encuentros parte 2

-Zero- la voz quebradiza llamando aquel nombre petrifico la oficina por completo, aquella fugaz lágrima desapareció como apareció de las mejillas del castaño

El peli plata voltio su rostro sin reflejar expresión alguna en él, y se soltó del agarre, este rápidamente recobro su postura y se enderezó, dispuesto a decir algo con sentido, cuando el ojiamatistas se le adelanto

-si no es nada de importancia, entonces me retiro, ya tengo bastantes cosas que hacer- soltó con una falsa sonrisa y salió del lugar cerrándole la puerta al poderoso rey de los vampiros en toda la cara

En el interior del castaño había una mezcla de sentimientos, arrepentimiento, por haber dejado ir a ese hermoso ser, confusión y sorpresa, por su forma de actuar y su ahora diferente apariencia, e ira, por la forma en que le trataba ahora, aunque en el fondo sabía bien que tenía todo el derecho y potestad para hacerlo; su presencia se liberó de la nada y permitió pesadamente a su poder romper algunas ventanas y alguno que otro objeto de vidrio que había a un diámetro de 10 metros

Todos enmudecieron por la aptitud del  purasangre, pero nadie se atrevió a decir alguna cosa, simplemente  armaban alargadas conclusiones en sus cabezas, hasta que finalmente aquel chico de cabellos verdes rompió el silencio con una pregunta

-Kaname-san, ¿conoce usted a Kiryuu-sensei?- todo el mundo voltio a ver a el chico que se había atrevido a hacer una pregunta así a el rey después de presenciar tal suceso

- así es Kuro-san, es un antiguo conocido- le respondió con la mirada pérdida

-mmmm ¿un conocido? Pero parecía que Kiryuu-sensei no le conocía a usted, o por lo menos no parecía que fueran muy cercanos- la forma en que el chico utilizaba estas frases, hacía pensar que le quería herir, y el Kuran menor lo noto y agrego algo más a su alargada, ahora, lista de pistas que tenía sobre el oscuro pasado de Kuran Kaname, su padre, y Kuran Yukki, su madre

-"esa persona, ¡¿es Zero Kiryuu?!"- Rin no salía de su asombro, ese hermoso ser el cual vio entre los cerezos y le pareció tan delicado y sutil, era aquella persona de la cual su padre llevaba 20 años enamorado- "es...  Un hombre"-ok, esto de la homosexualidad le hacía indiferencia, hasta el mismo podía enamorarse de otro chico, pero ¿su padre? Esto aún no le cabía en la cabeza, ¿su padre enamorado de otro hombre? Le era difícil de creer

-bueno, director nosotros dos nos vamos ya- dijo el joven de anteojos algo incómodo, y tomando al peli verde de la mano le arrastro afuera de la oficina, no sin antes hacer una exagerada reverencia al grupo de purasangre.

Kaname soltó un pesado suspiro y  finalmente hablo

- si no les importa, iré a tomar algo de aire- dijo rompiendo el pesado ambiente que se había formado en el lugar

-¡iré contigo!- dijo casi que enseguida la castaña de largos cabellos encaramándose del brazo del mayor

-no es necesario Yukki, iré solo...

-¡NO!- grito estruendosamente- ¡si te dejo solo, iras a buscarle!

-Yukki...

-¡no te dejare solo Kaname Kuran!- dijo apretujando aún más el brazo del castaño

-tsk...-, se quejó y maldijo internamente, avises (si no es que era siempre), Yukki le parecía insoportable- bueno, director, creo que será mejor que nos vallamos de una vez-respondió molestándose

-¡¿qué?! ¡¿Ya?! ¿¿¿Tan rápido???- dijo Cross levantándose de su escritorio y comenzando su típico numerito en modo chibi

-así es, será mejor llegar pronto a la mansión, tengo bastante trabajo que hacer- dijo pensando en la pila de papeles que seguramente encontraría en su escritorio y todas las quejas que tendría por parte de la castaña al llegar al lugar

-oh... Valla, que lastima, pero bueno no hay remedio, hasta luego Kaname-kun, Yukki-san- se despido Cross alegremente, Kaname simplemente sonrió y se dirigió a la salida, en cambio Yukki... Bueno ella hizo lo de siempre, voltio los ojos e hizo una mueca, para luego ir y despedirse de Rin, cosa que también hizo el padre del chico.

Ya afuera de la oficina Kaname no tardo en hallar la presencia del peli plata de ojos amatistas y disimuladamente empezó a perseguirla.

Se sorprendió grandemente cuando sintió como se movía ágilmente y llegaba al lugar donde se encontraban. Rápidamente Yukki se puso a la defensiva colocándose delante del castaño y enrojeciendo sus marrones ojos, lista para liberar su poder contra aquel delicado (al parecer) cuerpo.

Rápidamente una ágil sombra se posó delante de ambos y la esbelta figura apunto un arma de fuego color blanco a la cabeza del mayor de los Kuran, la Bloddy Rose

-¿qué haces aquí, Kuran Kaname?- su tono de voz era el mismo de hace 20 años, hostil y frío, y su apariencia cambio un tanto

Ahora, aquel largo y hermoso cabello plateado estaba bien recogido con una coleta alta, dejando ver unos pircing de plata en sus orejas pálidas, su tatuaje rojo como el vino resaltaba aún más en su pálido cuello, y sus ojos amatistas recobraron aquel color frío que solían tener en el pasado, el Zero Kiryuu de hace 20 años había vuelto.

La mujer rápidamente lanzo una fuerte honda de poder y junto a él un desgarrador grito, pero este la esquivo con gracia y agilidad

-Yukki- dijo mirándole algo sorprendido, sabía que su querida hermana adoptiva, Yukki, había sido devorada por su lado vampírico, pero no esperaba ver a una desquiciada de cabellos marrones la cual respondía al nombre de su hermanita

-¡¡¡tú maldito!!!- grito a todo pulmón y levanto su mano que ahora era una filosa daga para herirle, pero al igual que el primero, el peli plata le esquivo- ¡¡¡agrhhhhh!!!

La castaña empezó a atacarle y a gritar eufóricamente y nuestro peli plata simplemente esquivaba todos los ataques y le veía con una expresión de tristeza, su hermanita, Yukki, la dulce y amable Yukki, devorada por aquel mostro que ahora ocupaba su cuerpo, le rompía el corazón.

Cuando una poderosa honda de poder salió del cuerpo del castaño ojos color vino y golpeo a Yukki haciéndola desmayar

-! Yukki!- grito sobresaltado- ¡Kuran! ¡¿Que le hiciste?!- dijo acercándose rápidamente al cuerpo de la purasangre inconsciente

-lo necesario- le respondió cargándola.

Una vez Yukki en los brazo del mayor, este poso la mirada en el peli plata el cual no dejaba de apuntar su arma hacia él, se veía como si el tiempo no hubiese pasado

  - es tu culpa- estas palabras salidas de la boca del de ojos amatistas desgarraron el interior del castaño- ella ya no está- dijo bajando aquella arma- ¡y todo por tu culpa! ¡Maldito chupasangre!- grito volviendo a apuntar a su frente

  - Zero, tranquilízate, puede que hallan estudiantes del turno diurno cerca- hablo el castaño, y tenía toda la razón, así que bajo el arma y se enderezo

- tienes razón, tal como tu hijo, Rin Kuran ¿no?- dijo volteando su rostro hacia un muro de donde salió ágilmente el nombrado

  - Rin, ¿qué haces aquí?- pregunto sorprendido el Kuran mayor, ya que ni el mismo había sentido la presencia del chico

  - nada importante, solo paseaba por el lugar, hasta que me encontré con la escena- respondió relajadamente metiendo las manos en los bolsillos del pantalón negro que portaba- así que si se conocían ... Kiryuu-sensei y padre- hablo observando la escena detenidamente, no era la primera vez que su padre dejaba así a la castaña, ya que más de una vez había montado todo un show de celos como el que acababa de suceder, solo que esta vez fue más violento, o así noto el menor de los Kuran

-Rin-dijo el castaño mayor mirando a su hijo- ¿no deberías de estar en la oficina con el director cuadrando tu habitación, horarios y de más?- por la forma de hablar se podía deducir fácilmente que el mayor deseaba que el chico saliera del lugar

-¡oh! Es lo de menos padre-le respondió con elegancia- ya todo eso está listo- Rin hablaba con cautela y observaba cuidadosamente toda acción y reacción que ejerciera cualquiera de los dos vampiros (consientes) ante su aparición, cuando un grito ensordecedor se escuchó en todo el lugar y una sombra azabache corrió a extrema velocidad y se pegó cual chicle al peli plata

-¡¡¡¡Maaaaaamiiiiiiii!!!!- todos respingaron al momento, y entonces aquella sombra tomo forma dejando ver a nada más ni nada menos que a la chica de cabellos azabache y ojos amatistas, Hikari Einzig-¡mami! ¡¿Cuándo llegaste?!

-Hikari...-hablo el chico apretado en los brazos de su niña mientras una gota de sudor bajaba por su sien al estilo anime

-¡te extrañe mucho!- decía apachurrándole cual niña pequeña

El peli plata soltó una dulce sonrisa hacia la chiquilla y acaricio sus azabaches cabellos

-yo también los extrañe bastante- dijo cariñosamente y le devolvió aquel apachurrado abrazo junto a un dulce beso en la frente

Kaname estaba estático, nunca había visto al peli plata mostrar tanto cariño y dulzura por alguien, ni siquiera con la castaña, cuando vivían juntos, definitivamente Zero le sorprendía cada vez más

-valla- hablo observando aquel enternecedor cuadro- parece que no fui el único en formar una familia eh~

El peli plata voltio a ver al Kuran con una expresión diferente en su rostro, una llena de frialdad, luego se enderezó y sin soltar a la chica hablo

-no sé qué es lo que trames y tampoco me interesa Kuran, pero si tu o tu hijo se atreven a hacer algo contra la gente que quiero, juro que no vivirás para ver nacer a tu descendencia, ni tu ni tu hijo ni tu mujer- esto último lo dijo casi en un rugido el cual Kaname identifico como demoniaco, sus ojos amatistas se tornaron de un peculiar color rojo el cual se mezclaba con anaranjado y un sutil toque amarillo

Kaname y Rin estaban más que sorprendidos, la aura del peli plata se sentía abrumadoramente poderosa, Zero no solo había cambiado su apariencia, su ser había cambiado, ya no era aquel nivel E de baja clase de entre los vampiros, ahora su porte era de alta estirpe, nada inferior, casi como la de un purasangre

-no sé de qué hables Kiryuu-kun- "Kiryuu", otra vez estaba usando su apellido para poder llamarle, se sentía tan seco y doloroso, y lo hacía porque sabía que si usaba su nombre, probablemente lo llenaría de agujeros- solo deseo que Rin conviva entre los humanos

- ya he dicho que no me interesa en lo más mínimo, solo preocupante de mantenerte en la raya, tú y tu gente ¿entiendes?- sus palabras eran unas muy filosas dagas impregnadas de veneno lanzadas directamente al purasangre sin ninguna misericordia- ve y dile a tu séquito lo mismo, me extraña que no estén aquí para lamerte los pies

Kaname se mantuvo firme delante de todas las bombas lanzadas por el peli plata y finalmente decidió decir algo

-Zero- dijo firmemente, ya Estaba hastiado por la manera en que le trataba el peli plata- mantén la calma, mi hijo Rin no hará nada, eso te lo garantizo, y yo me iré con Yukki ahora mismo- quizá ahora decía eso, pero por dentro como deseaba quedarse un poco más en la academia para estar con aquel ser tan amado suyo, que ahora parecía odiarle hasta lo más profundo de sus entrañas

- bien- dijo soltando a la chica que observaba todo con suma cautela- ten eso en mente, ven Hikari, tu padre está impaciente por veros a ti y a Sora- esto último lo dijo en un susurro destinado únicamente para la chica, pero de igual manera, ambos castaños lo lograron oír

Kaname enseguida respingo al escuchar el cementerio, el padre de los mellizos, la pareja de Zero, él sabía perfectamente de quien se trataba, Alexsandro Einzig, el príncipe del inframundo próximo a gobernar todas las tierra de aquel oscuro mundo aunque ya estaba encargado de gran parte de este, pero nunca le había conocido en persona, tenía curiosidad de saber cómo era y que había hecho para ganarse el corazón del peli plata ya que, este era mitad vampiro purasangre y mitad demonio purasangre, y ya sabemos cómo Zero odia a un vampiro y más si es un purasangre.

Por otro lado estaba Rin, lleno de curiosidad, sabía que cada vez que se adentrara más a esa academia iba a descubrir más cosas sobre el pasado de sus padres, cosas que ni se imaginaba

-Rin- hablo el mayor de ambos, supongo que ya escuchaste... Si no quieres tener problemas, será mejor que no juegues con fuego

-ya- dijo y empezó a caminar hacia el pasillo

-¿a dónde iras? -le preguntó su padre

-¿no te da curiosidad saber cómo es ese tal Alexsandro Einzig?- dijo pícaramente

Kaname se sorprendió por la respuesta de su hijo, pero tenía toda la razón, él también quería conocer al hombre, así que con delicadeza deposito a su esposa en las sombreadas raíces de un frondoso roble y empezó a seguir a su hijo  no sin antes ocultar su presencia.

Minutos después se encontraban frente al salón vacío de música, así que Kaname le pregunto la razón por la cual su hijo lo guió allí

-Rin, ¿qué hacemos aquí?

-padre ¿no lo sientes?- dijo el chico calmadamente, como si intentara sentir algo extremadamente sutil y escurridizo

-¿sentir que? - pregunto extrañado

- la energía liberada proveniente de aquí, no es de algún ser vivo (o muerto, según al cazo) es como si abrieran algún portal hacia otra dimensión tan delicadamente que no se siente si quiera

-otra dimensión u otro mundo como es el inframundo- dijo rápidamente el castaño mayor, ya podía sentir aquella sutil fuerza proveniente del lugar.

Rápidamente dirigió su mano al pomo de la puerta, y cuando finalmente sus esbeltos dedos tocaron el metal, una abrumadora corriente de energía lo impulso lejos, el lugar estaba siendo protegido por un poderoso hechizo, el cual ninguno de los dos había logrado notar

-¡padre!- rápidamente se acercó para ayudarle

-estoy bien, solo fue un rasguño- dijo rápidamente y se levantó mirando su mano algo aporreada, eso demoraría en sanar, estaba sorprendido por la manera tan estúpida como había sido herido

Cuando sintieron como la puerta de tan protegido salón se habría, dejando sentir una presencia escalofriante

-valla- una voz sonora y elegante se escuchó-sabía que estaría por el lugar tan afamado rey de los vampiros, pero nunca creí que me tocaría ayudarle con tan horrible aporreadura -en el marco de aquel salón se encontraba un hombre alto y fornido (no tanto así como un culturista), de facciones bien definidas, tez color crema, cabellos color azabache hasta los hombros levemente rizados y unos brillantes ojos dorados como los de un elegante felino. Portaba una camisa negra relajadamente y unos pantalones apretados color rojo brillante.

 Este poseía un aire relajado pero bastante elegante, además de un aura poderosa. Se trataba de nada más ni nada menos que de Alexsandro Einzig, el príncipe del inframundo, la pareja de Zero.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top