Especial 2

Comer en familia cuando todos estaban en el mismo planeta era una actividad que ninguno podía saltarse, sin importar lo que estuvieran haciendo, deberían cenar juntos. No era una costumbre erisiana, mucho menos luniana pero todos la habían adquirido, después de todo habían costumbres telluanas que ninguno ignoraba.

— An goete! — Pronunció Taehyung mientras sostenía sus cubiertos y le regalaba una mirada a sus hijos y esposo.

— An goete, ma! — Exclamaron los gemelos y Esir.

— An goete, fada... — Dijo Nalsil jugueteando con su comida y sin mucho ánimo.

— An goete, di lor. — Jungook sonrió orgulloso y feliz como cada vez que todos se encontraban reunidos, viendo a su hija menor que no podía ocultar su descontento.

¿El motivo de su molestia? Este era simple, desde hacía una semana en tiempo luniano y erisiano que Éride había viajado a Eris. Desde entonces, ella había querido ir pero simplemente no se lo habían permitido. Minutos antes de sentarse a comer había vuelto a insistir pero su fada fue ligeramente severo al negárselo sin dejar espacio para réplica.

En otro momento lo hubiese permitido pero la hija de Jihyun y Nana tenía obligaciones que cumplir aunque esta tampoco quisiera. Debía entrenar, estudiar y hacer actividades que como heredera de ese planeta le correspondían. Ellas juntas lo menos que hacían eran sus obligaciones y si bien Taehyung les daba libertad de pasar bastante tiempo juntas en Tellus, habían momentos en los que no podía ser tan condescendiente por mucho que ella o cualquier otro miembro de la familia estuviera molesto.

— ¿Tenemos que volver a decirte que comas correctamente? — Cuestionó el rey serio. — No quiero tener que hacerlo nuevamente.

— Mafa, yo solamente quiero que mi fada me permita ir a Eris, ¿por qué no puede dejarme? Puedo hacer allí lo mismo que aquí, después de todo tenemos tiempo suficiente antes de que vuelvan a comenzar las clases en Tellus. Él siempre es más estricto conmigo que con mis hermanos.

Taehyung ignoró sus palabras porque no quería intervenir en las quejas que tan familiares le resultaban. Cada vez que le negaba algo iba a quejarse con el rey, era algo común y a lo que ya se había acostumbrado. Siempre que no fuera un asunto serio, dejaba que fuera su mafa quien la regañara. Revoleó sus ojos sabiendo que en el interior su hija le estaba lanzando diez mil maldiciones, centrándose única y exclusivamente en comer.

— ¿Si sigues con esa actitud crees que alguno de los dos te dejemos ir? No lo sé, yo que tú me lo pensaría mejor antes de molestarte y seguir hablando de esa manera. — Jungkook frunció su ceño, agitando sus manos para hacer levitar la carne frente a él para que llegara a su esposo. — Mi mafa tenía razón, sabe igual que la carne de cerdo terrestre. — Todos asintieron simultáneamente mientras disfrutaban de su comida.

De soslayo el Atemin le dio una mirada a Nalsil quien a regañadientes ya parecía mucho más calmada, mordió sus labios para suprimir una sonrisa, regalándole un guiño a su esposo que fue devuelto.

No había transcurrido más de cinco minutos cuando fueron interrumpidos por Vili, caballero negro de Luna Dorada y Satelles, quien cubría a Namjoon siempre que este no se encontrara en el reino. Aún sabiendo que la hora de la cena era sagrada, estaba obligado a informar cuando algún miembro de la familia o el caballero Kim y su descendiente llegaban al palacio. Por este motivo, se vio obligado a interrumpirlos, avisándoles que Kim Ixion Marcuise de Luna Dorada había llegado sin su padre.

La familia Kim ahora formaba parte de la realeza del planeta, se convirtieron en lunasios al momento en que pudieron concebir a Ixion, siendo ambos hombres y almas gemelas, ganándose el estatus de Marcuise de por vida.

El heredero se levantó apresuradamente de la mesa con una gran sonrisa adornando sus labios. Saber que su mejor amigo se encontraba nuevamente cerca de él lohacía vibrar de felicidad, lo llenaba de fuerza, olvidándose de todos los demás.

— ¡Esir! — Exclamaron sus padres al unísono pero  este ya había desaparecido de la vista de todos, sin disculparse apropiadamente o esperar la aprobación de sus padres.

— Nuestro querido Esir, ese es el único que puede hacer lo que le da la gana sin que le digan nada. ¿No es así fada? — Protestó Nalsil molesta al ver como su hermano se levantaba sin más e iba sin que nadie le dijese nada. Eso no le parecía justo. — ¿Tendremos todos que morir y revivir para que nos trates del mismo modo o nos quieras un tercio de lo que quieres a tu hijo preferido?

— Cuida tus palabras... — Advirtió un Taehyung evidentemente molesto, apretando con fuerza sus cubiertos. — Una cosa es que estés molesta y protestes y otra muy diferente que digas ese tipo de cosa que bien sabes no son ciertas.

— ¿Estoy diciendo mentiras? Siempre apoyan a Esir, aquí se hace lo que el desea sin titubear. Es como si aún le tuvieran lástima por haber casi muerto o tal vez es simplemente porque es tu primer hijo, al único que amas verdaderamente. — Lanzó sus cubiertos para levantarse del asiento.

Jungkook iba a ponerse en pie pero antes de lograrlo, ya el Ate había cruzado la habitación, deteniendo firmemente a su hija. Con sus ojos humedecidos, sintiendo su pecho oprimirse de solo recordar ese momento de su vida en el que vagó muerto a pesar de tener su corazón aún latente en su pecho, sostuvo duramente sus mejillas.

Internamente contó hasta diez y suavizó su agarre porque estaba en contra de la violencia contra sus hijos aunque a vez despertaran el deseo de darles al menos una buena nalgada.

— Vas a ir a tu habitación y de ahí no vas a salir hasta que yo me acuerde. Sin poderes, sin entrenamiento, sin tus hermanos, sin absolutamente nada. Ya que a ti no se te quiere, comenzaremos a actuar de esa manera. — La voz ronca de su fada la hizo encogerse en su lugar.

Sus ojos se le aguaron e instintivamente intentó disculparse pero su orgullo se lo impidió. Era testaruda como ella sola podía hacerlo y tras darle una mirada a sus hermanos que se mantenían como espectadores omniscientes que no podían decir absolutamente nada, miró a su mafa.

— M-Ma... — Musitó mirando a Jungkook serio que con la vista la regañaba.

Jamás su mafa la miraba de ese modo y esto le hizo dar cuenta de que quizás había cruzado una línea que no debía haber cruzado pero le era imposible no molestarse cuando su hermano mayor simplemente hacía lo que quería mientras a ella le impedían hacer todo.

— ¿No escuchaste lo que se te dijo? — Nalsil empuñó sus manos dejando escapar unas lágrimas que secó rápidamente antes de irse dando pasos firmes y exagerados. Al no poder usar sus poderes para trasladarse le tomaría casi media hora llegar a su propia habitación desde el comedor. — Tae... — Musitó acercándose a él para abrazarlo pero este se distanció secándose también sus lágrimas. — ¿Ya terminaron de comer? — Los gemelos asintieron. — Ya pueden irse.

Taehyung regresó a la mesa lanzando sobre esta la servilleta con enojo. A veces no sabía cómo lidiar con cuatro hijos pero lo peor era que las palabras de la menor seguían clavándose en su pecho como dagas. No era cierto, no tenía preferencias con ninguno de ellos. Los amaba a todos por igual pero debía admitir que aunque no fuese lástima, el sentimiento que burbujeaba en su corazón al ver a Esir vivo siempre le hacía agradecer por tenerlo sano y salvo a su lado.

¿Realmente sus hijos sentían que lo quería a él más que al resto de ellos?

Le era imposible no recordar lo sucedido, ese dolor desgarrador con el que pasó meses se hacía presente como si lo estuviese viviendo nuevamente. Fue un milagro el poder tenerlo otra vez entre sus brazos pero ahora le preocupaba que esto se reflejara en el trato que le daba a los cuatro.

— Sabes que dijo todo eso porque está molesta. — Intervino Jungkook sus pensamientos al escucharlos, acercándose para poder abrazarlo.

— Sabes que cuando estoy así no me gusta que te pongas a escuchar lo que pienso, se agradece la privacidad. — Espetó molesto, buscando levantarse sin éxito ya que el rey se sentó en su regazo. — Podrá haberlo exteriorizado en palabras ahora que estaba molesta pero eso no quita que sea algo que ella piensa constantemente. Nalsil siempre siente que quiero más a sus hermanos que a ella simplemente porque no soy su mafa, es algo absurdo. No es un secreto lo que pasó con Esir y lo mucho que todo ese asunto aún me afecta después de tantos años pero nunca pondría a un hijo por encima de otro.

— Ella sabe que la amas, puedo sentir lo afectada que está en este momento y lo culpable que se siente. Hablemos con ella cuando todos estemos más calmados, ¿de acuerdo? — Sostuvo el rostro de su por siempre terrestre y depositó un suave beso en sus labios. — Gariani...

— De acuerdo. — Respondió sobre sus labios. — ¿Puedes ir a buscar a Esir? No estuvo bien que se fuera de esa forma. Estoy perfectamente seguro de que todo ese cuento del entrenamiento no es más que una excusa. Puede que él ya esté a punto de alcanzar la mayoría de edad pero aún no lo es. No se gobierna todavía. — Besó los labios de su luniano y sonrió. — Estoy bien, de verdad, así que ve a buscar a ese hijo tuyo, yo te esperaré en nuestra habitación.

— ¿Cómo me esperarás? Debes darme un buen incentivo si me vas hacer ir por nuestro hijo en estos momentos en los que solamente quiero consentirte. — Una mano firme se aferró a su nuca, atrayéndolo para fundirse en un nuevo beso que terminó por eliminar el malestar del momento. — ¿Qué significa esto?

— Saca tú tus propias conclusiones mientras vas en busca de Esir y regresas a mí. ¡Vete! — Exclamó con una sonrisa viendo la renuencia de su esposo. — ¿Adiós?

Jungkook se levantó de su regazo y tras un último beso se apresuró a buscar a su hijo. Le era fácil saber en qué lugar del palacio se encontraba pero estaba un poco más allá de los límites del palacio. Para salir del palacio debían avisarles pero como siempre, los hermanos de los extremos lo hacían preocuparse. Nalsil y Esir como la menor y el mayor de los hermanos eran los que más dolores de cabeza daban.

Suspiró cansino y se encaminó a los terrenos de lucha en donde solían entrenar. Era evidente que no estarían ahí sino un poco más distantes. Gracias a una discusión con su padre, pudo saber que el antiguo rey de Luna Dorada le había facilitado a su nieto mayor una vivienda privada a los límites del palacio. Claramente regañó a Yoongi pero una parte de él se alegró de que su hijo tuviese el respaldo que él no recibió a esa edad, que tuviera la atención del antiguo rey Min.

Al llegar al lugar se dio cuenta de que a diferencia de las viviendas del reina, esa tenía un estilo completamente telluano. Esta era la primera vez que iba a verla correctamente ya que no había tenido la necesidad y secretamente esperaba que su propio hijo le contara del lugar antes de usarlo, cosa que no sucedió. Exhaló un tanto decepcionado ya que la confianza brindada a sus hijos le hizo creer que estos jamás le ocultarían nada pero claramente Eno sería así.

— ¡Te extrañé! — Escuchó la alegre voz de su hijo y detuvo todos sus pasos al notar como ambos volvían a salir de la vivienda.

¿Estaba cometiendo un delito? ¿Por qué si era el rey de ese mundo, padre de ese muchacho tenía que esconderse como si hubiese hecho algo malo? Para lo que había quedado... Negó cambiando su semblante a una débil sonrisa que se frisó en el instante que vio a su hijo abrazando y besando a Ixion apasionadamente.

Sus ojos se ensancharon sin dar crédito a la escena que presenciaba. Si bien siempre creyó que esos dos tenían una unión especial, no se percató en el momento en que su hijo creció tanto.

Verlos juntos era rememorar una parte de esa juventud que sentía intacta cuando solía vivir con Taehyung sin hijos, sin mundos de los que encargarse oficialmente mientras se comportaban como simples humanos viviendo un romance. Debía admitir que Esir había heredado sus genes calenturientos esos que no sabía si se crearon con ellos o venían de sus padres o incluso sus abuelos. No tenía ni idea pero una cosa era seguro, sus hijos no eran ni regular.

Soltó una carcajada sin entender por qué le causaba cierto orgullo ver las semejanza entre ellos hasta en sus comportamientos. Nalsil adquirió su carácter voluntarioso y rebelde, ese con el que vivió por años antes de viajar a Tellus. Nalbi en cambio se parecía mucho a Taehyung en cuanto a terquedad y sentimentalismo.

Arcinciel sinceramente se parecía más a Hoseok que a ellos, siempre neutro, haciendo como que nada le importaba con una gran sonrisa en su rostro hasta que se enojaba verdaderamente, idéntico a su suegro. Esir era una mezcla suya con su fada, tenía de ambos, a decir verdad, tenía de todos un poco.

— ¿Papá? — Jungkook dio un respingo en su lugar al ser descubierto por su hijo, no se había dado cuenta de que mientras estaba perdido en sus pensamientos, terminó riéndose solo, volviéndose descuidado al punto en el que fue visto por los menores. — ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo me encontraste? — Preguntó nervioso entrelazando su mano con la de Ixion al saberse descubierto.

— Eso debería estar preguntándolo yo y no lo he hecho. — Espetó recupérate su serio semblante, haciendo que los menores bajaran sus cabezas un tanto avergonzados. — ¿Me piensas invitar a pasar a la casa que te regaló tu abuelo o debo utilizar mi título de padre y rey para entrar?

— L-Lo siento, pasa. — Desvaneció la puerta dejando que su progenitor entrase para seguirlo segundos más tardes. — P-Puedo explicarlo.

El hijo de los Kim se arrodilló pero el mayor rápidamente lo levantó dejándole saber que no era necesario. Sentó a sus hijos mientras echaba un vistazo al rededor tensándolos sin querer más de lo que había hecho desde su llegada. Esir intentaba sostener a su acompañante pero este le rehuía al tacto sabiendo que estaban en presencia del rey.

No le habían dicho a nadie que estaban en una relación, a excepción de Arcinciel que parecía tener el don de darse cuenta de cuándo sus hermanos mentían con un solo roce, nadie más conocía este hecho. A decir verdad, el heredero de Luna Dorada esta esperando a unirse para darle la noticia a sus padres.

— Tu abuelo te ha hecho un bonito regalo aunque debo de admitir que me siento decepcionado con este Esir que siente la necesidad de mentirle y ocultarle cosas a sus padres. Hasta donde yo tengo entendido siempre te he dicho que respeto tu privacidad pero eso es una cosa y que me digas cosas que no son es otra muy distinta y diferente, Esir.

— Fa- fada... — Su voz tembló pero su mano instintivamente volvió a buscar la de Ixion. — No quise mentirle, ni esta ni las veces anteriores que quisimos estar solos. Yo solamente...

— Sabes que mañana comienza tu entrenamiento en el arte de la cama, ¿cierto? — El menor asintió cabizbajo ante la interrupción de su padre. — Deberías estar descansando en el palacio, no aquí. ¡Vamos!

— Papá, escúchame primero.

— Te escucharé cuando vengas a decirme las cosas directamente, no una vez que yo te descubra, ahora mismo no sé si quiera escucharte. Ambos deben descansar, mañana comienzan sus entrenamientos. — Miró alrededor y suspiró. — Creo que debes agradecer de que sea yo quien haya venido aquí y no tu mafa. Ve pensando en la forma en que le dirás todo, no dejes que se entere por su cuenta.

El actualmente peliazul caminó hacia la puerta, esperando en ella a que los menores se acercaran para regresar al castillo, sintiéndose un poco culpable por interrumpirlos. Tuvo su edad una vez, se enamoró y quiso estar cada segundo de su tiempo junto a Taehyung y sentía que era un tanto injusto no permitirle a su hijo estar con la persona que quería pero sencillamente en ese momento no podía permitirlo por varias razones.

Por un lado estaba el hecho de que le mintió, su erróneo comportamiento al dejar a la familia cenando sola sin disculparse apropiadamente. Por el otro, no podía permitir que esa noche ocurriera nada entre ambos cuando en unas horas iban a estar comenzando sus entrenamientos y estudios sobre el arte de la cama.

— No quiero hacer mi entrenamiento y mucho menos tener una ceremonia de graduación. No permitiré que Ixion tenga una, ni siquiera que se entrene. — Lo tomó del brazo a su pareja y le hizo frente a un Jungkook que enarcaba una ceja al mismo tiempo que fruncía su ceño. — Así que aunque me regañes, castigues o me exilien de por vida, aunque tenga que dejar de lado mi título, no permitiré que ninguno de los dos pase por ese entrenamiento.

Serio, le sostuvo la mirada a su padre por varios segundos antes de apretar los dedos entrelazados de su pareja y caminar hacia la habitación que Jungkook clausuró desde su lugar. Se giraron hacia otra habitación que el rey volvió a cerrar y congelar dejándolos sin lugar en el cual escabullirse mientras los observaba cruzado de brazos.

— ¿Crees que como heredero del reino simplemente puedes decir no quiero hacer tal cosa y ya está? ¿Tienes idea de la responsabilidad que recae en ti, Esir? No eres un lunasio cualquiera y lo sabes muy bien, incluso tu... Incluso tu novio aquí presente debe saberlo.

— Mi mafa no necesitó graduarse en el arte de la cama para casarse contigo. — Jungkook bufó encogiéndose de hombros. Taehyung tomó lecciones por cuenta propia que se perfeccionaron a su lado pero a fin de cuenta sí se graduó, con él. Aunque claro, eso no era algo que le diría a su hijo en ese momento. —  Por ende, mi Gariani tampoco lo necesitará.

Ante las palabras de su heredero ladeó la cabeza con rapidez, observando a Ixion con asombro. — ¿Gariani? — Interrogó ocultando su emoción, algo incrédulo pero feliz a fin de cuentas.

— Así es, Ixion es mi alma gemela y no quiero que pase por todo eso. No quiero que lo toquen, que le enseñen nada, para eso estaré yo en el futuro.

El aludido palmeó su brazo para hacerlo callar, mordiendo su labio con cierto temor frente al tono de voz que había tomado su pareja. Si su fada se enterara de lo que estaba ocurriendo él también estaría en graves problemas por faltarle respeto al rey y su mafa, bueno, no quería siquiera pensarlo. Kim Seokjin era un hombre que debía de mantenerse feliz si no quería sufrir una muerte lenta solo con una mirada. Su piel se erizó de solamente pensar en su mafa.

— De acuerdo. — Musitó Jungkook ganándose una mirada llena de sorpresa por parte de los contrarios. — Ixion quedará exento de esos estudios pero tú como heredero deberás hacerlo.

— Su alteza... — Interrumpió el Marcuise siendo él quien obligara a Esir a dar marcha atrás. — Yo sé que como futuro rey Esir está obligado a pasar por ese entrenamiento, a graduarse con honores y lo respaldo en ello. — El mayor de sus hijos intentó replicar pero solo bastó una mirada del pequeño Kim para que mordiera el interior de su boca y callara. Oh, era como verse a él y a su alma gemela una y otra vez. Sonrió internamente ante esto, dándole su total atención a quien él creía que podría ser su futuro yerno. — Sin embargo, me gustaría hacerle una petición.

— ¿Una petición? — Preguntaron padre e hijo simultáneamente.

— Así es... ¿Sería posible que yo sea el compañero de entrenamiento de Esir? No habrá problema en entrenar con él, de esa forma cursaríamos juntos el arte de la cama, así como graduarnos.

Los Jeon se observaron un tanto sorprendidos ante el pedido pero era razonable. Él hizo sus entrenamientos con Nana ya que no quería diferentes compañeros y al ser el heredero tampoco habían mucho que fueran dignos para ellos. Si lo pensaba correctamente, esa era una excelente solución para todos, nada mejor a que su hijo estuviera con quien él deseaba.

— Fada... — Podía sentir la súplica en la voz de su hijo, el temor y su preocupación.

Quería acercarse a él, abrazarlo como solía hacerlo pero estaba indeciso. No sabía si ese era el mejor momento para hacerlo dado a que según sus pensamientos debía seguir molesto o al menos aparentarlo.

—  Me parece una buena idea, al menos las clases pero la graduación, ese es otro asunto. Como bien saben es diferente, mediante esta Esir reciba tanto energía como poderes de aquellos lunasios con los que lleve a cabo su ceremonia y esto es algo primordial para el futuro regente.

—  ¡No! — Exclamó Esir molesto.

— Me parece bien. — Aceptó Ixion haciéndolo boquear. — Entiendo perfectamente, su alteza. Simplemente permitan estar presente en esa graduación. Los demás lunasio pueden estar, podrán tocarlo, pasarle su energía y todo lo que deban compartir en ese momento pero, la copulación será solamente entre nosotros dos.

— Nosotros no necesitamos gran experiencia para nuestro futuro, no tengo que ser el mejor amante con otros, puedo graduarme de mil formas distintas con el hombre que amo, él y nadie más. Por ende, mi Gariani tampoco lo necesitará.

Ante las palabras de su heredero ladeó la cabeza con rapidez, observando a Ixion con asombro. — ¿Gariani? — Interrogó ocultando su emoción, algo incrédulo pero feliz a fin de cuentas.

— Así es, Ixion es mi alma gemela y no quiero que pase por todo eso. No quiero que lo toquen, que le enseñen nada, para eso estaré yo en el futuro. — Los pasos de Jungkook resonaron en el lugar, acercándose para abrazarlos a ambos por igual. — ¿Fa-fada?

— ¡Felicitaciones, hijo! — Exclamó feliz pero a su vez, preocupado. Nadie había encontrado su alma gemela antes de haberse graduado en el arte de la cama, lo que significaba que nunca se preocuparon por las consecuencias de este acto. Si esto era así, no podía poner en peligro la vida de su hijo y futuro yerno. Aún si no se habían unido aún, no podía permitirlo. — Sabes que tenemos que decirle a tu mafa de esto verdad?

— ¿Podrías darme las horas restantes antes de que se acabe el día? Prometo que mañana regresaré al palacio y les contaré a todo. Solamente déjeme pasar la noche aquí con Ixión.

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Marcuise: Es el título nobiliario luniano más alto por detrás de los llevados por la familia real. Este se le otorga a quienes los reyes demuestran su gratitud pero que también se convirtieron en lunasios naturalmente debido a la unión de almas gemelas y el fruto de esta.

¿Cómo han estado mis lunianos?
Realmente no tenía pensado en publicar este especial, debido a que aún no termino de escribir la parte final del mismo. Sin embargo, como en estos momentos carezco de tiempo para escribir y actualizar todas mis historias, estoy publicando cosas que ya tenía escritas con antelación.

Esta es la primera parte del especial, nos vemos pronto en la que quizás sea segunda y última parte.

LORED

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