Moana tenía días en depresión total, ni siquiera se levantaba a realizar sus actividades diarias, todo a su alrededor dejó de tener sentido, solo quería sumirse en la tristeza y culpa por no haber protegido a su hermanita.
Cada vez que veía el mar, escuchaba el sonido de las olas y el aroma a sal en el ambiente sentía ganas de gritar de impotencia, le tenía tanto odio a la sola idea de volver a navegar.
Su madre hacia todo lo posible para que ella volviera a sonreír, pero no parecía funcionar sus métodos, Moana sentía que todo su mundo se derrumbaba poco a poco.

Una noche ella veía la embarcación destruída de su hermana, no tuvo la oportunidad de despedirse, de decirle cuánto la quería. Todo lo que más amaba poco a poco se iría para siempre.

De repente escuchó murciélagos y ni siquiera se inmutó — ¿Qué haces aquí Matangi?

Ella suspiró, sintió la mezcla de frustración y tristeza al verla porque ya sabía perfectamente a lo que venía.

— Ha pasado mucho tiempo y solo quería saludar

— No quiero saber nada de él

— Deberías saber, ya pasaron 13 años

— Y se vendrán miles de años más así que por favor no insistas

— Tan solo escúchame... Maui está mal

Escuchó eso le helo la sangre porque a juzgar por su tono de voz era algo bastante grave — ¿Qué le sucede?

— Lo tienes que ver por ti misma

— No

— Moana...

— No lo veré de nuevo, no me siento lista y nunca lo estaré, estoy pasando por un momento difícil ahora y verlo solo me pondría peor

— Por favor concideralo, verás que todo tendrá sentido

Matangi estaba por irse cuando Moana la detuvo. A pesar del dolor que sintió por saber que no podrían estar juntos y la reciente tragedia de su hermana quería ayudar a Maui — Dile que venga a verme

...

Un par de días después Moana trataba de calmarse, creía que nunca más lo volvería a verlo, no tenía idea de como reaccionarian al verse 13 años, inconscientemente arregló su cabello y respiró profundamente.

— Moana

Se estremecio al oírlo, se dió la media vuelta y lo primero que notó fue su semblante serio, se veia un poco decaído y transmitió tristeza. Se le veía que quería correr a abrazarla, pero se contuvo.

— Hola... Maui

— Han pasado 13 años... Y obviamente sigues igual

Ella se cruzó de brazos, insegura — Eso pasa cuando aún con muchas de experiencias siempre te verás de la misma edad por miles de años, tu me comprendes con eso

Sonríe tímidamente — Sigues igual de hermosa que siempre

Trató de no mostrar emoción alguna, no quería que él viera que tanto estaba afectada por todo lo que ha pasado en su vida — Gracias. Matangi me dijo que te sucede algo

— Así es... Estoy perdiendo mis poderes y no tengo idea del porque y necesito tu ayuda, hay un lugar, una isla en la que se hay respuestas para esto y...

— No

— Por favor, no puedo ir solo y desafortunadamente no me puedo convertir en halcón cada vez que quiera

— No pienso navegar contigo

— Si es por el hecho de no poder estar juntos...

— En parte es eso, pero no sé si tenga el valor para volver al mar, ahora no estoy en buenos términos con el mar

— Entiendo eso, supe de tu hermana, lo siento mucho

— Gracias, todo ha sido tan repentino y sigue reciente, no me siento capaz de soportarlo

Maui se acercó y acarició su mejilla, notó cuando ella se estremecio así que retiró su mano — Escucha, se que esto es muy difícil para ti, pero en verdad necesito tu ayuda y te prometo que voy a cuidarte

Se derritió ante su suave caricia y sus dulces palabras, asintió tímidamente y con un gran temor, pero no quería que él sufriera.