𝖼𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝟢𝟨

𝘌𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘺𝘰 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘢𝘥𝘢 𝘦𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘪𝘭𝘭𝘢 𝘧𝘳𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢 𝘶𝘯 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘫𝘰, 𝘱𝘦𝘪𝘯𝘢𝘯𝘥𝘰𝘮𝘦 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘭𝘭𝘰𝘳𝘢𝘣𝘢, 𝘤𝘰𝘯 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘣𝘳𝘢𝘻𝘰𝘴 𝘺 𝘮𝘰𝘳𝘦𝘵𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦 𝘯𝘰𝘵𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘢 𝘴𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦 𝘷𝘪𝘴𝘵𝘢.

𝘌𝘯 𝘦𝘭 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘫𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘺𝘰, 𝘮𝘪𝘳𝘢́𝘯𝘥𝘰𝘮𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘢𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴.
𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘴𝘰́𝘭𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘺𝘰 𝘢𝘩𝘪́, 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘳𝘦𝘧𝘭𝘦𝘫𝘰 𝘥𝘦𝘵𝘳𝘢́𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘪 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘦𝘭𝘭𝘢.

𝘜𝘯𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘤𝘶𝘦𝘳𝘱𝘰 𝘦𝘯𝘷𝘪𝘥𝘪𝘢𝘣𝘭𝘦, 𝘶𝘯𝘢 𝘢𝘭𝘵𝘶𝘳𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘦 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢́𝘯𝘥𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘣𝘦𝘭𝘭𝘦𝘻𝘢, 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘱𝘢𝘯𝘵𝘢𝘭𝘰́𝘯 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘰 𝘯𝘦𝘨𝘳𝘰, 𝘶𝘯𝘢 𝘳𝘦𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘯𝘦𝘨𝘳𝘢 𝘢𝘫𝘶𝘴𝘵𝘢𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘣𝘪𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘦𝘭 𝘱𝘢𝘯𝘵𝘢𝘭𝘰́𝘯 𝘺 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘢𝘯𝘨𝘢𝘴 𝘦𝘭𝘦𝘷𝘢𝘥𝘢𝘴, 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯 𝘵𝘦𝘯𝘥𝘳𝘢𝘴 𝘺 𝘵𝘢𝘤𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘰𝘴𝘤𝘶𝘳𝘰𝘴.
𝘚𝘶 𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘢, 𝘱𝘦𝘭𝘰 𝘢𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘰 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯 𝘺 𝘱𝘪𝘦𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘳𝘢 𝘭𝘢 𝘦𝘹𝘤𝘦𝘱𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘥𝘦 𝘭𝘰 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘢𝘥𝘰, 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯 𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘢.

𝘔𝘦 𝘰𝘣𝘴𝘦𝘳𝘷𝘢𝘣𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘰𝘯𝘳𝘪𝘴𝘢, 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘺𝘰 𝘭𝘭𝘰𝘳𝘢𝘣𝘢, 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘪́𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳 𝘵𝘰𝘳𝘵𝘶𝘳𝘢𝘯𝘥𝘰𝘮𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘴𝘶 𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢.

— ¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ 𝘯𝘰 𝘴𝘰𝘺 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘵𝘶́? — 𝘥𝘪𝘫𝘦 𝘳𝘰𝘮𝘱𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘮𝘢́𝘴 𝘭𝘢́𝘨𝘳𝘪𝘮𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘪́𝘢𝘯 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘮𝘪 𝘤𝘢𝘳𝘢 — 𝘋𝘦𝘣𝘦𝘳𝘪́𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘳𝘭𝘰. — 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘪𝘰́. — 𝘕𝘰 𝘭𝘰 𝘴𝘦. - 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘪 𝘢𝘶𝘯 𝘮𝘶𝘺 𝘵𝘳𝘪𝘴𝘵𝘦 𝘺 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘴𝘪 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘻𝘢𝘥𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘥𝘦𝘯𝘵𝘳𝘰. — 𝘚𝘪 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘴𝘦𝘳 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘺𝘰, ¿𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ 𝘯𝘰 𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘧𝘶𝘦𝘳𝘻𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘴𝘰? — 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘩𝘢𝘤𝘪́𝘢𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘪 𝘱𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘴𝘦 𝘨𝘰𝘭𝘱𝘦𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘯 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘦𝘴𝘰.

𝘋𝘦𝘴𝘱𝘶𝘦́𝘴, 𝘵𝘳𝘦𝘴 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢𝘴 𝘮𝘢́𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪𝘦́𝘯 𝘦𝘳𝘢𝘯 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘢𝘴 𝘴𝘦 𝘱𝘰𝘴𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘢𝘭 𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘮𝘪𝘰.

— 𝘋𝘦𝘣𝘦𝘳𝘪́𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘢, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘭𝘰 𝘴𝘦𝘳𝘢́𝘴.— 𝘥𝘦𝘤𝘪́𝘢 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘴𝘦 𝘢𝘤𝘦𝘳𝘤𝘢𝘣𝘢, 𝘢𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘯̃𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢 𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘰𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘵𝘳𝘦𝘴 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘢𝘭 𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘮𝘪𝘰, 𝘮𝘦 𝘰𝘧𝘳𝘦𝘤𝘪́𝘢𝘯 𝘶𝘯𝘢𝘴 𝘯-𝘷-𝘢𝘫𝘢𝘴.

— 𝘏𝘢𝘻𝘭𝘰, 𝘵𝘶 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘢 𝘨𝘳𝘢𝘴𝘢 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘷𝘢 𝘢 𝘲𝘶𝘪𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘰𝘭𝘢. — 𝘥𝘦𝘤𝘪́𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘢𝘴 𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘮𝘦 𝘥𝘢𝘣𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘯-𝘷-𝘢𝘫𝘢.

𝘠𝘰 𝘭𝘢 𝘢𝘨𝘢𝘳𝘳𝘦.

𝘔𝘦 𝘦𝘮𝘱𝘦𝘤𝘦 𝘢 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘢𝘳.

𝘔𝘪 𝘵𝘰𝘳𝘴𝘰.

𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘰́ 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘦.

...

_______

Desperté asustada después de eso, ¿qué había sido eso?

El haber soñado eso me hizo pensar demasiado, ¿acaso eso era normal? No, no lo era.

Supe dar una respuesta pero ninguna me era fácil de aceptar.

¿Que había sido eso?

Quizás era mi casa cuando era adolescente, cuando no tenía ganas de seguir en esta vida.
Pero, ¿esas cuatro chicas? Nunca he conocido a alguna chica que sea así de hermosa, mucho menos a cuatro chicas.

Prácticamente podían cumplir el doloroso estándar de belleza, pero eran realmente hermosas.

Mi cabeza supo que decir, quienes eran esas chicas.

Sabiendo que eran cuatro, las cuatro eran hermosas y que las cuatro las reflejaba en el espejo ellas pueden ser aquello de lo que Sana habla tanto... 𝘓𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘢𝘵𝘳𝘰 𝘳𝘦𝘧𝘭𝘦𝘫𝘰𝘴.





𝘓𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘢𝘵𝘳𝘰 𝘳𝘦𝘧𝘭𝘦𝘫𝘰𝘴.

Todo empezó cuando simplemente era una niña, me estaba divirtiendo en el patio de juegos de mi casa.

Hasta que lo escuche a el, a mi cuidador.

El me buscaba, para según él "jugar un juego demasiado divertido para ambos".
No quería otra vez, no, no otra vez.
No quería volver a estar con él, murmuraba lo mismo a cada rato, con miedo, con mucho miedo y con las piernas temblorosas.

— No.., no otra vez, no, no, no.. — lo decía entre lágrimas mientras me escondía en una parte de aquellos juegos que estaban ahí.
—¿Donde estas querida?.. Ven.. Vamos a divertirnos... — Él lo decía con el objetivo de encontrarme, mientras yo aún lloraba.

Escuchaba dos voces, la de él y una desconocida.
Decidí seguir la voz que no reconocía por que la de él me asustaba.

Encontré un espejo, largo de altura y corto de ancho.

Estaba yo.. O bueno.. No era yo quien se reflejaba ahí.
Una hermosa chica que parecía tener mi misma edad, 14 años.

— Hola, querida Sana.. ¿Por qué no haces algo? ¿Por qué te dejas abusar? — ella repetía mientras aún sonreía mientras yo soltaba más lágrimas, esas palabras de ella me destrozaban cada vez más.
— No quiero tenerte como mi persona sabiendo que eres muy tonta y yo, siendo un simple reflejo soy más inteligente e incluso más linda. — siguio diciendo ella. — rompeme, vamos hazlo, saca tu ira y enojo, deja que yo pueda ser tu persona y tú mi simple reflejo, vamos.. — el espejo se rompió, no me lastime por suerte y agarre un pedazo de cristal que antes era un solo espejo, ahora eran miles de espejos que reflejaban su propio reflejo.
— 𝙧𝙤𝙢𝙥𝙚𝙡𝙤 𝙖 𝙚́𝙡 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙢𝙚 𝙧𝙤𝙢𝙥𝙞𝙨𝙩𝙚, 𝙎𝙖𝙣𝙖. —
...

Agarre un pedazo de cristal mucho más grande y filoso, me pare y empece a caminar hacia el mientras el aún no notaba mi presencia mientras me buscaba.

— Donde estara.. Oh.. ¡Querida aquí estas! ¿Por qué intentabas esconderte de mi? Tendré que castigarte.. — decía sonando victorioso al haberme encontrado, mientras se acercaba hacia mi, yo saque ese pedazo de cristal.
— Qué.. ¿Qué haces con eso? ¿Qué harás?.. — sonaba asustado, por fin, él me tenía miedo, yo no podía parar de sonreír ante su miedo.

— Sana.. ¿Qué vas a hacer? — el dijo 𝙧𝙤𝙢𝙥𝙞𝙚𝙣𝙙𝙤 ese silencio.

Con una gran sonrisa en mi cara, con una mirada que no me pertenecía.. Le respondi.

— 𝙑𝙤𝙮 𝙖 𝙧𝙤𝙢𝙥𝙚𝙧𝙩𝙚, 𝙧𝙤𝙢𝙥𝙚𝙧𝙩𝙚 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙩𝙪́ 𝙡𝙤 𝙝𝙞𝙘𝙞𝙨𝙩𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙢𝙞𝙜𝙤. —

Y pasó, s-ngre estaba en todo el lugar y en mi ropa.

Mis padres habían llegado, vieron aquella escena y se asustaron.

— por fin lo hice.. Hice lo que ustedes no hicieron.. — me acerque a ellos aún sonriendo sin ningún miedo alguno, sin retroceder como siempre lo había mientras cargaba mucho miedo.. Ahora cargaba felicidad...

...

Una 𝙛𝙚𝙡𝙞𝙘𝙞𝙙𝙖𝙙..


𝙌𝙪𝙚 𝙣𝙤 𝙢𝙚 𝙥𝙚𝙧𝙩𝙚𝙣𝙚𝙘𝙞́𝙖.











No se como lo hice, pero lo hice.

Había ocurrido una masacre ahí, mis padres y mi cuidador, simplemente yo observando sus cuerpos.

— qué.. Qué acabo de hacer?.. — repetía mientras lloraba. — esta.. Esta no soy yo.. Ese reflejo no me pertenece.. —

Estaba yo sentada mirándome al espejo mientras ordenaba mi pelo, aquel reflejo estaba aún ahí.

— ¿ves? Hiciste lo mejor.. Y ahora las dos somos una. Ya no hay más reflejos, ya no hay más persona.. Pronto no habrá sombra.. — ella repetía mientras también se ordenaba su bello pelo.

Ya no sabía cómo era yo, ella reflejaba todo lo que quería ser..

𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙛𝙡𝙚𝙟𝙖 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙨𝙚𝙧.
𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙛𝙡𝙚𝙟𝙖𝙗𝙖 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙦𝙪𝙚𝙧𝙞́𝙖 𝙨𝙚𝙧.

15 𝘢𝘯̃𝘰𝘴

Estaba mirándome en otro espejo, mientras escuchaba a mis padres adoptivos hablar sobre mi fiesta de cumpleaños.

Yo no quería eso, no quería una fiesta, solo quería estar sola.

Pero aún así, no tengo opción, ellos no me dan opción.

Nunca pude ser amada por mi familia, nunca, y mis padres adoptivos eran una mierda también, no eran nada buenos conmigo otra vez.

Supe como soportar las lágrimas, supe llorar en silencio y supe mentir.

Pero tenía miedo del 𝘤𝘶𝘢𝘳𝘵𝘰 𝘳𝘦𝘧𝘭𝘦𝘫𝘰.

Mientras me miraba en el espejo, vi a otro reflejo, no era la anterior, era otra.

También era igual de linda, llevaba otra ropa y otro peinado, también era blanca y su piel perfecta estaba presente también.
Pero tenía un lunar, un lunar bajo el ojo izquierdo.

Me admiraba con una sonrisa.

— Sana, querida.. ¿Por qué minimizas tus emociones? ¿Acaso no importan? — nuevas palabras que hundían mi pecho aparecieron, aguante las lágrimas y sonreí otra vez.
— Vamos Sana.. ¿Puedo salir de aquí? 𝘿𝙚𝙩𝙚𝙨𝙩𝙤 𝙖𝙜𝙪𝙖𝙣𝙩𝙖𝙧 𝙢𝙞𝙨 𝙚𝙢𝙤𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨. — ella simplemente hizo lo que yo quería.
Se enojó por algo simple, se frustró por algo simple y se puso triste por algo simple.
Pero, ¿por qué se puso así?
𝙋𝙤𝙧 𝙖𝙜𝙪𝙖𝙣𝙩𝙖𝙧 𝙨𝙪𝙨 𝙚𝙢𝙤𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨.

Inició mi fiesta de cumpleaños, habían muchos invitados, yo estaba sentada sola mientras miraba a todos convivir y tomar en copas de vino.

De repente, note la presencia de una invitada que estaba también sola en una mesa, hicimos contacto visual.

Ambas nos mirábamos, me era claro quién era.

Era ella, ese reflejo que apareció pidiéndome salir mientras no sabía soportar sus emociones.

Nos estabamos admirando, yo admiraba su belleza y ella admiraba mi fuerza para soportar las emociones.
Y me sonrió.

Un hombre la invitó a bailar, supuse que ella rechazo.

Aquel hombre parecía que le empezó a gritar, enojado y ella se levantó y lo miro a los ojos, el se perdió en su belleza.

Las copas de vino se rompieron, absolutamente todas.
Las que tenían vino y las que no tenían, las que estaban guardadas y las que estaban en las mesas.

Muchos recibieron Cortes en sus manos.

Todo se llenó de s-ngre.

Estaba yo mirando al último cuerpo vivo que quedaba, aquel hombre enojado y frustrado por no haber recibido la aceptación de una joven que era muy hermosa.

— Porfavor... — dijo el hombre llorando, yo aguantaba mis lágrimas, no entendía que me pasaba, yo quería llorar ahí mismo, pero no podía.

— simplemente matalo, 𝙚́𝙡 𝙨𝙞 𝙨𝙖𝙗𝙚 𝙢𝙤𝙨𝙩𝙧𝙖𝙧 𝙨𝙪𝙨 𝙚𝙢𝙤𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨, 𝙥𝙚𝙧𝙤 𝙩𝙪́ 𝙡𝙤 𝙤𝙙𝙞𝙖𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙪́ 𝙣𝙤 𝙥𝙪𝙚𝙙𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙢𝙤𝙨𝙩𝙧𝙖𝙧 𝙩𝙪𝙨 𝙚𝙢𝙤𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨. — mi mirada y la del hombre se desvió a aquella voz femenina que sonaba.

Estaba ella sentada tomando vino, volteo a vernos con una sonrisa macabra y nos saludo.

— matalo. — una simple orden que yo cumpli.

Ella simplemente reflejaba lo que yo quería hacer, mostrar mis sentimientos.

𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙛𝙡𝙚𝙟𝙖 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧.
𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙛𝙡𝙚𝙟𝙖𝙗𝙖 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙦𝙪𝙚𝙧𝙞́𝙖 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧.

18 𝘢𝘯̃𝘰𝘴

Estaba llorando en el baño de mi escuela, había estallado ahí mismo.

Me habían estado molestando por mi problema mental, lo hacían sin piedad alguna.
Termine de llorar y me lave la cara, me mire en el espejo y la vi a ella.

Otra más, ese reflejo que sonreía mientras yo hacia lo contrario.

— ¿por qué eres tan débil? — inició una conversación, a diferencia de las anteriores veces me atreví a responder. — porque ellos me destrozan. — le respondi. — oh, enserio? Que mal.. Deberías de responderles como me respondiste. — parecía estar en contra de que yo le dijiera algo, pero también estaba feliz por ello.

— Vamos, ve y acaba con ellos.. Destrozame como ellos lo hacen. —

No aguante y rompí ese espejo, quedé con sangre

Vi un pedazo de cristal y escuche su voz.

— 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤𝙯𝙖𝙡𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙢𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤𝙯𝙖𝙨𝙩𝙚, 𝙎𝙖𝙣𝙖. —

Salí del baño con un pedazo de cristal guardado en mi bolsillo, ignoraba a los demás e iba recta y firme buscando a mi objetivo.

Estaba ella, esa chica que me molestaba, no aguante más de ella.

— Oh, aquí está la tonta y estúpida Sana, ¿qué tal querida? — decía ella, es una estúpida decia en mi mente.

— qué?, ¿no vas a decir nada o.. — antes de que termine de hablar le incruste ese pedazo de cristal en el pecho.

Ella escupió s-ngre mientras los demás se asustaban y yo sonreía.

Esa cara de felicidad otra vez no me pertenecía.
Pero no me importaba.

—deseaba hacer esto antes, todos son unos hijos de puta.. Tienen que morir. — dije.
Simplemente lo hice, los mate a todos ahí.

Excepto a Momo, mi querida amiga.

Ella no dijo nada, simplemente lo dejamos como si nada hubiera pasado.

𝙀𝙡𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤𝙯𝙖𝙧𝙤𝙣, 𝙮𝙤 𝙡𝙖 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤𝙯𝙚, 𝙮𝙤 𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤𝙯𝙚.

𝙎𝙪𝙥𝙤𝙣𝙜𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙡𝙡𝙖 𝙙𝙞𝙘𝙚 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙮𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙤 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙧.
𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙖 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙮𝙤 𝙦𝙪𝙚𝙧𝙞́𝙖 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙧.

20 𝘢𝘯̃𝘰𝘴

Me encontraba sentada con mis amigas de la Universidad mientras hablaban entre ellas.

Mina y chaeyoung como siempre, estaban unidas, jeongyeong y Nayeon estaban hablando y bromeando entre ellas, Jihyo y tzuyu hablaban sobre las clases, Momo y dahyun estaban hablando mientras estaban muy unidas.
Luego estaba yo, simplemente mirandolas y dibujando.

Un chico se acercó a chaeyoung, él la estaba acosando.

No quería hacer nada estúpido enfrente de mis únicas amigas, así que soporte eso.

Al final del día, mina me dijo que ella iba a hacerle algo al chico y denunciarlo si es que este estaba acosando a más chicas junto a chaeyoung.

Me invitó a ir con ella, rechace pero la seguí sin que ella supiera.

No recuerdo que pasó, pero yo acabe con el chico cuando este fue mandado a prisión.

Logre engañar a los policías e hice que ellos me dejen ver al hombre.

Mientras me ponía el uniforme de policía mirándome al espejo, estaba un reflejo desconocido para mi.

— Saaana.. Eres un monstruo. — me dijo.
— lo se. — le respondi muy seria. — lo sabemos, ellas también, tú y yo. — me respondió mientras sonreía, otra vez, haciendo lo contario a mi.

Agarre un cuchillo mientras llevaba un pequeño espejo, la escuchaba a ella y los demás no lo hacían.

Llegue a su celda y le dije que viniera conmigo, él hizo caso ya que no tenía otras opciones.

Acabe con él.

Mina me lo agradecería, chaeyoung se asustaria.

Pero yo sabía que..

Yo no lo había hecho, ella si, ella me obligó.

Unos simples espejos y reflejos me obligaron.

𝙀𝙡𝙡𝙖𝙨 𝙢𝙚 𝙤𝙗𝙡𝙞𝙜𝙖𝙧𝙤𝙣.
𝙀𝙡𝙡𝙖𝙨 𝙢𝙚 𝙤𝙗𝙡𝙞𝙜𝙖𝙗𝙖𝙣.

_____

Leía Hato, mientras enfrente de él tenía a Jihyo y a Hiro.

Hato: Dios.

Hiroshima: solo eso dirás?

Hato: qué más puedo decir?

Jihyo: ella está realmente muy mal..

Hiroshima: cierto, pero no podremos hacer nada ya que.. Ya está mal mentalmente, no se podrá cambiar.

Hato: yo creo que si se puede

Hiroshima: bueno, tienes el derecho de creer eso.

Hato: lo dices como si yo estuviera hablando incorrectamente.

Hiroshima: de hecho si

Jihyo: tiene razón Hiro.

Hato: ustedes son unos malparid-

Jihyo tiro un libro para que Hato se callara.

Jihyo: cómo es posible que a cada rato dijieras una grosería? No es necesario que hagas eso todo el tiempo.

Hiroshima: Jihyo tiene razón

Hato: ahg bueno.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: #jihyo