Capitulo 7: Admitelo.

Perú había llegado a la casa de Chile, iba a hablar con ella, después de lo ocurrido en el registro civil, habían pasado tres días. Los cuales ni Chile ni Perú, dejaba de pensar en el otro.

El peruano iba a tocar la puerta cuando de pronto, Bolivia llego diviendo:

-que haces aquí?

-puedo preguntar lo mismo? -pregunto Perú.

-vine a evitar que mi futuro esposo cometa una estupidez. -dijo Bolivia.

-sobre eso... yo no... -dijo Perú sin poder terminar ya que Bolivia le corto de inmediato.

-no te atrevas. Que no me cuesta nada decirle s todos que quisiste utilizarme para olvidarte de Chile. -dijo Bolivia

-eh...? -exclamo extrañado el peruano

Bolivia se puso a reír con ironía mientras decia:

-no soy estúpida, Perú  tu la amas, desde antes de la guerra del pacífico. Y me atrevo a decir que desde que eramos colonias.

-yo no...-intento negar Perú

-no lo niegues. No soy estúpida. -dijo Bolivia

Mientras tanto, Chile, ella se encontraba saliendo de la ducha, cuando de pronto, escucho a Bolivia gritar:

-tu nunca odiaste a Chile!!

-tienes razón!!! -escucho a Perú gritarle a Bolivia- yo amo a Chile.

La chilena, comenzó a llorar silenciosamente, fue a su habitación y se seco el cuerpo. Y se puso ropa.

Se asomo sigilosamente por la ventana para observar a Perú y Bolivia, y poder oir la discusión.

-lastima para ti, Perú, pero no te podrás retractar de haberme  pedido matrimonio. -dijo Bolivia- al menos no tan rápido

-lo se. Harás que todos crean que quise utilizarte. Y puedes hacerlo. Si no estoy con Chile, no me importa nada. -dijo Perú

-ja, realmente estas desesperado. -se burlo Bolivia

-y lo estoy. -admitió el peruano

Chile al oír eso, se apartó de la ventana llorando en silencio, miro el anillo que le regalo Argentina, para ella, el argentino era una buena persona, el quiso hacerla feliz al verla sufrir, y ¿como le pago? Huyendo de la boda. Sentía que el la odiaba.

Tomo el anillo, le dio un beso en el diamante y luego lo guardo. No en su joyero, si no que en su caja de recuerdos.

Como un bello recuerdo de la persona con gran corazón que quería casarse con ella.

Chile se dirigió a la puerta de salida y la abrió.

Bolivia ya no estaba, y Perú le miraba fijamente.

-podemos hablar.

-te escucho. -dijo ella con algo de seriedad, pero sintiendo los ojos húmedos.

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Continuará.

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