J se sorprendió, pero me siguió el beso, sus labios moviéndose suavemente contra los míos. Pero ese beso cada vez se hacía más intenso, convirtiéndose en uno de lengua. Sentí como mis mejillas ardían y se sonrojaban intensamente.

Finalmente, nos separamos, dejando un delgado hilo de saliva uniendo nuestras bocas.

—Wow, V, no me lo esperaba— dijo J sonrojada.

—Yo tampoco me lo esperaba, supongo que fue un impulso— dije agarrandome la cabeza. Mis mejillas parecían jitomates de lo rojas que estaban, y J lo notó.

Nos quedamos en silencio un instante, pero nada incómodo. J decidió romper el silencio.

—¿Te parece si vemos una película? —dijo con una sonrisa nerviosa.

—Claro. Hay que ver una de terror —dije mirándola.

Ella asintió con la cabeza y puso "Terrifier". Esa película sí que era perturbadora. Nunca la había visto, y sin darme cuenta, en una escena de otro asesinato, abracé a J, aferrándome a ella como si fuera un chicle. Ella solo me devolvió el abrazo, también aferrándose a mí.

—Tranquila, todo va a estar bien —dijo, su voz suave y reconfortante.

El tiempo pasó volando mientras veíamos la película. Cada susto y cada momento de tensión nos acercaba más. Sentía su calor y su presencia, y eso me daba una sensación de seguridad que no había experimentado antes. A pesar del miedo que la película provocaba, estar con J hacía que todo fuera más llevadero.

Y cuando menos me di cuenta, ya eran las 6:30 pm. El pánico comenzó a instalarse en mí; tenía que llegar a casa lo antes posible. Me resultaba extraño no haber recibido llamadas ni mensajes de mi madre o mi padre. ¿Qué estarán haciendo? pensé con preocupación.

—Tengo que irme, J. Gracias por dejarme estar en tu casa —dije agradecida, aunque con un tono de urgencia en mi voz.

—Tranquila, no te despidas aun, yo te acompaño —dijo J, su tono seguro y tranquilizador.

Recogí mis cosas rápidamente, y J y yo salimos de su casa apresuradas. Caminamos a paso ligero, intercambiando algunas palabras mientras avanzábamos. La noche comenzaba a caer y el aire fresco nos envolvía, pero su compañía hacía que todo se sintiera un poco menos estresante.

Al llegar a mi casa, noté que no había nadie en la cocina ni en la sala. La preocupación comenzó a crecer en mi interior. Invité a J a pasar y le dije que se sentara en el sofá mientras yo buscaba a mis padres.

Recorrí la casa, llamándolos, pero no obtuve respuesta. Finalmente, llegué a la puerta de su cuarto, que estaba cerrada con seguro. Intenté abrirla, pero fue inútil.

En ese momento, recordé una situación vergonzosa que me había pasado tiempo atrás. Decidí no molestarlos y no insistir más.

Miré a J, que estaba sentada en el sofá con una expresión de preocupación en su rostro.

—Tranquila, están bien —dije, algo avergonzada.

J soltó una ligera risa y me dijo:

—Tranquila, sé muy bien lo que pasa —dijo con una sonrisa cálida.

Sentí que la tensión se desvanecía un poco con su respuesta.

—Mmm, ¿te parece si vamos a mi habitación? —sugerí.

—Me parece bien —respondió J, levantándose del sofá.

Holaaaaaaaaaaaa!!! la canción y la imagen de arriba son una pista xd. Espero que les haya gustado el capítulo, nos vemos en el siguiente byeeeeeeeeeeee!!!

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