Enrique IV se encontraba desesperado acaba de salir de un consejo con sus manos cercanos hombres y ellos mismos le decían todas las humillaciones que Fernando estaba dando a su amada Elena. Su hermanita a sido humillada ahora solamente quedaba hacer que el mismo Fernando caiga en una trampa que el sólito debe de hacer-Hermano y rey querido-decía una joven Elena entrando a los aposentos de su hermano y su ahora esposa Juana

-Hermana, ven siéntate-Cuando ambos estaban en la cama sentados, el suspiraba-Sabes que siempre, he querido que seas una mujer muy fuerte y mas fuerte para que lleves con orgullo la sangre de la dinastía Trastamara- "

-Enrique ¿Que ocurre?.-

El suspiraba y tomo sus manos-¿Te acuerdas de una pequeña pelirroja que siempre a querido recorrer el mundo?-dijo mientras que la sonrisa aparecía en los labios de ambos-Pues esa pelirroja tendrá su barco, lo nombre "La leona roja" es modesto pero ayudara a que vayas por todo el mundo con hombre de confianza-menciono pero Elena se puso triste

-Y ¿Fernando?-

-Si te ama, te esperara...para las personas que se aman de verdad el tiempo es eterno-dijo mientras que entregaba una espada que el mismo mando a ser para ella-Elena, debes de entrenar con ella y prometerme que serás la mejor de todas-dijo mientras que ella asiente-Dime ¿Eres una oveja?-preguntaba mientras que ella negaba-No, eres una leona...se una leona

-Elena, Elena-decía la voz que pedía que despierte y así lo hizo-¿Que soñabas? Estas sudando-Ella se levantaba de sucama mientras que el secaba el sudor-Si ya se no hablo pero debes de tranquilizarte sabes lo que pasa si....-

-Si, ya entendí.-El suspiraba, conocía a su hermanita y ella es terca es una debilidad que tiene que pelear por ello-Vamos, debemos de entrenar antes que Isabel llegue-dijo divertida mientras que ambos salían de los aposentos de ella con sus armas hasta el jardín mientras que se preparaban para entrenar, una mujer anciana se acercaba a Elena tomando su mano sorprendiendola la igual que Naadab que intentaba alejarla pero ella lo tranquilizo

-Renació por fin renació-dijo mientras que sonreia-Por fin lo hiciste, mi matriarca renació ahora es su deber seguir con la profecía-

-¿Profecía? ¿De que habla?-

-La que su antepasada inició, la profecía de la Diosa Estrella hija del Sol y de la Luna enamorada de un humano..usted es la segunda mujer de la profecía primero la matriarca Hethet y ahora usted es la siguiente..-dijo y tomo la otro mano de Elena-Debe de terminar la profecía, sultana debe de hacer-mencionaba mientras que se notaba la desesperación en su voz

Elena se intentaba alejar de la mujer con ayuda de Naadab pero no podía cuando pidieron ayuda a los demás jenízaros que se encontraban ahí pero la mujer desapareció asustandolos-¿Que fue eso?-se preguntaba Naadab mientras que rapidamente revisaba a su amiga

-¿Quien es Hethet?-se preguntaba mientras que caminaban hacía adentró del palacio para después sentarse en unas sillas que ahí se encontraban-¿A que se refería esa mujer?-pregunto mientras que el aun suspiraba-Ustedes no tendrán archivos algunos-menciono ya que la comunidad donde Naadab vivía los mas ancianos tenían en resguardo archivos mas antiguos que algunas dinastías

El suspiraba mientras que pensaba en algo que pueda ayudarlos-Preguntara a Gran Gran, aunque deberé de moverme con los demás jefes-dijo mientras que pensaba que motivo daría-Pero ¿Que motivo doy?-

-Simple, que quieres conocer a la matriarca Hethet si mal no estoy era hija de la princesa Henutmire y fue hermana de Moisés-dijo mientras que Naadab asiente-Ve, puedo cuidarme y prometo comer-dijo, desde que ella se había enterado de que Fernando se caso con su hermana hubo un tiempo en que se dejaba morir de hambre así que Selim y Naadab se prometieron siempre vigilarla para que comiera así que siempre comían con ella-Confía en mi-

El beso su frente-Esta bien, me iré en esto momento espero volver antes-dijo y ella asiente cuando se fue y la dejo sola mientras que su mente aun divagaba sobre lo que sucedió con esa mujer alguien apareció, Alexander-

-Que me lleve el diablo-

-Bueno su alteza, usted es el diablo-dijo mientras que se sentaba en la silla de enfrente-Sabe cuando nos casemos estaremos en un palacio mejor que este, sin ofender a vuestra hermana-mencionaba

Ella solamente suspiro-¿Por que esta tan seguro que me casaré con usted?-menciono

-Por que somos leones, dos miembros del reino de Castilla fuimos criados para tener la grandeza en nuestras manos-menciono mientras que el ponía su mano encima de la de ella-Los leones tienen que unirse y formar una manada debemos de casarnos y le prometo que yo le daré todo lo que pida-

Ella pensaba en lo que decía y si tenía razón en lo que decía pero ella deberá de buscar una pareja que no se quiera ser le sumiso aunque lo diga como mentira. Necesitaba a un hombre que sea igual a el que sea capaz de tomar dos armas para ambos y que su hombría no sea tocada por el simple hecho de que ella pueda levantar espada entonces al ver por el hombre de Alexander miraba a su hermana llegando con Gonzalo aunque no los hayan visto, ella sonreía..ya tenía a su pareja y nadie lo cambiaría-Si, tienes razón con eso debo de tener un león para mi-mencionaba mientras que separaba sus manos-Pero no eres tu quien podrá ostentar ese titulo-

Y con eso ella se fue de ahí aunque bueno lo intento por que Alexander intento tomarla pero Elena saco su espada apuntándolo a su cuello-¿Que intentabas hacer?-pregunto de manera sarcástica ante el hombre y sorprendiendo a Isabel y Gonzalo quien este ultimó saco su espada y se unió a Elena mientras que sonreía este hombre era el elegido el que es capaz de pelear a su lado sin importar nada-

-¿Que ocurre aquí?-

-Nada hermanita, solamente jugamos..¿Verdad?-mentí por que si decía la verdad el sería mandado a la horca-Ahora "queridito prometido" vos y yo jamas seremos iguales tenlo por seguro-menciono y bajando la espada de Gonzalo ambos salieron de ahí a rumbo a sus aposentos al entrar y encerrarse suspiro mientras que era recibía en los brazos de Gonzalo-Me esta cansando esto-susurro

El beso su frente-Pronto estaremos juntos, pronto-susurro mientras que ambos sonreían

-¿Tía?-cuando se separaron vieron a Isabel, la hija mayor-Me retiro dis...-ella no termino de hablar por que Elena sonreía y la guiaba de nuevo al interior

-Isabel, por favor quiero pedir que no digas nadas-dijo

-Pero vos estas comprometida tía-

Ella asiente-Pero sin yo consentirlo, yo no quiero casarme-dijo mientras que ella iba a hablar pero la paro-A mi se me crió para decidir por mi misma y eso cuenta para mi esposo, amo a Gonzalo..vos misma sabes lo que es amar a alguien de manera tan desesperada por que quieres estar a su lado por que sientes que ya no vives sin su presencia-menciono mientras que Isabel soltaba un par de lagrimas por lo ocurrido con su querido Alfonso-Por favor prometerme ¿No dirás nada?-

Ella se lo pensó pero aunque quería a su madre y gracias a ella conoció a su Alfonso pero su tía Elena la trataba como nunca la trato su madre y gracias a ella pudo conocer cosas que jamas pensó en conocer al igual que Juan, Juana y María-Tranquila no hablare y es mas los ayudare-dijo sonriente

Elena abrazo a Isabel sonriente mientras que Gonzalo suspiraba, tenían un aliado

Isabel llego esa noche a sus aposentos acompañada de Chacon que se encontraba ahora pensando en las duras palabras de su hermana menor "Aunque seas la reina de Castilla y aun así estarás al servicios de los hombres, de Fernando, Chacon, Carrillo..." -¿Como mi hermana puedo decir eso de mi su reina?-

-Vuestra hermana, tiene el caracter de vuestro padre eso lo tengo por seguro y es una leona mi señora que esta obligada a esta encarcelada-mencionaba mientras que acariciaba su barba-Pero últimamente la observe cerca de Gonzalo, creo que es por su afinación a las armas pero creo que debemos de tomar acciones para que los rumores de la castidad de la infanta Elena sea cuestionada

Ella suspiraba-Teneis razón, entonces ya sea que es lo que debemos de hacer...-dijo mientras que el se miraba confundido-Adelantamos la boda para dentro de una luna-