capitulo 10

Sonidos de claxons se escuchan por donde quier, impacientes porque los carros delanteros no parecían moverse, pero no era culpa del conductor sino del terrible tráfico esta fría noche.

—Deja de mover tus rodillas, te lastimarás.—Aconseja con preocupación, dándole un pequeño manotazo porque no parecía que le estuviera escuchando.—Kel.—Para ese instante su voz ya no era dulce para convertirse en una feroz.

—¿Qué?—Dejo de ver por la ventana para mirar a la elegante persona, junto a él.—¿Pasa algo?

‹Que tráfico mas molesto, si hubiera sabido que esto iba a pasar entonces, hubiera sido bueno el salir unas horas antes de casa. Evitar la noche aunque creímos que por ser tarde ya no habría tanto tráfico.›

—Te dije que dejaras de mover tan fuerte tus rodillas, que te lastimarías.—¿Dónde anda su mente?

Sino está estudiando está jugando esos raros videojuegos, no digo nada porque no hay de que quejarse com respecto a sus notas. Ya era bueno en sus estudios pero no tanto de lo que es ahora, y eso cambio gracias a su cercanía con Adair. Por eso muchas mas cosas mas estoy agradecido con ese joven maestro, es un chico de bien, amable, con mentas bien puestas.

—Bien, ya no lo haré.—Mi papá da miedo cuando empieza a fruncir el ceño.

Esa es una señal muy clara para que dará inicio con un sermón que involucre la ley. No sé porque demonios mi padre le enseño eso, mis oídos explotan cada vez que meda un sermón de esos.

—Me quedaré quitó.—Suspiro al mismo tiempo que recordó esa situación en el centro comercial.

‹Con que la rareza de Adair de estas últimas semanas debía a ese chico de ojos cafes, ¿qué relación tienen ellos dos como para que mi amigo reaccionara así? Para ser un alfa tenía un aspecto de ingenuidad escrito en su rostro, no debería de importarme pero temo por su seguridad. Las garras de ese lobo con piel de oveja están a poco de alcanzarlo, y es que Adair sabe tan bien el ocultar sus garras.

¿En qué estará pensado el perverso y muy peligroso de ese beta? Ese tipo no tiene a nadie cerca solo porque sí, y mucho menos se alteraría justamente como sucedido hoy, en el centro comercial. Mi cuerpo todavía se tensa al escuchar su voz detrás de mí, era como estar escuchando a un alfa de linaje puro, bueno. Después de todo es hijo de un alfa con esa clase.

Juraría que me hubiera apuñalado si hubiera tenido algo en sus manos lo suficiente afilado para causar daño, (sin saber que solo estaba tratando de conseguir el número de ese chico, para él. Cómo buen amigo que soy.) Si las personas escucharán mis pensamientos dirían que sueno un tanto exagerado, pero para entenderme es necesario que se pongan en mi lugar y entonces notarán que no estoy exagerando. Que Adair es mucho mas tenebroso que cualquier alfa.

Desde que lo conocí me percate de ello, que él como beta no tiene porque envidiarle nada a los alfas, es tan malditamente espeluznante que uno o mas que los alfas. Lo peor es que sabe ocultar tan bien esa maldad pura, pasando desapercibido.

Hasta mi padre que es un juez tiene la errónea idea de que Adair, es un ser de luz. Si supiera que cuando nadie lo ve es el mismo señor maligno... bueno, es un Zat después de todo. Mis padres dicen que a quien nunca debo de ofender de la familia Zat, es al señor Sunny.

Al principio no entendía del porque me decían eso, "sí ese señor es una persona tan amable, con una sonrisa tan angelical que purifica tu alma." Es lo que creía en su momento sin embargo, luego comprendí porque mis padres me dieron ese consejo.

Puesto que Adair era igual al principio cuando lo conocí, cuando ya entramos en confianza mostro su verdadero yo. Entonces deducí que el señor Sunny podría ser igual, un angel puro al no estar molesto pero uno caído cuando tocan sus seres queridos. Si alguien como Adair procura no molestar a su papá, es por algo.

—Kel, te comportas cuando estemos donde los Zat—Advierte su papá, (Omega masculino, dominante)

Él es un hombre de estatura promedio, con una apariencia que te dejá ver su intelectualidad. Elegante con esos anteojos de montura negra. Muy bien parecido de rasgados ojos pardos, cabello castaño oscuro. Ese traje gris oscuro, muestra lo ejercitado y bien cuidado que mantiene su cuerpo corpulento a pesar de tener 39 años, y ser omega. Él está fuera de lo que significa el estándar de un omega pequeño, esbelto, frágil.

—No vayas a salir con tu comportamiento infantil.—No me molesta su comportamiento rebelde, infantil.

‹Solo no quiero que esas demás personas lo vean extraño o que murmuren, busquen la oportunidad de tirarle y tirarme indirectas para hacernos sentir de menos, incultos.

Kel desde pequeño ha sido un muy hiperactivo, juguetón. No puede quedarse quitó en un solo puesto a menos que este haciendo algo que le gusta, solo entonces se queda quitó disfrutando de ello.

Y de por si estaba eso otro, esos molestos y hipócritas personas piensa que Kel, solo es amigo de Adair, ya que eso significa beneficios para nuestra familia cuando no es así. (Tampoco lo necesitaban.) Hubo un tiempo en que ni siquiera sabía que mi hijo era amigo de Adair, hasta que un día nos informó que llevaría su gran amigo a la casa.

Mi esposo y yo nos sorprendimos mucho al igual que nos alegramos de que por fin, nuestro pequeño tenía un amigo verdadero, alguien que no quería obtener beneficios de él por ser hijo de un juez y de un vicepresidente de la cadena de restaurantes "Valle Real."

Al presentarlo ese amigo era nada menos que el futuro heredero de todo el legado de los Zat, dueño del conglomerado más grande y de la mayor parte de la industria hotelera del país...Nosotros somos adinerados pero no al nivel de los Zat.›

La familia de Kel no provienen de ninguna segunda generación, ellos son personas que una vez fueron de la clase media, gracias a sus esfuerzos cada uno de ellos fue aumentado las pequeñas herencias familiar, como por ejemplo el restaurante "valle real" era solo un restaurante que ha crecido hasta ese punto por las habilidades del papá de Kel, y sus habilidosos empleados.

—No es necesario que me lo digas, papá.—Comprendo su preocupación.

En muchas ocasiones varios conocidos como desconocidos han querido desprestigiar a mis padres, mayormente familiares lejanos que no están contentos con los logros de mi padre, y también están esos molestos ricos que no pueden ver a mi padre porque no se vende.

Hubo un tiempo en que el ascenso de mi padre estuvo dependiendo de un hilo, todo porque él había ganado un juicio contra un alfa que tenía un largo historia de abuso, nadie le había puesto en su lugar porque era hijo de un delgado, sin embargo cuando mi padre represento a una se sus víctimas, como era de esperarse gano.

—No haré nada aunque a Adair le daría igual.—Sin embargo este es el día de Adair, la persona que tiene que brillar es él.—¿Padre tardará en llegar?—Preguntó, queriendo cambiar el tema.

—La última vez que le hable comentó que el juicio estaba por empezar.—Fue hace más de una hora.—Es posible que llegue cuando la fiesta este por empezar.—Ve la hora en su celular.

El fondo de pantalla es el rostro atractivo y muy masculino de su esposo, su mirada es fría sin expresión alguna. A simple vista se parece mucho a Kel, pero con aires de ser una persona muy gruñona. Quizás cuando le tomaron esa foto se encontraba de mal humor pero a los ojos del Omega, su esposo se vía muy lindo y como tal tenía que mantenerlo de fondo de pantalla en su celular.

—Hemos llegado, vicepresidente y joven maestro Andrea's.—Les hizo saber su guardaespaldas y el chófer.

—Bien.—Se quitan el cinturón.—Busquen donde estacionarse, no muy lejos de la entrada.

—Enseguida.—Responden.

—Ya llegaron la mayor al parecer.—Comentó Kel.—¿Somos los últimos al parecer..?

En eso las luz de un auto recién llegando deslumbró la visión del señor Andrea's, a lo que su guardaespaldas se posicionó enfrente de él. Cubriéndole con su cuerpo porque eso podría ser peligro, estar frente una luz así es como ser blanco de algún enemigo que los este asechando.

—¿Kel?—La persona que bajo del auto era nada menos que Cameron.

Antes de acercarse a Kel, él se despidió de su padre. Diciéndole que le llamará cuando sea hora de marcharse, solo que no se fuera muy lejos.

—¿Acabas de llegar?

Me cuesta admitirlo pero debo de aceptar que ve muy bien con esa ropa formal-casual, y su cabello lo trae peinado estilo libro. No hay nada de ese cabello suelto que suele andar todos los días en el colegio. Hoy si parece un joven maestro.

—Sí.—Me debe de estar analizando por mi vestimenta.—Veo que no soy el último en llagar.—Comentó.

—Creía que serías el primero...buenas noches presidente Andrea's.—Baja un poco su cabeza.

—Buenas noches, no seas tan formal.—Expresa.—Entre yo me quedaré unos minutos, esperaré a tu padre. Kel.

—Bien.—Toma el regalo.—No tardes.—Mira al alto y muy robusto guardaespaldas de ojos marrones.—Cuidarlo bien.

—No se preocupe así será joven maestro.—Su voz es tan ruda como lo son sus rasgos fáciles, no tenía el aspecto de un super modelo pero, era lo suficientemente guapo y una belleza de ensueño a los ojos de quienes ven la belleza desde otra perspectiva.

Kel al ver que su papá quedaba en buenas manos, siguió su caminar hacia el interior de la propiedad. Ni siquiera habían entrado cuando ya se escuchaba la música y personas hablando.

—Bienvenidos joven maestro Kel, joven Cameron.—Jaime, el mayordomo les dio la bienvenida. Ya no tenían que entregar invitación ya que, eso se entregó antes de ingresar a la recidencial privada.

—Con permiso.—Cameron era muy respetuoso.

‹¿Son todas así de extravagante las fiestas de cumpleaños? Desde la entrada hasta el interior está decorado espléndido, este es un lugar tan grande que sino tengo cuidado terminaré perdiendome.› Cameron disimuladamente admiraba el lugar.

Al principio estaba nervioso creyendo que todo mundo se quedaría mirándole, pero nada de eso sucedió y si era así esas personas tenían la destreza de disimular correctamente.

—¿Dónde está Adair?—Hicieron entrega de sus regalos.

—Por aquí por favor.—Los guío a sus respectivos asientos.

‹Parece que llegamos unos minutos después del discurso.› Pensaron ambos adolescente, lo que los llevo a pensar eso fue las copas de vino en las manos de los adultos, ya había realizado el brindis de buenos deseos y feliz cumpleaños.

—¡Chicos por que llagan tarde!—Todos los del consejo estudiantil ya estaban reunidos, eran como unos diez, cinco chicos y cinco chicas.—Hace unos minutos que terminó el brindis.

—El tráfico es horrible allá afuera.—Respondió Kel.—Feliz cumpleaños, Adair.—Lo veo un poco mas feliz de lo normal, ¿que habrá comido?

—Gracias, aunque llegas tarde.—Estuve esperando mas de diez minutos su llegada para dar mis agradecimiento, pero nada que Kel aparecía.—¿Los tíos?—Les decía así de respeto.

—Mi papá se quedó esperando allá a padre.

—¿No ha salido del juicio?

—No.—Toma asiento junto a Adair.

—¿Cameron?—Los demás se le quedan viendo puesto que el mencionado estaba muy callado.

Los ojos azules habían quedado absortos mirando a Adair, ese porte que emanaba tras estar sentado sobre esa silla, con una pierna sobre la otra. Cameron sin querer se lo imagino como un imponente y temerario Ceo sentado en la silla de la presidencia.

—Feliz cumpleaños, presidente.—Espero no se haya dado cuenta que me le quedé viendo por un tiempo.

—Gracias, y puedes sentarte donde gustes.

—Con permiso.—Se sentó junto a lado izquierdo de Adair.

Mientras ellos se divertían jugando jugos de mesa (menos Adair, solo quería estar con su cachorro, quien en este momento anda cuidando a Dewei.) los adultos tampoco se quedaban atrás, disfrutando y a la espera del banquete.

—¡Joven maestro, no corra se caerá!—Dewei se había cansado de estar rodeado de adultos por lo que corrió a los brazos de su hermano mayor.

—¿Eh, tú?—Kel señala a Agni y en ese mismo momento Adair agarra ese dedo con la intención de torcerlo un poco.

—No señales a las personas.—Iba a darle su merecido a su mejor amigo pero en eso su mirada se encontró con un pálido Cameron.

El ya mencionado se quedó sin aire al escuchar esa voz, era imposible no reconocerla tras haber vívido tantos años en la misma casa.

—¿E-Esa voz?—La voz de Cameron se ahogo al escuchar esa voz, indeciso en si debía darse la vuelta o no.—¡¿A-Agni?!

El adolescente alfa solo puedo quedarse como una estatua, inmóvil, sin poder decir absolutamente nada mientras los sudores fríos y escalofríos nublan su visión. ¿Ahora como saldría de esa? Agni ya no quería volver y nunca fue su intención el regresar a su antigua casa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top