capitulo 28

Pequeñas gotas de agua se deslizan por las hebras del brillante cabello, gris. Cayendo al piso cerca de los pies del joven recién salido de la regadera, vistiendo una bata bien atada a su cintura.

Antes de salir del baño se seco su cabello no le agradaba sentí esa humedad mucho menos mojar el piso de su habitación, eso es peligroso tanto para él como para las personas de la limpieza que corrían el riesgo de deslizarse y caer.

—Desde que tengo memoria esta sería la primera vez que me levanto tan temprano.—Cuelga la toalla que uso para secarse el cabello.

Lo mas tarde que suele levantarse es a la seis y media de hay a las seis en punto ya está despierto, preparándose para poder desayunar con su familia antes de ir al colegio. Pero, ahora que su familia se encuentra en el extranjero únicamente desayuna con su joven guardaespaldas.

‹Esos bastardos estarán muy ocupados con lo sucedido en esa cafetería, averiguando que paso exactamente para que se producirá ese incendio. Y como es de esperarse la causa será por un descuido del dueño, por no darle mantenimiento a las máquinas de café exprés.› Su dentadura blanca quedo al descubierto al sonreír, perverso. Rostro de ángel sonrisa de demonio.

Aun sabiendo lo que sucedió en verdad él aparenta no tener nada que ver con ese “accidente” tal cual dice la investigación de la policía, no iban encontrar nada mas a parte de lo que les dejaron saber la gente de Adair. Ellos hicieron un perfecto su trabajo que era imposible que la policía encontrará algo o sospecharan que fuera intencional.

‹No habrá ningún inconveniente ni situación no deseada en la fiesta de cumpleaños de Agni, tiene que ser una olvidado únicamente para él. Será algo muy íntima porque sé que a mi cachorro no le gusta estar rodeado de gente sea o no conocida.› Tarareando se dirige al armario.

—¿Eh?—Antes de ingresar al armario su celular sonó.—¿Cómo sabe que ya estaba despierto?—Preguntó, contestando la llamada.—¿Sí?

—¡Hola, hermano mayor!—Exclamó.

—No grites, no estoy sordo.—Si no hubiese sido ágil alejado el celular de su oído, la energética voz de su pequeño hermano le rompería el tímpano.

—Cambiemos a videollamada.—Sugiere mientras se acuesta boca abajo, moviendo sus piecitos.

—Cada día te veo más gordito.—Ver a su hermanito era como se purificado.—El viaje te está sentando bien.—Simula estar pellizcando las mejillas regordetas de Dewie.

—Gordo estarás tú.—Bufa.—Me sigo viendo exactamente igual, son tus ojos los que tienen aumento.

El que si está gordito es Agon pero al ser grande no se le nota mucho, él dice que está aprovechando el probar diferentes cosas porque cuando le toque entrenar para ser guardaespaldas, su dieta cambiará sino no podrá mantener su cuerpo que tiene que tener un peso específico.

Le pregunté si ese era su deseo ya que tenemos casi la misma edad, y pensé que sus padres tal vez lo estaban obligando pero el solo respondió; "por mis venas corre sangre de guerrero al igual que en toda mi familia, encontrar a la persona que le jurare mi lealtad absoluta es uno de mis sueños." No había dudas en su mirada.

—¿Por qué no contestabas te estuve llamando desde hace ratos?—Pregunta.

—Me estaba duchando aparté se te olvida que hay dos horas de diferencia entre ese lugar y este.

—Ya lo sé.—Responde e ignorando la mirada de reclamó de su hermano mayor.—Te llamé porque sabía que estarás despierto así que, deja de mirarme con eso ojos.

—¿Cuáles ojos?

Ya veo del porque están llamando es porque hoy es el cumpleaños de Agni, ellos han de querer felicitarle pero no veo a mis padres. Tal vez sigan durmiendo según lo que expresó mi padre, ya para la otra semana estarán aquí, nuevamente en casa.

—Son las seis ahí, Dewie. ¿Qué haces levantado de estás horas?—Cuestiona, es bien sabido para Adair que su hermanito se despierta cinco para las siete.

—No preguntes lo que ya sabes hermano, creí que eras más inteligente.

Adair solo entrecerró sus ojos y no dijo nada solo se quedó ahí, mirando a su hermanito, siendo el único en hablarle de esa manera. Todo valiente porque está lejos y Adair no puede jalarle las orejas.

—Es el cumpleaños de Agni tenía que ser el primero en felicitarlo.—Comunica.—¿Dónde está?—Lo buscá en la habitación de su hermano pero no lo ve por nigún lado.—¿Se encuentra en la ducha?

—¿Por qué tendría que estár en mi habitación?

—Nuestro padre me dijo que Agni dormía en tu habitación, y que probablemente en la misma cama.—Respondió.

El beta perdió el color entre mas escuchaba hablar a su hermanito, preocupado de que pierda su inocencia mientras pensaba en como acusar a Anatoly con Sunny.

—Sobre eso...

—Ya sé porque es asi.

—¿Q-Qué?—Le tembló la voz.—Dewie...—Mi padre me vas escuchar, haré que mi papá lo eche de la habitación por un mes enteró.

—Hacen eso porque es la manera en que Agni te proteje de cualquier peligro.—Dice lo mismo que su le comentó su padre.

—Sí, tienes razón es por eso.—Suspiro aliviando de que la inocencia de su hermanito sigue intacta.—Pero Agni no duerme en la misma cama, tampoco en mi habitación. Nuestro padre se equivocó...

—Eso también lo sé.—Sonríe.

No sé muy bien del porque mi padre me pido decirle esto a Adair, pero no importa si al final obtendré una recompensa. Aunque también comento que no tenía que mencionar su participación.

—Padre también me dijo que eso solo pasaba en tus pervertidos sueños.—Cuando mi padre se enteré que lo mencioné ya no importará, ya estaría sosteniéndo mi recompensa, no podrá quitármela.

—Definitivamente lo acusaré con papá.—Como no puede darme cuenta que solo me estaba jugando una broma a través de mi hermanito, poniéndome en aprietos al no saber cómo explicarle las cosas a Dewie

—¿Qué es pervertido, hermano mayor?—Eso no se lo explico su padre.—¿Es algo que se come o un juguete?

—No le hagas caso a nuestro padre el trabajo lo tiene hablando locuras.—Cuando regresa me las pagará, ya verá.—Sobre Agni, el sigue durmiendo no puedo solo ir a despertarlo más cuando hoy es su día.

—Entonces solo grabarme felicitándolo.—Sugiere.—Pero tienes que prometer que lo vas reproducirse antes de que tú, lo felicites.

—Lo prometo.—Pulso grabar.

Con una gran sonrisa le deseo feliz cumpleaños a Agni, comentándole también que pronto regresará, que le compro otro regalo.

—Ire a dormir nuevamente.—Bostezo.

—Bien, sigue durmiendo.—Finalizo la llamada.

Dejá el celular en su cama, volviendo a retomar su camino. Dándose prisa antes de que se le haga mas tarde ya había perdido algo de tiempo.

—Mi cachorro ya no tiene porque levantarse tan temprano pero las costumbres siguen en él, sino estoy equivocado no tardará en despertar.—Empieza a vestirse.—Tengo que ir a su habitación antes que eso pase o no podré lograr mi objetivo.

Vistió su cuerpo con ropa casual nada llamativo según él, algo que es imposible porque en si solo él es demasiado llamativo. Asi no haga nada seguiría siendo el centro de atención en una fiesta o en la calle.

—Bien, todo listo.—Brillante era su mirada tras sostener la caja horizontal al porte de su palma, decorada con papel de regalo.—Vamos.—Sale de su habitación.

Muy despacio y silenciosamente la puerta de enfrente fue abierta, mostrando asi el interior de la habitación donde yacía descansado Agni, oh es lo que aparentaba ya que, a pesar que esa persona se esmeró tanto por no ser notado, el joven alfa lo noto de igual manera. Si no reaccionó brusco ni se movió eso es porque ya conocía demasiado bien la presencia del contrario.

Esperando ver o saber que estaba tratando de lograr al escabullirse de esa manera a su habitación, un poco nervioso e inclusive deseoso que haya algo de cercanía como por ejemplo, que su rostro sea acariciado por las yemas de los dedos del contrario. Sin notarlo la codicia y el deseo gradualmente iban aumentado en él, cada vez que aquellos ojos casi dorados lo observan fijamente.

‹Estuve a segundos de agarrar el arma bajo mi almohada al notar que alguien estaba invadiendo mi habitación, quién sabe con que intensiones sin embargo, el olor de jabón y shampoo costoso en él se adentró por mis fosas nasales, avisándome de su llegada. En este lugar no hay ninguna otra persona que use tal jabón o shampoo excepto por mi joven maestro.

Es como una regla no escrita que cada miembro de la familia Zat use diferentes productos de limpieza personal, los empleados otros. También me dí cuenta que era él porque reconozco sus pasos por más silenciosos que sean. ¿Pero por qué ha entrado como un ladrón? Si no estoy mal son las cuatro de la mañana, él debería estar durmiendo. ¿Me quiere asustar o comprar cuan hábil soy al líder con una situación de secuestro?›

Lo meditó un poco en su debería de levantarse o no porque tenía ese presentimiento que eso estaría arruinando lo que fuera que, quería lograr Adair.

—Eres un mal cachorro.—Expreso cerca de la oreja de Agni.

El alfa no quería dar señales de haber escuchando esa voz haciendo eco en sus oídos que no tardaron en calentarse, no únicamente ellos sino que también su corazón y cuerpo.

‹En momentos como estos me irrita que sus instintos estén así de desarrollados, no puedo darle una sorpresa como tal porque el sorprendido puedo terminar siendo yo, siendo apuntado por el cañón de un arma. Es lo que ví no hace unos segundos, mi cachorro al sentirme metió su mano bajó la almohada pero se detuvo al descubrir que era yo, el que había entrado.›

—Tendre que educarte estrictamente por ser un cachorro con tal audacia.—Sigue hablándole al oído tan cerca que, en algún punto su lengua lamió ligeramente el lóbulo de la enrojecida oreja del contrario.

Esa sonrisa traviesa se adueñó del rostro del beta mientras mira al alfa, queriendo pasar su lengua una vez más por “accidente” pero esta vez en la desnuda nuca del alfa.

.—¿Cómo te atreves a fingir estar dormido frente a tu amo?—Su palma cayó sobre las caderas de Agni.

El alfa tuvo la ligereza de cubrir su boca antes de que algún sonido extraño saliera ahí, avergonzado por el hecho de que le había gustado. No esperaba ser nalgueado a su edad pero ese pequeño azote lo hizo estremecer asi como le otorgó una sensación rara, asustado.

‹¡É-Él... Él abofeteó mi trasero! Todavía puedo sentir el pequeño pálpito en mi piel, sé que no fue con toda su fuerza pero aún así, sentí ese ligero dolor... No me desagradó... ¡¿Que pasa conmigo?!› Deseó ser un topo para esconder su avergonzado rostro bajo tierra.

El alfa no comprendía del porque la palmada de Adair había dolió pero también le gustó la sensación transmitida, pensando en que era muy diferente a cuando le pegaba Juliano, según para corregirle. Aunque, eso de corregirlo era más una excusa para el Omega. Sacaba su frustración o estrés con el alfa al cual regañaba solo por respirar.

—Sé que no estas dormido.—Quiero seguir molestándolo, pegar mi mano mas fuerte a sus glúteos pero no debo de ser codicioso, no por el momento. Solo por ahora me conformo con ver ese rostro todo tímido y rojo cual tómate.

—Sí.—Abrió sus ojos sin nada de somnolincia pero si un poco brumosos.

El reloj biológico de Agni lo despierta exactamente a las cuatro, no puede seguír durmiendo por más que lo quiera después de todo, fueron casi tres años en la infantería y ahí tenías que levantarte temprano.

—He estado despierto desde que entró, joven maestro.—Confirmo lo que Adair ya sabía cómo si quisiera que el beta, lo siguiera castigando por tal osadía.

—Te atraves aceptarlo.—No pudo resistir y solo palmeó una vez más.—Espero que en unos cuantos años más, seas así de valiente.—Acerca sus labios cerca de la oreja de Agni.—Porque de esa manera usaré un poco mas de fuerza.

Ahora fue turno del beta el estremecerse tras sentir esa respiración y aliento caliente sobre su cuello, escuchando la respiración del contrario. Cayendo sobre Agni, resistiendo la tentación y en momentos como estos es que desea crecer mas rápido.

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