Capítulo XVIII: Equipo reunido.

Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo solo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

Hinata estaba sentada en uno de los rincones de su habitación, abrazando sus piernas para ocultar sus lágrimas y ahogar sus sollozos. Se sentía herida, engañada y sobre todo defraudada. Quería reclamarle por haberla engañado, por hacerle creer que se enamoraba de otra persona. Ahora no sabía a quien le había entregado su corazón. 

Pasó la siguiente hora en la misma posición, sin pensar en otra cosa que no fuera las últimas palabras de Obito. ¿Quería reunirse con él?, ¿Qué ganaría con eso?

La idea de usar el amor que decía tener por ella para traicionarlo cruzó por su mente varias veces, si lo detenía la guerra terminaría. Por más que su lado racional le decía que era la mejor decisión, sus sentimientos por Obito le impedían realizar ese plan. 

—¿Hinata?— la voz de Kakashi llegó a sus oídos, como un rayo de luz enmedio de la tormenta. 

—Kakashi-kun.

—¿Qué haces aquí?, Itachi y yo nos comenzábamos a preocupar— el peliplata dejó de hablar al ver los ojos rojos de su amiga.

—Ya sé quién es.

—¿De qué hablas?— le preguntó confundido. Kakashi pensaba cuanto tiempo más tardarían, Itachi los seguía esperando en el lugar que habían marcado como encuentro, el Uchiha se miraba realmente ansioso. Su amigo al parecer tenía un plan para detener a los invocados con el Edo Tensei, y quería llevarlo a cabo la más pronto posible.

—Tobi, el akatsuki de la máscara.

—¿Te refieres a Madara Uchiha?

Hinata se levantó, dispuesta a revelarle la verdad cara a cara —No es Madara Uchiha. Es Obito.

Kakashi retrocedió un paso, abriendo su único ojo visible más de lo normal. Eso era imposible —Hinata, sé bien cuanto amaste a Obito. Pero este no es momento para confundirlo con la persona que declaró la guerra.

—Es verdad Kakashi-kun, tienes que creerme— él la seguía observando, su rostro ahora reflejaba una gran seriedad —¿Recuerdas que te hable sobre alguien con quien estaba saliendo?

—Si, lo recuerdo.

—Se trataba de él, de Tobi. Dejé de frecuentarlo cuando descubrí lo que hizo en la reunión de los kages.

—Eso no lo hace ser Obito, Hinata. Solo demuestra lo mal que escoges a las personas.

—¡No me interrumpas!— le gritó molesta. Sabía que había hecho mal accediendo a estar con un criminal, no tenía que recordárselo —Estuvo aquí, se quitó la máscara.

—¿Y qué tal si se trataba de un engaño?

—Mis ojos pueden verlo todo Kakashi-kun.

—Pero estamos hablando de Obito, no piensas de manera correcta cuando se trata de él. Te pueden engañar fácilmente.

—¿Por qué me engañaría?

Kakashi suspiró frustrado —¿Qué quiere de ti?

—Quiere que me reuna con él en una de sus guaridas.

—Eso me suena a trampa— Kakashi negó lentamente, le dolía ver cómo jugaban con los sentimientos de su mejor amiga —¿No lo ves Hinata?

—Kakashi-kun, tú puedes detenerlo.

—¿Qué dices?

—Ahora sabemos dónde está, puedes ir y detenerlo— dijo Hinata, intentando que su corazón no ganara y le impidiera tenderle una trampa a su amado —Obito me espera a mi, no a ti.

—En eso tienes razón, contamos con el elemento sorpresa— Hinata asintió, limpiando sus lágrimas con la manga de su blusa —Dame su ubicación.

Cuando Hinata terminó de explicarle, Kakashi se fue sin decir una palabra. Sabía por el tono de voz de su amiga que está se estaba arrepintiendo de delatar al enmascarado. Hinata le miró partir preocupada, con una mano en su pecho para sentir sus fuertes latidos. Ella se volvió a sentar para repasar todo lo que estaba sucediendo, esta vez en la cama.

En el camino de regreso Kakashi se encontró con Itachi, le pidió al Uchiha que se fuera con Hinata, ella ahora necesitaba de las palabras de un amigo. Palabras que él no podía darle, lo más importante en ese momento era detener al causante de la guerra. 

Obito seguía esperando a Hinata en su guarida, si ella llegaba a pedirle que detuviera todo lo haría. Lo haría por ella. Solo necesitaba que lo escuchara, quería que Hinata lo comprendiera y lo abrazara como solo ella sabía hacerlo. Llevaba tantos años amándola, algunos de ellos sin ser completamente consciente de esos sentimientos. El ruido de una rama al quebrarse delató al intruso, Obito se dió la vuelta enseguida, esperando encontrar los lindos ojos de su amada. 

El peliplata se maldijo por lo bajo al ser tan descuidado, estaba tan sorprendido viendo a Obito que no se percató de la rama en el suelo.

—Parece que en verdad eres tú.

El Uchiha se decepcionó al ver a su antiguo compañero de equipo, si él estaba allí quería decir que Hinata lo había delatado. Ella lo había traicionado. 

—Puedo ver que ella te ha escogido a ti.

—Obito— murmuró Kakashi.

—Es un lástima para Hinata, no saldrás vivo de aquí.

—Te equivocas Obito, tú serás quién no saldrá vivo de aquí— el estado de shock de Kakashi paso rápidamente al escuchar la voz de Obito, no tenía duda de que se trataba de él. 

Ambos se miraban, una gran batalla estaba por comenzar.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Hinata aún estaba sentada en su cama, mirando al suelo y llorando en silencio. No sabía si tomó la decisión correcta. El viento frío que entraba por la ventana la trajo de vuelta a la realidad, se giró en esa dirección para saber porque su ventana estaba abierta. Kakashi no la había dejado de esa manera.

Sus ojos miraron con gran sorpresa a la persona que estaba recargada en la ventana, sin decir nada, como esperando a que ella se diera cuenta de su presencia. 

El cabello corto y en punta, ligeramente rizado de color negro. Piel clara. Camiseta de cuello alto del mismo color que su cabello, algo muy común dentro de su Clan. El protector de Konoha era usado en una cinta negra atada a su frente. Estaba exactamente igual de joven que la última vez que lo miró. Lo único diferente ahora eran sus ojos y algunas marcas en su piel, como si algo de papel se desprendiera de su rostro. 

—Hinata-chan— la llamó. Su voz terminó de quebrar a la Hyūga. 

—Shisui-kun— los ojos perla de Hinata se llenaron de lágrimas. De un salto bajó de la cama para correr a los brazos de quién en vida fue su prometido.

—Me da gusto verte de nuevo Hinata-chan, no sabes cuanto te he extrañado— Hinata escondió su rostro en el cuello de Shisui, su prometido seguía siendo más alto que ella.

—Shisui-kun— susurró con voz entrecortada. No podía creer que lo volvía a ver, tal vez Shisui era lo único que necesitaba en ese momento —No puedo creerlo, ¿De verdad eres tú?

—Tócame Hinata, soy real— ella acarició la cara de Shisui, él sonrió cuando su pequeña mano comenzó a explorarlo con cariño.

—¿Has vuelto para estar conmigo Shisui-kun?— Shisui tomó sus manos, la sonrisa no desaparecia de su rostro. 

—Eso me encantaría Hinata, pero no estoy aquí porque este con vida.

—No entiendo Shisui-kun— Hinata lo miró detenidamente, intentando comprender porque Shisui estaba ahí.

—Alguien me ha invocado, por eso puedo estar aquí.

—¿Edo Tensei?— Shisui asintió —Kakashi-kun me habló sobre eso. 

—No puedo quedarme mucho tiempo.

—¿Por qué lo hiciste Shisui-kun?, ¿Por qué me dejaste?— Hinata volvió a sentarse en el suelo, la impresión de ver a Shisui nuevamente parecía hacer fallar sus rodillas. El Uchiha se hincó frente a ella.

—Lo siento mucho Hinata, créeme que no quería hacerlo— Shisui escondió el cabello azabache de su amada detrás de sus orejas, le sorprendía ver los ojos rojos e hinchados de Hinata —Todo tiene que ver con mi Clan, no quería que descubrieran la verdad. Si ellos sabían que Danzō me había robado mi ojo buscarían venganza, podían adelantar el golpe de estado. Eso solo debilitaría el poder militar de Konoha, las otras naciones se aprovecharían de la situación e iniciarían otra guerra. 

—Pero Shisui-kun...

—Te amo Hinata, y también amo a mi aldea. No pensaba permitir que estuvieran en peligro— Shisui acarició su mejilla — Quería que la aldea fuera pacífica y que mis hijos crecieran creyendo que el Clan siempre fue leal a Konoha.

—Shisui-kun, nosotros te amamos. También necesitamos de ti— dijo refiriéndose a ella y a sus hijos. 

—Lo sé. Yo siento lo mismo.

Ella lo miró con sorpresa —Shisui-kun, ¿Tú sabías que estaba embarazada?

—Lo sospechaba— confesó sinceramente.

—¿Y por qué no cambiaste de opinión?

—Lo siento Hinata, no había otra manera. Lo pensé muy bien— Hinata le seguía viendo con esos ojos tristes que le partían el corazón —Los altos mandos de Konoha no me creerían lo del ataque de Danzō, y si yo lo enfrentaba de nuevo cuando me recuperara todos seguirían hablando mal de los Uchiha. Si no es que Danzō buscaba mi ojo antes de que pudiera mejorar mi condición. Jamás me perdonaría si ustedes llegaban a estar en peligro.

—Nunca te olvide Shisui-kun, guarde tu recuerdo en mi corazón— la ojiperla intento sonreír. Pero el estar llorando por tanto tiempo no la hacían lucir linda y presentable. El pensamiento la incomodó tanto al punto de volver sus mejillas rojas.

—Te ves increíble Hinata-chan. Siempre te amaré, incluso cuando lloras— le dijo, adivinando sus pensamientos. Shisui la volvió a cubrir con sus brazos, Hinata se dejó llevar por sus suaves besos en todo su rostro 

Para sorpresa de Shisui, Hinata se separó de él. Su ánimo parecía volver a mejorar —Tienes que venir conmigo Shisui-kun— la ojiperla se puso de pie, ayudando a su amado a levantarse junto con ella —Tengo que presentarte a los niños. Obito y Shisui ya han cumplido cuatro años.

El Uchiha se resistió a ser llevado por Hinata —Nada me haría más feliz, pero sería complicado explicarles la situación a los niños.

—Ellos están en un refugio junto a otros Hyūga, tal vez estén durmiendo.

Shisui sonrió —¿Y si me muestras algunas fotos?

Hinata asintió emocionada, de inmediato se dirigió su buró. Podía mostrarle las fotos que tenía sobre este, pero prefirió sacar el álbum que siempre guardaba en su cajón. La Hyūga regreso con Shisui y le entrego el álbum, él lo abrió cuando lo tuvo en sus manos.

—En estas fotos eran solo unos bebés— Hinata señalaba cada imagen y le daba una pequeña explicación del día en que tomaron la fotografía. Shisui acariciaba las imágenes con sus dedos, emocionado al ver a sus hijos. Aunque fuera solo en fotografías. 

—Son gemelos— el Uchiha seguía pasando las fotografías, la última era de sus hijos en un entrenamiento con Naruto y Sasuke —Y tienen ojos diferentes.

—Uno de sus ojos es de color negro.

—Y el otro es blanco— completó Shisui, sin poder dejar de sonreír.

—Obito y Shisui se parecen mucho a ti.

—Son muy lindos Hinata— Shisui cerró el álbum de fotografías y miró directamente a la azabache —Lamento no estar contigo en esos momentos.

—No te disculpes Shisui-kun, yo entiendo porque lo hiciste.

—Quiero hacerte una pregunta Hinata-chan— ella asintió, dándole permiso en silencio de preguntar cualquier cosa —¿Por qué estabas llorando cuando te encontré?

Ella guardó silencio. Por un momento permaneció de esa forma, debatiéndose entre decirle la verdad o alguna mentira.

—Shisui-kun.

—Tan solo dime la verdad.

—Después de ti, conocí a otra persona— él no dijo nada, solo la observaba —Él era bueno conmigo, yo llegué a amarlo. Ahora resulta que es otra persona, una que yo creía muerta. No sé si estar feliz por saber que está vivo, o sentirme traicionada por su engaño.

—¿Quién es?

Hinata bajó la mirada —Se trata de Obito.

Shisui se sorprendió, sus ojos se abrieron un poco más al recibir la noticia. Siempre pensó que la identidad del hombre de la máscara era totalmente diferente.

—¿Por eso llorabas?

—Si— murmuró —Le dije a Kakashi-kun donde estaba Obito, para que lo detuviera. Pero tengo miedo, no quiero que ninguno de los dos se haga daño. Soy egoísta, envié a mi mejor amigo a enfrentar mis propios problemas.

—No eres egoísta Hinata-chan, solo necesitabas un poco de tiempo— Shisui dejó el álbum sobre el buró. Con sus manos tomó los brazos de Hinata para sentarla en la orilla de la cama, él se hincó frente a ella —¿Ya tomaste una decisión?

—No— respondió, sin ser capaz de apartar sus ojos de Shisui.

—Estamos hablando de Obito, siempre has tenido una debilidad por él— el pelinegro le dió un ligero toque en la punta de su nariz, Hinata sonrió ligeramente —Nunca dejaste de amarlo. 

—Shisui-kun.

—Y bueno, Obito nunca ha pensado con claridad cuando se trata de ti. Es un tonto que tardó demasiado en darse cuenta de sus sentimientos. Tienes que comprenderlo.

Hinata rió un poco por sus palabras —No sé cómo voy a solucionar esto. ¿Cómo hago que detenga está guerra?

—¿Por qué no se lo dices?

—¿Decirle que?— preguntó confundida. Por un momento sintió que perdía el hilo de la conversación.

—Decirle sobre esto— dijo posando una de sus manos sobre su vientre.

La Hyūga se sonrojó —¿De qué estás hablando Shisui?

Él se sorprendió de que no lo llamara con el sufijo en su nombre, aún así, continuó sonriendo —Pensé que te darías cuenta más pronto esta vez Hinata-chan. Por ser tu segundo embarazo.

—N-no, yo no...

—¿En verdad no lo habías notado?

—Si he tenido algunos mareos, pero eso no quiere decir que— Hinata dejó de hablar, la idea de Shisui no sonaba tan loca si tomaba en cuenta que su periodo se había atrasado.

—¿Lo ves?— Shisui se incorporó —Nunca he dejado de verte.

Hinata activó su Byakugan sin necesidad de los sellos manuales. Su sorpresa fue grande al descubrir que su prometido tenía razón.

—N-no puede ser.

—¿No estás feliz, Hinata?

Ella lo miró de nuevo a él —Si, estoy feliz. Es solo que no esperaba esto.

—¿Por qué no se lo dices?

La ojiperla tomó la mano que Shisui le extendía para ponerse de pie, una gran sonrisa se apoderó del rostro de Hinata.

—Lo haré.

—Te acompaño.

Shisui caminó a su lado, sin soltar su mano en ningún momento.

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Los ojos de Hinata se dirigieron de Obito a Kakashi, y de su mejor amigo al Uchiha de nuevo. Ambos se miraban agotados. Lastimados tal vez sería la palabra más adecuada.

Kakashi sangraba de su costado, Obito tenía una herida en su pecho. Los dos estaban por acercarse una vez más, apunto de darse el golpe final. Shisui se adelantó a Hinata, en un abrir y cerrar de ojos estaba enmedio de ellos. Los dos lo miraron con sorpresa, la distracción provocó que Shisui desviara sus ataques y los detuviera a tiempo.

—Shisui— murmuró Kakashi, sin poder creerlo que el Uchiha estuviera frente a él.

Obito desvío su mirada en dirección a Hinata, ella no lo miraba a él, ella tenía la vista en Shisui. Justo como cuando eran niños. Hinata se acercó a los tres, fue en ese momento que su mirada conectó con la de Obito. El corazón de la ojiperla latía con fuerza.

—Hinata, veniste.

Ella caminó los pasos que le faltaban para llegar a él, miró una última vez a Shisui para armarse de valor. Su prometido asintió con la cabeza.

—Obito, lamento haberte dicho esas cosas.

El Uchiha negó —Lo entiendo, creo que lo merecía.

Hinata tomó la mano de Obito, estaba nerviosa, no sabía como decirle. El pelinegro se sonrojó al sentir la mano de Hinata guiándolo a su vientre.

—Yo creo que no merecías que te tratara de esa forma— la ojiperla sonrió, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas —Pero si mereces saber esto.

—Hinata— Obito miró su mano en el vientre de la Hyūga, luego volvió a verla a ella.

—Tienes que detener esto, por nosotros.

El pulso de Obito aumentó, a pesar de sus malas decisiones, el mundo que antes decía odiar le estaba dando otra oportunidad. Hinata estaba embarazada, su amada esperaba un hijo suyo.

—Lo siento Hinata— ella acarició su mejilla, sin saber que más debía decir.

—Tengo que irme Hinata-chan, antes de ir contigo me encontré con Itachi— Shisui llamo su atención nuevamente —Sasuke y él deben estarme esperando.

—¿Volveré a verte Shisui-kun?

—Tal vez, si ustedes llegan a tiempo antes de que terminemos con el Edo Tensei. 

Shisui tomó con cariño el hombro de Hinata antes de irse, no le dedicó ninguna palabra de despedida a ninguno de los presentes. 

—Necesitas que te ayude a curarte Kakashi-kun— le dijo Hinata a su amigo, sonando más a una afirmación que a una pregunta.

—Yo puedo curarme solo Hinata, es Obito que necesita de tus atenciones en este momento.

Ella asintió, hizo que Obito se sentará en el suelo y rompió su camiseta para poder ver la herida que tenía.

—Deje que Kakashi me hiciera esto a propósito.

—¿Ah, si?— Hinata no lo miró, estaba más concentrada en reunir chakra en sus manos para comenzar a curarlo.

—Si, necesitaba que removiera un sello que se encontraba en mi corazón.

—¿Te duele reconocer que te di una paliza frente a Hinata?— Kakashi sonrió al ver a su amigo enfadado.

—Tú no me diste una paliza, esta batalla aún no terminaba— Obito miró hacia otro lado molesto.

—Si Shisui no hubiera llegado, seguro que sería quién te derrotaba— la Hyūga suspiró pesadamente, sus compañeros volvían a ser los niños que discutían por demostrar quien era el mejor.

—Hablando de Shisui, no entiendo que hacía aquí.

—¿No tenías un aliado que los invocaba?— le preguntó Kakashi.

—Kabuto dijo que no encontró el cuerpo de Shisui, necesitaba una parte de su cuerpo para que la técnica funcione.

—Tal vez te mintió— le dijo Kakashi, como si fuera lo más obvio.

—Ese bastardo— murmuró el Uchiha

—Deja de hablar Obito, me desconcentras— lo regaño Hinata, alzando un poco la voz.

—Lo siento— se disculpó —Debemos llegar para ayudar a Shisui y los demás. Debemos detener a Kabuto antes de que invoque a Madara.

—Ese si sería un problema— reconoció Kakashi en un suspiro.

—Creo que tenemos una nueva misión— Hinata sonrió, recordando de pronto todos los momentos que pasó junto a su equipo.

—También hay que detener a Zetsu— dijo Obito, sabiendo bien que Hinata se enfadaría porque le había pedido guardar silencio —Al terminar con Kabuto les diré más sobre el.

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—Niisan— lo llamó Sasuke, el Uchiha menor seguía esperando en el punto que habían acordado —¿Por qué tardaste tanto?

—Lo siento Sasuke, tenía que hablar con Hinata-san antes de venir— dijo Itachi sin más, deteniéndose enfrente de su hermano menor. 

—Bien.

Los dos Uchiha se miraron entre sí antes de seguir su camino.

El antiguo equipo de Kakashi no tardó mucho en llegar a la cueva donde Kabuto se escondía, reuniéndose con Itachi y Sasuke. Y para sorpresa se Hinata, con Shisui de nuevo. 

Los tres compañeros de equipo no entendían porque Shisui estaba allí si ya habían derrotado a Kabuto. 

—Tenemos que contactarnos con Naruto, con su ayuda vamos a derrotar a la planta parlante— el primero en hablar fue Sasuke. El más pequeño del grupo tenía el ojo izquierdo cerrado.

Los demás asintieron.

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Si no entienden muy bien que hace Shisui por aquí no se preocupen, en el próximo capítulo se explicará. Aunque puedo resolver sus dudas si gustan uwur

Dejen sus votos y comentarios 💖

Nos vemos en la próxima actualización 👀❣️

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