capitulo 9

Detenidamente esa misteriosa mirada se encuentra fija en el espejo de cuerpo completo, analizando su complexion de un adolescente con aires de atleta. Ejerciendo presión en sus brazos para resaltar su bíceps, acto seguido procedió a tocar su abdomen desnudo, hace dos segundos que salió de la ducha.

Antes de cubrir su cuerpo con la bata o secarlo con una toalla, se detuvo a mirarse en el espejo una última vez. Como si estuviera pensado en algo muy importante mientras veía su reflejo. Para tener la edad que tiene sus músculos se iba desarrollando muy bien y cuando cumpliría la mayoría de edad, sería todo un semental.

—Sí, en definitiva soy un adolescente muy dotado en todo los sentidos.—Bajo su mirada a cierto lugar, sonriendo orgulloso pero esa sonrisa de alguna manera parecía perversa.—No obstante, no estaría demás el cuidar un poco mas de mi piel.—Seca la parte baja de su cuerpo antes de ponerse ropa interior, ajustada.

‹¿De que hablaría Agni con Kel? Se que Kel es un chico revoltoso, que no para de hablar cuando alguien le cae bien. También se que es muy directo al sentirse atraído por alguien, es por eso que no me gustó su cercanía con Agni. Quería arrancar esa sonrisa estúpida en su labios mientras veía a mi cachorro.

Me entrá nuevamente ese coraje al recodar de como Kel, le pedía el número de celular a mi cachorro, cuando se supone que él se siente mas inclinado por los betas... Cuando lo vea a solas le sacaré la verdad y advertirle que tire cualquier pensamiento absurdo, me cae bien como para enviarlo a un barco pesquero.› Procede a sacarse el cabello con una pequeña toalla, dejando sus hebras grises todas despeinadas, caminando a la salida.

—Debo de darme prisa porque la fiesta...¿Agni?

—¿Sí? Me tomé el atrevimiento de esperar por...—Ahí murió la siguente palabra.

El alfa sin poder evitarlo abría lentamente su boca, queriendo hablar pero las palabras que quería decirle no se podían articular por el impacto que, provocó esa vista ante sus ojos. Dejándole estático.

No era la primera vez que Agni veía a una persona de su edad, solo en ropa que cubría lo importante, en la infantería era algo común no obstante, cuando se trata de Adair, eso lo vuelve completamente diferente. Eso le da un sentimiento extraño.

—¿Agni?—Mueve su mano de lado a lado.

—¡¿Sí?!—Volvio en sí, llevando su mirada arriba de cabeza de Adair. No podía mirar a los ojos al beta después de ser tan obvio con su reacción.

‹¿Qué rayos me pasa? ¿Como puede quedarme sin palabras? ¡Estoy loco!› Se reprende sin entender porque su corazón palpita tan fuerte.

—¿Por qué estabas en mi habitación?—Sigue secando su cabello como si nada.

Tan adorable, si me lo imagino como un cachorro solo entonces, tengo la dicha de poder ver sus orejas caídas, moviendo su colita de aquí allá todo emocionados. Un gran cachorro de esponjoso pelaje marrón, de brillantes ojos cafes. Un cachorro que estoy añorando y que se vuelva un feroz lobo.

Después de que está fiesta de por terminada, lamentable mis padres y Dewei se irían de viaje al extranjero. Los voy extrañar pero no tanto, ya que eso me permitirá tener más tiempos a solas con Agni.

—Vine a ofrecer mi ayuda por si necesitaba una opinión con respecto a como le quedaba el traje que usará.—Su húmedo cabello cae como ondas sobre su frente, se ve mucho más guapo...

—Entiendo.—Da la medida vuelta dándole la espalda al alfa, de esa manera Agni no podría ver esa peligrosa mirada y pícara sonrisa en el beta.

Sí, Adair salió de esa manera con la intención de que Agni lo viera, fue de la manera mas intencional posible. El beta supo todo el tiempo que el alfa estaba a la espera de su presencia, nadie lo sabía o quizás si su padre, Anatoly. Que en la habitación del joven maestro, hay una cámara conectada al celular del beta, y él lo tenía en el baño desde un principio.

—Entonces ven conmigo al clóset, ayudame a sacar la ropa de la vitrina mientras elijo los zapatos, accesorios.

—¡Sí!—Ahí iba todo eficiente a cumplir el pedido de Adair, mientras este miraba minuciosamente la espalda de Agni, y un poco mas abajo.

‹Lleva puesto el traje que le regalé, le quedó a la medida. Es tal como lo pensé, a él le queda muy bien los colores cálidos.› No dejaba de ver la espalda de Agni.

Tragando grueso al ver ese arnés negro cruzado en la espalda del alfa, (es donde lleva las armas, en este momento no anda chaleco ni saco sobre su camisa de vestir) quién sabe que cosas estaban pasando o pensado el beta, sus ojos era lo único expresivos al momento de brillar como lo están haciendo.

—Aqui está.—Este lugar es tan grande o quizás mucho más que mi habitación, ¿usa toda esa ropa, zapatos? Es la primera vez que veo tantos diferentes reloj y Rolex juntos en una vitrina de vidrio.

Fue bueno que no le comprar uno como regalo de cumpleaños, él ya tiene muchos y de mayor calidad es posible que cuesten un fortuna ya que, se ve que son personalizados.

—¿Quieres uno?—Empieza a vestirse.

—¿Qué?...¡No!—Niega con sus manos, nervioso.—Solo los veía, nada mas eso.—Me pedí en mis pensamientos con mi mirada fija en ellos que mi joven maestro, lo malinterpreto.

—¿En serio?

—Lo digo muy enserio.—Reafirmo mientras buscaba en sus bolsillos las dos pequeñas cajitas, no eran tan grandes.

—¿Es así?—Abrocha los botones de su camisa, blanca.—Porque si te gustaba alguno podrías tomarlo.—Agrego un chaleco color vino, mas un broche de diamante en lado izquierdo de su pecho.

Su traje colo vino constaba de una camisa magas largas, chaleco, pantalón y un par de zapatillas de charol blanco con suelas y un línea negra en forma de olas enmedio. Para finalizar un abrigo abrochado en sus hombros ese fue acomodado por Agni, para ese entonces Adair, se encuentraba inmerso en las bonitas pestañas de Agni, subiendo y bajando como si fuera una forma hermosa de seducir a la persona enfrente de él.

—Todos son elegantes y muy llamativos.—Expresó, al mismo tiempo haciéndole la corbata al beta.—Prefiero las cosas simples, de esa manera me siento mas cómodo.—Suavemente levantó su mirada, haciendo contacto visual con ese par de ojos casi dorados imperturbable del beta, (es lo que aparentaba)—De igual manera gracias.—Rompe el contacto visual.—Ya está.—Se aleja para que Adair se vea en el espejo.

No hay nada que no le quede bien a mi joven maestro, él tiene mucha presencia y en momentos un aire de misterio traes esa tranquila, gentil mirada amarilla casi dorada.

—¿Cómo me veo a tus ojos?—Da la medía vuelta.—¿No veo raro? ¿Llamativo?

Discretamente la curvatura de sus labios fue subiendo hacia arriba, Adair se divertía viendo el nerviosismo en Agni. El esfuerzo que hacia para no ser tan obvio al quedar asombrando ante la belleza que irradia el beta.

—Para nada.—Una vez mas lleva sus manos al bolsillo.—Se ve muy bien, elegante pero al mismo tiempo casual con libertad.—Extiende sus manos hacia el frente.—Feliz cumpleaños, joven maestro.

Agni quería ser el primero en felicitarle como el primero en la entrega de regalos, el venir ayudar a Adair era mas una excusa para ser esto y no esperar hasta la entrega de regalos. Aunque lamentable no fue el primero en decirle feliz cumpleaños, pero es el que mas le emociona a Adair.

—No es mucho, tampoco lujoso pero es un regalo con toda mi sinceridad desde el fondo de mi corazón.—Estaba muy nervioso.—Si fuí atrevido entonces yo...

—Gracias.—Cuidadosamente tomo sus regalos, cuidado que no se cayeran.—En verdad muchas gracias por tomarte tu tiempo.—Abrazo al alfa.—Por pensar en mí.

El rostro de Agni se volvió roja escarlata mientras descansaba en el pecho de Adair, rogando para que el beta no logré escuchar ni sentir los exaltados latidos de su corazón.

—No sé sus gustos...pero tuve la corazonada de que le gustarían.—Demasiado cerca.

—Veamos...

—¡Espere!—Detiene los movimientos de las manos de Adair.

—¿Qué pasa?—La curvatura de sus labios se levantó ligeramente, ver a Agni nervioso era adorable a su ver.

—Yo...Yo iré haber si requieren de mi ayuda allá fuera.—No se sentía preparado para ver la reacción del beta, al ver sus regalos.—Con permiso.—Salio tan rápido que Adair ni siquiera lo logró ver.

—Demasiado adorable.—Susurró entre una sonrisa juguetona, abriendo lentamente sus regalos.—¿Esto es?

Levantó el dije delgado, dorado, con una pequeña libélula de colores mas un pequeño candado junto a ella. Tanto la libélula cómo el candado se les podía dar un significado diferente, algo que Agni ni sabía pero la mirada de loquito del beta te indicaba que él si lo sabía.

La libélula tiene un significado de; Éxito, victoria, fuerza y coraje. También se puede tomar como un símbolo para mantenerse saludable. Y el candado por si solo significa; Amor, guardián, emoción del bloqueo, protección mútua, acompañado de felicidad.

—Es perfecto para lucirlo está noche.—No pensa esconderlo bajo su ropa, no. Lo dejo expuesto sobre su ropa.

Pero no era ese el único regaló, también venían unos pequeños pendientes de alas colgado. Lo que significa símbolo de protección.

—Ahora entiendo.—Sonríe ampliamente.—Cuando se fue él solo a explorar el centro comercial se debía a esto.—Sonríe todavía más, la emoción que está sintiendo no sé podía contratarla y solo se desborda por todo su cuerpo.—Estoy listo para disfrutar está noche.—Salio de la habitación.

Desde que salió mientras caminaba por los pasillos, se podía escuchar lo animado que estaban los invitados, esperando la estrella de la noche.

—Hermano mayor.—Dewei se veía tan bonito con su traje pulcro, azul negro, con tirantes sobre su camisa, mangas largas.—Este es mi regalo, no quiero ponerlo en el mismo lugar que esas personas.—Hace entrega de su regalo.—Feliz cumpleaños, hermano mayor.—Sonríe.

En ese momento Adair pensó; "Debo de proteger siempre la sonrisa de mi adorable hermanito, no dejar que nunca se borre de su rostro, que siga siendo un poco ingenuo." Sin embargo, no todo lo que deseas se puede cumplir.

Sin embargo cuando se trata de la vida y sus vueltas uno como persona, no está preparado ni sabedor cuando una de esas vueltas te golpea al punto de sentirte perdido.

—Gracias, Dew.—Lo levanta en sus brazos.

—Fui el primero en felicitarte, ¿verdad?

—Mmm, no.—Sonríe.—El primero fue nuestro papá, él me despertó con un beso en la frente, el segundo fue padre. Y el tercero Agni.

—¡Soy el último!—Infla sus mejillas, parecía una marmota enojada.—Como pude perder.—Se cruza de brazos.

—Aunque hayas sido el último, eres el mas especial de todos.—Abraza con fuerza a su hermanito, frotando su rostro sobre las regordetas mejillas de Dewei.

—¿Lo dices en serio?

Así no se note el pequeño Dewei es muy apegado a Adair, su hermano mayor es su modelo a seguir luego de sus padres, porque nadie puede ocupar el primer lugar mas que sus padres.

—Sí, muy en serio.

—Ya están llegando todos los invitados, pero Kel aun no a llegado.—Informo Dewei.—¿No vendrá?

—Dijo que si lo haría, todavía lo confirmo hoy, cuando me lo encontré en el centro comercial.—Bajo a su hermanito de sus brazos.—Mis padres también invitaron a sus padres.—Mira desde la distancia la sala de ahí abajo.—Tal vez el tráfico está horrible por eso la tardanza.—Mira el Rolex en su muñeca izquierda.

Todavía falta bastante para que la fiesta empiece como debe de ser, todas esas personas que están ahí abajo han venido temprano para hablar con mis padres, muy mal educados por no respetar la hora acordada. Por lo menos mis compañeros de colegio si son educados, ya que no puedo ver a ninguno de ellos todavía.

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