capitulo 4
Ellos se pusieron muy nerviosos al ver a los dos tenientes y oficial de la infantería, todos serios. Los instintos de la familia Vega se activaron. Advirtiéndoles que nada bueno saldría de la boca de ellos tres, se le veía en la cara que traían muy malas noticias.
—¿Qué los trae por aquí, tenientes y oficial?—Preguntó el señor Vega, Juliano Vega (Omega masculino.)
Su silencio es muy sofocante, ¿por qué motivos vendrían? ¿Ha dejar dinero? No, lo envían por el banco así que no es eso. ¿Le pasaría algo grave a Agni? No, tampoco. Él aun no hace cosas peligrosas, están en pleno entrenamiento.
De seguro solo vienen a darnos la noticia de que subió de rango, falta poco para que cumpla los tres años de estar en ese lugar. Quizás en todo ese tiempo hizo cosas notoriamente buenas como para subir de rango, lo bueno que no fue a llorar a ese lugar.
—¿Le sucedió algo a Agni?—Pregunte ansioso.
Ellos no vendrían a mi hogar con esa cara sino hubiera pasado algo, ¿pero se suponía que Agni solo iba hacer entrenado? Empezaría a realizar misiones cuando ya estuviera por cumplir la mayoría de edad, es lo que me explico mi esposa.
—¿Se encuentra bien, verdad?—Vuelve a preguntar el señor Jude Vega (Alfa)
Jude sintió nerviosismo al ver la seriedad de esas tres personas, sobre todo por la bandera en sus manos, solo son entregadas a la familia cuando alguien muere.
—En verdad lo lamento mucho.—Hacen entrega de la bandera.—No pudimos hacer nada.—Bajan sus cabezas.—El grupo que dirigía el capitán Vega, fue emboscado de regreso a la basa.—Comunicó el teniente mayor.
El señor Jude cayó de golpe al sofá, sus piernas no dieron para mas, había perdido toda fuerza para estar de pie. Incrédulo antes las palabras de esas tres personas. No podía creerlo.
—¡Se suponía que solo iba aprender unas cuantas cosas!—Jude agarra por cuello de la camisa de uno de ellos.—¡Qué no iría a ninguna misión hasta que haya cumplido la mayoría de edad!—Sus ojos se cristalizan.—¡Qué le hicieron a mi hijo!—Sacude a uno de los tenientes.
—Cariño.—Juliano pone sus manos en los hombros de su esposo.—Tranquilo, suelta al señor teniente.—Logra que lo suelte.
—¡¿Cómo quieres que me tranquilice?!—Preguntó exasperado.—¡Es mi hijo...mi hijo!—Volvio a caer de golpe sobre el sofá, agarrándose del cabello.
—¡También es mi hijo!—Toma asiento junto a él, abrazadole.—Pero no ganamos nada con faltarle el respeto a los señores, gritar.
Sus gritos pueden despertar a Cameron, él debe de seguir descansando. Hoy tiene un examen, no podemos perturbador su entorno.
—¿C-Como murió?—Con ese nudo en la garganta hizo la pregunta que nunca tenía que haber preguntado.
—El joven Vega decidió ser el señuelo para que su grupo escapará...
—Lo que lo llevó a sacrificar su vida por la seguridad de su equipo.—Sigue explicando el único oficial entre ellos.—...Siento no poder entregar un cuerpo...dónde cayó es imposible el rescatar de sus restos...lo lamento.—Se disculpa una y otra vez.
Nadie quiso hacerle caso y por eso terminaron las cosas de está trágica manera, Agni les advierto a sus superiores que estaban yendo a una trampa, que no deberían de envíalos sin antes e inspeccionar el área. Sin embargo, no quisieron escucharle aun cuando les hizo saber sus preocupaciones terminó siendo enviado a ese lugar.
Para ser un adolescente Agni era muy inteligente, sin importar cuánto fuera hostigado por los demás, él nunca bajó su cabeza y a pesar de tener un cuerpo esbelto defendía e impedía que los demás abusaran de los omegas recesivos o chicas betas que sus padres habían enviado a “pulir su destreza”
—¡¿Qué significa eso?!—No puedo creerlo.—¡Era un adolescente a medio crecer!—Vociferó Jude.—¿Por qué mandarían a un adolescente a una misión tan peligrosa?—Preguntó con su mirada llorosa.—¿Qué no se suponía que solo era un entrenamiento?—Volvio a preguntar.
Las tres personas frunce el ceño, confuso ante la preguntas de Juden. Como si no supiera nada y lo que significaba enviar a un joven o adolescente a la infantería.
—Luego de un año ingresado y entrenanos ellos tienen permitido realizar misiones de mínimo riesgo.—Explicó.—Según el desempeño y rendimiento de el joven Vega, él estaba mas que solo capacitado para ser un capitán de un grupo...es por eso que su perdida es tan lamentable.—Aclaró el mayor teniente.
Por no hacer caso a sus advertencias perdidos a alguien con tan buen potencial, solo espero que esto les quede de experiencia a los altos mandos y tomen en cuenta las dudas y preocupaciones de los demás.
—Según el testamento del joven Vega, su seguro de vida de tres millones de dólares será entregado a su abuelo.—Informó el oficial.
—¿Qué?—La mirada de Juliano se contrajo.
¡Agni tenía seguro de vida! ¿Por qué no sabía algo como eso? Creí que no le estaban tal beneficio hasta que hayan subido de rango o algo por el estilo. Pero, mi padre ya está muerto. ¿Que pasará con el dinero?
—Hasta el final siguió pensó en mi suegro...—Expresó con tristeza, Jude.—Bueno, es con quién era mas cercano.—Quizas si no estuviera trabajando tanto hubiese podido compartir mas tiempo con él.
Es por eso que no respondió mis cartas de este último año, porque estaba perdido en batalla y al final murió de esa forma. ¿Si era difícil por qué nunca me dijo nada? Siempre me respondía las cartas con positividad, ahora lo entiendo que lo hacía para no preocuparme...soy el peor padre. Ya es muy tarde para lamentarme.
—Mi padre murió no hace mucho.—Mira con duelo a los tenientes y oficial.—Y ahora también se fue nuestro hijo.—Sus ojos se cubren de lágrimas.
—¡Oh, nuestro mas sentir pésame.—Saber eso fue muy abrumador para ellos.—También lamentamos darle está otra noticia.—Comunica el oficial.—"Si en dado caso mi abuelo ya no está con vida, por favor donar mi seguro de vida a la fundación "buscando un cálido hogar" ese es mi deseo." Fueron las palabras del joven Vega y lo escrito en su testamento.—Hacen entrega de una copia.
No sé porque él no quiso dejarles el dinero a sus padres si se nota que lo querían, pero también es muy absurdo porque si fuera querido no lo hubieran enviado a ese lugar a lo que llaman "el abismo de la muerte"
—No es importante el dinero, pero como es posible que nuestro hijo haya decidido eso.—Juliano expresó con sutileza su descontento.—¿No lo obligaron a firmar papeles extraños sin que lo haya leído?—Preguntó.
‹¡Tres millones de dólares! Eso es para vivir cómodamente por varias años en otro lugar, uno más acordé a la grandeza de Cameron.› Eran los pensamientos muy insensibles de Juliano, ¿cómo podía pensar en eso cuando su hijo mayor había muerto?
—No hicimos tal cosa, señor Juliano Vega.—Frunce el ceño por tales calumnias.—Se le hará llegar un vídeo para que confirme que no le obligamos a nada...
—Esposa, sé que estas molesto por como tres millones de dólares quieren que compense la muerte de nuestro hijo...yo también estoy molesto.—No soy adinerado pero tampoco quiero ese dinero que es como estar aceptado un sobornó.—Respetaremos los últimos deseó de Agni.
Si tan solo hubiera estado presente el día que se enlisto, tal vez nada de esto estaría pasando. Lo hubiese detenido para que no fuera, pero ya es muy inútil el lamentarse porque ya es tarde. No hay una máquina que pueda retroceder el tiempo.
—Eso es todo lo que teníamos que informar, nuevamente lo sentimos mucho.—Bajan sus cabezas—Nos retiramos, con permiso.—Salieron de la casa.
En la sala se formó un sofocante silencio, cada uno tenía diferentes pensamientos asi como sufrían por diferentes cosas. Jude por la muerte de su hijo y Juliano por la perdida de ese dinero, era tan insensible que ni siquiera se le estrujó el corazón al escuchar que Agni estaba muerto. ¿Por qué es tan inhumano cómo para no llorar por su hijo mayor?
Mientras ellos se encuentran procesan tal información, sobre la "supuesta muerte de Agni" el nombrado yacía descansado, a la espera que suene la alarma para levantarse e irse de ese lugar sin despedirse de nadie. Mientras que en otra habitación, Adair venía saliendo de la ducha, cubriendo su cuerpo con una bata.
Tomo asiento en la silla frente a su escritorio personal, poniéndose unos anteojos negros antes de encendido la laptop, se veía muy guapo e intelectual.
—Busquemos algo costoso pero no tan llamativo.—Deja caer una pequeña toalla en su cabeza, con una mana seca su cabello y con la otra maniobra el mause de la laptop.—Mi cachorro debe de tener lo mejor de lo mejor.—Sonrió pícaro.
Adair le dio click a una página muy famosa de joyería personalizadas, ya viendo los productos él muy minuciosamente vio cada uno de los diseños pero ningún llamaba su atención.
—Muy simple, hasta Dewei podría crear un diseñó más bonito que esos.—Chasqueo su lengua en molestia.
Siguió buscando algo que lo convenza ignorado los preciosos que van más allá de los mil dólares, eso no le importaba, el dinero era lo de menos. Podía gastar cientos de dólares y seguirá sin afectar la economía de su familia, así de adinerados son.
—¡Oh, este es un poco de mi agrado!
No sé sabía si sus ojos brillaban por la luz de laptop reflejada en sus ojos, o si era por estar viendo ese pequeño collar de cuero plateado con pequeñas piedras de diamantes azules y con seguridad, solo se podría quitar con la huella o contraseña.
—Pero seguramente no lo aceptaría.—Sigue buscado.—Mi cachorro es de los que disfrutan pequeñas cosas simples, nada costoso o llamativo y ese collar...
Adair dejó lo que estába haciendo y corrió hacia la puerta, al abrirla se encontró con un Agni tratando escabullirse. Pero al final fue notado por quién menos quería ser notado, y esa persona era Adair.
—¡Joven maestro!—¿Cómo se dió cuenta que estaba huyendo?
Creí que lo estaba haciendo bien, en la infantería solía salir sin que nadie me notará, por lo que pensé que en está ocasión sería igual. ¿Este joven maestro es alguien entrenado?
—¿Te irás sin despedirte?—Lo vio con esa mirada inexpresiva.
¿Por qué piensa que puede irse así sin más? Él no lo sabe pero desde que entró a esta casa, irse no es una opción. No le voy obligar, sin embargo eso no quiere decir que no tenga mis métodos para mantenerlo conmigo por su propia voluntad.
—Eso es de muy mal educación.—Comunicó.
—Iba a dejar una nota.—Se excuso.
No puedo saber que está pasando por su mente, no deja que sus emociones queden expuestas. Bueno, no es como si alguien como yo, que acaba de conocer le provoque tal emociones como para dejarlas al descubierto, ¿verdad?
—También pensaba dejar un mensaje con el mayordomo...¿Joven maestro?—Se desconcertó al verlo poner una expresión lamentable.—¿Sucede algo?
—Bueno.—Da la vuelta, dándole la espalda a Agni.—Verte irte asi me trabajo malos recuerdos.—Sus hombros temblaban.—Mi cachorro también se escapó y nunca volvió a casa, hasta el día de ahora lo sigo buscando.
—L-Lo siento.—Ese perrito es uno con suerte, es muy querido por su dueño pese a que se escapó.—¿Cómo es?—Si le ayudo a buscar podré pagar su amabilidad.—Le ayudare a buscarlo.
—¿En serio?—Sonrió perverso.—¿De verdad me ayudaras?—Da la vuelta, encontrándose con esa mirada cafe toda inocente.
—Sí, téngalo por seguro.
—Entonces, ¿que te parece quedarte aquí hasta que lo encontremos?
—¿Qué?—No entendía.
—Si estás aquí no será tan duro el extrañarle.—Limpia la invisibles lágrimas de sus ojos.—Olvidarlo, tus padres deben de estar preocupados por ti.
‹...Mis padres... Lo dudo.› Su expresión se volvió adolorida, la cual fue vista por Adair. No le agrado absolutamente nada verlo agobiado.
—Le diré al chófer que te lleve a tu casa...
—Me quedaré.—Solo hasta que pague su amabilidad.—Si sus padres lo permiten por supuesto.—No quiero causarle molestías al joven maestro, ni mucho menos que lo regañen por mi culpa.
—¿Estás seguro?—Por dentro estaba sonriendo triunfante, aunque por fuera se le veía preocupado.—No quiero que te sientas obligado o algo por el estilo.
—No es así.
Estando aquí podré buscar un trabajo, ahorrar lo suficiente y cuando llegue la ahora de irme tendré lo suficiente para comprarme o rentar un buen departamento.
—Sin embargo, me gustaría dormir en lo lugar donde descansa los empleados.
—Ya veremos eso después.—Sutilmente abrazo a Agni, quedándose inmóvil.—Gracias por ofrecerme tu ayuda, lo aprecio mucho.—¿Como crees que voy a enviar a mi cachorro a convivir y ser trato como un empleado más?
Ambos no habían sentido la presencia de Anatoly, incrédulo ante lo dicho por su zorro hijo mayor. "¿Tendré que conseguir un perro al cuál se le daré por perdido?" Se preguntó, todo para reforzar cada una de las palabras de su hijo mayor.
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