Mis pies caminan nerviosamente por aquella calle oscura, el viento sopla con fuerza, levantando hojas secas y basura que parecen bailar en la penumbra. Pocos autos avanzan, sus faros parpadean como fantasmas en la distancia. La única luz a mi disposición es la defectuosa luz pública que, con su intermitencia, proyecta sombras que se retuercen y desaparecen a su antojo. Algunas farolas ni siquiera se molestan en encenderse, dejándome a merced de la noche.

Estoy regresando a mi casa después de un día agotador de estudios. La mochila cuelga pesadamente de mis hombros, y mi cuerpo pide a gritos descanso. No pude encontrarme con mi novio, N, y esa ausencia se siente como una carga adicional.

Desde que conoció a esa tal Uzi, ha estado muy distante conmigo. Ya no nos veíamos, no mensajeábamos, ni siquiera un poco de cariño. Tal vez él no lo notaba, pero a mí me hacía mucha falta, que me haga sentir como cuando íbamos en secundaria, cuando su presencia era un consuelo constante y su amor una certeza.

Cuando sí nos veíamos, se la pasaba comparándome con otras, humillándome públicamente y negándome completamente cuando le hacían esa típica pregunta.

—¿Ella es tu novia? —La pregunta resonaba en mi mente como un eco cruel.

El respondía fríamente:

—No, es solo una amiga.

Mientras me perdía completamente en mis pensamientos, una pequeña lágrima se deslizó por mi mejilla. De repente, el rugido de un camión rompió el silencio de la noche, venía a toda velocidad y no tuve tiempo de reaccionar. Justo estaba cruzando la calle cuando vi las luces acercarse peligrosamente.

Apreté los ojos fuertemente, esperando que el fin de mi miserable vida llegara. Pero, en lugar de la colisión, sentí dos brazos rodear mi pequeño cuerpo y bruscamente me empujaron hacia una zona más segura. Caí al suelo, el impacto amortiguado por la suavidad de la hierba junto a la acera.

Tenía la respiración demasiado acelerada, mis ojos aún apretados. Esa misteriosa persona estaba encima mío, su respiración también agitada. Me obligué a abrir los ojos y, cuando lo hice, ella ya se estaba alejando, dándome la espalda. Su figura se desdibujaba en la oscuridad, como un salvador anónimo.

Casi muero.

—¡Espera! —Grité sin pensar, la necesidad de conocerla urgía en mi pecho.

Aquella joven no se giró, solo siguió caminando como si nada, su silueta fundiéndose con la noche hasta desaparecer por completo.

Holaa!! Que creen? ya salí de vacaciones aquí en México, así que tendré más tiempo para actualizar más seguido xd.

Un dibujo bien fachero.

Bueno, que todos la pasen bien chingón con su familia y amigos y que también pasen una excelente navidad y año nuevo!!!

Nos vemos un día de estos byeeee!!!

(387 Palabras)