debajo de este pantalón que esta haciendo que me ponga muy enojado al no tener lo que quiero —susurro pasando sus manos por mi espalda, provocando que me erice.

—Marcos, no me provoques. —dije tratando controlar los impulsos de mí cuerpo.

—Amor, ya te he dicho que no te reprimas—.En un rápido movimiento, me tiró hacia la cama colocándose arriba mío.

—Pero tus padres...- susurré tratando de no perderme en sus ojos.

—Se fueron, pero volverán así que tenernos solo veinte minutos ¿Qué esperas?

No hace falta decir lo que pasó esa tarde, solo diré que la ropa se volvió incómoda sobre nuestro cuerpo.

(...)

La noche había echo su aparición y nosotros la nuestra en el boliche, cada uno estaba concentrado en lo suyo, con marcos estábamos tranquilos bebiendo cerveza mientras bailábamos apenas, los chicos se fueron a chamuyar a cualquier chica que se le cruzará.

Pasamos la noche festejando, siendo jóvenes disfrutando nuestros logros, esa noche nos olvidamos de todo que fuimos alguna vez, de nuestros errores, nuestros padres, de todo.

Mire a mí chico, aún me parecía irreal todo lo que vivimos y lo que nos queda por vivir, apenas teníamos diecisiete años pero habíamos vividos más que cualquiera.

—Ey amor ¿En qué piensas? —Preguntó Marcos, pasando su mano por enfrente de mí rostro.

—En qué te amo, te amo mucho.

— Aww, yo igual amor, te amo.

Sonreímos como dos idiotas enamorados, porque eso éramos dos idiotas enamorados tratando de vivir su vida al máximo y en disfrutar cada segundo de nuestra vida.

Una vez escuché una frase que me pareció ridícula en su momento

«El amor es precioso pero lleno de fronteras imaginarias»

Ahora se que esa frase es errónea, tan solo mírennos a Marcos y a mí

Lo nuestro es un amor sin fronteras, porque supimos derribarlas a cada una sin perdernos en el intento. 



Fin. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top