Pequeño intruso
—No me jodas-musitó Sora—, ¡No me jodas!
El pequeño peliplata había pasado de un sentimiento dulce y vergonzoso a unos irritante y estresante. Luego de escapar de una segura confesión que lo había llevado a parecer una manzana andante se encontraban frente al vampiro noble, Akatsuki Yuu, el cual carcagaba el cuerpo inconsciente del profesor depravado.
—¿Se puede saber que paso?—preguntó Rin acariciando el puente de su nariz, intentando no demostrar su grado de irritación.
El pelinaranja abrió la boca y la volvió a cerrar. Ni él había procesado toda la información.
Sora desenfundó de un movimiento su arma negra y apunto al muchacho el cual apenas se inmuto abriendo ligeramente sus ojos.
—¡Sora guarda el arma!-exclamó el castaño alarmado—, Yuu no lo atacó...
—¿Como estas tan seguro de eso?—preguntó apretando sus manos, aferrándose al arma.
—¡Es Yuu!—respondió como si fuera la respuesta más obvia y convincente de todos los tiempos.
Sora lo miro con una expresión de incredulidad y devolvió la vista al naranja sin bajar el arma.
—Nivel E—musitó el chico arrastrando la palabra, pensando en ellas—, no...más veloz...—susurró mientras observaba a Michelle.
—¡Sora!—exclamó Hikari llegando a la escena—, ¡Baja el arma! ¡Hay un íncubo en la academia y si lo asustas sera...!—la pelinegra calló sus palabras al terminar de contemplar la escena—, ¿Que mierda paso aquí?
—¿Un íncubo?—Preguntó incrédulo el chico que empezaba a bajar el arma.
Hikari asintió y con la mirada pidió una explicación.
—Demonio—afirmó el pelinaranja. Alzando la mirada.— Un demonio ataco a Mich-Sensei.
Sora quiso explotar en risa pero se contuvo por la situación en la cual se encontraba el pobre humano, pero la niña pelinegra no lo evito y estalló en risas.
—El íncubo —dijo como si hubiera descubierto América el castaño.
—¿Como llego aquí?—preguntó el peliplata ignorando olímpicamente al noble.
—Parecé que supo abrir una pequeña abertura cerca del bosque—dijo calmando su risa Hikari—, ya Saya la cerró pero aun esta por ahí...
Sora guardo su arma y se enderezó, entonces de la nada Akatsuki soltó el cuerpo del humano haciéndolo caer al suelo y tomó de un brazo del Kuran.
—Nos vamos de aquí, Rin-sama— formuló más como una orden que como una recomendación —, Kaname-sama dijo que usted estaría bien a pesar de las extrañas apariciones de seres demoníacos pero desgraciadamente no creo que dos niños puedan protegerlo aquí tan expuesto—nunca había pronunciado tantas palabras juntas ni siquiera para Rin.— empacaremos nuestras cosas y mañana en la mañana iremos rumbo a la mansión —Rin de detuvo enseguida—, allá es seguro y le notificare a Kaname-sama estas extrañas interaccio...
—Suficiente, Yuu—dijo el purasangre soltandose—, se que mi padre te envió aquí para estar conmigo y si ya te quieres ir tienes todo el derecho— el castaño se enderezó y colocó una expresión sería—, pero yo no me moveré de aquí.
El noble con una expresión tensa apretó los puños. Así era, había sido enviado por el rey a cuidar del príncipe y protegerlo de cualquier adversidad, y ahora que una acababa de aparecer este niño no le planeaba hacer caso. Suspiró profundamente y se enderezó.
—Kaname-sama...me pidió que le notificara cualquier anormalidad que ocurriera y que lo llevará a casa en caso de...—esta vez fueron los mellizos que accionaron.
Sora se aferró a Rin como si no hubiera un mañana y Hikari se interpuso entre el noble y el príncipe.
—Mira, cabeza de naranja-musitó la chica mirándole hacía arriba sin una pizca de inferioridad, quemando al más alto dentro de sus potentes ojos amatista—, tú, el día que juraste lealtad al bastado de Kuran firmaste tu propia sentencia—laa palabras de la pelinegra eran filosas, Rin pudo reconocer esa aura que solo una vez había visto en ella, esa aura superior que la regodeaba cuando se ponía realmente seria marcandose en el ambiente como la heredera a las tierras del inframundo que era. Una aura que el pequeño peliplata no poseía —. No me interesan los terminos o condiciones que hayas firmado, pero este no es tu terreno y para nosotros eres el enemigo, intenta solo poner un pie fuera de esta academia y yo me encargaré de destripar cada parte de tu infeliz ser.
El rostro del pelinaranja se desformo en una expresión de sorpresa alzando las cejas y abriendo los ojos con evidencia, después de todo no era el bloque macizo que era su padre. Volteó aturdido hacia el príncipe y este le miro serió. Viró de nuevo a la chica que mantenía su posición.
—Es usted una señorita muy oscura—susurró y se enderezó metiendo sus manos el los bolsillos del pantalón blanco que portaba.—Entiendo mi posición como extraño aquí en esta academia, me quedare como es mi deber protegiendo al primogénito —Rin se mordió los labios—, pero no me quedare pensando que ese demonio solo fue una casualidad. Para que un ser del interior de la tierra escape de allí debe de haber una distorsión muy disonante en el territorio...
—Aja aja—le interrumpió Hikari algo irritada—, hay una raja en el bosque donde suelen entrar, no tienes que empezar a dar explicaciones complejas a los obvio.
El pelinaranja la miró con seriedad y luego miro a Rin.
—Yo solo cumplo mi deber, proteger al heredero.
Los mellizos rodaron los ojos y le restaron importancia, pero Rin si quedó afectado. El heredero. No se sentía digno para nada.
—Yuu—susurró este y se acercó al alto muchacho -, no sigas con eso-pidió y bajo la mirada, era increíble la humildad que reflejaba en ese instante, aquel príncipe vampiro, tanto así que los mellizos se impresionaron, definitivamente los Kuran eran
Entonces de la nada sintió un cálido toqué revolver sus cabellos chocolate con delicadeza y suavidad. Rin alzó la mirada estupefacto recibiendo la color avellana del pelinaranja, que contrastaba con su eléctrico cabello y parecía embargada de afectó. Rin quedo completamente anonado y sorprendido, inmerso en ella.
—Tierra llamando a Rin, tierra llamando a Rin—escuchó a la pelinegra llamarle y enseguida rompió el contacto visual y se dirigió a ella, que detrás tenia a un tenso Sora que apretaba los puños para no lanzarce sobre su intento de novio. Si, estaba celoso.— ¿Que viene? ¿un pasional beso?—bromeo la chica y el pequeño oeliplata ardió por dentro.
—¿Que?—pregunto cruzando sus brazos y negó sonriendo, a lo que el alto volvió a su expresión de bloque.
—Que Sora planea como degollarte y ofrecerte a los dioses—esta vez el castaño miro al chiquillo molesto y se sonrojo un poco. Ups. Enseguida fue a suplicar por su vida.
—Entonces si es así la situacion del heredero—susurró para sí Yuu mientras observaba al muchacho purasangre negociar con el chico quien sabe que cosa; su existencia.
—Me pregunto como se las arreglarán —respondió Hikari haciéndole entender al alto que ella podía escucharlo. Este por supuesto la miro con precaución.
—Cuatro colmillo—le llamó y la chica sonrió desvelando una curva en sus labios tan adorable como peligrosa y llena de orgullo—, dime, ¿quien envió al íncubo? Esas pestes no suelen poder siquiera acercarse a la superfie.
—Vaya nena, veo que no eres tan despistado—respondió la chica a lo que en alto fruncio el ceño.
—No tienes permiso de llamarme así.
—No planeo pedírtelo tampoco.
Ambos empezaron una batalla con las miradas llenando el ambiente de una pesada aura
—Hikari, ya es suficiente—llamo una tercera voz rompiendo do la atmósfera, los cuatro voltearon y se encontraron al mayor de los hermanos Kiryuu, y Kuran; seguido, saliendo del espeso bosque cerca de donde estaban.
—Nii-san—murmuró la chica y observo el delgado cuerpo que cargaba, delicado y esbelto que apestaba a incubo—, lo atrapaste—su aura de precaución desapareció y su cara pinto una sonrisa dulce para su heano mayor, y acercándose a el observó aun mas de cerca al demonio—, ¿Que crees que signifique?
Haruka miro al ser dormido entre sus brazos.
—Es una declaración de guerra.
***
La noche había arropado con delicadeza a la academia, y mientras su población estudiantil dormía, o cumplía su horario en el caso del turno de la luna, en el despacho del director la discusión no mermaba.
—Te digo que es una pésima idea no contarle esto a Zero—repitio por milésima vez el director mientras cruzaba sus brazos infantilmente y le hacía un puchero al mayor de los Kiryuu.
—Estará bien Cross—respondio mientras acariciaba el cabello del ahora despierto íncubo, que ronroneaba al tacto del castaño, sentado en el suelo recostado a las piernas del borgoña.— Lo mejor para madre sera estar fuera del estrés de toda esta revuelta.
—Peor sería que a mitad de situación se enterara y se metiera de lleno—contraatacó.
—Si es que aun no esta enterado. —mencionó Hikari.
—Me estoy cansando de este juego de Jared—dijo el castaño mientras bajaba con su mano hasta la clavícula del íncubo, donde reposaba una cadenilla plateada donde una pluma de plata colgaba.— Ese mocoso no tienes una linea clara de lo que es el limite.
—Fue tu culpa por dejarlo iniciar el juego, y permitirle avanzatñr hasta lo que es hoy, Haru-chan—resoplo el rubio.
—Lo se Cross, lo se...
—Nii-san—llamó la chica a su hermano—, ¿Que quieres que haga?
Haruka sonrió, su adorable y pequeña hermana, el voraz y poderoso demonio que vivía en esa carcasa de apariencia frágil, era la pieza que desbordaba poder y predilecta del castaño. Era sin duda alguna, hijo de Kuran Kaname.
***
—He vuelto —anunció la pelinegra al entrar a lo que era su hogar en la superficie.
Luego de que su hermano, al pie del bosque anunciara la declaración de guerra, Akatsuki intentara convencer al príncipe de que se largaran y Sora intentara procesar toda la información uniendo trozos de hechos, ella, el castaño y Cross se reunieron en él despacho de este ultimo, logrando convencer al trio de que fueran a casa y descansaran un poco.
—Hika, hola—saludo su hermano el cual traía una bandeja con gazas y alcohol.
—¿Y eso?—el muchacho apunto hacia el pasillo con la mirada y Hikari le siguió enseguida.
En el marco de la puerta de una de las habitaciones se encontraban asomados, observando hacia dentro los dos vampiros restantes, mirando con precaución lo que sea que estuviera dentro.
—Es como si nunca hubieran visto a un humano dormir—dijo con obviedad el peliplata y entró a la habitación apartando al Kuran y al pelinaranja.
Hikari le siguió y entró, encontrándose con, Michelle, aquel profesor, postrado en la cama, dormido profundamente pero con una mueca de horror en el rostro.
—No me digas que el putico lo mordió —chilló la chica a los que Sora destapo el cuerpo cubierto por las sabanas, desvelando la piel canela del muchacho cubierto de marcas que formaban figuras recorriendo todo su cuerpo de un rojo brillante. La pelinegra resoplo.
—Llegó aquí malherido y delirando, hace quince minutos solo se durmió—Sora procedió a cambiar las gazas bajo su abdomen ya manchadas, por unas nuevas.
—Cierto que lo dejamos tirado en el bosque...
—Ese no es el punto Hikari, acabamos de arrastrar a este...coso...a nuestro mundo—la garganta de el chico se cerró —, nunca podrá librarse de este destino maldito entre seres de debajo de la tierra, esta condenado, y es nuestra culpa...
Hikari suspiró y observó al muchacho que se retorcía levemente entre las sabanas.
—Sora—dijo sin despegar la mirada de Michelle—, tú bien sabes que este mundo de la superficie no nos recibio nunca con los brazos extendidos, sabes bien que somos una abominación para esta tierra, así mismo son los seres de la superficie en el mundo de los de abajo, este imbécil busco solo llegar aquí. La oscuridad no te devora si llevas en tus manos luz.
—¡Todos los alumnos del sol corren peligro!
—No, ellos obedecen las normas, dime ¿Que hacia este idiota al pie del bosque cuando esta estrictamente prohibido poner un pie allí?—la chica cruzó los brazos—, yo no me trago ese cuento de que es un simple humano despistado e idiota que llego aquí buscando un pulcro empleo de profesor.
Sora apretó los labios y continuo con su tarea. De alguna manera, Hikari tenía algo de razón.
—¿Que hablaron con Cross?—preguntó pasando el tema del profesor a segundo plano.— Si es esto una declaración de guerra...Rin...
—¿Se irá?—completó la chica.— Bien saben el ladrillo aquél y tu chupasangre que si ponen un pie fuera de las rejas de la academia serán considerados traidores—hizo una pausa y miro directamente a su hermano—, ¿Sabes que pasa con los traidores?—un brillo relucio en sus ojos y a Sora la piel se le erizo—, pero bueno, son los Kuran un problema menor...
—¿Que?
—So.
—Hikari—se quejó el platinado por la falta de seriedad de su hermana.
—Hermanito, nuestras tierras están siendo puestas en una mesa de apuestas, el que tenga la mejor jugaba, gana—ella mordió su labio—, es nuestro deber como linaje gobernante salvarlas...
—Hikari, ¿Desde cuando te importa tanto?
La chica sonrió.
—Desde que Nii-Sama me ordeno cuidar y proteger al heredero legitimo por Cronoss—Respondio y su alma se fue de sus ojos.
——
Yo digo: AR continuara y haré actualizaciones seguidas.
El mundo entero: No, ahora te jodes y por cierto, la semana llena de exámenes, exposiciones y la pinche prueba vocacional.
Pero bueno aquí estoy y planeo volver más rápido. Los amo ❤
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