Un flujo continuo de autos pasaba como bólidos. Pero él no desistiría. Cerraba los ojos y apretaba los dientes más y más fuerte, acercándose centímetro a centímetro hacia la banquina de la ruta.

El cuerpo ya no daba ningún indicio de vida. A cualquier precio él tenía que arrastrarla herida fuera de la autopista mortal.

Un golpe ensordecedor de un Ford que pasó velozmente le pegó en el costado. Pero en seguida se recobró y ni siquiera sintió el dolor de las fracturas sufridas. ¡Él comprendía solo eso - a ella no la podía dejar!

Su amiga, paralizada por las balas recibidas en la espalda, estaba inconsciente. Y él, mal trecho, continuaba arrastrándola entre los autos que pasaban volando -y solo por un milagro no los pisaban-, en cuya acogedora comodidad viajaban "personas"...

Esta historia podría haber terminado en cualquier momento pero unas horas más tarde los perros fueron vistos y rescatados de la carretera por unos obreros. En el refugio de animales los curaron y les dieron cariño. Él se recuperó completamente y ella puede moverse sólo con una silla de ruedas especial donde apoya sus paralizadas patas traseras.

Los perros están juntos todo el tiempo. Y los trabajadores del refugio, al observar su relación, dicen que esto es amor puro.