El Baile
"Estoy tan cómodo ahora, que no desearía despertar, ¿cuándo fue que me dormí? Nah, no importa...un segundo... ¿dónde fue me dormí?"
Estos pensamientos en sueño que mantuvo el castaño le hicieron despertar de golpe.
Apenas abrió sus ojos, los puso a trabajar analizando la situación en la cual estaba.
No estaba en su habitación, de eso estaba seguro, estaba en el bosque de la academia Cross, frente a un pequeño arrollo, debajo de un árbol y...no estaba solo.
Volteo su cabeza lentamente suponiendo con que se iba a encontrar, y efectivamente se lo encontró.
Entre un espacio que dejaban la raíces del árbol, el Castaño Kiryuu dormía placiente.
-oh mierda-susurro para sí mismo-. ¿Qué hago ahora?
Se intentó levantar sigilosamente para no despertar al mayor, pero no lo logro y este despertó de golpe.
-Kiryuu-san-susurro-. Lamento interrumpir tu sueño, ya me voy ahora mismo.
Dijo con la clara intención de salir del lugar pero el brazo del mayor lo detuvo.
- ¿iras al baile con Sora? -le preguntó directamente.
-Si -contesto firmemente el menor, de ellos estaba seguro, el iría al baile con el chico y lo haría sentir las famosas mariposas hasta en los riñones.
-ya...-susurro y empezó a evaluar al chico con esa mirada suya tan penetrante-. Rin, créeme, odio a tu padre.
Dijo sin mucho tapujo a lo que este se tensó, pero antes de que pudiera decir algo, este continúo.
- a pesar de que nunca hemos tenido contacto directo, lo odio, desde la luna dorada.
Ese nombre hizo estremecer el cuerpo del menor. Ese era uno de los eventos más catastróficos que jamás él hubiera escuchado alguna vez, aunque en realidad no entendía exactamente qué fue lo que paso, solo sabía que después de ese evento el perdió a su cariñosa madre, y su padre se volvió distante.
- ¿Me odias?-pregunto el de ojos borgoña con cierto temor, no por lo que este le pudiera hacer, sino porque por alguna razón se sentía culpable por el sufrimiento causado por su padre, y ser odia por culpa de este le dolía.
-No, no lo hago, a pesar de todo no puedo odiarte- le respondió este soltando su agarre-. Pero de igual manera, no puedo confiar plenamente en ti, después de todo, eres un Kuran.
Al oír estas palabras el chico se sintió algo aliviado, al menos no era odiado por ser hijo de Kaname.
- Entiendo- dijo casi en un susurro-. Pero recuerda algo Haruka, tú también llevas mi sangre, tú también eres un Kuran.
Luego de esto, partió del lugar a paso rápido dejando al mayor pensativo.
El chico tenía razón, él también era parte de ese linaje que tanto detestaba, eso hacía que en el fondo, el mismo se despreciara.
El resto del día pasó de manera ajetreada y veloz, para cuando lo notaron, ya eran las 6:30 pm de la tarde y ya los pocos rayos del sol que quedaban se empezaban a esparcir desapareciendo lentamente.
Haruka no volvió a casa esa noche.
*Mansión Einzig*
Domingo 7:50 AM
El amplio comedor de la mansión Einzig estaba servido.
La familia que vivía en ese amplio hogar estaba sentada a la mesa degustando de cada uno de los platillos preparados para ellos. Aunque uno de los asientos estuviera vacío-el asiento de Haruka- cada uno de los comensales comía plácidamente.
Alexandro, como cabeza de la familia, ocupaba el asiento principal en la punta de la mesa, a su lado derecho estaba su amada pareja, Zero, seguido por los mellizos y Saya. A su lado izquierdo se encontraba el asiento de Haruka, seguido por Ichika.
- Y bien Ichika, ¿has tenido noticias de tus padres?-hablo el azabache mientras limpiaba la comisura de sus labios con una servilleta.
- Mi madre, Tiara, está en el palacio principal, ayudando con la administración desde que la reina decidió tomar un descanso, y mi padre, Izora, esta aun en la delantera de la armada en la zona sur.
Luego de este pequeño reporte, el mayor soltó un pequeño suspiro.
- ¿No deberías llamar a "la reina" abuela?-susurro-. Además ¿por qué Izora sigue en la delantera?
- no lo sé realmente tío, desde que padre descubrió que era Jared el responsable de la rebelión no se ha quitado de ahí.
- bien, fin del tema- hablo de la nada el peli plata de ojos amatistas. Sabía que si el tema continuaba se pondría pesado el ambiente.
- ok-susurro el peli verde y continuo con su alimento envolviéndose la sala en un silencio apacible.
- Hey, Sora- llamo la azabache rompiendo el silencio de nuevo.
- ¿Si?-respondió alzando su mirada dorada.
- Eh oído que iras al baile con el Kuran recién ingresado.
El chico se atraganto, tosió, bebió agua, y se ahogó con esta.
- ¿C-cómo sabes eso?- pregunto finalmente mientras sus mejillas se tenían de un tenue rosado.
- Tengo mis contactos- dijo embozando una sonrisa a lo que el chico miro a su hermana y a su primo con una mirada de acusación.
- Sí, así es padre- dijo mientras colocaba los cubiertos en el plato ya vacío y dirigía de nuevo la mira hacia él.
El azabache lo observo un par de segundos con una expresión severa, pero luego la aflojo soltando un suspiro.
- bien, no te lo prohibiré hijo, después de todo, es tu decisión pero, recuerda quien es el.
- si padre, lo sé, él es un Kuran, lo tengo muy presente.
*Mansión Kuran*
- Kaname-sama-llamo una criada a su rey.
- ¿Qué sucede?- pregunto este desde su escritorio donde mantenía siempre una pequeña pila de papeles y documentos.
- Yukki-sama desea verle.
-bien, deja que pase.
Luego de eso, las puertas de caoba del despacho fueron abiertas, pasando por ellas la princesa purasangre.
- Nii-sama- susurro temerosa.
- ¿qué deseas Yukki?- le pregunto lo más sutil que pudo intentando no asustarla, lo que había ocurrido el día de ayer, había sido un acto lo suficientemente autoritario como hacerle entender quien mandaba.
- ¿a dónde iras esta noche?
- iré al baile que se dará en la academia Cross- respondió.
- ¿iré contigo?
El castaño alzo su mirada y le miro unos momentos.
- solo compórtate.
Dijo, a lo que ella asintió rápidamente.
*Academia Cross*
-Sayaaa por favor Saaaaaaya.
- ya deja Hikari, no te diré.
- pero Saaaayaaaaa.
- deja en paaaaaaz.
Esta tan singular escena mantenían ambos chicos, Saya y Hikari, mientras se dirigían a la nueva habitación del chico.
Esa noche, la había pasado en la mansión Einzig como muchas otras.
Saya, había pasado las vacaciones con sus padres, y de regreso, por largas historias, había pedido y obtenido un cambio de habitación.
- Hey, cambiando el tema-dijo de la nada la chica-. ¿Cuál será tu nueva habitación?
- Es la numero 102, en la segunda planta- respondió observando una hoja con los datos escritos de esta.
- ah...me suena el número. Y dime, ¿con quién iras al baile?- volvió a cambiar bruscamente el tema haciendo que al chico el cerebro le eclosionará.
- no se Hikari, no sé.
- ¡hay pero que aburrido niño!
- ¿y con quien iras tú?- contraatacó.
- mmmn, ¿es una sorpresa?
- no iras con nadie ¿verdad?
- ¡Ahhhh maldita sea!- exclamó haciendo un drama- ¡moriré entre gatos! ¿Puedes creer que nadie me invito?
-venga ya, no es para tanto, después de todo este es para los nuevo ingreso, casi nadie del plantel ira porque las clases empiezan es el martes.
-mmnm...igual, me siento abandonada.
- Hikari, por ti matan, solo para ir al baile de primavera.
- ajam.
- ¿y Sora?
- ah yo que sé, iría con Rin, pero ahora no se, ¿me repites el número de tu habitación?
- es la 102, además, ¿cuál Rin?
Dijo y a ambos se detuvieron frente a la puerta con ese número asignado.
- ¿Tendrás compañero de habitación?- pregunto la chica omitiendo la pregunta mientras él otros abría la cerradura.
- sí, es un recién ingresado.
Y justo cuando iba a girar el pomo, esta se abrió solo, siendo abierta por dentro por el compañero de cuarto del chico, Kuran Rin.
-este... ¿hola?- hablo el chico al ver al singular dúo petrificado delante de su habitación.
- oh, esta no me la esperaba- susurro la chica para sí y toco a su amigo para que saliera de su modo piedra.
- ¿En qué les puedo ayudar?-pregunto sonriéndoles a ambos, a la verdad, incomodo.
- Bien Rin- dijo remarcando su nombre-, él es Hanabusa Saya, tu compañero de cuarto, y tu Saya, él es Kuran Rin, tu nuevo compañero de cuarto.
Dicho esto, la chica se esfumo y salió del lugar.
Las piernas del menor flaquearon por unos instantes, ¿él era Rin?
Po'v Saya.
Oh, mierda.
¿Es que acaso a mí el mundo me detestaba?
De todos los estudiantes de esta academia, ¿por qué me toco con él?
Apenas le vi, una ira o algo así me invadió, una molestia indescriptible, era como si lo odiara sin ninguna razón aparente.
Él era el que estaba dormido con Haruka en el bosque al pie del árbol.
Ya me caía mal, por nada, creo.
Y después llega de lo más tranquila Hikari y me lo presenta como Kuran Rin.
Oh, mis piernas se volvieron como la misma gelatina.
¿Kuran?
¡¿Cómo Kuran Kaname?!
¿Que se supone que hace aquí este engendro?
¡Y encima descansando plácidamente con Haruka!
¿Acaso no tenía dignidad siquiera?
¡Por lo menos vergüenza!
-Y bien Saya- oí su voz-, espero que nos llevemos bien.
Dijo mostrando una sonrisa completamente falsificada.
Si claro, bien que nos íbamos a llevar.
- Eso espero-respondí entre dientes sin ocultar mucho mi enojo a lo que se sorprendió un poco pero, haciendo caso omiso, se fue y sentó en su cama a leer quien sabe qué.
Ah.
La verdad es que aparte de esa ira tan revoltosa que había en mi interior, había también cierto temor.
Claro que había escuchado hablar de Kuran Kaname a mi padre, después de todo, él había sido cercano a él, pero sus comentarios nunca fueron muy agradables.
Desde el suceso de la luna dorada yo había quedado protegido por Alexandro-san y su familia, mi padre y mi madre prefirieron darle a él mi custodia antes de entregarme a la asociación o al consejo, después de todo, yo era un Damphir y waaaa larga historia.
En fin, el punto era que este tipo de acá no me agradaba, de seguro era un cualquiera, primero se enreda con Haruka y ahora iba a por Sora.
- Hanabusa-san-me llamo a lo que mi cuerpo se tensó.
- ¿si?
- ¿eres el hijo de Hanabusa Aido, no?
De todas las preguntas que hay para hacerle a tu nuevo compañero de cuarto, ¿vas a hacerme esa?
- sí.
Respondí, algo temeroso pero seguro.
- ya veo, nunca se casó con una noble a la final, menudo d~
- ¿Tienes algún problema con mi madre?- le interrumpí molestándome, ¿qué tan descarado podía ser?
-oh, no claro que no, solo es que me sorprende, eres un Damphir, es increíble.
Ok, estaba sorprendido, me sorprendió, y en ese momento maldije a mis hormonas híbridas que me hicieron sonrojar.
Ah ¿qué pasa conmigo?
-bien, veo que eres cercano a los mellizos- dijo cambiando el tema, bien Saya, no te emociones-. ¿Has visto a Sora?
- si, hoy en la mañana ¿iras al baile con el verdad?
-oh, sí, así es- dijo levantándose de su cama mientras yo acomodaba mi maleta en la mía para sacar mis cosas.
- bueno, solo diré que Alex-san estaba algo tenso por el hecho.
- ¿se lo dijo a sus padres?
- digamos que se lo sacaron sutilmente.
-Ya...- dijo algo tenso, ahora sí que iba a ver este princesito, si en algo era bueno el próximo gobernador del inframundo era en demostrar celo por los suyos.
Un rato después, decidí que salir del cuarto era lo mejor, la tensión no era grata y quería ir a ver a Haru y a los mellizos, así que con un gesto le indique que me iba y emprendí hacia el salón de música alias, puerta trasera.
Una vez atravesé la puerta trasera, me encontré enseguida con el espeso bosque que rodeaba la mansión Einzig.
Camine unos cuanto metro hasta que me encontré con la parte trasera de esta y entre por una de las puertas que daba a la cocina, salude a un par de criadas y entrando distraídamente a la a la sala choque con un cuerpo.
-oh, lo siento- dije alzando mi mirada para encontrarme con la bicolor de Haruka.
- Hola Saya- me saludo-. No te preocupes.
-Oh, hola Haru, ¿dónde estabas durante la cena y el desayuno?-pregunte sabiendo la respuesta.
-oh, estaba con... ¿mi hermano? Sí, eso.
-oh, ya- dije y baje mi vista apenado y sorprendido-. Bueno, nos vemos, voy a por Hikari.
Dije y salí apresurado dejándole con la palabra en la boca.
¿Cómo fue que se me olvido?
¡Rin y Haru eran hermanos!
Bueno, medios hermanos, pero el punto era que estaban en el bosque a mitad de un reencuentro ¿no?
Y yo todo celoso...que vergüenza... Me siento como mierda.
Y si lo admito, me gusta Haruka, desde siempre.
Además, sabía que no solo estuvo con el chico todo el día, seguramente fue a su refugio, el cementerio, al lado de Yagari-san, siempre iba ahí para 'conversar' con él.
"O quizá fue a la frontera, a verlo a el"
Pensé frunciendo el ceño.
Me moleste otra vez y los celos me invadieron de nuevo.
- Respira profundo Saya- me dije a mi mismo inhalando aire-. Esto no es raro para ti.
Ah en fin.
¿Ahora qué? Ah verdad, buscar a Sora y Hikari, ellos sabrán que hacer ahora.
Camine por la sala y atravesé un par de pasillos hasta que llegue a la habitación de los mellizos.
Toque un par de veces y entre después de escuchar el 'adelante' de Sora.
Una vez adentro me encontré con ambos chicos jugando play station y a Hana-san leyendo un libro.
Salude a la chica y me senté a ver el juego de los chicos.
Sonara raro, pero el ambiente era agradable.
Desde que los Zieds se aliaron con los Einzig (a escondidas del consejo, claro) conocimos a Hana, una purasangre realmente amigable.
- Sora-chan-mascullo la chica pícaramente-. ¿Qué tal si te arreglas para el baile?
- ¿qué? No, no iré.
- ¿eh? ¿Pero por qué? Si Rin estaba tan animado...
-no creo que quiera ir después de lo que paso...
- ¿uh? ¿Qué paso?
- No responderé eso.
- ¿Acaso descubrió lo del reto?- pregunto la azabache sin despegar la vista de la pantalla.
- si...
-oh, que fallo-dijo Hana.
- Si, además de que cierta persona no paraba de anunciarlo a voces- dijo y miro a su melliza.
-ay, pero tú solo le tenías que decir que le gustabas y ya...no ponerte ahí todo fresita y salir corriendo.
- ¿c-como supiste eso?
-mmn...
- ¡Hikari!
-Bueno, vamos Sora- dijo de nuevo la castaña claro-. Rin no dejara de ir al baile contigo solo por eso, quizá se haya indignado y ahora esté planeando castigarte, pero no dejara de ir al baile por esa tontería, después de todo, tú le gustas.
El comentario le hizo sonrojar, que envidia, era correspondido ¿no?
-Igual no sé qué ponerme -susurro.
-Tranquilo, eso no es problema -dijeron ambas y sentí un escalofrío subir por mi espalda, esas miradas suyas denotaban una malicia escalofriante.
- y tú también Saya- dijo Hikari señalándome a lo que yo solo pude soltar un pequeño quejido antes de que ambas locas nos agarraran como objetos de experimentos para probar cada una de sus raras combinaciones.
Fin po'v Saya
El resto del día lo pasaron de armario en armario preparándose para el baile, entre risas y bromas, llegaron las cinco de la tarde, faltaba tan solo media hora para el inicio de este evento, cuando decidieron dirigirse a la academia para ayudar con los detalles restantes.
Una vez en la sala donde el evento se llevaría a cabo estuvo lista, faltando tan solo cinco minutos para la apertura, abrieron las puertas dando paso a los estudiantes en su mayoría, nuevo ingreso.
Una vez el salón estuvo bastante poblado, el ojidorado se dedicó a buscar a su supuesta pareja de baile, divisando así su cabellera chocolate entre la multitud.
Estaba usando una camisa blanca con un saco color negro, unos pantalones algo ceñidos negros y no se preocupó por corbata ya que la camisa estaba suelta hasta el segundo botón dejando ver su piel tostada.
Se acercó algo dudoso y noto el círculo de chicas a su alrededor como depredadoras listas para saltar sobre su presa.
También vio algunos nobles que caminaban precavidos sin atreverse a acercarse al castaño.
De alguna manera se sintió bien.
Después de todo, era el quien le tenía a sus pies.
- Rin-le llamo alzando su mano, a lo que este volteo y embozo una sonrisa de satisfacción.
Po'v Rin
Apenas entre a la sala donde se llevaría a cabo el baile, las miradas de varios se posaron sobre mí.
En realidad, ya estaba acostumbrado a esto. Entre y lo primero que sentí fueron esas miradas humanas llenas de curiosidad.
Vi también a algunos nobles que me miraban algo cautelosos pero ninguno se me acerco.
- Rin-escuche que me llamo mi lindo niño y enseguida voltee mi rostro para divisarlo.
El venia hacia a mí con una inocente sonrisa, portaba una camisa color rosa casi blanca, con un saco color azul oscuro abierto -al igual que los dos primeros botones de su camisa- el cual se remango hasta los codos junto a la camisa.
Unos pantalones algo apretados negros y una pequeña cadena colgaba en uno de sus bolsillos.
Una vez estuvimos frente a frente me ofreció su mano a lo que acepte y fuimos directo a la pista de baile bajo la mirada de varios testigos, unos más sorprendidos que otros.
Las dos primeras piezas fueron realmente amenas, ambos bailábamos sin ninguna preocupación al suave compás de la música.
En realidad a estas alturas ya no me importaba si esto de la invitación fue un reto o algo así, sé que ambos lo estábamos disfrutando, ambos estábamos enamorados, yo era correspondido, de eso ya podía estar seguro.
La tercera pieza fue realmente lenta y melosa, así que decidí que acercar nuestros cuerpos no podía ser mala idea, y el cedió sin mucho problema.
Acerque mis caderas con las suyas y pase mis brazos por su espalda haciendo él lo mismo solo que colocando sus manos detras de mi cuello acoplamos nuestros cuerpos, haciendo que un calor indescriptible, ameno y dulzón nos acobijara.
El reposo el costado de su cara en mi pecho mientras yo coloque con delicadeza mi barbilla entre sus sedosos cabellos plateados.
Sentía que éramos el centro del mundo, solo nosotros dos.
Una vez la pieza termino, nos orillamos a una de las esquinas del salón sin abandonar la posición.
Me recosté a una de las paredes y me di la libertad de acariciar algunos de sus mechos plateados sin liberarlo de mis brazos.
-Rin- me llamo alzando su mirada dorada, con un tenue rosa teñido en sus mejillas.
No podía evitarlo, los nervios me estaban invadiendo, pero no le soltaría.
- Nah Sora- masculle acercándome a su rostro-. Tú, me gustas.
Lo dije finalmente, y sin pensarlo demaciafo, me acerque a sus labios y los bese.
Un beso dulce e inocente.
No me rechazo, pero no me correspondió por unos instantes, sino hasta que me quise separar algo asustado por haberle molestado, pero a lo contrario, el halo de mi camisa haciéndome profundizar el contacto.
Enseguida lo complací y ahí fue cuando sentí sus labios en movimiento jugando con los míos.
Me sentí entre el cielo y el infierno.
Era placentero y adictivo.
Baje mis manos hasta sus caderas y lo sostuve firmemente.
El rodeo mi cuello con sus brazos y cerro aún más sus ojos, sonrojándose.
Mi vista se estaba nublando, cuando introduje mi lengua a su boca, buscando la suya.
Poco a poco nos estábamos alejando de la multitud, cuando eso paso, si eso.
- ¡Sora! ¿Dónde mierda estas? -Nos interrumpieron-. Oh- nos vieron-, lamento la interrupción.
Y justo la persona a la que menos quería nos viera en esta situación, Haruka
- ¿H-Haru-nii?- hablo separándose bruscamente.
- ¿qué tal si dejan eso para el final?- dijo masajeando su sien, perecía algo irritado-. Bueno, ese no es el problema.
Dijo y me dirigió una mirada cargada de preocupación e irritación, pero esta última no era por mi causa.
- ¿Qué es lo que pasa?- pregunte.
- son tus padres, están aquí.
************************************
Holitas.
¿como les quedo?
He he he
No me maten por dejarlo así y (de paso) actualizar tan tarde u.u
Pero no estuve en mi casa por unos día y en donde estaba no tenia WiFi (la pobreza...okno) pero bueno, ya esta :3
Actualizarse lo más pronto que pueda.
La bella y sexy imagen que esta en galeria es de Sora O(≧∇≦)O
¿que creen que pase?
¿a quien va a ver Haru a la frontera?
Ahh me emocione XD
Bueno bueno...por ultimo, les agradezco un mundo su apoyo :)
¡Ya llegamos a las 2K y vamos a por las 3!
Gracias chic@s por sus votos los quiero...
¿deberia hacer un especial? ¿que dicen ustedes?
Bueno sin mucho que decir me despido
Bye ;)
*ninguno de los capítulos ha sido editado así que lo horrores (porque eso es lo que son) que vean, ya saben porque están ahí (soy un poco-demacido-despistada en cuanto a eso) gracias por su atención.
Ahora si.
Bye.
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