capitulo 25
Mordiéndose las uñas nerviosamente yacía Juliano, mirando hacia la puerta en la esperaba de su hijo y esposo los cuáles no le han dicho nada relacionado con Agni, de momento.
Padre e hijo decidieron mantenerlo en secreto hasta que hayan hablado con Agni, el de la idea de eso fue Jude. Tuvo un presentimiento de que era mejor mantenerlo en secreto, y es desde ese día en que el joven alfa se enteró de unos cuantos secretos y se mostró ante su familia que estaba vivo, desde ese día tanto Jude como Cameron han querido hablar con Agni, llevarlo a la casa.
Juden suele esperarlo en la puerta del colegio mientras espera a Cameron, esperando que Agni por fin le diga que es momento de hablar. Pero, Agni sigue sin estar preparado mentalmente para lo que vendrá. El joven a penas está procesando por completo que su padre no es su padre sino que su tío, y que la persona que tanto lo menosprecio no es quién lo dió a luz. Sintiéndose un gran tonto por esperar amor de una persona que no lo merecía.
Agni se encuentra muy agobiado por las insistencia de Cameron, jude, cuando les dejo en claro que sería él, quien les buscaría para hablar porque en este instante no quiere. Para mas su verdadero padre si está respecto su decisión y espacio personal. Rei así se muera de ganas por hablar personalmente con su hijo se mantiene al margen. No iba a abrumarlo con su egoísmo e insistencia porque comprendía la postura de Agni.
Pero eso sí, Rei suele ver a Agni desde la distancia pero no lo acorrala al igual que Jude o Cameron, eso le está dando puntos a favor a Rei y restándole a la familia que vio crecer a Agni, esos que juran quererlo pero que no se dieron cuenta de cuánto sufrió a manos de Juliano.
—Todo es tan malditamente molesto.—Sigue con las uñas de la otra mano.—Ya pasaron varios días desde que me enteré que ese engendró estaba vivo, he querido abordarlo pero nunca anda sólo y no puedo ir más allá porque se darán cuenta que los sigo.—En su tono se percibí una desesperación por hablar con Agni y no precisamente cosas buenas.
‹Por un instante creí que Cameron y Jude se habían topado con ese engendró porque si se encuentra con Adair Zat; eso quiere decir que tarde o temprano Cameron se topará con Agni. Sin embargo, no me ha dicho nada hasta el momento mi hijo, ¿me estará ocultando ese hecho? No, no lo creo mi pequeño Cameron nunca se atrevería a mentirme, mucho menos a guardar secretos. Él me cuenta absolutamente todo y es por eso que debo de deshacerme de Agni antes de que se encuentren.
Seguramente Agni se ha de estar escondiendo para que nosotros no sepamos de su existencia y espero que siga así, no puedo permitir que ande de boca floja con Jude, Cameron. Si ellos dos se enteran que enviarlo a la infantería fue toda mi idea, ellos me odiarán y prefirió matar a ese engendró que recibir miradas de odio de mi familia. Después de todo Agni ya está muerto para ellos, ¿verdad? Qué me deshaga para siempre de él no hara ninguna diferencia.
Pero, ¿cómo lo hago sin ser el primer sospechoso? Si tan solo hubiera sido recogido por una familia sin poder, de esa forma hubiese sido mas fácil el deshacerme de él, pero estamos hablando de los Zat. Esa familia no es simple, el asesino contratado caería muerto mucho antes de realizar su trabajo. ¿Entonces que hago?... ¡Cierto! Los enemigos de mi enemigo son mis amigos, tendré que crear un plan con la persona mas poderosa que quiera acabar con los Zat.› Con eso en mente se sintió mucho mejor.
Juliano se fue a la cocina a preparar el almuerzo para su familia, este día Cameron salía luego de estudiar sin imaginarse que en este instante se encuentra obstruyendo el paso de Agni, esperando que esta vez si puedan hablar como antes cuando eran niños.
—Agni, ya espere días, ¿no crees que es momento que me dirijas las palabra?
Por culpa de Adair he tenido las cosas difíciles como por ejemplo, el acercarme a mi hermano y hablar con él, preguntarle unas cuantas cosas. Nunca imaginé que Adair me llegaría a caer mal, pero por lo visto los nunca llegan, es un entrometido que impide dejarme acerca a mi hermano.
Esto no es asunto suyo sino que solo de nosotros dos y de nuestra familia, alguien ajeno como lo es Adair no debería de opinar nada. Sí, estoy agradecido que haya acogido a mi hermano pero eso es todo, no por eso tiene el derecho a alejarnos de Agni. Porque sí, Adair le está metiendo cosas en la cabeza a mi hermano.
—Nuestro cumpleaños es mañana, ¿no crees que es momento de volver a casa?—Sugiere, mirando fijamente esos ojos cafes.
—No tengo intenciones de volver a esa casa.—Deja muy en claro.—Y ya dije incontrolables veces que no quiero hablar con ningún de ustedes.—Habla con firmeza.
Se me había olvidado que el día de mañana es mi cumpleaños, tampoco es que lo vaya a celebrar mas bien nunca lo he celebrado como es debido. Al cumplir años el mismo día que Cameron toda la intención, regalos, felicitaciones, iban dirigidos a Cameron. En cambio, yo, era la sombra de él, una que solamente era vista por mi abuelo y esa persona que creía que era mi padre.
—Yo, tuve que morir para lograr tener tantita atención de ustedes, saber que “supuestamente les importó.” —Aunque lo sigo dudando porque si es importará me hubiera seguido buscando, no habrían aceptado mi muerte tan rápido.—¿Entonces que les cuesta esperar un mes, años, para que nos sentemos hablar?
En está ocasión no sera cuando ellos quieran sino cuando yo lo quiera, es momento de trabajar en mi autoestima y decir lo que pienso sin importar si daño o no a la otra persona. Nunca nadie se puso a pensar en mis sentimientos, en lo que sentía, ¿por qué debería de preocuparme por los sentimientos de ellos?
Para mas los señores y los jóvenes maestros Zat, mostraron preocupación y supieron lo que estaba pasando con solo verme. Es muy irónico. Bien dicen, no solo por tener la misma sangre tienes que soportar todo.
—Asi que sigue actuando como sino nos conocemos...
—¡No puedo hacer eso!—Lo toma por los hombros.—¿Por qué dices esas cosas tan crueles?—Una mirada lastimada se plasmó en su rostro.—Siempre nos haz importado y no sabes lo mucho que sufrimos cuando nos dijeron que estabas muerto, fue tanta la impresión que estuve en el hospital por unos cuantos días.—Le hace saber.
Agni está siendo demasiado injusto cuando fue su decisión ir a ese lugar, nadie lo mando y no estuvo conforme a darnos esa angustia de que estuviera lejos sino que, también nos vinieron con esa mala noticia de su fallecimiento. Nosotros también la hemos pasado difícil no solo él.
—Me está costando mantener esto en secreto de nuestro papá.—Comentó.—Él no sabe que estás vivo solamente nuestro padre y yo.
La mirada de Agni se entrecierra y sus manos se vuelven un puño, saber de Juliano es lo que no quería. Tomo la decisión de dejar de pensar o de entender del porque Juliano lo odiaba tanto porque, ser sobrino de Jude no era una excusa válida para que le tenga tanto rencor.
—De todos nosotros nuestro papá es quién mas a sufrido tu perdida.
—¿Se supone que debo de reírme de ese chiste que acabas de decir?—¿Sufriendo? Si como no, es ahora cuando estoy seguro que eso le puso de buen humor el saber que no me volvería a ver.
No se podía negar que a Agni le dolía el aceptar tal verdad, fueron años viviendo bajó el mismo techo con Juliano. Años en los que espero que le diera un beso de buenas noches, un te quiero hijo.
—¿De que estás hablando, Agni?—No entiendo del porque su expresión se vuelve de esa manera cuando se menciona a nuestro padre.
—Cameron.—Aleja las manos del contrario de sus hombros.—Si tú y tu padre siguen insistiendo de está manera, asfixiandome, no quedará de otra que no hablar con ustedes directamente sino en la corte.
—¡¿Qué?!—No entiende.—¿Por qué mencionas la corte?
—Solo es una advertencia para que me den mi espacio, no me orillen a quitarme el apellido...
—¡Te volviste loco!—Se altera.—No puedes hacer eso cuando no tienes la edad para valerte por si solo, ¿qué te está metiendo en la cabeza Adair...?—Sintió un sudor helado bajando por su espalda al mirar esos ojos cafes, volviéndose así de intensos y sanguinarios.
—No le faltes respecto a mi joven maestro y te prohibido que digas su nombre tan casualmente.—Advierte.—Su nombre no es así de simple para que salga de tu boca.
—¿Tú joven maestro?—En su voz y mirada se puede ver una posesividad, ¿no es posible, verdad? Si, no es posible. Soy, yo, el que está viendo demás.—¡Te tienen trabajando!—Exclamó, frunciendo sus ceño.—No puedes estar haciendo eso, vuelve a casa...
—¡Agni, con que aquí estabas!—Kel por poco y deja salir un profundo suspiro, intervino a tiempo antes de que Adair tomara por el cuello a Cameron.
Con el permiso de Agni se me contó la situación complicada e incómoda en la que se encuentra Agni y su supuesta familia, una que le estuvo mintiendo desde siempre y también que lo envío a la infantería.
Al escuchar "infantería" lo primero que se me vino a la mente fue el bastardo de Eros, recordando que debo de tumbarle los dientes cuando lo vuelva a ver. Sin embargo, si vino a mi cabeza no fue porque me agrade sino que porque estuvo en la infantería, ¿no puede ser posible que haya estado en el mismo que estuvo Eros, verdad?
Si fuera así entonces cabe la probabilidad de que tuviera un enfrentamiento u opiniones diferentes con Eros, y conociendo ese maldito le ha deber puesto las cosas difíciles a Agni. Si mis sospechas terminan siendo verdaderas entonces Eros está muerto, Adair le hará sufrir tanto que deseará estár muerte. Aunque estás son suposiciones mías, solo estoy sobrepasando. No obstante, ¿por qué no le dicho esto todavía a Adair?
—Te estuve buscando porque es hora de irnos.
El par de amigos habían escuchado todo de principio a fin, Kel estuvo por unos segundos frotando sus brazos para calentarse porque todo a su alrededor parecía un día invernal, acusa de la frialdad que desprendía Adair.
—Joven Kel, ¿desde cuándo es tan irrespetuoso?—Preguntó.—No ve que estamos hablando no debió de interrumpir...
—Ya terminamos de hablar, Cameron.—Agni quería irse tan rápido como sea posible.—¿Ya podemos marcharnos?
—Sí.
—Bien.—Busca con la mirada a su joven maestro.
—Si busca Adair déjame informarte que se encuentra ordenando unos papeles en la sala del consejo estudiantil.—Se dirigió a ese lugar hace menos de tres segundos, no quiso intervenir porque sabía que Agni podría solo, también porque le arrancaría el cabello a Cameron y no podía mostrar esa faceta nada elegante.
—Entonces vámonos.
—Agni, espera.—Quiere agarrarlo de la mano pero el contrario es más rápido en moverla.—¡Dejá de huir!—Aprieta sus dientes.
—¿Agni?—Kel vio detener a Agni de igual manera esa mirada endurecida.
—Tienes razón.—Da la medía vuelta, mirando fijamente a Cameron.—Es mejor ponerle un punto final a todo esto.—Rechina sus dientes.—Esperarme en el auto de tu padre, llegaré después de hablar con el joven maestro Adair.
‹Voy a ponerle fin y cortar el último hilo delgado que me ataba a ellos, con eso le daré la bienvenida a mi presente como el hecho de hablar con el señor Rei. ¿Habrá un día en que le diga padre o sienta ese sentimiento cariño?
—Vamos a tener una charla extensa donde nos diremos de todo.—Expresa.
Agni se dirige a la dirección en que se encuentra a Adair, quién ya había escuchado todo porque antes de irse a la sala del consejo estudiantil, obligó a Kel que le llamará y por medio de esa llamada estaría escuchando todo.
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