Para él, su vida estaba llena de Ángeles.

Después del incendio, el primer ángel que llegó a él, era Darío.

Aquel hombre lo había acogido dándole un hogar y una familia, lo había ayudado a llegar a lo que es ahora.

Y tenia claro, que haría lo que fuera por él, su figura paterna, aunque tal vez su relación no consistía en el típico "juego de pelota".

Ellos eran más de "como dejar inconsciente a un hombre", pero aun así le tenía bastante afecto.

Tanto así, que se sintió muy honrado cuando le presento a su familia.

Su esposa y su hijo.

Así conoció a Nathan,  al principio le pareció tierno, es decir, le doblaba la edad.

Solía verlo como un hermano menor, un pequeño Ángel, las cosas cambiaron un poco cuándo el castaño creció y se convirtió en su jefe.

Empezó a tener un "crush" con él, pero a su parecer era algo inalcanzable.

Unos años después llegó a la familia la pequeña Deina, una niña a la que no prestaba atención.

Pero, después de la muerte de Nathan, Deina parecía tan indefensa y a pesar de culparla por su muerte, no evito ayudarla a superar aquel dolor.

Ahí de dio cuanta que ella también era un ángel.

Incluso antes de que Deina llegara, hubo otro ángel.

Ese maldito rubio que lo volvía loco, en todos los sentidos.

Al principio su relación con Rusell era un poco distante, con el paso del tiempo, y la insistencia del rubio, su relación mejoro.

En definitiva su vida estaba llena de ángeles, y agradecía eso, pues los apreciaba mas de lo que podía demostrar.