capitulo 13
Con miradas tristes y preocupantes se les veía a los señores Zat, no querían irse y dejar solo a su hijo mayor, Adair. Desde un principio antes de que llegara a Agni a sus vidas, se suponía que los tres irían al extranjero pero presto al punto el beta expresó que se quedaría.
Sus padres no son de esos que van obligar a sus hijos hacer lo que ellos digan, no. Para ellos lo mas importante es la opinión y lo que provoca comodidad en sus dos hijos. Por eso mismo no insistieron en que Adair fuera con ellos.
Si Agni tuviera sus papeles entonces hubieran podido ir los cinco, pero Agni no tenía nada de eso consigo y no quería meter en problema a los Zat. Tampoco no les cuenta aun lo que ha pasado en su vida como para no tener sus papales de identificación.
Aparte, no es como que Adair se iba a quedar solo en esa gran mansión-villa, ahora tenía a alguien de su edad acompañándole. Eso hizo sentir mas aliviados a los señores Zat. Yéndose con mas tranquilidad al extranjero.
—No vayas a salir a nigún club.—Advierte Sunny.—Eso va para ti también, Kel.
—¿Eh?—El alfa estaba disfrutando de un helado, tanto que no había puesto atención a nada de lo que estaban hablando.
—Papá, ignora a ese ignorante.—¿Quién rayos come helado tan temprano? Y no sé porque ayer no se fue a su casa.
—Aun están jóvenes como para andar en esos lugares, ¿entendienden?—Sus palmas se frotan en las mejillas del beta.
—Sí, papá.
—¡Sí, fuerte y claro tío!—Exclamó Kel.
Ayer me quedé a dormir en la mansión de los Zat, Primeramente porque tenía curiosidad de la relación entre Agni y Adair pero también porque quería despedirme de los tíos, (se dirige a ellos de esa manera por respeto.)
—No tengo interés en algo tan vulgar como esos lugares, papá.—No mentía, Adair no iría a un lugar como ese.
Qué no esté interesado en eso no significa que no pueda construir o comprar más de uno cuando sea mayor de edad, esos lugares sirven para recolectar valiosa información que podré necesitar al momento de tomar la vicepresidencia del Conglomerado.
Podré estar a un paso adelante de mis rivales, personas que quieran hacerme daño o a mi familia. Porque si tengo que ensuciarme las manos para proteger lo que me importa, lo hare. Meteré las manos ya sea a un charco de sangre o de barro pero lo haré.
.—No te preocupes por algo como eso, no voy a manchar la reputación de la familia Zat.
¿Por qué mi padre está tardando tanto? ¿Qué le estará diciendo a Agni? Solo espero que no este hablando de mas, de por sí las cosas están un poco incómodas entre nosotros. No ha querido mirarme a los ojos desde ayer luego de que entró a su habitación.
Quiero preguntarle tantas cosas, como por ejemplo; ¿De dónde conoce a Cameron? ¿Si son amigos o conocidos? Si quisiera saberlo por alguien mas ya lo sabría hoy mismo, pero no quiero averiguarlo por mi cuenta ni por nadie mas. Quiero que sea él quién me lo confiese. Eso significaría tener su confianza por completo.
Eso es lo quiero, quiero que él confíe ciegamente en mí. Qué me permita hacer y deshacer con todo aquello que le hace sentir mal, pero mi paciencia se va a cortado segundo a segundo a no saber por lo que ha pasado.
—No lo digo por eso, hijo mío—Besa la frente de Adair.—Al diablo con la reputación, eso siempre será de menos para tu padre y para mí. Solo que esos lugares no son buenos para un chico como tú. Estás muy chico es por eso que lo digo.
No soy un papá de mente cerrada y mis hijos pueden ir a donde gusten, pero cuando ya tenga compresión de lo que significa lo malo y las consecuencias que puede traer hacer algo indebido. Sé que mi pequeño es muy inteligente, pero en esos lugares hasta una persona inteligente puede caer en una trampa.
Y hoy en día hay muchos adolescentes que están corriendo a esos lugares por moda, no quieren ser los únicos que no han entrado con una identificación falsa a un club. Sobre todo porque están siendo influenciando por malas compañías, esos sujetos están atrayendo jovenes maestros o chicos con mucha ingenuidad para inducirlos a ingerir sustancias adictivas.
Esto me lo hizo saber el papá de Kel, al ser esposa de un juez se entera de varias cosas. Cosas que no perjudica nigún caso de su esposo porque tampoco puede decirle todo cuando es confidencial.
—Ya lo sé.—Sostiene las manos de Sunny.—No te preocupes por mí, estaré bien.—Sonríe con la intención de eliminar las promociones en su papá.—Si tienes la oportunidad solo divertirse.—Mira a Dewei.—No les pongas las cosas difíciles a nuestros padres.—Se pone en cuclillas.
A quién voy extrañar mas es a este pequeño revoltoso, el hogar se sentirá raro sin sus gritos resonando por todo el lugar. Corriendo de aquí allá todo eufórico, no hace mucho llegó emocionado porque se hizo amigos de dos niños y una niña.
También se quejo un poco, de que el niño llamado Agon, era muy callado, inexpresivo. Que Cada vez que le hablaba era como hablar con un muro que solo asiente con la cabeza.
—¿Por qué le podría las cosas difíciles?—Cruza sus brazos sobre su pecho, mirándo con molestia a su hermano mayor.—No me estes comparando con esos niños traviesos.—Bufo.
—Pero si eres mucho mas travieso que ellos quizás.—Paso sus dedos por su barbilla.—Te aburres fácilmente, odias escuchar hablar a los adultos de negocios. ¿Me preguntó si en futuro serás un buen Ceo...?
—No quiero eso.—Se muestra serio.—No quiero hacerme cargo de la presidencia del Conglomerado, para eso estás tú.—Eso es mucho trabajo, solo ver a papá y padre tan cansados es agotador para mí.—Eres el mayor por lo tanto también el próximo Ceo...
—Todavía no estoy muerto y ya están discutiendo quien será el próximo Ceo.—Arqueo su ceja.—Eso hire mis sentimientos.
—¡Padre!—Corre a los brazos de Anatoly.—¿No sería eso mejor para ti?—Pregunta.—Si Adair se vuelve Ceo entonces tú y papá podrán estar más tiempo juntos.—Sonríe emocionado.—Nos iríamos los tres de vacaciones mientras mi hermano trabaja.
—Solo escuchen a este pequeño demonio.—Pellizca las mejillas de su hermanito.—Quieres que muera de agotamiento mientras ustedes disfrutan, ¿eh?—Sigue pellizcado esas regordetas mejillas.—Ahora entiendo del porque no quieres trabajar en la empresa.
Siempre he sabido que Dewei no es alguien que muestre interés por heredar el Conglomerado, y así eso siga siendo igual cuando sea más grande, él tiene que estudiar una carrera universitaria. Todo lo que este relacionadose con la empresa, porque él será el próximo Ceo, de eso no hay duda. Yo solo me encargaré de despejar su camino y sentar las bases para cuando tome la presidencia.
—Ahora que lo pienso, no es mala idea...
—¡Ni lo pienses padre!—Frunce el entrecejo.—Mientras estés vivos seguirías trabajando, no voy a tomar tu lugar hasta que se te empiecen anotar las canas.—Declaro.—Y no pienses pintarlo, no creas que no me daré cuenta si te las pintas.
Sunny solo sonreía mientras veía como su esposo es derrotado, solo alguien muy parecido a él puede lograr derrotarle y ese es nada menos que Adair. Ambos son similares en muchas cosas, quizás por eso es que siempre se están demostrado cariño a su manera.
—Ya vasta los dos.—Va en dirección a Agni.—Cuida bien de mi hijo pero también cuida bien de ti.—Abraza al adolescente alfa.
Agni se paralizó al sentir los brazos de Sunny trasmitiendo una extraña calidez que no había sentido antes, como el brazo de una madre que nunca había podido experimentar así lo añorara con todo su ser y ahora que lo a podio experimentar, no sabe que hacer o como reaccionar.
.—Como siempre he dicho, tú seguridad no es menos importante que la de Adair.—Señala una vez más.—Cuidarse mutuamente, ¿sí?
—Sí, prometo que así lo haré.—Su abrazo es muy cálido, es como estar bajo el suave plumaje de una mamá ave.—Que tengan un buen viaje.—Sonríe.
—Portarse bien.—Añade Anatoly.—Nos vemos pronto.
—Lo haremos.—Mueven sus manos.—Buen viajé.
—¡Dewei, no se te olvide traerme un obsequio!—Se que no se van para siempre, pero me sigo sintiendo triste sobre todo al ver a Dewei.—¡Ya sabes las cosas que me gustan!—Exclamó.
—¡S-Sí!—Su mirada se cristalizó un poco, es la primera vez que estaría separado por unos días de su hermano mayor.—¡Te traeré muchas cosas!—Vocifero.—A ti también, Agni, Kel.—Eso fue lo último que dijo antes de subir al Jep privado de la familia Zat.
Se quedaron ahí hasta que ese Jep desapareció en el cielo, solo entonces dieron la vuelta para dirigirse al auto, ahí los estaba esperando el mayordomo Jaime. Listos para volver a la mansión.
—¿Vamos a comer antes de volver?
—¿Qué?—Le da una leve mirada.—Sigues aquí.
—Que gracioso.—Lleva sus manos a la nuca.—¿No tienes hambre?
—No...
—Le preguntaba a Agni, no a ti.—Sonrió al ver la expresión negra en el rostro de Adair, viendo como se controla para no dejar al descubierto su verdadero yo, enfrente de Agni.
‹Es divertido el ver a Adair atado de manos, no todo los días puedes ver algo así. Eso quiere decir que su interés por Agni es muy en serio. ¿Será Agni el futuro dueño del corazón frío y perverso de Adair?›
Kel estaba aprovechando la oportunidad en cabrear al beta, porque sabía que no le haría nada pero eso no le garantizaba que cuando estuvieran solos no sufriría la irá de Adair.
—Si el joven maestro dice que no, entonces es un no de mi parte también.—Expresó Agni.
‹Ayer no pude dormir por estar empezando en lo que sucedió en la terraza, mi corazón enloquece de solo recordar que estuve a punto de besar a mi joven maestro. ¿Cómo puedo ser tan atrevido? Soy solo un guardaespaldas y ellos han sido demasiado buenos conmigo como para abusar de su confianza.
Al principio creí que solo me había dejado llevar por mi desesperación de casi encontrarme con Cameron, pero no era por eso que me comporté de esa manera. No, en ese instante yo solo me quedé absorto en la mirada de Adair.
Con un único pensamiento en mi mente, "quiero saber cómo se sentiría la textura de sus labios sobre los mío"...¡Estoy loco!› Agni si hubiese tenido la oportunidad de abofetear su rostro por estar pensando en eso, lo estaría haciendo en este preciso instante.
Lo bueno es que él logro disimular el leve sonrojo en sus mejillas, pensado en otra cosa que no fuera lo sucedido la noche de ayer en esa terraza.
—¿No quieres desayunar?—Preguntó Adair, descubriendo el leve sonrojo en el rostro del alfa al encontrarse con su mirada.
El beta tras su espalda en puño sus manos y así mantener a raya sus ganas de pellizcar esas mejillas. Controlar sus ganas de querer retomar lo que dejaron a medias la noche de ayer.
—No.—En verdad no tengo hambre.
Estoy muy ansioso como para preocuparme por comer, lo que sucedió anoche puede volver a suceder. Ellos viven en este país y ciudad por lo que ocultarme de ellos no se podrá, tengo que afrontar esto de frente, ¿verdad?
No hice nada malo como para tener que esconderme, ¿por qué tengo que vivir escondido cuando no he matado a nadie...? Sí, mis manos ya están manchadas de sangre pero no porque lo quisiera, eran ellos o mi vida. Y decidí elegirme a mí y a mis compañeros antes que preocuparme por los demás que eran considerado mis enemigos.
De igual manera no hice nada malo como para vivir como un muerto, yo solo me defendí y cumplí órdenes porque ya no tenía ni voz ni voto en ese entonces. Los altos mandos eran mis amos, fui entregado a ellos por mis padres.
—Me gustaría ir a un lugar con usted.—Ve a Kel.—Me disculpo pero usted no puede venir con nosotros.
Si voy a estudiar en el mismo colegio que mi joven maestro, eso significa que más luego que tarde me volveré a encontrar con Cameron. Antes de que eso pase quiero contarle un poco de mí a mi joven maestro, no quiero nigún malentendido entre nosotros.
El abuelo siempre decía que hay que ser directo para que las demás personas no se confundan, no es que quiera poner en mal a Cameron. Solo quiero contar mi versión antes de que alguien mas se la cuente a Adair. Quiero que escuché por mi propia boca el motivo por el cual estuve bajo la lluvia cuando nos conocimos.
—¿Por qué?—Sospecho del porque, pero no por eso voy a perder la oportunidad de hacerme el sufrido.—¿Tan mal le caigo?—Saca un pañuelo de su bolsillo.—Y yo que creía que podíamos llegar hacer amigos...
—¡No es que lo odié solo es...!
—No le hagas caso.—Pellizca fuertemente la espalda de Kel.—Solo es alguien dramático que le gusta bromear, ¿verdad?
—Sí.—Sonríe rígido.—Solo estába bromeando.
No debí de pasarme de la raya cuando Adair está presente, pero valió la pena porque ví otras expresiones en su cara de poke. Iré más seguido a su casa solo para interrumpir sus momentos con Agni...
—Sé lo que estás pensando en este instante, por lo menos trata de ocultar tus expresiones.—Susurró.—Si llegas a mi casa de imprevisto no puedo prometer el no llamar a mi tío.—Padre de Kel.—Que estás bajando las notas por culpa de jugar videojuegos...
—Bueno, me retiro.—Mis preciados vídeojuegos no.—Me acordé que tengo que ir ayudarle a mi papá.—Silvo y en menos de un minuto un auto negro se detuvo frente a Kel.—Nos vemos el lunes en el colegio.—Subio al auto.
—Si que tenía prisa.—Comento Agni.
—Eso parece.—Un loco por jugar esos juegos, tiene un estante con sus colecciones de videojuegos de edición limitada.—¿A dónde quieres ir?
—Quiero ir a visitar a mi abuelo.—Abre la puerta del auto, Adair procedió a subirse seguido el alfa.
La mirada de Adair brilló al darse cuenta que por fin había llegado ese momento, el momento en que el alfa tenía pensado contarle un poco de su pasado y del porque terminó en la infantería.
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