Capitulo 17.
No supe qué contestar al recibir tan repentino ¿aviso? No sé realmente qué teníamos pendiente, pero decidí dar una respuesta muy inteligente, en serio, si lo hubiera pensado antes no habría dicho tal cosa. ¿Por qué tengo tan mala memoria?
—Ehh, sí... recuerdo—dije nerviosa, mientras mis palabras se enredaban como si estuvieran buscando una salida coherente.
Ella me miró con una mezcla de sospecha y curiosidad, su ceja se arqueó ligeramente. El silencio entre nosotras era pesado, lleno de preguntas no formuladas. Decidió cambiar a un tema del que yo no quería ni pensar, pero que siempre parecía surgir en los momentos más inoportunos.
—Y... ¿Por qué sigues con él?— preguntó, su voz cargada con una mezcla de preocupación y juicio.
Sentí un nudo formarse en mi estómago. La pregunta me tomó por sorpresa, aunque sabía que eventualmente llegaría.
—¿Quién?—dije haciéndome pendeja, fingiendo que no sabía de quién hablaba, aunque supe de inmediato a quién se refería.
—Ya sabes, am, ¿Por qué sigues con N?—insistió, su tono se tornó más serio, casi implorando una respuesta honesta.
—Oh, porque...—pausé, buscando palabras que pudieran esconder la verdad—. Supongo que no sé cómo terminarlo—dije finalmente, mi voz bajó de volumen, casi como un susurro, mientras evitaba su mirada.
—Bueno, pero...— en eso miró el reloj y su mirada cambió por completo —¡Carajo! ¡Llegaremos tarde, ay que apresurarnos!—
Ni siquiera nos duchamos, solo nos vestimos con cualquier ropa medio formal y salimos de la casa sin desayunar casi corriendo, ignorando por completo a mi madre que no le dio tiempo de hablar.
Afortunadamente, llegamos a la escuela. Íbamos en diferentes escuelas ya que ella era mayor que yo, pero estaban casi cerca. Nos despedimos con un beso en los labios y nos dirigimos a nuestras escuelas.
Rápido llegué a mi salón, en donde estaba a quien menos quería ver. Así es, era N, y lo peor es que me sentaba al lado de él.
Con un suspiro resignado, me senté en mi asiento, esperando que N no me dirigiera la palabra, lo cual era muy obvio, pero extrañamente decidió hablar conmigo, cosa que antes me hubiera emocionado, pero ahora no.
Se acercó a mi y me dijo:
—V. ¿Te puedo hacer una pregunta?—
Yo, indiferente, asentí con la cabeza. Luego de eso, N se acercó a mi oído y me susurró:
—¿Cuando me piensas entregar tu... ya sabes... virginidad?—
Me sorprendí por esa pregunta, y bastante. Me levanté agresivamente de mi asiento, y me contuve las ganas de meterle una cachetada.
El solo me miraba, también indiferente, con una calma que no puedo explicar.
—Algún día...— respondí fríamente.
Me miró de reojo, para después encogerse de hombros y desviar la mirada.
(¿Cómo podía ser posible? ¿Solo me quería para eso? ¿Para una noche de pasión?)
Pensaba y pensaba, hasta que la voz de un profesor llenó el salón de una tensión inexplicable, y todos sabían por qué.
Se rumoreaba por ahí que ese profesor abusaba sexualmente de las estudiantes de esa escuela, cosa que a muchas tenía asustadas. A mi nunca me había pasado eso, pero aún así tenía que cuidarme.
Durante la clase, el salón estaba en completo silencio, salvo por el sonido de los lápices y la ocasional tos de un estudiante. El reloj en la pared marcaba lentamente el avance del tiempo. De repente, sentí un ligero toque en mi codo. Me giré y vi a N, con su habitual expresión de indiferencia. En su mano tenía un papel doblado cuidadosamente, que deslizó hacia mí.
Con algo de curiosidad, abrí el papel y leí la frase que N había escrito: ¿Qué significa ''algún día''?.
Sentí un nudo en el estómago. ¿Por qué me preguntaba esto ahora? Pensé. Rápidamente anoté una respuesta en el mismo papel, tratando de sonar convincente y creíble. Mientras terminaba de escribir, N me entregó otro papel, de forma disimulada, aprovechando que el profesor estaba de espaldas.
Este nuevo mensaje me dejó helada: Hoy en el recreo, en el cuarto del conserje. Nunca entra ahí.
Lo miré con frustración, buscando en su rostro alguna señal de preocupación o duda, pero como siempre, él parecía completamente indiferente. No había el más mínimo atisbo de emoción en sus ojos.
Tomé el papel nuevamente y escribí con rapidez: Por favor, espera, ni siquiera terminamos la prepa. Le pasé la nota, tratando de mantener una expresión firme, aunque por dentro me sentía nerviosa.
N tomó el papel y, sin levantar la vista, empezó a escribir su respuesta. Esperé pacientemente, rezando en silencio para que no insistiera en esa loca idea. Finalmente, me devolvió el papel con un simple pero contundente mensaje: No me importa. Lo vamos a hacer y puto.
//Narra J//
(Estaba en medio de la clase de matemáticas, pero no podía dejar de pensar en V, y en ese beso, o aún peor, ¡ESA MUJER ME DEJÓ CON LAS GANAS! Ahora ya no solo eran pensamientos casuales, sino atrevidos. Mi corazón se aceleraba, y me mordía los labios en medio de la clase, deseando verla. Me van a decir que soy una cursi, y normalmente no soy así, pero AGh).
—J. ¿Sigues ahí? J... ¡J!—
Me salí de mis pensamientos al escuchar una voz exclamar mi nombre. La profesora me miraba con una mezcla de impaciencia y preocupación. Sentí mis mejillas arder mientras trataba de concentrarme en la pizarra, donde las ecuaciones parecían bailar frente a mis ojos.En eso la profesora se acercó a mi y me susurró al oído:
—Ya lo sé, enamorada, pero pon atención. ¿Sí?—
—Ah, sí, claro— contesté.
Holaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! feliz año nuevo cabrones (por eso no actualicé xd)
Todos se la quieren poner a V, pobrecita.
Espero que les guste el capitulo y nos vemos en el siguiente, byeeeeeeeeeeeeeee!!!!
(886 Palabras)
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